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Feminismos
Solo el feminismo nos va a salvar de esta
El reciente retorno de Donald Trump al poder en Estados Unidos ha puesto de manifiesto una preocupante tendencia global: el ascenso de líderes autoritarios, ultracapitalistas, racistas y homófobos. Esta ola no es un fenómeno aislado, sino parte de un patrón que se repite en diversos países donde figuras similares han ganado elecciones y han comenzado a desmantelar instituciones democráticas fundamentales. En este contexto, el feminismo emerge como una fuerza crucial para resistir esta amenaza y preservar los valores democráticos.
Durante décadas, la derecha perdió la batalla cultural en muchos aspectos. Sin embargo, en los últimos años, han logrado reconquistar terreno, especialmente entre los hombres y jóvenes, sectores donde los discursos de odio y la desinformación han calado hondo. Han ayudado a este ascenso los medios de comunicación y creadores de contenido y youtubers (en su inmensa mayoría hombres) que promueven estos discursos o que simplemente no se posicionan en contra. A pesar de ello, las mujeres han demostrado ser un baluarte importante contra esta marea reaccionaria. En recientes elecciones en diferentes países, el voto femenino ha sido decisivo para frenar a candidatos autoritarios, y los movimientos feministas han liderado protestas y acciones que han frenado o al menos mitigado las medidas más drásticas de estos líderes.
Mujeres liderando la resistencia democrática
El feminismo ha sido una de las fuerzas más persistentes y efectivas en la defensa de los derechos humanos y las libertades civiles. Las mujeres, al haber sido históricamente marginadas y subrepresentadas, entienden de manera única los peligros del autoritarismo y la necesidad de resistirlo. En muchos casos, son las primeras en organizarse, protestar y movilizar a la sociedad en defensa de los valores democráticos.
Uno de los ejemplos más claros de esta resistencia fue el movimiento Women’s March en Estados Unidos, que movilizó a millones de personas en contra de las políticas de Trump desde su primer día en el cargo. Este movimiento no solo demostró el poder de las mujeres para organizarse, sino también para influir en la opinión pública y en las decisiones políticas.
En lo que tendremos que trabajar
La movilización feminista tiene varios aspectos positivos. En primer lugar, promueve una mayor participación política y social de las mujeres, lo que es crucial para equilibrar el poder y garantizar que las decisiones políticas reflejen las necesidades y deseos de toda la población, no solo de una élite masculina. En segundo lugar, el feminismo está intrínsecamente ligado a otras luchas por la justicia social, lo que significa que su éxito podría tener un efecto dominó en otras áreas, como los derechos de las minorías y la protección del medio ambiente.
Los desafíos de la lucha feminista
La creciente polarización también presenta desafíos significativos. La brecha ideológica entre los que apoyan las políticas progresistas y aquellos que se adhieren a los discursos autoritarios y ultraconservadores se ha ensanchado. Esto no solo dificulta el diálogo, sino que también puede llevar a un aumento en la violencia política y social. Las mujeres que lideran movimientos feministas a menudo se convierten en objetivos de ataques, tanto en línea como fuera de ella, lo que pone en riesgo su seguridad personal. Recordemos a Irene Montero, ahora en Bruselas, que ha sufrido violencia tanto política como en su vida privada. Alentada enormemente por quienes querían sacar a Podemos del tablero.
Para que el feminismo siga siendo una fuerza poderosa contra el autoritarismo, necesitará encontrar maneras de reconciliar estas diferencias y construir una coalición más amplia y diversa
Además, la resistencia feminista también debe enfrentar el reto de mantener la unidad dentro de su propio movimiento. Las mujeres no son un grupo monolítico, y las diferencias de clase, raza, orientación sexual y otras dimensiones pueden generar tensiones internas que dificulten una acción coordinada y efectiva. Para que el feminismo siga siendo una fuerza poderosa contra el autoritarismo, necesitará encontrar maneras de reconciliar estas diferencias y construir una coalición más amplia y diversa. Vamos, el ejercicio imposible que siempre le pedimos a las izquierdas.
Un factor preocupante es cómo una gran cantidad de hombres permanece ajena al movimiento feminista, lo que contribuye, entre otras cosas, a que las agresiones sexuales no disminuyan. A medida que las mujeres ganan más libertad y visibilidad, muchos hombres perciben que sus privilegios están en peligro. Esta percepción de amenaza puede ser uno de los motivos por los cuales, a pesar de los avances del feminismo, algunos hombres continúan recurriendo a la violencia como una forma de reafirmar su control y poder. Corremos el riesgo de que esta brecha crezca irremediablemente y la violencia aumente.
El horizonte feminista
A pesar de estos desafíos, hay razones para ser optimistas sobre el papel del feminismo en la defensa de las democracias occidentales. Las nuevas generaciones de mujeres están más educadas y politizadas que nunca, y tienen acceso a herramientas digitales que pueden utilizar para movilizarse y difundir sus mensajes de manera más eficaz. Además, el apoyo internacional y la solidaridad entre movimientos feministas de diferentes países pueden ayudar a fortalecer la resistencia contra los regímenes autoritarios.
Ahora, más que nunca, el futuro es de las mujeres y dependemos de ellas para resistir en lo que se está convirtiendo este mundo ultra de tecnócratas que amenazan con tumbar diversas conquistas de derechos que tantos años ha costado conseguir.