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Elecciones Catalunya 21-D
Cómo construyen a Inés Arrimadas: de James Stewart a Eva Perón
Inés Arrimadas puede ser la próxima presidenta de Cataluña tras el 21-D. En La Vanguardia analizaron con buenos ojos su imagen y tiene grandes similitudes con algunos personajes que en el cine dejaron huella.
En un vídeo-reportaje publicado en La Vanguardia, la analista de imagen política Andrea Villalonga analizaba a Inés Arrimadas, una de las mujeres con más éxito de la nueva generación de políticos de España y que puede ser una gran vencedora en las elecciones del 21-D.
En ese pieza se analizaba la construcción como política que Ciudadanos quiere mandar al votante. El análisis deja en buen lugar a la política de derechas y si seguimos las pautas que Villalonga indica, nos encontramos con grandes figuras de la historia del cine. Algunas de ellas, incluso héroes en contextos complicados. Allá cada uno de ver a Arrimadas como quiera. ¿Qué tiene Arrimadas que hayamos visto en el cine?
Según el análisis de Villalonga, Inés Arrimadas quiere trasmitir “cercanía, adaptabilidad y flexibilidad” a través del físico. Sin embargo, otro elemento que la candidata de C’s quiere mostrar según la analista es “suavidad” a través de los gestos. Este perfil ha sido usado con éxito fundamentalmente en dos casos hollywodienses:
- James Stewart en Caballero sin Espada (1939), película dirigida por Frank Capra. Este personaje crecido en un pequeño pueblo y de orígenes humildes acaba en el Capitolio luchando contra viento y marea con el gran objetivo de que la democracia no acabe definitivamente corrompida. Con un discurso final que lleva al ficticio Jefferson Smith a la extenuación y desfallecimiento (ya historia del cine), Capra llena de dignidad a un personaje que quiere combatir todo lo malo del sistema, no al sistema en sí. Stewart siempre fue el chico bueno del cine, algo que fue usado continuamente para ser el héroe de las películas. Como dice Carlos Flores, se proyectó de él una imagen de “joven tímido, bienintencionada e idealista”, la gran aspiración que todo jefe de prensa busca para su candidato.
- Henry Fonda en El mejor hombre (1969). Dirigida por Franklin J. Schaffner (director también de Papillon), Fonda es la suavidad por excelencia, un gran reflejo de lo quiere transmitir Arrimadas. Fonda, con esa mirada de ojos caídos tan cómplice tenía una paz interior que lograba que el espectador se enervase al verle sufrir.
Otra de las aptitudes positivas que se valoran en el análisis de La Vanguardia sobre la candidata es su “naturalidad” a la hora de comunicarse, con un tono de voz carente de agresividad en todo momento, una estrategia opuesta a la que usa, por ejemplo, Rafael Hernando. Esa falta de agresividad se muestra en el papel de Fonda en El mejor hombre, que llega a dar un paso atrás en su candidatura por el bien del país, aunque en este caso llega a ser “dubitativo y en exceso cauto” según Flores, cualidades que, de tenerlas Arrimadas, no sería jefa de la Oposición de Cataluña. Sin embargo, la pacificación del tono de voz de Fonda en esta cinta o en 12 hombres sin piedad, un ejemplo de diálogo, sería una cualidad en común con la portavoz del partido naranja.
De Martin Sheen a Eva Perón
La naturalidad, el gran baluarte y objetivo de cualquier político tiene dos paradigmas en el cine y las series. El más claro es el papel de Martin Sheen en El Ala Oeste de la Casa Blanca, un tipo que se pasa todo su gobierno haciendo de discursos profundos e ideología coyuntural en EE.UU una gran improvisación. La personificación de la espontaneidad, de la suavidad y elegancia en los gestos en el Hollywood reciente es George Clooney, que en la película Idus de Marzo en la que interpretaba a un candidato demócrata ejecutaba a la perfección (al menos al comienzo de la trama).
Entrando en el campo de la estética, Vilallonga asegura que Inés Arrimadas y su imagen quieren construir una idea de “dureza” a través de vestimenta “clásica” pero adaptándose a los tiempos modernos y a su edad. Si alguien mostró dureza y rectitud a través de la estética fue Margaret Thatcher, que vio en 2012 como Meryl Streep la encarnaba y reproducía todos los patrones que la hicieron triunfar y que hasta hace bien poco, todas las mujeres de la derecha política tenían que repetir si querían tener éxito. Poco tiene que ver Arrimadas con la imagen de madre metida en política que quisieron transmitir de Thatcher, sin embargo, el “uso de colores sólidos” es algo que se ha podido ver en ambas.
Esta proyección de dureza e inflexibilidad fue la que transmitió también Golda Meir, primera ministra de Israel entre 1969 y 1974. El biopic en formato miniserie llamado Una mujer llamada Golda (1982) tuvo a Ingrid Bergman como intérprete de la política sionista. Difícil encontrar similitudes estéticas entre este personaje e Inés Arrimadas.Los perfiles cinematográficos de mujeres políticas escasean, fundamentalmente porque el cine evita protagonistas femeninos y la política de altos vuelos ha dado de lado a la mujer durante muchos años. Además, la fructífera imagen de la Dama de Hierro ha sido la predominante en el sexo femenino. Y si esta imagen funcionó en la cultura anglosajona, la inocencia fue la herramienta en la gran figura de la política femenina latina: Eva Perón.
La Jefa Espiritual de la Nación argentina desde su fallecimiento mantuvo siempre una imagen pacífica y de "puente" entre el poder y el pueblo, de "puente" entre la calma y la reivindicación según apunta Silvia Ramírez al analizar sus discursos. Viendo las intervenciones de Arrimadas en sus intentos "sanadores" para que las familias, supuestamente rotas por el procés, vuelvan a trinchar el pavo unidas, evoca cierto peronismo en su discurso aunque le duela a Errejón. Esta frase de Perón en el discurso del primero de mayo de 1952 bien podría haberse dicho durante la campaña catalana: "Hay mucho dolor que mitigar; hay que restañar muchas heridas, porque todavía hay muchos enfermos y muchos que sufren". La política tiene esa capacidad de sonar plausible en cualquier contexto y ser coherente en cualquier bando.
Eva Perón, que cuenta con al menos dos grandes biopics de éxito, siempre ha sido mostrada con inocencia, con un perfil bajo y como si la política se hubiese cruzado en su camino. Qué mejor para transmitir “cercanía” que esas características, que de alguna manera busca transmitir Arrimadas. Eva Perón fue encarnada por Madonna en la opera-rock Evita (1996), donde Antonio Banderas hacía del Che Guevara.
En la cinta Evita, quien quiera oír que oiga (1984) se ve a Flavia Palmeiro haciendo de la política argentina, que curiosamente, cuando quiso imitar a Eva para la portada de la revista Gente, años después vemos que podría pasar por un familiar de Arrimadas. La inocencia en el gesto de las mujeres se ve como algo positivo de cara a su imagen, algo que no es sino un cliché machista heredado de años más oscuros.Por suerte poco a poco la política se va abriendo a muchas más mujeres y cada una va adoptando su propio estilo, lejos de estos dos grandes cánones o un híbrido de ambos. La pluralidad de la imagen de las políticas será la muestra de que muchas trabas contra las mujeres habrán sido superadas.
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