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Opinión
El primer asalto
1. Hemos estado a punto del “Franco ha vuelto”
De haber triunfado el tándem PP/VOX hubiéramos asistido a un segundo régimen franquista sin Franco.
La extrema derecha de PP/VOX nunca ha condenado el franquismo e intenta que no se hable de ese periodo histórico en España, y a diferencia de las extremas derechas francesas o alemanas, insiste en la imposición de la moral tradicional al estilo franquista centrada en las censuras culturales, el odio a los avances feministas, la defensa de los toros y la caza, censuras de espectáculos, multas por poner la bandera arcoíris en casetas de feria, prohibición del topless, introducir la caza y los toros en la enseñanza primaria, etc.
Añadamos a ese franquismo el seguimiento del trumpismo con el negacionismo contra las vacunas o el cambio climático.
Esto se explica porque durante la Transición, a diferencia de la desnazificación que se produjo en Alemania, aquí se mantuvo lo esencial del régimen franquista: los jueces del Tribunal de Orden Público que perseguía a los rojos pasaron al Tribunal Supremo y a la Audiencia Nacional (figura que no existe en el resto de Europa y en el que los jueces seleccionados por la derecha juzgan los delitos y a las personas que a ellos les interesa), los policías franquistas y torturadores continuaron en la policía llegando a ocupar cargos importantes, las familias que se enriquecieron con Franco siguieron dirigiendo y enriqueciéndose en el régimen del 78, el relato franquista de la historia siguió predominando en la enseñanza y los medios (esto es gravísimo porque ha privado a las nuevas generaciones de un conocimiento que les hubiera dado armas contra el fascismo), la adoración y presencia en el papel couché de herederos por ejemplo de familias de Franco o de Vallejo Nájera, el doctor Menguele español que experimentó con presos republicanos para extraerles el “gen rojo”...
Insistir en concreto en el peligro que suponen los jueces en España. Feijóo afirmó que si ganaba las elecciones autorizaría al actual, mermado, caducado, derechista e ilegítimo Consejo General del Poder Judicial a realizar los nombramientos que el PSOE bloqueó. Eso supondría que antes de renovarlo según la ley, este Consejo podría nombrar hasta el 30% de los jueces del Tribunal Supremo, cuyos puestos están actualmente vacantes. Esos nombramientos fueron bloqueados por el PSOE mediante una ley para impedir el asalto de los jueces fachas y del Opus al alto tribunal.
Las consecuencias de estos nombramientos ya las estamos viendo en Estados Unidos, donde los jueces del Tribunal Supremo nombrados por Trump están imposibilitando el aborto o facilitando la censura de libros en escuelas y bibliotecas y la modificación de las leyes electorales para beneficiar a la extrema derecha.
Pero no hay que irse tan lejos. Un ejemplo de nuestros “justos” jueces: Bárcenas en libertad por tener trabajo de contable con el grupo musical de su hijo, Taburete. Zaplana en libertad por “enfermedad terminal”. Rodrigo Rato en libertad por “avanzada edad”. Juan Carlos I, en Abu Dhabi. Mientras, hace apenas unos días, comunicaron que Pablo Hasel, un cantante, no saldrá de la cárcel hasta 2027.
En definitiva, la esencia del franquismo nunca ha sido extirpada en España y, de triunfar PP/VOX, asistiríamos al menos a una década de franquismo sin Franco pero aún más descarado y sin rubor para mostrar su cara más dura.
2. El vivan las cadenas de 2023
El Borbón Fernando VII, tras la Guerra de la Independencia, regresó a España e instauró un régimen absolutista, aboliendo la Constitución de Cádiz de 1812 y las libertades. No le resultó fácil, tuvo que apoyarse en la intervención de un ejército extranjero, Los Cien Mil Hijos de San Luis, enviado por los monarcas absolutistas europeos.
La población más inculta y la Iglesia apoyaron el absolutismo de Fernando VII con el grito “vivan las caenas”, en las que apoyaban a Fernando VII aún a costa de su libertad. “Que te vote Txapote” es el “vivan las caenas” de 2023, un grito indigno que denigra a quienes lo pronuncian. Feijóo se negó a condenar esa indigna frase porque para ganar, le vale cualquier basura.
Y es que como dice Muñoz Molina en su artículo La era de la vileza: “Las redes sociales han universalizado la antigua grosería de la barra de bar y el muro del retrete. La rima cruel, la gracia, la consigna, ahora la repiten en público personas que ocupan cargos públicos y que están seguras de poseer una educación exquisita”. Sin ir más lejos, Ayuso en el Parlamento de Madrid, añado yo.
Y es que Ayuso, y ahora también Feijóo, tienen de consejero máximo a Miguel Ángel Rodríguez, maestro de vilezas, falsedades y trampas que ya en 2008, para desacreditar a la sanidad pública madrileña lanzó una campaña contra el doctor Montes, acusándolo de acelerar la muerte de enfermos graves. Una persecución política que trastornó la vida de ese doctor y aunque la justicia le dio la razón el daño ya estaba hecho.
3. El colapso moral de la España de 2023
Hannah Arendt, escritora y filósofa alemana acuñó la expresión “la banalidad del mal” al describir cómo millones de ciudadanos alemanes normales acompañaron y apoyaron el ascenso del nazismo en Alemania en lo que definió como “el colapso moral de la Alemania de los años 30”.
Ese mismo colapso moral se está produciendo en nuestros días en España. Solo así se entiende que millones de españoles voten a un partido que inició una guerra criminal, la de Irak, sabiendo que era falso lo de las armas de destrucción masiva (por cierto, Aznar es el único del trío de las Azores que no ha mostrado pesar ni arrepentimiento que produjo más de un millón de muertos, 500.000, niños entre ellos); que mintió a los españoles acerca del atentado de los trenes de Atocha; que utiliza a jueces y policías para sus intereses particulares; que ha sido condenado por robar a manos llenas; que ha dejado morir en las residencias abandonados sin ayuda alguna a ocho mil ancianos; que ha utilizado la mentira como arma electoral y acosa a los periodistas que lo ponen de manifiesto; que incumple la constitución para bloquear la renovación de los órganos judiciales; y cuyo candidato ha tenido fuertes relaciones con narcotraficantes. ¿Para qué seguir?
Un detalle en honor de la verdad. Si no fuera por los votos de Euskadi y Cataluña, el tándem PP/VOX hubiera ganado por mayoría absoluta. Es decir, estos franquistas son la mayoría en el resto de España.
El colapso moral y la falta de ética a la hora de votar no refiere a estas dos nacionalidades, pero sí al resto de España. ¿Cuántos hay que dicen “no soy de derechas ni de izquierdas” pero sostienen la banalidad del mal?
4. Solo hemos frenado el primer asalto
No es seguro que Feijóo no consiga los votos necesarios para ser nombrado presidente. Tampoco es seguro que PP/VOX no ganen unas próximas elecciones, visto el apoyo que tienen en la España no nacionalista.
Además el fascismo más explícito (no el de los indiferentes que dejan hacer y que a veces se escandalizan con la boca chica pero siguen votando a los mismos) está envalentonado en la calle y las instituciones. Han conseguido amplias cuotas de poder en ayuntamientos y comunidades autónomas y los utilizarán contra las libertades y la cultura y enseñanza progresistas. Eso además de la agresividad que muestra en la calle con el apoyo en la mayoría de los casos de jueces, policías y la desgraciada Ley Mordaza.
Si añadimos a ello la masa de cuñaos que pontifican continuamente en los bares, mercados y reuniones familiares repitiendo lo que les transmite una prensa vendida (y comprada con fuertes subvenciones) a la extrema derecha, vemos lo difícil que es recuperar el “sentido común” que nuestro pueblo tenía antes de la penetración del trumpismo en España.
5. Lo primero, no comprarles su marco mental
Aclararemos algo. Los medios dicen que el PP “blanquea” a la extrema derecha, a VOX, porque pacta con ellos. No nos equivoquemos. Es el PP el blanqueado por VOX cuando pide que le voten a ellos en lugar de a los extremistas de VOX, queriendo aparentar moderación cuando sus políticas son prácticamente iguales. Es el clásico juego de poli malo, poli bueno; nos hacen desconfiar del poli malo para caer en las redes del poli bueno.
Nos toca resistir sus mensajes. Recuperar un sentido común progresista. Y exigir a los gobiernos que votamos que no nos dejen solos. Es imprescindible una legislación y una acción de gobierno que reduzca el poder de la extrema derecha en los jueces, que elimine la Ley Mordaza y que desarrolle una labor educativa que recupere la verdadera historia de España, entre otras cosas.