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Fiscalidad
El Gobierno prorroga el impuesto a las energéticas con las exigencias de Junts pero sin contentar al PNV
Los votos en el Congreso siguen sin dar, pero Pedro Sánchez ha anunciado en su última comparecencia del año que va a prorrogar el impuesto a las grandes energéticas durante 2025. Es decir, las empresas energéticas que facturan más de 1.000 millones al año tendrán que abonar nuevamente el impuesto sobre las ventas de 2024. Dado que las empresas parece que vuelven a batir sus récords de beneficios, el impuesto traerá unos 1.500 millones extras a las arcas públicas.
Pero el culebrón de los impuestos energéticos no acaba a golpe de Real Decreto como le gustaría al PSOE. El trámite todavía tiene que pasar la fase del Congreso donde el Gobierno de coalición tendrá que contar con el apoyo de todo el bloque de investidura en los próximos 30 días. Dadas las exigencias de los dos partidos de derechas, PNV y Junts, no parece que sea fácil.
Junts podría estar contento con la opción que se deberá analizar una vez se publique en el BOE. Sánchez ha anunciado que los compromisos con los socios de investidura se han cumplido modificando el gravamen para que incluya inversiones estratégicas de descarbonización y transición ecológica. Con eso podría quedar salvada la exigencia de los catalanes que pretendían que las inversiones de Repsol en Tarragona no se vean afectadas. Habrá que esperar a ver qué tipos de bonificaciones contempla el nuevo gravamen y que puertas abre a dicho puñado de empresas para que reduzcan el recibo fiscal a abonar.
Si el PNV cumple con sus amenazas, no votará a favor de esta extensión para alargar el impuesto a las energéticas
Más difícil parece el encaje con el PNV. Los nacionalistas vascos habían dicho que verían con buenos ojos un nuevo impuesto que dejara la recaudación en las arcas vascas. El problema es técnico: un gravamen temporal, tal y como está concedido el actual, no puede repartir la recaudación entre autonomías ni cederlas a las forales. Eso sólo se podía hacer con un nuevo impuesto, tal y como propusieron ERC, EH Bildu y BNG. Si el PNV cumple con sus amenazas, no votará a favor de esta extensión para alargar el impuesto a las energéticas y el RD caerá en sede parlamentaria en los próximos 30 días.
En la parte izquierda podría estar más tranquila la cosa, aunque habrá que ver en los próximos días cómo reaccionan los partidos. El tripartito que fue junto a las europeas podría encajar esta extensión del gravamen actual como una prórroga de un año para pensar y negociar en un impuesto permanente al sector eléctrico. La propuesta de ERC, BNG y Bildu no está contemplada en el RD anunciado hoy, porque dicha propuesta era para un impuesto permanente y lo que ha anunciado Sánchez es la prórroga del actual con modificaciones medioambientales. Tendremos que esperar a que dichos partidos lean el texto del BOE y decidan si encaja o no en sus demandas y si puede ser considerado un año extra para pensar en un nuevo impuesto más ajustado a lo que pactaron con Sánchez hace un mes.
Habrá que ver si Junts queda contento con las bonificaciones y si el PNV se toma este acto como un año de respiro hacia otro que engorde las arcas vascas
Falta también ver la reacción de Podemos. Desde la agrupación morada habían dejado claro que no votarían nada que no fuera la extensión del actual o seguir gravando a las grandes energéticas de una forma u otra, incluído el bloqueo sobre la negociación y voto de los nuevos Presupuestos Generales del Estado para este año entrante. Por lo que el anunció de podría contentar las peticiones de los de Ione Belarra. Aunque, de igual forma que los otros tres partidos de izquierdas nacionalistas, deberán leer dicho texto y calcular qué van a pagar finalmente las energéticas con dichas bonificaciones. Desde Podemos también han insistido en que prefieren un impuesto permanente, por lo que habrá que ver si se contentan con esta prórroga y tener un año por delante para negociar uno permanente, o si retiran también su apoyo al RD y votan en contra cuando se lleve al Congreso en enero.
De momento, tendremos que esperar al BOE para ver cómo y de qué forma se pueden desgravar las inversiones estratégicas ecológicas las grandes empresas para saber si la extensión del gravamen será efectivo a las arcas públicas o si, por el contrario, las bonificaciones librarán a ese pequeño grupo de empresas de pagar casi nada. En la parte política, habrá que ver cómo reacciona el arco izquierdo, si Junts queda contento con las bonificaciones y si el PNV se toma este acto como un año de respiro hacia otro que engorde las arcas vascas.