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Juicio del 1 de Octubre
Encarceladas durante las protestas relatan la violencia policial: “Te meteremos la porra por el culo”
El Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la Universidad de Barcelona hace público un nuevo informe del Sistema de Registro y Comunicación para la protección de víctimas de Tortura y de Violencia Institucional (SIRECOVI) que recoge el testimonio de 22 personas detenidas y encarceladas a raíz de las protestas contra la condena del Tribunal Supremo a los líderes independentistas.
“En un momento dado se dio la voz de alarma porque un policía había muerto. Varios policías comenzaron a propinar fuertes golpes a unas personas que estaban allí en condición de detenidas, lo que provocó que las paredes se empezaran a llenar de sangre”. Así describen la situación vivida en el interior de la Jefatura de la Policía Nacional de la Via Laietana de Barcelona varias personas detenidas en el marco de las protestas contra la sentencia del Tribunal Supremo a los líderes del proceso en una serie de testimonios que han sido recogidos en un informe del Sistema de Registro y Comunicación para la protección de víctimas de Tortura y de Violencia Institucional (Sirecovi). El trabajo se ha dado a conocer el martes al mediodía en una rueda de prensa de la red de observadores de derechos Som Defensores en la sede de LaFede.cat.
El documento presenta las conversaciones del equipo de trabajo del Sirecovi con 22 personas que fueron detenidas entre los días 15 y 19 de octubre y que entraron en prisión entre el 16 y el 20 del mismo mes. Desde el servicio agradecen la “colaboración de los dispositivos y de las redes actualmente existentes”, en especial de Som Defensores y Alerta Solidaria, para “conseguir la autorización para visitar las 22 personas presas”. Según las autoras, “el criterio que ha estructurado el presente informe es el de seguir el iter del proceso de privación de libertad”, desde el momento de las detenciones hasta que las personas ingresan en prisión, pasando por los traslados a comisaría, la elaboración de los informes médicos o las declaraciones en las sedes judiciales.
Según el relato de las personas encarceladas, la violencia física fue una constante desde el mismo momento de la detención. Así, doce referían porrazos y patadas al cuerpo y once haber sido lanzadas contra el suelo
De las 22 personas presas entrevistadas, dos se encontraban en el centro de Mas d’Enric, en El Catllar. En la cárcel de mujeres de Wad Ras de Barcelona se entrevistaron a tres personas. Seis personas se encontraban en el Centro Penitenciario de Jóvenes en la Roca del Vallès, dos en Brians 1 y cuatro en Puig de les Basses (Figueres). Desde el Sirecovi también se habló con cinco personas recluidas en el centro penitenciario de Ponent, en Lleida. “Exceptuando dos casos, todas las personas entrevistadas han referido sufrir violencia física y/o psicológica en algún momento de su detención”, explican. “De la práctica totalidad de los relatos se deduce un entorno de violencia que no se circunscribe únicamente a las situaciones vividas en la vía pública o en las dependencias policiales, sino que también se extiende, según los relatos obtenidos, al momento judicial”.
Según el relato de las personas encarceladas, la violencia física fue una constante desde el mismo momento de la detención. Así, doce referían porrazos y patadas en el cuerpo y once haber sido lanzadas contra el suelo. Otros ejemplos de violencia en el momento de la detención son el uso de las rodillas por parte de los agentes para inmovilizar el cuello o la cabeza de las personas detenidas o las esposas fuertemente apretadas.
“Algunas entrevistadas comentaron tocamientos en los pechos, pero que, según comentan, en el momento en que ocurrió no le dieron una interpretación sexual ya que, según manifiestan, no estaban en condiciones de pensar en ello”, explica el informe. “Es en la vía pública donde se denuncian más número de casos de violencia física, tanto por parte de la Policía Nacional española como de los Mossos”, continúa. Los métodos más fuertes los ejercían “mayoritariamente los agentes no uniformados y con la cara tapada”, añade.
Insultos como “hijo de puta”, “rojo”, “mariquita” y burlas como “cuando vayas a la cárcel, lo mejor es que saldrás con el paro” también deberían sido una constante
Un factor a tener en cuenta es la violencia psicológica referida por las entrevistadas, que explican amenazas explícitas por parte de los policías mediante expresiones como “¡que lo mates! que lo mates” o “te meteremos la porra por el culo”. Insultos como “hijo de puta”, “rojo”, “mariquita” y burlas como “cuando vayas a la cárcel, lo mejor es que saldrás con el paro” también han sido una constante.
Los traslados y la conducción de los vehículos policiales también se analiza en el documento. “Durante el traslado, no faltaron ni los insultos, ni las amenazas, ni las burlas ni la violencia física”, según las respuestas de las personas detenidas. Además, “en numerosos casos, las personas destacan haber sido trasladadas sin cinturón de seguridad y con las esposas por detrás”, una práctica que puede poner en peligro su integridad física.
Un infierno en comisaría
Pero, sin duda, los lugares donde la violencia se ha hecho más patente han sido las dependencias policiales, según los testigos que aseguran haber sido tratados “como auténticos animales”. Puñetazos, patadas en la cara, collejas y amenazas son algunas de las situaciones descritas en el informe. En un caso concreto, al protestar por el trato dado a otras detenidas, una de las personas encarceladas asegura que fue rodeado por un grupo de policías y uno de ellos le espetó “busca un muerto y este muerto no será de nuestro bando” mientras abría y cerraba un cúter.
Por otra parte, las personas entrevistadas por Sirecovi manifiestan “no haber comprendido o no pueden señalar con exactitud cuando se produjo el trámite de información de derechos”, así como denuncian que se tardó horas en poder contactar con los familiares y que , en algunos casos, los policías les obligaron a hacerlo en castellano.
El informe del Sirecovi también denuncia la presencia policial en momentos en los que no está justificada, como son las visitas para elaborar los informes médicos o las declaraciones en sede judicial
El informe del Sirecovi también denuncia la presencia policial en momentos en los que no está justificada, como son las visitas para elaborar los informes médicos o las declaraciones en sede judicial. Ocho de las 22 personas entrevistadas afirman haber formado parte de este último supuesto. En cuanto a los informes médicos, once entrevistadas reconocidas por médicos durante la detención afirman que las visitas se efectuaron con presencia de varios agentes, lo mismo que les ocurrió a siete personas que recibieron la visita de médicos en las sedes judiciales.
“Es destacable el hecho de que el momento de la entrada en prisión sea vivido, en términos generales, como un alivio, en contraposición a la exposición reiterada a procesos de victimización experimentada en la vía pública, durante los traslados y en dependencias policiales, calabozos y juzgados”, concluye el informe.
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