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Elecciones del 26 de mayo
26 de mayo: ¿final de trayecto?
Final o nuevo trayecto. El 27 de abril hay que elegir. Pero el 26 hay que votar contra el monstruo.
El 15 de marzo de 2011 miles de jóvenes acampaban en la Puerta del Sol. Contra todo pronóstico, aquel movimiento espontáneo cuajó, la plaza de Madrid se llenó de tiendas, de color, de asambleas populares y de reivindicaciones que pillaron por sorpresa a la izquierda de este país.
La Izquierda Unida de Cayo Lara, que llevaba varios años sintiéndose víctima del régimen bipartidista, tardó un tiempo en reaccionar ante aquellos cientos de miles de jóvenes que gritaban contra el PP y el PSOE, juzgados corresponsables de la crisis económica que azotaba el país desde 2008. Los sindicatos de clase, siempre con un ojo puesto en la mesa de negociaciones, no supieron qué responder ante una clase obrera precarizada - ¿qué otra cosa eran aquellos estudiantes, investigadores, camareros, becarios y activistas de Sol? - que reclamaba un futuro digno, salarios decentes y que empezó a organizarse en plataformas como la PAH para hacer frente a una de las más visibles violencias del sistema económico capitalista: los desahucios. Si vuestro sindicalismo de moqueta no nos da respuesta, vinieron a decir, nosotros organizamos nuevos instrumentos de solidaridad obrera. Y lo hicieron.
El 15M se extendió a otros barrios y otras plazas. En Extremadura se organizaron, por simple mimetismo y contagio, es cierto, asambleas en Cáceres, Badajoz, Plasencia, Mérida, Villanueva de la Serena, Don Benito, etc. Ya con el Partido Popular en el gobierno, tomaron el testigo las mareas: cada una reclamando en la calle el fin de las políticas de austeridad y recortes sociales.
En Extremadura se organizaron, por simple mimetismo y contagio, es cierto, asambleas en Cáceres, Badajoz, Plasencia, Mérida, Villanueva de la Serena, Don Benito, etc
Fue en este caldo de cultivo donde nació Podemos, inevitable respuesta política ante un vacío que no lograba llenar la Izquierda Unida de Cayo Lara, Willy Meyer o Jose Luis Centella. Es curioso anotar cómo el 15M se apropió de la figura, el discurso y el ejemplo de Julio Anguita, al tiempo que arrinconaba y recelaba de los dirigentes que le sucedieron, cuyo lenguaje, dirección política y gestos simplemente eran un muro insalvable con una juventud que quería protagonismo y luchas. ¿Qué hubiera pasado si la renovación de Izquierda Unida, que encabezaría Alberto Garzón en 2016, no se hubiera retrasado tanto? Solo podemos hacer conjeturas o ucronías.
Sí hubo quien realizó una lectura correcta de la dimensión del 15M y del potencial peligro que podía representar un partido que se alzase con casi el 20% de los votos: el Partido Popular de Mariano Rajoy y el IBEx 35. Y decidieron actuar.
Elecciones del 26 de mayo
Apuntes apresurados de sociología electoral extremeña
Fernández Vara no es Pedro Sánchez, y entregarse al abrazo del oso del PSOE más corrupto y caciquil, más desarrollista y antiecologista, más casposo y antiilustrado, puede ser un suicidio a medio plazo.
Han pasado ocho años. Solo ocho años. En ocho años, Podemos se ha desgarrado, y aunque el ataque casi diario desde el poder y sus cloacas es innegable, los errores internos no pueden ocultarse. Están ahí y han cercenado las poderosas alas con las que había nacido este partido que no era el movimiento del 15M pero que sin el 15M nunca hubiera existido. Viejas prácticas políticas cuajaron. Ciertos comportamientos de casta política hicieron acto de presencia. El desprestigio de una parte de sus dirigentes era inevitable.
La tregua
Hace ocho años nadie hubiera imaginado que en el Congreso de los Diputados iba a sentarse, con dos millones de votos, una fuerza política de extrema derecha: nacionalcatólica en sus postulados, con un programa económico ultraneoliberal y un discurso antifeminista y xenófobo. Las trincheras de la nostalgia se han abierto en la carrera de San Jerónimo con 24 escaños.Ocho años después, Izquierda Unida y Podemos han culminado un necesario acuerdo que ha impedido la quiebra total, pero otras fracturas y otras rupturas han sacudido el edificio político.
Vox ha dado una tregua, es paradójico ¿verdad?, en los enfrentamientos cainitas en la izquierda. Pero esa es una tregua con fecha de caducidad
La irrupción de Vox ha servido también para que activistas y militantes, para que el movimiento feminista (verdadera antorcha en estos últimos dos años) y los hombres y mujeres que creen en la libertad y la igualdad hayan tomado conciencia del abismo que se estaba abriendo y acudieran en masa a las urnas para frenar el fascismo. Con la nariz tapada, es una expresión usual que hemos podido oír estos días.
Vox ha dado una tregua, es paradójico ¿verdad?, en los enfrentamientos cainitas en la izquierda. Pero esa es una tregua con fecha de caducidad.
26 de mayo
Y así llegamos a este 26 de mayo. Con demasiados jirones. Con demasiados parches puestos por la urgencia del momento, frágiles y limitados.En Extremadura se ha logrado crear una candidatura unitaria pero en cuya génesis la participación popular, desde abajo, entroncando con luchas y experiencias de lucha, con movimientos sociales y con programas nacidos del debate ciudadano, no ha tenido espacio. Es una candidatura unitaria apresurada… y necesaria. Apresurada porque han pesado las inercias conjugadas con la urgencia electoral y la urgencia política (¡frenar a Vox!); y necesaria porque cortar el paso al fascismo es un deber inexcusable y prioritario. Quien no lo vea, merece ser condenado al infierno de Dante: allí donde moran los indiferentes, los que en vida nunca tomaron partido por nada, los eternos neutros, aquellos que merecen el olvido… “non ragionam di lor, ma guarda e passa” (no hablemos de ellos, pero mira y pasa).
Este 26 de mayo, Unidas Por Extremadura es la única lista frente a un Partido Socialista que sigue fuerte y una derecha dividida en tres con un programa contra las clases populares. En estos cuatro años no hemos sido capaces de volver a inundar las plazas, y el clientelismo y el caciquismo siguen siendo señas de identidad de esta región. Izquierda Unida ha realizado un ajuste de cuentas con su pasado demasiado limitado y Podemos ha dejado pasar su oportunidad: los ritmos políticos impuestos por la política institucional se han comido expectativas, espacios y discursos.
El 27 de mayo la tregua impuesta ante la irrupción de la extrema derecha habrá acabado. En España y en Extremadura
La alternativa a un PSOE instalado en el poder, y con visos de mantenerlo, acude a una nueva cita electoral muy debilitada. Y este 26 de mayo tal vez sea un final de trayecto. Los y las dirigentes actuales de Podemos y de Izquierda Unida, a partir del 27 de mayo, tendrán la palabra. El 27 de mayo la tregua impuesta ante la irrupción de la extrema derecha habrá acabado. En España y en Extremadura.
Y el 27 de mayo hay dos salidas: a) Los nuevos diputados pueden optar por las viejas recetas. Son las cómodas. No hay duda. Pero serán el fin de trayecto. Unidas Por Extremadura se irá acomodando al nicho tradicional del votante de IU: un cinco por ciento. Un valor testimonial de resistencia, a veces romántico, a veces épico, pero siempre testimonial.
b) O puede arriesgar y realizar las tareas que no ha cumplido en cuatro años:1) Llamar a la ciudadanía, a nuestra gente, a levantar un nuevo proyecto frente al caciquismo extremeño.2) Debatir desde abajo: diseñar los ritmos, los límites y las apuestas de ese debate. 3) Aparcar eternas enemistades y empezar desde cero. 4) Dar paso –ayuda al punto tercero– a una nueva generación de dirigentes y activistas.
Y aprender, sobre todo, de los errores cometidos.
Final o nuevo trayecto. El 27 de abril hay que elegir. Pero el 26 hay que votar contra el monstruo.
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Hablan de Voz como si fuera un monstruo. Ultra-noseque, ultra-nosecuanto.
Se olvidan mencionar que Podemos es un partido COMUNISTA. ¿Saben lo que eso significa?. ¿Han leído algo de historia?.
Totalmente de acuerdo Víctor, pero va a tener que haber mucha presión desde abajo y desde fuera de las estructuras partidarias para que la opción b tan necesaria sea la vía que prevalezca sobre las inercias, los personalismos y las prácticas elitistas y autoritarias de la vieja izquierda (y de la "nueva" que ha envejecido tanto tan deprisa). Salud
Excelente artículo, totalmente de acuerdo, con la confluencia es más que necesaria y merece todo el apoyo, pero por los motivos que se citan en el artículo no se ha realizado como debería ser, algo más amplio y participado.
Y lo mismo para después de las elecciones, hay que arriesgarse, hacer una política diferente y conseguir un movimiento mucho más amplio y desde abajo