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Gentrificación
Eurocopa 2020: el mercado de los macroeventos marca otro gol en Bilbao
La ciudad acogerá en junio la Eurocopa de fútbol entre reclamos de más derechos sociales. El evento trasciende lo deportivo y obliga a preguntarse qué hay detrás del modelo de la ‘eventualización’.
La Eurocopa de fútbol cumple 60 años, estrena nuevo formato y desembarcará este verano en Bilbao arropada por la retórica institucional de su impacto económico y proyección internacional. No hay ya solo un único país anfitrión y el torneo se disputará en 13 estadios repartidos por varios países europeos. San Mamés Barria, el nuevo campo del Athletic, inaugurado en septiembre de 2013, albergará cuatro partidos. La ciudad, a través de varios de sus movimientos sociales, se prepara una vez más para defender su cotidianidad frente a su ‘eventualización’.
El actual campo de San Mamés puede acoger a más de 53.000 espectadores frente a los poco más de 40.000 que podía albergar la vieja ‘Catedral’. El nuevo estadio del Athletic ostenta la categoría 4, de acuerdo con la normativa de la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA), lo que le permite celebrar partidos de la Eurocopa. Así, el Ayuntamiento de Bilbao, a propuesta de la Real Federación Española de Fútbol, presentó su candidatura para ser una de las sedes de este torneo en 2020. La villa fue elegida junto a otras 12 ciudades europeas en septiembre de 2014. San Mamés acogerá a lo largo de junio tres partidos de la fase de grupos de la Eurocopa, en la que la selección española será el equipo local, y un partido de los octavos de final. España, Suecia, Polonia y otro equipo venido de los play-off conforman el grupo que competirá en Bilbao.
NO EN MI CAMPO
Las protestas en el independentismo vasco, que reclamó que la Euskal Selekzioa fuese la anfitriona de esta competición y no la selección española, pillaron fuera de juego en un primer momento al Partido Nacionalista Vasco. El Ayuntamiento de Bilbao, gobernado entonces por Iñaki Azkuna, recibió la noticia de la designación con entusiasmo. Sin embargo, el Gobierno vasco también se felicitó pero matizando, en palabras del lehendakari Iñigo Urkullu, que les gustaría “que la selección de Euskadi pudiera participar”. En cambio, el Diputado General de Bizkaia, José Luis Bilbao, se mostró contrario a que España jugase como local en San Mamés y manifestó su preocupación por la seguridad.
En marzo de 2019 se presentó Bilbao 2020 Eurocopa Honi Ez!, la plataforma que se opone a la celebración de este gran evento deportivo en la capital vizcaína. Durante el pasado verano se ha dedicado a darse a conocer y hacer propaganda en las fiestas populares de los pueblos. Entre noviembre y diciembre se han presentado por diferentes rincones de Euskal Herria. En total, entre 30 y 40 charlas. Ahora, ya en 2020, se preparan para la recta final de su campaña y el 14 de marzo van a celebrar en Durango un encuentro con mesas redondas, kalejira y otras actividades.
Xabier Zulaika y Hodei Elvira son futboleros, integrantes de Bilbao 2020 Eurocopa Honi Ez! y partidarios de la Euskal Selekzioa. Eso sí, entienden que el trasfondo de esta Eurocopa va más allá de lo deportivo. “La primera contradicción que nos encontramos fue: ¿si la selección vasca pudiera jugar esta Eurocopa, la aceptaríamos en el formato que tiene? Rápidamente nos dimos cuenta de que no”, resume Xabier Zulaika. Fue entonces cuando decidieron ponerse en contacto con otros agentes sociales para tratar de formar un bloque más amplio contrario a este macroevento. “No es solo un tema nacional o de fútbol, está ligado a la lógica del fútbol-negocio, a los macroeventos y al sistema capitalista”, añade. En este sentido, la Eurocopa no sería un caso aislado y se enmarca en una apuesta por los grandes eventos en la que se incluyen, entre otros, el BBK Live, los premios de la MTV o la final de saltos Red Bull.
“No es solo un tema nacional o de fútbol, está ligado a la lógica del fútbol-negocio, a los macroeventos y al sistema capitalista”
Desde las instituciones, el PNV también es consciente de que el tema trasciende lo puramente deportivo. José Luis Bilbao, el anterior Diputado General, rectificó sus primeras declaraciones ante la prensa. Los jeltzales han centrado su discurso de apoyo a la Eurocopa en dos puntos, que sirven, además, para justificar cualquier evento masivo: la repercusión económica y la proyección internacional. Aunque la cuestión nacional pueda hacer aflorar tensiones dentro del partido, en lo económico la apuesta del PNV es clara. Aun así, los jeltzales quieren ganarse también la simpatía de los partidarios de la Selección vasca o, al menos, no disgustar a la parte de sus votantes que lo sean. Hace unas semanas, en el acuerdo firmado con el PSOE para investir a Pedro Sánchez como presidente, el PNV incluyó un punto en el que se apuesta por “abrir cauces para promover la representación internacional de Euskadi en el ámbito deportivo y cultural”.
Para Xabier Zulaika y Hodei Elvira el PNV tiene un discurso ambiguo respecto a la oficialidad de la Euskal Selekzioa y aceptar que Bilbao acoja la Eurocopa, a propuesta de la Real Federación Española de Fútbol, la misma federación que niega la oficialidad de la selección vasca, supone toda una incoherencia. “Saben que la opinión pública se les puede echar encima y entonces te dan una de cal y otra de arena”, explica Xabier Zulaika.
PARTIDO REGALADO
“Me ha impresionado la ilusión con la que se presenta la gente”, ha señalado el mítico jugador del Athletic Julen Guerrero, embajador del voluntariado para la UEFA EURO 2020. La organización futbolística de la Eurocopa empleará a 900 voluntarios y voluntarias para la celebración de su campeonato en Bilbao. Pese a ser la ciudad con menos habitantes de todas las sedes del torneo, Bilbao, con cerca de 2000 solicitudes, es donde más personas se han apuntado para colaborar. El voluntariado ocupará, como reconocen desde la web de la UEFA, un papel clave en la organización de este evento.
Desde Eragin, la Asamblea de Jóvenes Precarias de Bilbao, ya han trabajado antes el tema de los grandes eventos. Así, el año pasado llevaron a cabo una potente campaña para visibilizar los abusos y las malas condiciones laborales durante el festival BBK Live. Para Gaizka Suárez, de Eragin, una de las claves del éxito de su campaña consistió en poner el foco sobre “las cosas concretas, las particularidades, hablar de personas y trabajadoras que sufren las consecuencias de estos macroeventos. Muchas veces hemos querido confrontar desde el movimiento popular estos grandes eventos y no hemos tenido éxito porque hacemos lecturas genéricas de lo que son, de lo que suponen, pero sin bajar a lo concreto”.
En el caso de la Eurocopa, la casuística es diferente. Con la promoción del voluntariado, “quieren tener un ejército de trabajadores que no cobren, que trabajen gratis, para sacar más tajada”, denuncia el militante de Eragin. Por eso, Gaizka Suárez enlaza su lucha contra el voluntariado de esta Eurocopa con otras líneas de actuación de la asamblea de jóvenes: falsos autónomos, becarios y trabajos precarizados en general. “Quieren ir rompiendo con el antiguo modelo, que aunque no era suficiente sí que tenía unas garantías para los trabajadores. Y ahora estamos viendo toda una maquinaria ideológica para que vayamos normalizando prácticas de este estilo”, explica el integrante de Eragin. “Entendemos que incentivar el trabajo gratis, voluntario, forma parte del proceso que tiene en marcha la propia burguesía para poder ir metiendo su nuevo modelo de relaciones laborales”, sentencia.
La UEFA ha reconocido que exigió al Estado español una exención fiscal como condición para que la Eurocopa se disputase en la villa bilbaína.
No es solo Julen Guerrero. Desde Bilbao 2020 Eurocopa Honi Ez! han descubierto que hasta el Athletic está implicado directamente en la apuesta por el voluntariado durante la Eurocopa. “El Athletic envió una solicitud a la Universidad del País Vasco para reclutar voluntarios para los medios de comunicación. Y la universidad mandó un correo electrónico a parte de su alumnado para que cubran el evento por la cara”, denuncia Hodei Elvira. Asimismo, desde el Athletic han enviado solicitudes de voluntariado a equipos juveniles de fútbol de todo Bizkaia. Por su parte, en Eragin también se han encontrado con casos similares. “Se ha estado mandando propaganda al instituto, a gente que aún es menor, para que fuesen de voluntarios a la Eurocopa”, remarca Gaizka Suárez.
Aun así, no basta con el trabajo gratuito del voluntariado, ni con que el estadio se adapte a sus reglamentos. La UEFA es una invitada muy exigente y las haciendas locales también deben adaptarse para que esta organización internacional se sienta cómoda durante su estancia en Bilbao. La UEFA ha reconocido que exigió al Estado español una exención fiscal como condición para que la Eurocopa se disputase en la villa bilbaína.
A finales de diciembre de 2018, el Consejo de Ministros aprobó un decreto que libera a la UEFA de pagar impuestos por las rentas obtenidas durante la competición. En concreto, la organización dejará de pagar el impuesto de sociedades, el impuesto sobre las personas no residentes y el IRPF. Tampoco los jugadores, salvo los que tributan habitualmente en territorio español, tendrán que pagar impuestos por las primas que reciban.
La Diputación de Bizkaia, que ostenta las competencias de Hacienda en este territorio histórico, avaló en febrero de 2019 en las Juntas Generales -con los votos de PNV, PSOE y PP- la exención fiscal aprobada en Madrid. Además, la Diputación ha asignado una partida de 750.000 euros para la celebración de la Eurocopa en sus presupuestos de 2020. “Se están usando recursos públicos para beneficiar intereses particulares”, afirma Gaizka Suárez, de Eragin. A su juicio, esta situación se repite con los grandes eventos y se justifica por su repercusión económica y por “llevar la imagen de Bilbao a distintas partes del mundo”.
Si atendemos a las cifras oficiales, la inversión total para la celebración de la Eurocopa en Bilbao es de 5,5 millones de euros. Las instituciones vascas, en su conjunto, han puesto 3,5 millones. No obstante, el concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo del Ayuntamiento de Bilbao, Xabier Ochandiano, ha justificado esta importante inversión de dinero público por la repercusión económica del evento. Según este concejal, citando estudios previos, la Eurocopa dejará 84 millones de euros de impacto directo.
BENEFICIOS SOCIALES
Desde el Instituto de Ocio de la Universidad de Deusto, su director, Fernando Bayón, es firme partidario de realizar estudios que evalúen los resultados de los eventos. “Tenemos que preguntarnos por los indicadores”, propone, para no aceptar acríticamente los balances que ofrecen las empresas y los representantes políticos. Por eso, insiste en huir del corto plazo, de las ruedas de prensa inmediatas al cierre de los eventos en las que todo son felicitaciones y avances positivos de las cifras económicas. Fernando Bayón apuesta por abrir el foco y no encerrarse en la lógica cuantitativa.
En su opinión, los beneficios a más largo plazo —culturales, sociales, medioambientales...— necesitan de otros indicadores. En ese sentido, el director del Instituto de Ocio de la Universidad de Deusto reconoce que le gusta el término sostenible porque “cada vez incorpora más facetas”. Por eso, utiliza la expresión “eventos sostenibles”. Y, al igual que con la cuestión medio ambiental, cree que la sensibilización en este tema es cada vez mayor y los agentes sociales, las empresas y las instituciones buscarán la manera de incorporar otras dimensiones a sus análisis. Para Bayón, situarse en el marco de a favor o en contra de los eventos es un error y su apuesta pasa por repensar de qué forma pueden tener un efecto positivo en amplias capas de la población.
Por su parte, Gaizka Suárez, de Eragin, es más desconfiado en su lectura. “Para nada se puede hablar de una vuelta social del dinero”, sostiene convencido. A su modo de ver, solo se trata de una estrategia para justificar los grandes eventos y “llevar la imagen, la marca Bilbao, a distintas partes del mundo”. En esta misma línea, Xabier Zulaika y Hodei Elvira, de Bilbao 2020 Eurocopa Honi Ez!, también se muestran desconfiados y preguntan “¿quién se lleva finalmente todo ese dinero?”.
“Bilbao no es un lema bonito para un cartel. Los eventos que quieren enriquecerse a costa de Bilbao no son buenos para la ciudad."
Afrontar de manera crítica un evento como la Eurocopa en Bilbao supone todo un reto. A la masiva promoción de las instituciones hay que sumar el conocido aprecio que tienen los bilbaínos por su ciudad y su muy extendida afición por el fútbol. “Siempre ha habido un sentimiento bilbaíno muy potente”, reconoce Gaizka Suárez. En su opinión, los poderes económicos y los representantes políticos se aprovechan de ese sentimiento para justificarse y convencer a la población de las bondades de convertir Bilbao en una ciudad-escaparate, un escenario para los grandes eventos. “Bilbao no es un lema bonito para un cartel. Los eventos que quieren enriquecerse a costa de Bilbao no son buenos para la ciudad. Bilbao somos nosotros, la gente trabajadora que lo hacemos posible día tras día”, contrapone el integrante de Eragin frente al discurso sobre la proyección internacional de la ciudad.
Para Xabier Zulaika y Hodei Elvira, declararse futboleros siendo conscientes de cómo se gestiona hoy en día el fútbol supone también una contradicción. Por un lado, reivindican el fútbol como patrimonio de la clase obrera. Por otro, reconocen que, en su forma actual, la más de las veces es una excusa para hacer negocio. Con todo, Hodei Elvira reclama su disfrute, sus valores, para todas la personas y cree que también es un espacio desde el que reivindicar. “Así lo hacemos nosotros, por ejemplo, desde las gradas”, concluye.
EL MITO INTERNACIONAL
El nuevo formato de esta Eurocopa 2020 es un ejemplo de la relevancia que desde hace años están cogiendo las ciudades como actores de pleno derecho en el escenario internacional. Las ciudades concentran desde 2016 más de la mitad de la población mundial. No es extraño, entonces, que estén en el punto de mira del capitalismo globalizado. Las corporaciones se valen de la celebración de macroeventos en las urbes para obtener sus beneficios. Y, en muchos casos, las instituciones tratan de posicionar a sus ciudades, mediante el concepto de proyección internacional, en un mercado global y competitivo.
Según Fernando Bayón, director del Instituto de Ocio de la Universidad de Deusto, las reflexiones sobre este tema deben comenzar desde lo concreto, desde el espacio físico, aunque esté indisolublemente unido a los vínculos sociales. “Las infraestructuras están diseñadas para que el ciudadano se comporte como un espectador y sea un mero receptáculo”, explica. A partir de ahí, advierte sobre los peligros de la “eventualización de la ciudad” y critica la gestión política y económica de los grandes eventos que colocan al ciudadano en la fase final de la cadena de valor. Es decir, alguien que se limita a pasar por taquilla y pagar su entrada.
Para hacer una lectura crítica de la retórica de la proyección internacional de Bilbao, el profesor Bayón propone cuestionar “el mito” de la terciarización de las ciudades y la centralidad del sector servicios en el mantenimiento de la vida cotidiana de las personas. Que Bilbao ha sufrido un largo proceso de desindustrialización es una realidad que Bayón no pretende negar pero considera que la industria sigue desempeñando un papel imprescindible. Y añade que, cuando se habla del sector servicios, se tiende a ignorar que algunos de sus trabajos están muy precarizados.
“Antes estaba la debacle, un entorno crítico, y entonces la terciarización de la ciudad nos ha colocado en el panorama competitivo internacional”, resume, para hablar de la función del mito que legitima la idea de ciudad-marca. A su parecer, Bilbao es una ciudad que lidia bien con su memoria. Con todo, advierte del peligro de que el relato de la ciudad se convierta en un monólogo del poder político. Por eso, considera crucial que otras voces también cuenten para construir así un relato coral.