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Desahucios
Un matrimonio octogenario sufrirá el primer desahucio de 2022 en Madrid
Después de un juicio plagado de irregularidades, uno de los doce herederos de un modesto piso en Carabanchel, mantiene el desahucio del matrimonio que ha vivido allí los 55 años que llevan casados. José Manuel, de 78 años, y María, de 82, se encuentran, en la víspera del desalojo, sin alternativa habitacional.
Él es de Andalucía, ella de Extremadura, se conocieron en Madrid y se casaron hace 55 años. José Manuel se dedicó a la hostelería, hoy vive de su pensión y se hace cargo en buena medida de María, quien padece de movilidad reducida. Cuentan a El Salto que llegaron al piso de Vía Carpetana 109 donde vivía más gente. Habitaron primero el cuarto más pequeño con su hijo recién nacido. Poco a poco la otra gente se fue marchando y se quedaron con el piso, firmando y pagando un alquiler de renta antigua.
Pagaban religiosamente su alquiler mensual y los gastos de comunidad anual. Esto último, como era mucha cantidad, lo pagaban poco a poco a lo largo del año.
Josema y María, recuerdan, se llevaban muy bien con Casimira, la dueña del piso, con quien tenían una buena comunicación e incluso les visitaba. Fue al fallecer la propietaria que el mayor de los herederos, de nombre Pedro Lorente del Carmen, demandó a José Manuel por impagos a la comunidad. Aquí empezó todo a torcerse.
Irregularidades
El vecino de Carabanchel reconoce haber recibido una carta del juzgado hace tiempo en referencia a gastos de comunidad a la que, por descuido, no hizo mucho caso y guardó. Cuatro años después recibió otro documento que le denunciaba por impago pero ya no de gasto de comunidad si no de alquiler. Así las cosas, el heredero llevó a juicio al matrimonio que se celebró hace 18 meses. José Manuel admite que era probable que uno o dos recibos se le hubieran pasado abonar, pero cuenta que Lorente hizo aparecer en la demanda que esos impagos de la comunidad eran de alquiler de manera que se viera una abultada deuda que ascendía a unos 800 euros y que luego pagó en el juzgado. “La señora jueza dijo que ese dinero no valía, que no entiendo por qué no vale. Si yo pago mi deuda debería de valer ¿no?. Pues no, la jueza dijo que a la calle y aquí estamos en esas condiciones ”, relata incrédulo.
Además de la deuda de comunidad convertida en deuda de alquiler, otra de las irregularidades de las que fueron víctimas fue la de haber llamado a María a declarar y enseñarle un documento que llevaba su rúbrica. María hizo ver a la jueza que esa no era su firma ya que no sabe leer ni escribir, e inmediatamente, y sin enmendar la confusión, la hicieron abandonar la sala. A esto se suma que han venido pagando dos veces la factura del agua ya que en el papel de gastos de comunidad que les entregaban anualmente no indicaban que ya estaba pagado, y José Manuel lo abonaba nuevamente, sin que nadie le indicara el error.
José Manuel también apunta que la jueza dio muy poca oportunidad a su abogada de intervenir durante el juicio mientras que a la letrada de Lorente le aceptaba cada una de las mociones que alegó en su contra. Reconoce que la jueza no tuvo en cuenta la situación de vulnerabilidad del matrimonio -él jubilado y único perceptor de ingresos, y María con una minusvalía de movilidad- aún y cuando José Manuel aceptó su descuido al no atender la carta en el momento de recibirla.
“Unas personas normales no hablan directamente por el juzgado, vienen a casa a decir 'oye, hay esto...', sea la cuantía, como he dicho antes, pequeña, grande o mediana, y a preguntar '¿Qué os ha pasado?', y a tener una palabra amistosa”, aduce todavía incrédulo José Manuel, a lo que María inmediatamente apunta: “si es que ni siquiera conocen el piso, ni conocemos al heredero”. Se quejan también de no haberse enterado de la muerte de la propietaria sino hasta tres años después, en el mismo juzgado.
Finalmente, la jueza falló en contra de José Manuel y María, y aunque su abogada recusó dos veces, la jueza le advirtió, de acuerdo al testimonio de José Manuel, que le denegaría cualquier otro recurso. Con el desahucio como sentencia, el matrimonio siguió pagando en el juzgado su alquiler y la comunidad hasta el día de hoy, y el desalojo solo se ha visto retrasado por la pandemia del covid 19.
Empezaron entonces a buscar nuevas soluciones a su delicada situación, desde pedir ayuda al párroco de la iglesia donde José Manuel canta con el coro desde hace 30 años - “me dijo, pues vete buscando ...”- hasta la asistente social de Cáritas cuyo único ofrecimiento fue buscarles un albergue, o la trabajadora social que después de “un algo habrás hecho” le sugirió buscar pisos que actualmente oscilan en Carabanchel entre 800 y 900 euros de alquiler.
Alex y Dani, del Sindicato de Vivienda de Carabanchel (SVC), testigos de la conversación con El Salto confirman la historia de José Manuel y María. Después del juicio que dejó indefenso al matrimonio, y aconsejado por varios vecinos, José Manuel se acercó al sindicato de vivienda que se reúne semanalmente en el Espacio Sociocultural Liberado Autogestionado EKO.
”Si tenemos en cuenta los detalles que ha contado José Manuel hay bastantes indicios de irregularidades como así también dijo su abogada“, alega Dani. Desde entonces le han acompañado al intentar mediar con el denunciante con el que ha sido prácticamente imposible comunicarse, ni con su abogada, ya que no contestan llamadas. ”Realmente no hay manera de contactar con esta persona, ni siquiera los otros herederos pueden, porque quiere hacer todo el teje y maneje para beneficio propio y no le conviene dar la cara“ asegura Dani del SVC. Afirma también que tanto el resto de herederos como los vecinos de María y José Manuel, se oponen a su desahucio.
En un momento de la conversación María rompe a llorar a lo que Dani reacciona. “¿Te puedes imaginar la situación emocional que supone tener la incertidumbre de que te van a echar de tu casa por un descuido que ya está pagado?”.
Y es que para más inri este intento de desahucio se produce sin que hasta el momento se tenga una alternativa habitacional para María y José Manuel. Hace dos años echaron una instancia para solicitar vivienda a la Comunidad de Madrid, y aún no reciben respuesta. “No hay nadie, ni una institución, ni las leyes, ni en este caso la jueza que ampare a una familia que lleva toda la vida en el barrio que ha pagado siempre y que quiere seguir pagando. Solo el apoyo mutuo entre las vecinas, el sindicato de vivienda y la gente organizada de nuestros barrios, somos quienes estamos dando la cara”, resume Dani.
“Mañana vamos a parar el desahucio. No vamos a tolerar que echen a un matrimonio que lleva toda su vida en el barrio, que son del barrio, que nadie quiere que se vayan porque solo un iluminado quiere hacer negocio con esta vivienda” acierta a decir el activista del sindicato de vivienda.
Desde las 7:30 de la mañana de este miércoles 11 de enero el SCV ha convocado a la defensa del desalojo de José Manuel y María, para después, a las 9:30 horas, acudir a defender el segundo intento desahucio de Verónica.
Mañana Carabanchel será una trinchera 😈
— Sindicato Vivienda Carabanchel (@SVCarabanchel) January 11, 2022
Después de #JoseManuelSeQueda nos vemos en #VeroSeQueda pic.twitter.com/zFEuV8yzuS
Más desahucios
Y es que el de José Manuel y María no será el único desalojo en este comienzo de año. En la misma situación está Verónica, que lleva en su vivienda 10 años y su propietario, el fondo Building Center S.A., se niega a negociar un alquiler de mercado o la compra del piso, estando ella dispuesta a pagar. Building Center S.A. se niega incluso a decirle un precio a Verónica, lo cual, sostienen desde el sindicato de vivienda, es porque únicamente quieren el piso para especular con él y hacer negocio a costa de echar a las personas.
El SVC denuncia que el caso de Verónica es un ejemplo de los miles de desahucios de personas que los bancos consideran como ‘no vulnerables', y que se han incrementado en la actual crisis. “Los desahucios no son un hecho aislado, son un drama al que cada día se enfrentan muchas vecinas de Carabanchel y de todo Madrid. Por ello os convocamos a cubrir y visibilizar estos dos desahucios que pararemos junto al resto de vecinos y vecinas del barrio”, defienden.
Además, el viernes está previsto el desahucio de Loly, en la calle Gorrión 57, una vivienda de Sareb, así como otro desalojo que aún no está comunicado. El barrio de Carabanchel, admiten desde el Sindicato de Vivienda será una trinchera esta semana: “Apostamos por recuperar nuestras viviendas, barrios y ciudades de las garras del capitalismo. Lo queremos todo. No debemos ceder ni un metro cuadrado a la especulación”.