Granada
Llenar las calles para hacer de cada casa una trinchera

Dentro de la ola de agitación y protesta por la vivienda que recorre el Estado el movimiento de Granada convoca una manifestación unitaria este sábado. Para que no quede, como tantas otras veces, en un ritual copiado de fuera e inicie un nuevo ciclo de lucha en la ciudad hay que empezar a reflexionar en torno a los aprendizajes de la última década. Es el momento de afinar programa y alianzas para construir una fuerza colectiva de clase contra el negocio de la vivienda.
9N-Vivienda Málaga Cádiz Sevilla - 1
Manifestación por la vivienda en Málaga el pasado 9N Martina Di Paula López

Militante del Sindicato de Vivienda de Granada

27 nov 2024 13:09

A estas alturas no puede sorprender a nadie que el Movimiento por la Vivienda de Granada haya decidido convocar una manifestación el próximo sábado 30 de noviembre. Bueno, quizás haya pillado por sorpresa a algún pequeño casero despistado, pero no así al resto de agentes con interés en el tema: los medios de comunicación generalistas que han dado con un tema jugoso con el que rellenar contenidos y dar pie a enconadas tertulias; ni a los partidos progresistas, a la caza de un movimiento organizado a partir del cual auparse y recuperar cierta capacidad de iniciativa política; tampoco a los bancos, que llevan años tratando de dar salida o rentabilizar aún más su amplia cartera de propiedades inmobiliarias sin hacer demasiado ruido.

Y desde luego no es una sorpresa para la clase trabajadora. Miles de granadinas que cada mes tenemos que sufrir toda una larga lista de situaciones relacionadas con acceder y habitar una vivienda que nos recuerdan que no contamos con un mínimo de garantías y que nos agarramos a cualquier salvavidas que encontramos. Pero también miles de granadinas que nos hemos visto reflejadas en las masivas movilizaciones que se han dado desde la primavera en grandes capitales como Madrid, Barcelona o Valencia, pero también en territorios periféricos como Canarias, Gijón, Baleares… generando un eco que ha empezado a reimpulsar el tejido vecinal autoorganizado en barrios como el Albaicín, el Realejo o el Zaidín.

Lo que tal vez haya podido generar sobresalto a quien se ha parado a pensar lo que realmente significa, es el lema bajo el que se convoca la manifestación: “No al negocio de la vivienda”. Un lema sencillo, pero con bastante trasfondo.

Hay quienes plantean que es un problema esencialista o de voluntad ética, resultado de la avaricia de algunos pequeños propietarios particulares o la maldad intrínseca de bancos y fondos de inversión. Por contra, decir no al negocio de la vivienda nos sitúa en un terreno real. La dinámica económica asentada desde hace décadas es la concentración de la propiedad de la vivienda y un escenario de desmembramiento de las clases medias. Puesto que los salarios resultan insuficientes para garantizar la posición social y económica, estas clases medias, en un último intento por aferrarse a su estatus, recurren a la extracción de rentas procedentes de la vivienda para mantener o incrementar sus ingresos. Es por eso que hablamos de rentismo popular.

También se insiste en que es un problema técnico, de gestión, de falta de intervención y desregulación del mercado por parte de las instituciones del Estado, derivado de su falta de voluntad política. Un problema que se manifestaría al no aplicar la ley de vivienda, no poner en marcha tasas turísticas o subvenciones al alquiler. Sin embargo, una mirada en profundidad a esas medidas (o a cualquiera que se haya tomado en cualquier momento del último siglo) nos conduce a una conclusión evidente: lo que queda protegido y sin cuestionar es, en un sentido amplio, la propiedad privada, y más concretamente la legitimidad para negociar con la vivienda. Es más, el Estado y sus gestores alientan y favorecen que esta situación continúe, interviniendo el mercado con dinero público para mantener los márgenes de beneficio de los propietarios de vivienda. Valga como muestra el cómico titular de El Mundo Today: “Los caseros preguntan al Gobierno cómo se solicita el bono de alquiler para jóvenes”. Por eso, otra vez, decimos no al negocio de la vivienda.

Por otra parte se intenta explicar el aumento de los precios como un desequilibrio entre oferta y demanda que se resuelve con más vivienda en el mercado. La fuerza de los hechos nos reitera en el No al negocio de la vivienda. No por gusto o dogmatismo, sino porque basta una rápida mirada a nuestro alrededor para saber que, per se, ampliar la oferta no es una solución, sino que retroalimenta el problema. Las 12.000 viviendas vacías de la ciudad, o la constatación de que ampliar la oferta de viviendas indirectamente a través de llevar el metro a Churriana y las Gabias hace subir allí los precios sin bajarlos en el resto de sitios son muestra de ello. Se hace evidente una conclusión: reducir la oferta hace subir los precios, y ampliarla no los baja, sino que agrava la tendencia de acumulación de la propiedad de las viviendas y se pretende ocultar que el verdadero problema de fondo es el acceso a la vivienda. Por no hablar de las evidentes limitaciones ambientales que tiene seguir construyendo.

Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Vivir y resistir en Andalucía, la comunidad con más desahucios del Estado español
En Andalucía, la comunidad con mayor número de desahucios, se producen 11 al día. En todo el territorio surgen experiencias que luchan por la vivienda digna en un lugar donde tener un techo “se ha vuelto una utopía”.

Frente a quienes, por la urgencia, sólo señalan una perspectiva del problema (ahora los precios de los alquileres, antes los desahucios hipotecarios) el lema “No al negocio de la vivienda” nos permite ampliar miras. Porque aunque las situaciones que afronta la clase trabajadora son complejas y divergen entre sí, carece de sentido parcelar la lucha entre inquilinas, okupas, hipotecadas o personas sin hogar. Compartimos el problema común de que acceder y habitar una vivienda está mediado por el dinero, y por esta razón es una cuestión de clase, que se manifiesta en cada momento o contexto de una forma particular. Por tanto no podemos poner límites a que la vivienda sea algo universal. Y recordamos que la unidad se construye desde abajo y empezando por quién peor está.

En resumen, no al negocio de la vivienda es un lema que condensa y señala con total transparencia las ideas que queremos dejar claras y el objetivo con el que salimos a la calle: nuestros problemas para acceder y habitar una vivienda son consecuencia de que una minoría social las acumule para hacer un negocio cada vez mayor con la colaboración de todas las instituciones del Estado. Y nos oponemos a eso. Ni más, ni menos.

No nos hacemos ilusiones, sabemos que no es solo cuestión de hacer calar entre mucha gente ese rechazo en abstracto. Para empezar porque ese rechazo ya existe en forma de malestar cotidiano, y limitarnos a visibilizarlo y quejarnos solo nos paraliza y nos hace naturalizar este estado de las cosas. Ahora de lo que se trata es de pasar de un deseo a una posibilidad de transformación real, de poner en práctica las palabras que Bertolt Bretch puso en boca de Galileo Galilei: “Se impone tanta verdad en la medida en que nosotros la impongamos. La victoria de la razón sólo puede ser la victoria de los que razonan”. En definitiva, pasar del sufrimiento individual al conflicto y la lucha organizada. Construir poder. Poder propio, poder de clase.

Para ello el primer paso es distinguir con quiénes contamos y con quiénes no. Evidentemente, quien es parte beneficiada del problema no puede ser parte de la solución, lo de destruir la casa del amo con las herramientas del amo de toda la vida, vaya. Con este razonamiento en mente, cae por su propio peso que no podemos contar con los partidos progresistas; ni con los que forman parte del Gobierno, ni con los que están en la oposición. En definitiva con todos aquellos oportunistas esperando una ola a la que subirse y surfear.

Y con el mismo razonamiento que antes, tampoco se trata de juntar siglas y logos pensando que eso en sí mismo nos hace aumentar nuestra fuerza. Es cierto que ninguna organización por sí sola tiene capacidad suficiente para arrancar victorias. Y precisamente por esto apelamos a la clase trabajadora organizada como la única fuerza capaz de hacerlo por sí misma, construyendo unidad a partir de sus necesidades e intereses.

Y es en esa dirección en la que van las reivindicaciones de mínimos que ha lanzado el Movimiento por la Vivienda granadino para dar inicio a un nuevo ciclo de lucha en la ciudad: bajar los alquileres; poner fin a la compra con uso especulativo; prohibición de los desahucios; poner a disposición de la clase trabajadora las viviendas vacías de fondos buitres, SAREB y bancos; despenalizar la ocupación y desarticular las empresas de desocupación; poner fin a la criminalización de la lucha por la vivienda; acabar con el sinhogarismo; recuperar recursos y espacios de la ciudad para quienes la habitan; eliminar los alojamientos turísticos y limitar las plazas hoteleras; conseguir una vivienda universal.

Por eso vamos a salir a la calle el próximo sábado. Igual que se ha hecho masivamente en Jerez, en Sevilla o en Málaga. Para que no nos roben nuestra vida. Para construir una fuerza social que nos dé certezas, garantías y victorias. Para decir no al negocio de la vivienda. Para hacer de cada casa una trinchera.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Derecho a la vivienda
Acoso inmobiliario Vecinas de San Ildefonso, 20 realizan acción directa y la policía amenaza con detenciones
Harta de acoso inmobiliario desde hace meses, la vecindad que sigue habitando este bloque de Lavapiés, ha intentado impedir con una acción los trabajos que la constructora Ardines S.L. viene realizando en el resto de pisos vacíos.
Barcelona
Derecho a la vivienda Primera conquista del 5A: acuerdo para regular los alquileres de temporada en Catalunya
El Govern junto con ERC, las CUP y Comuns pactan una ley que regulará los alquileres de temporada y por habitaciones, y creará un cuerpo de inspectores de vivienda, medidas pioneras en España.
Madrid
Derecho a la vivienda Ocupan una sede de Blackstone para pedir una solución para Virginia, obligada a vivir entre goteras
La Agencia de Vivienda Social de la Comunidad de Madrid y Blackstone “se pasan la pelota” y se niegan a dar soluciones al caso de una vecina de Tetuán con graves problemas de salud que lleva siete años viviendo en un piso público en ruinas.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sánchez piensa en un paréntesis legislativo para evitar roces con los socios tras una semana explosiva
El choque bronco por el caso de las compras de balas israelíes a cargo de Grande Marlaska puso sobre la mesa como nunca la ruptura de la coalición, aunque nunca fue una opción.
LGTBIAQ+
Juicio el 9 de mayo Lidia Falcón pide cinco años de cárcel a una mujer trans por un tuit de 2021 que no la menciona
La activista antiderechos Lidia Falcón denunció a Diana Juan Cano en 2021 por un tuit que apenas tuvo repercusión. La acusación pide una pena de cinco años de prisión y 50.000 euros de indemnización.
Comunidad de Madrid
LGTBifobia Femen protesta contra las terapias de conversión en un acto de la familia de psiquiatras Rojas Escapé
El movimiento Femen ha querido denunciar públicamente la relación de esta familia con sectores ultraconservadores de la Iglesia y su postura abiertamente contraria a los derechos del colectivo LGTBIQ+
Galicia
Galicia Cuidar sin derechos: la lucha de las trabajadoras en las residencias privadas de Galicia salta a la huelga
Sin tiempo ni medios para ofrecer unos cuidados adecuados, alertan de una situación insostenible en los centros y denuncian la privatización de un servicio a costa del bienestar de las personas mayores y dependientes.
València
València Convocan una huelga general contra Mazón el próximo 29 de mayo
CGT, CNT, COS e Intersindical llaman a la movilización por la gestión de la Dana, los recortes y la situación de acceso a la vivienda.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Opinión
Opinión “Tener correa” y la ridiculización del afecto
Existe una presión muy fuerte sobre los propios hombres para que no amen demasiado, no cuiden demasiado. El ideal de “libertad masculina” tradicionalmente se entiende como independencia, desapego, y muchas veces, desinterés.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Opinión
Opinión Las sáficas también somos trans, deseamos trans y amamos trans
Resulta irónico que a quienes tanto nos han cuestionado la identidad de “mujeres de verdad” en función de nuestra expresión de género o la vida que decidimos emprender no levantemos antorchas al ver el mismo odio operando con estrategias similares.
Francia
Francia Militantes e intelectuales exigen la absolución de Anasse Kazib, perseguido por su apoyo a Palestina
El Estado francés utiliza el tipo penal de “apología del terrorismo” para perseguir a personalidades y colectivos que han mostrado su apoyo a Palestina y su repulsa al genocidio cometido por Israel.
Más noticias
Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Opinión
Opinión Las sáficas también somos trans, deseamos trans y amamos trans
Resulta irónico que a quienes tanto nos han cuestionado la identidad de “mujeres de verdad” en función de nuestra expresión de género o la vida que decidimos emprender no levantemos antorchas al ver el mismo odio operando con estrategias similares.
Opinión
Opinión IA: un proyecto tecnosupremacista
La pregunta que me hice hace algunos años fue: ¿Por qué existe un evidente interés en “crear la cuestión de la IA”, cuando las tecnologías y las lógicas que la componen están ya operativas desde hace años?

Recomendadas

Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.