Guerra en Ucrania
Toda guerra siembra fascismo

El fin de la hegemonía estadounidense ha terminado produciendo una dinámica de caos sistémico que está liberando todas las fuerzas destructivas del planeta, reavivando las narraciones delirantes de la guerra de razas, de conquista y opresión colonial, de violencia contra las mujeres y las minorías de género.
Ejercito ucraniano en el este del país
Propaganda bélica del ministerio de defensa ucraniano con niños y soldados en el este del país
Raúl Sánchez Cedillo

Participa en la Fundación de los Comunes

25 feb 2022 09:15

Hace tres días Vladimir Putin recordaba en su discurso de justificación de la invasión de Ucrania la historia del idilio de la Rusia post-soviética con el Occidente capitalista y la OTAN. El amigo Putin hizo el trabajo sucio del exterminio del islamismo en Chechenia y en suelo ruso, con métodos que las democracias formales occidentales no podían permitirse aún. Putin estabilizó un inmenso estado a la deriva con un enorme arsenal nuclear que estaba en manos de oligarcas que harían palidecer a cualquier malvado de la saga 007. Mientras tanto, recordaba Putin, las promesas de integración de Rusia en el sistema OTAN eran despachadas con un “mañana, pasado mañana”, a la par que avanzaba el plan de extensión fáctica de la OTAN hasta las fronteras rusas. El idilio terminó definitivamente con la derrota estratégica del terrorismo salafista de Al Qaeda, y la dinámica de guerra comenzó con la desastrosa intervención conjunta de la UE y la OTAN en la crisis política ucraniana que dio lugar al Euromaidan a finales de 2013. 

El fin de la hegemonía estadounidense ha terminado produciendo, como previó Giovanni Arrighi, una dinámica de caos sistémico en un interregno entre hegemones que está liberando todas las fuerzas destructivas del planeta, que está reavivando las narraciones delirantes de la guerra de razas, de conquista y opresión colonial, de violencia contra las mujeres y las minorías de género, de introducción del terror de la guerra en el corazón de Europa. La masacre balcánica se despachó como un triste episodio del salvajismo regional, ajeno a la nueva civilización europea de los Fischer y los d’Alema. Después llegó el 11-S y el golpe estadounidense que acabó con la construcción del imperio como modo de dominación capitalista planetaria con la excepción relativa de China. Desde entonces el capitalismo sobrevive en movimientos circulares entre guerras imperialistas bajo distintos pretextos, apropiación de recursos naturales, burbujas financieras de tipo extractivo: inmobiliarias, energéticas, de materias primas, de minerales raros, shocks económicos que reconcentran la riqueza y liquidan la escasa sustancia democrática que quedaba en los regímenes liberales occidentales, mientras asistimos cada vez más una capitalización del malestar psíquico y social por parte de nuevos dispositivos fascistas que convierten el malestar en voluntad de muerte.

El capitalismo sobrevive en movimientos circulares entre guerras imperialistas bajo distintos pretextos mientras asistimos una capitalización del malestar psíquico y social por parte de nuevos dispositivos fascistas que convierten el malestar en voluntad de muerte

Toda guerra siembra fascismo, lo refuerza, lo acelera. Desde el siglo XX, la guerra moderna y fascismo son dinámicas indisociables. Forma parte de la comedia macabra la formación de bandos en la izquierda a favor de uno u otro de los contendientes. La guerra es la continuación de la política capitalista por otros medios. Y viceversa, cada vez más la política capitalista es la continuación de la guerra por otros medios. Dan ganas de gritar: dejad de hacer el payaso eligiendo bandos en la masacre.

Y atended a lo esencial que nos toca: esta guerra cambia las reglas del juego en la UE postpandémica, eliminando todo proceso democrático que afecte a las élites capitalistas. De nuevo el Tío Sam, Boris the Clown y el Oso putinista se han conjurado para dar al traste con las ambigüedades que los planes de reconstrucción de la UE estaban determinando con el Green New Deal como terreno seguramente ficticio, pero eficaz en términos de relegitimación del poder de mando capitalista ante la catástrofe climática y la devastación producida por la gestión capitalista de la pandemia. Se acabó el “trato” con las fuerzas del trabajo en términos de aumentos salariales, de la protección social, de la lucha contra el envenenamiento de los recursos naturales en las ciudades y en la agricultura. Y se acabó igualmente el mínimo respeto por los compromisos de descarbonización de la economía en la COP26 del pasado noviembre. 

Hay muchos Sí y No a la guerra que piensan que este será un episodio corto, que conseguidos sus objetivos Rusia se retirará de Ucrania y se volverá a las precarias vías diplomáticas con compromisos dilatorios. Se equivocan

Hay muchos Sí y No a la guerra que piensan que este será un episodio corto, que conseguidos sus objetivos Rusia se retirará de Ucrania y se volverá a las precarias vías diplomáticas con compromisos dilatorios. Se equivocan. En esta guerra se crean los cuadros del fascismo y el militarismo europeo y ruso que sustituirán las ambivalencias de las extrema derechas europeas y rusa con una “decisión” mortífera rotunda en escenarios que les favorecen cada vez más.

Esta guerra destruye los cimientos del Green New Deal europeo y los transforma en una economía de guerra capitalista donde el chantaje del extractivismo energético lleva las riendas de la situación, tras el probable fin de Nord Stream 2 y la subida de los precios de la energía, que benefician a las oligarquías exportadoras rusas y compensan el efecto de las sanciones, mientras eliminan de golpe el efecto de las subidas salariales que han acompañado la reactivación postpandémica en muchas partes del mundo. Que asestan un golpe al hermano mayor y rico alemán en sus tratos exportadores con Rusia y China y vuelven a subordinarlo a los imperativos OTAN. La UE vive en una montaña de deuda que hoy se convierte en deuda de guerra, para la guerra, para el pillaje extractivista. Cualquier tregua es un receso en el proceso de desestabilización del gobierno y el estado rusos, ahora que se ha roto la baraja y no se hacen prisioneros en el conflicto entre oligarcas globales.

No nos engañemos, porque sería fatal: la invasión de Ucrania garantiza una situación de guerra generalizada, más o menos discontinua, y por lo tanto el final de toda aspiración emancipadora o incluso de las pequeñas conquistas sociales y civiles en Europa, mientras el espectro político se desplaza a los aledaños de la extrema derecha, en un feedback terrorífico.

La invasión de Ucrania garantiza una situación de guerra generalizada, más o menos discontinua, y por lo tanto el final de toda aspiración emancipadora o incluso de las pequeñas conquistas sociales y civiles en Europa

La respuesta de quienes somos carne de cañón en esta dinámica no puede hacerse esperar, y es el sabotaje multiforme y masivo de cualquier esfuerzo de guerra, tanto militar como informativo. Es la desobediencia civil contra la movilización total para la guerra de las poblaciones y de los recursos públicos. Una respuesta que también será prolongada y que, hablando de Hispania, tiene que ser el corazón de los proyectos políticos que se alumbren en esta fase post-Podemos, pero que solo puede ser un proyecto europeo que además haga el esfuerzo de entrar en estrecha conexión con las hermanas y hermanos del mundo eslavo.

Esta guerra tiene que ser el detonante de la fundación de una nueva Transnacional contra la guerra y el fascismo en todo el planeta, y por lo tanto contra un capitalismo planetario que acelera su proceso de destrucción de la vida en múltiples frentes, desde la guerra directa imperialista a la degradación catastrófica de la biosfera. Hay que mirar al horror a la cara, prepararse y preparar para que nadie más sucumba a la fascinación fascista por la guerra y la revancha, y conjurarse para una guerra prolongada contra la guerra y el fascismo capitalistas. Esta vez el realismo es revolucionario, porque el cerebro capitalista está irreversiblemente podrido de fascismo y guerra. Es la única política realista posible que puede impedir que el siglo XXI nos haga añorar los horrores y la insoportable inmundicia del siglo pasado.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Energía nuclear
Un espía en Viena Un espía en Viena
El OIEA está reclutando personal, pero está mirando donde no debe.
Opinión
Opinión Abolir la guerra y construir la paz
El camino de la construcción de la paz ha sido largamente desarrollado por el pensamiento por la paz. Un pensamiento que ha aspirado a hacer posible la abolición de la guerra.
#94440
26/2/2022 10:04

Panorama desolador: fascismo y guerra propios del capitalismo. Y una pizca de esperanza: “la fundación de una nueva Transnacional contra la guerra y el fascismo en todo el planeta “. Ya estamos tardando.

1
0
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.
Análisis
Análisis El PSOE intenta pescar en el río revuelto de la izquierda para acercarse al PP
Entre los votantes del PP solo hay dos cosas que produzcan ilusión: el rechazo a Sánchez y su Gobierno e Isabel Díaz Ayuso. Feijóo no es una de ellas.
Groenlandia
Análisis Por qué Groenlandia es clave en la carrera por las materias primas
El anuncio de Trump parece salido de una precuela de la película 'Don’t Look Up', en la que los intereses geopolíticos y económicos no nos dejan ver el colapso inminente.
Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición El CIS vuelve a situar la vivienda como el principal problema de la población
Uno de cada dos votantes de las izquierdas sitúan la vivienda entre los tres grandes problemas que afronta el país. La encuesta del CIS muestra a los partidos de la izquierda en la misma situación de desinfle que el mes pasado.
Ocupación israelí
Expansionismo israelí El Golán sirio, radiografía de una joya natural diezmada por la ocupación israelí
Las actividades extractivistas del Estado israelí sobre los recursos hídricos o proyecto de parque eólico en las tierras colonizadas amenaza el sustento diario de las comunidades locales.

Últimas

China
Pulsos bajo el cielo Beijing rave: amor, unidad y respeto
Exploramos los entornos de la música electrónica underground en Beijing, donde los jóvenes siguen creando espacios y nuevas formas de relacionarse y entenderse
Galicia
Literatura Daniel Salgado reformula las claves de la poesía política en la contemporaneidad en 'Poemas realistas'
El discurso de este poemario convoca las dos ideas-fundamento que vertebran la poética de Salgado: la constatación de la ruina y la perseverancia en la posibilidad de un horizonte no clausurado.
Opinión
Derecho a la vivienda Cuando el cuñao eres tú: cinco bulos progresistas sobre la crisis de la vivienda
Ni la compraventa de vivienda la protagonizan los fondos ni las zonas tensionadas bajan los alquileres ni el PP es el único que no las aplica.
Entrevista La Poderío
Entrevista La Poderío Carmen Fernández Gálvez: “El origen de la creatividad está en la naturaleza”
Carmen Fernández Gálvez (1979) nace en Vélez Málaga. Como mujer inquieta y curiosa decide realizar estudios de psicología. Su pasión por la cosmética natural y los remedios vegetales comenzó años más tarde.

Recomendadas

Represión
Represión Cómo descubrir a un infiltrado, el manual
Un grupo de afectadas por el espionaje policial publica un texto colectivo como herramienta y reflexión sobre este fenómeno.
Violencia sexual
Violencia sexual El ocaso de Neil Gaiman, el maestro de la literatura fantástica acusado de violar a varias mujeres
Un reportaje revela los testimonios de ocho mujeres que sufrieron agresiones sexuales por parte del escritor Neil Gaiman, autor del cómic ‘Sandman’ y nombre clave en la ficción contemporánea. Dos de ellas han presentado denuncias por violación.
Sareb
Derecho a la vivienda Civio lleva a la Justicia a la Sareb para que revele cómo malvendió 10.000 viviendas protegidas
La Fundación Civio presenta un recurso contra el ‘banco malo’ por negar el derecho al acceso a la información sobre los compradores y el precio al que fueron vendidas 9.400 viviendas de protección pública.
Brasil
Ana Carolina Lourenço y Fabiana Pinto “Organizar la imaginación es la lucha de nuestro tiempo”
En la vanguardia de los movimientos que plantaron cara a la extrema derecha bolsonarista, las mujeres negras cuentan con una largo recorrido en la disputa política brasileña. Un libro recoge su genealogía y sus miradas para el futuro.