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Cualquier cosa, excepto 'pechofrío'. A Diego Armando Maradona se le puede llamar de todo, y casi siempre con razón en el improperio; pero jamás ha sido, es ni será un 'pechofrío'. Es inútil hacer comparaciones serias con Leo Messi, quien solo vive por y para el devenir del fútbol. En cambio, Maradona vivió sus años de jugador por y para el disfrute de la pelota, sabedor de que ésta es el único elemento indispensable para que haya un partido.
Ese minúsculo matiz esconde la enorme diferencia que hay entre el 'Pelusa', para quien ganar era un medio, y la 'Pulga', para quien ganar es el fin en sí mismo. Y siendo justos, el planteamiento de Messi es más profesional y más productivo; Messi es la perfecta hormiga trabajadora dentro de ese infinito hormiguero en el que se ha convertido el balompié del siglo XXI. Pero, cuando Messi nació, las reglas eran otras y en aquella época llegaron a su culmen.
De mediados de los ochenta a mediados de los noventa se industrializaron los campeonatos, por pequeños o grandes que fueran, en todas las disciplinas. Fue el trance de la perestroika y del cambio de mentalidad que ello acarreó, así que floreció el deporte como puro negocio para decir adiós al ocio. Y en ese canto del cisne se desarrolló la gran figura mediática que lleva por nombre «Diego Maradona», título homónimo para el nuevo documental de Asif Kapadia.
El director británico afronta aquí su tercera cinta documental, después de haber maravillado con sus retratos del piloto de bólidos Ayrton Senna (en 2010) y de la cantante y compositora Amy Winehouse (en 2015). Este último, además, se convirtió en el documental más taquillero de la historia del Reino Unido y le valió para ganar el oscar. En esta ocasión, el desafío era manejar el legado de un protagonista que continúa su trayectoria profesional, aunque con más pena que gloria, en el rol de entrenador.
Maradona aún está, y a la vez ya no está. Queda la caricatura del astro que desde el cielo napolitano brilló sobre los demás. Kapadia ha plasmado en esta película sus destellos en el club donde el 'Pelusa' más tiempo aguantó, donde más lo aguantaron y donde gracias a eso rozó la estabilidad, sazonada con recurrentes dosis de cocaína. Sus casi siete temporadas en el Napoli dejaron para el recuerdo miles de millones de anécdotas y también de imágenes.
Con más de 500 horas de metraje inédito sobre su vida dentro y fuera del campo, Kapadia evoca el clima asfixiante que rodeaba a un personaje que bien podría pasar por estrella del 'rock and roll'. Puede que Maradona no haya sido el mejor futbolista de todos los tiempos, honor que se discute entre él y Di Stéfano, Pelé, Cruyff, Cristiano Ronaldo o el propio Messi; pero, desde luego, el 'Pelusa' sí ha sido el futbolista más trascendente de todos los tiempos.
La mímesis con Nápoles
Desde el primer día que puso un pie en Nápoles, Maradona no tuvo respiro. Su garbo, el del jugador más caro del planeta por aquel entonces, se mimetizó con la ciudad más pobre de Italia y una de las más desdichadas de toda Europa. Los 130 minutos de Diego Maradona escudriñan cómo estos dos opuestos encajaron rápidamente; había una ciudad dispuesta a venerar y, al mismo tiempo, había un hombre con ínfulas de semidiós cuando correteaba sobre el pasto.
Kapadia trenza bien la diégesis para los muchísimos, muchísimos vaivenes que tuvo el jugador argentino más mediático que jamás ha existido. No hay ápice de similitud entre este filme y Messi (2014), documental dirigido por el español Álex de la Iglesia y donde el actual ‘10’ del Barça no pronuncia ni media frase; son 93 minutos de charlas entrecruzadas en un restaurante, donde en cada mesa los allegados de Messi relatan una etapa diferente de su vida.
Está claro que se debe construir a Messi partiendo de los demás, mientras que Maradona se construye él solito. El documental de De la Iglesia no podía limitarse a imágenes de archivo, ya que habría sido una mera concatenación de golazos propios y de asistencias. Sin embargo, la obra de Kapadia desecha la opción de ficcionar y se nutre especialmente de lo grabado con 'steadycam' y con cámaras a pie de campo durante los partidos de su protagonista.
El auge y caída del 'Pelusa', estrenando el palmarés liguero del Napoli mientras él lidiaba con la camorra, tuvo dos hitos en sendos Mundiales de 1986 y de 1990. Campeón y subcampeón en esas citas, respectivamente, alegró a un país que anhelaba olvidar infortunios. En plena resaca por la guerra de las Malvinas, Maradona fue capitán de barco a la par que su carrera se hundía por primera vez. Luego llegaron otros naufragios sonados, pero Kapadia ha elegido el botín de sus años más relucientes.
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Que purete el homenaje que le hizo Messi a Maradona el pasado domingo en el Camp Nou cuando después de su golazo a Osasuna se quitó la casaquilla azulgrana y debajo llevaba la casaquilla rojinegra de Newells Ole Boys que le regaló Maradona a Messi cuando este sólo era un cebollita de 7 años.🇦🇷🏆🇪🇸⚽️
Maradona era un dios u ahora está con sus amigos Hugo Chavez y Fidel Castro.
Forzar Napoli ! ,Dale Boca Juniors, Força Barça !.👍
Maradona es mi ídolo junto a Muhammad Ali, José Legrá,José Mantequilla Nápoles y Johan Cruyff y por supuesto Leo Messi. 👍