Desokupa
Okupas, televisión y una mirada al futuro

En un año secuestrado por una epidemia mundial, la cobertura mediática se ha centrado en el desarrollo de la enfermedad, en los avances científicos relacionados con la vacuna y en las medidas que se van tomando para frenar la expansión del virus. La política, con su afán protagonista de siempre, consiguió colarse entre los titulares. El desastre económico, la crispación social, el drama de las residencias y la vuelta al cole también coparon, durante muchas horas, las principales cadenas de televisión. Contra todo pronóstico, la COVID-19 encontró un rival mediático inesperado: los okupas.

Yaya Portada
La empresa Desokupa acude a impedir el acceso a los alojados en el Centro Socio Cultural La Yaya David F. Sabadell
23 nov 2020 13:24

MIEDO DE UNA MAÑANA DE VERANO

Las tertulias de los canales generalistas son programas de televisión capaces de todo. Desde políticos hasta toreros, pasando por expertos en materias concretas o personajes que aparentan saber de todo, su plató se convierte en un escenario que alberga desde el análisis de la actualidad económica hasta una discusión entre vecinos en algún rincón de la geografía nacional. Una mezcla a veces ridícula pero con una fórmula que no falla: el temor constante que sienten sus espectadores a que les suceda aquello que aparece en pantalla.

La presentación de la teórica avalancha okupa sigue un patrón. Una entrevista al dueño del apartamento o chalé usurpado, un puñado de comentarios sobre las dificultades que existen para superar la situación y un clamor de indignación, en el que participan todos, por la baja actuación política ante este incipiente crecimiento de las ocupaciones ilegales. Se desliza, a veces en boca de los entrevistados, a veces en la de los propios periodistas, posibilidades tan disparatadas como que las casas de los espectadores pueden ser allanadas en lo que se tarda en tomar un café o en hacer la compra diaria en el mercado del barrio. La puntilla final la ponen las apariciones estelares de medidas políticas como el teléfono antiokupas de la Comunidad de Madrid, una idea de la propia Díaz Ayuso para atender consultas de los propietarios y para permitir que cualquier ciudadano denuncia una supuesta ocupación ilegal. Todo preparado para que la sociedad intérprete como propio y principal un problema que no lo es tanto.

El clima convierte una teórica pieza informativa, con presencia periodística en el lugar del suceso, en una llamada de socorro capitaneada por los presentadores y alentada por los tertulianos. La información desaparece progresivamente dando paso a un debate donde todos defienden la misma postura: cualquiera puede perder su casa si se descuida unos minutos.

Tratamiento okupa en televisión Foto Atresmedia
Tratamiento okupa en televisión Foto Atresmedia

En ocasiones, aunque son las justas, aparecen periodistas que argumentan con datos o plantean visiones contrarias a las habituales. Críticas de sus compañeros de mesa y un potente rechazo en redes sociales callan este tipo de declaraciones y minimizan su impacto en la televisión.

Como ejemplo de la injustificada cobertura masiva de los allanamientos de morada encontramos, por ejemplo, la ausencia de datos en los últimos meses sobre el problema de la ocupación ilegal. También, desde el Ministerio del Interior, se muestra que respecto al mismo plazo de 2019 (entre enero y junio), las denuncias por este tipo de delitos han disminuido en diez comunidades autónomas, mientras que solo han aumentado en cinco. Por último, y quizá el dato más revelador para la audiencia, es el de los propietarios de los pisos usurpados: el 75% de estos inmuebles pertenecen a las entidades bancarias y no a particulares. Una realidad que los medios de comunicación no ejemplifican y que en contadas ocasiones explican al espectador: no es lo mismo una usurpación (ocupación de pisos vacíos, propiedad de un banco) que un allanamiento de morada (ocupación de la vivienda de un particular).

La tergiversación complementa a la información ocultada por los medios, culpando de todos los delitos sobre la vivienda a los okupas. Este movimiento, como demuestran las estadísticas, entran en edificios de bancos o fondos buitre, en la inmensa mayoría de los casos. Además de que, por definición, el colectivo okupa “propugna la ocupación de viviendas y locales deshabitados”. Es decir: un okupa (con k) nunca entrará en la casa habitada de un particular.

Los grandes matinales siguen defendiendo el aumento de las ocupaciones ilegales y muestran como víctimas a familias que se quedan en la calle. Los datos demuestran que el crecimiento no difiere al de los últimos años -incluso se reduce- y que los pisos que se ocupan pertenecen en su gran mayoría a los bancos, empresas que no atienden al teórico problema y en ocasiones desconocen la situación de sus posesiones.

ANUNCIOS, DINERO Y TEMOR SOCIAL: UN NEGOCIO REDONDO

El cóctel alcanza la perfección en las pausas publicitarias. En una ejecución perfecta del efecto Kuleshov, el caos de los platós y de las entrevistas a pie de calle es seguido por anuncios de alarmas para los hogares. Primero el problema, luego la solución. La televisión le ofrece al espectador el paquete completo. El susto y el abrazo, la herida y la tirita, la sed y el agua.

Una exhibición con dos claros ganadores. La televisión, consumida en enormes cantidades durante la pandemia, veía como sus ingresos crecían disparatadamente gracias a la fuerte inversión que las compañías de alarmas hacían en sus espacios matinales. Estas, las empresas de seguridad, con Securitas Direct -compañía que ya fue condenada por publicidad engañosa- a la cabeza, vieron aumentar sus contrataciones en más de un 60%. Como dos socios, presentadores y vendedores de alarmas formaban una sinergia sustentada en el miedo.

Porque, como por arte de magia, los casos de okupación cayeron con la vuelta a la rutina. Como en años anteriores, mientras que en verano, según los medios, España se ahogaba en una ola de allanamientos de morada, septiembre y octubre trajeron una marea baja de casos contados. Por decencia, para que la exageración veraniega no se notase.

DESPRESTIGIO PARA EL MOVIMIENTO OKUPA

Si nunca había sido visto con cariño, la cobertura mediática en 2020 ha convertido al colectivo okupa en uno de los principales enemigos para la opinión pública española. Aparte de lo visto en medios de comunicación, este grupo es utilizado casi a diario por varios partidos políticos, como arma contra sus rivales, como justificación de su lenguaje ultra y razón fundamental para su voto.

Usurpaciones y allanamientos de morada, realizados por individuos ajenos a cualquier asociación o movimiento, condenan a un colectivo que piensa en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Un grupo que lucha contra un ideal capitalista que ahoga el centro de nuestras ciudades y convierte a los barrios populares en las nuevas mesas de juego de promotores inmobiliarios, propietarios adinerados o especuladores. Con las peores cartas, los residentes siempre pierden: o pagan más o abandonan sus hogares.

La vuelta a la rutina con la llegada de septiembre ha traído de vuelta los desahucios, de una forma aún más agresiva, por su paralización durante el estado de alarma. Una medida que también afecta a los centros okupados, como a la Casa Buenos Aires, en Barcelona, cuyo desalojo evitaron en primera instancia los vecinos y simpatizantes del centro, o como a La Ingobernable, icono de resistencia okupa en Madrid que fue desalojado a mediados del pasado mes de abril.

Manifestación en defensa de La Ingobernable Foto MATS Sanidad
Manifestación en defensa de La Ingobernable Foto MATS Sanidad

Los que se mantienen en la lucha ofrecen actividades y talleres para dinamizar los barrios. Madrid, con su recién estrenada REMA, cuenta con despensas solidarias como las del Espacio Sociocultural Liberado Autogestionado EKO, con charlas y talleres antirracistas en La Quimera de Lavapiés o con los mercadillos de La Enredadera. En Zaragoza, en el CSC Luis Buñuel se imparten clases de danza y el CSO Kike Mur celebra conciertos y presume de un huerto urbano. Estos son solo unos pocos ejemplos de los cientos de centros que pelean por alternativas reales que ofrecer a sus entornos.

El colectivo okupa es un símbolo de rebeldía en un sistema que ha demostrado sus carencias y se enfrenta a una crisis -la enésima- que quizá significa un final. O, al menos, un punto seguido en el que replantearse cómo debe ser el mañana.

CSO Kike Mur, uno de los últimos enclaves okupas de Zaragoza Foto David Martínez
CSO Kike Mur, uno de los últimos enclaves okupas de Zaragoza Foto David Martínez

Los medios de comunicación podemos esgrimir la bandera del miedo y criminalizar al movimiento okupa como el demonio de nuestra sociedad. Por el contrario, podemos verlo como una advertencia, un golpe que nos muestre que los recursos deben ser gestionados de otra forma. Pensemos, huyamos de los gritos en las tertulias y de las noticias espectaculares. Es momento para reflexionar. Hay un futuro que construir.

Archivado en: Desokupa
Sobre este blog
Zero Grados es una revista online de periodismo narrativo, que entiende la cultura en el más amplio sentido de la palabra.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Desokupa
Derecho a la vivienda La abstención del PSOE impide que el Congreso debata la ilegalización de Desokupa
Una iniciativa de Podemos que reclamaba la ilegalización de las empresas de desokupación naufraga en la Comisión de Vivienda por culpa del PSOE.
València
València El líder de Desokupa, Daniel Esteve, denunciado por incitación al odio
La asociación Acción Contra el Odio presenta ante la Fiscalía de València una denuncia por los bulos racistas, noticias falsas y amenazas contra las personas migrantes difundidas por Esteve.
Granada
Represión La Policía vulneró los derechos durante el intento de desalojo ilegal en Granada por parte de AMA Desokupa
La Red de Observación de Granada denuncia decenas de graves vulneraciones de derechos contra los manifestantes por parte de los agentes de la ley durante el intento de desalojo coordinado entre agentes de la Policía y la empresa AMA Desokupa.
#75077
25/11/2020 2:44

Ojalá ocupasen la casa del que ha escrito esto

0
6
Sobre este blog
Zero Grados es una revista online de periodismo narrativo, que entiende la cultura en el más amplio sentido de la palabra.
Ver todas las entradas
Galicia
Galicia Así opera en la sombra la banca en el proyecto de la celulosa de Altri en Galicia
La sociedad público-privada Impulsa Galicia, que cimentó los primeros planes de la multinacional papelera y Greenalia está participada fundamentalmente por la Xunta y por el banco que surgió de la desastrosa fusión de la cajas de ahorro gallegas.
Líbano
Líbano Cinco décadas sin paz ni justicia en Líbano
El país mediterráneo conmemora el 50 aniversario desde el inicio de la guerra civil, un conflicto cuyos crímenes no se han juzgado y cuyos desaparecidos no se han encontrado
València
València “‘El vol de Guillem’ ha supuesto la liberación de todos estos años de lucha”
Ricard Tàpera, autor del cuento, y Betlem Agulló, hermana de Guillem Agulló, que ha puesto voz a la historia, nos explican cómo ha sido el proceso de creación de esta obra coral, ilustrada por Helga Ambak.
La vida y ya
La vida y ya Días de vacaciones
No somos conscientes de que la lluvia depende, en un porcentaje altísimo, de ellas. Sin plantas hay menos lluvia. Sin lluvia las semillas no germinan. Así funciona.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Opinión
Opinión Poliamor de derechas, poliamor de izquierdas
La no-monogamia no puede ser simplemente una etiqueta identitaria o una preferencia personal, sino una práctica material que cuestiona la propiedad privada, la privatización de los cuidados y la reproducción de los roles de género
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Ayuntamiento de Madrid
Residuos La “motosierra de Almeida” no frena la oposición social al cantón de la limpieza en Montecarmelo
Los vecinos no entienden por qué el Ayuntamiento madrileño no accede a construir el cantón en una parcela técnicamente viable y que no afectaría a miles de niños y la única zona verde del barrio.
Crisis climática
Crisis climática La UE se entrega al ardor guerrero mientras descuida la crisis social y la emergencia climática
Varios países de la UE ya están recortando drásticamente en servicios públicos y estado del bienestar para poder costear el aumento del presupuesto militar.
Más noticias
Opinión
Space X Los viajes al espacio y el efecto Katy Perry
El 2024 fue el año más caliente desde que hay registros, mientras que Katy Perry y un puñado de millonarias nos deleitaron con su viaje espacial cortesía de Jeff Bezos.
Estados Unidos
Estados Unidos La buena sintonía entre Trump y Meloni
Como era de esperar, los mandatarios mostraron afinidades políticas e ideológicas. La italiana insistió en la idea de “fortalecer Occidente”.

Recomendadas

Economía social y solidaria
Tecnología Inteligencia Artificial y economía solidaria: ¿posibles aliadas?
¿Cómo debe relacionarse la economía solidaria con una tecnología que vulnera derechos humanos y ambientales constantemente? Cooperativas e investigadoras tecnológicas animan al movimiento a perderle el miedo y a utilizarla de manera crítica.
Multinacionales
Multinacionales Maersk y las rutas de complicidad con el genocidio israelí en Gaza
Crece la presión internacional contra la naviera danesa que está aprovisionando a Israel de armas para cometer el genocidio de Gaza en contra de las medidas cautelares tomadas por la Corte Internacional de Justicia.
Historia
Historia Cuando la solidaridad antifascista reunió a musulmanes, judíos y cristianos en la España republicana
Marc Almodóvar y Andreu Rosés rescatan a los combatientes árabes de la Brigadas Internacionales en el libro ‘Moros contra Franco. El antifascismo y la Guerra Civil española en el mundo árabe’.
Valencià
València Duelo colectivo y brecha de género, las consecuencias de la dana en la salud mental
Más allá de lo material, el sufrimiento mental continúa golpeando las vidas de l´Horta Sud. Mujeres cuidadoras y colectivos vulnerables encabezan un luto que todavía no ha encontrado descanso.