Derechos Humanos
El drama rohingya: 700.000 vidas detenidas en el tiempo

Cientos de miles de personas de la minoría étnica rohingya sobreviven en campamentos de refugiados que abarcan una vasta zona de Cox's Bazar, en Bangladés.

Refugiados rohingya esperando reparto de comida y alimento
Decenas de refugiadas esperan a que empiece un reparto de alimentos y ropa de una ONG en el campo para refugiados rohingya de Kutupalong, el más grande y antiguo de los asentamientos habilitados por el Gobierno de Bangladesh. Jairo Vargas
2 abr 2018 11:40

Polvo, barro, un calor sofocante y todo tipo de carencias. Esas son las condiciones en las que malviven más de 700.000 personas de la minoría étnica rohingya, que en los últimos seis meses se han visto obligadas a dejar atrás sus tierras, sus aldeas y toda una vida para escapar de la violencia desatada contra ellos en Myanmar.

El Ejército birmano, ayudado de milicias budistas, lanzó el pasado verano una nueva ofensiva contra este colectivo musulmán, asentado en la región de Rakhine, separada de Bangladés por el río Naf. No ha sido la primera persecución, pero quizás ha sido (continúa siendo) la más cruenta.

La ONU la ha calificado, sin mostrar ninguna duda al respecto, como una "limpieza étnica de manual": asesinatos, ejecuciones sumarias, infanticidios, violencia sexual, apartheid y trabajos forzosos son algunas de las prácticas que han reportado numerosas organizaciones humanitarias. Razones más que suficientes para huir con lo puesto, aunque sea a Bangladés, uno de los países más pobres y, sobre todo, más densamente poblados del mundo.

Plástico y bambú es lo único que les queda a estas 700.000 vidas cuyo reloj se ha parado en el tiempo seguramente para siempre

El éxodo masivo ha dibujado un escenario dantesco en la región de Cox's Bazar, la más meridional de Bangladés, donde los campos de refugiados que ya existían décadas atrás se han visto desbordados. Han crecido tanto que no se sabe dónde empieza uno y termina otro. Apenas queda un hueco vacío en las eternas hileras de refugios de plástico y bambú que abarrotan las laderas de las colinas.

Refugiada rohingya
Bul Bulakter, una refugiada rohingya de 17 años, sostiene a su hijo de dos días de vida en su cabaña del campamento de refugiados de Jantoli, en Cox's Bazar, Bangladesh, donde lleva más de cuatro meses viviendo. Jairo Vargas

Plástico y bambú es lo único que les queda a estas 700.000 vidas cuyo reloj se ha parado en el tiempo seguramente para siempre. No pueden trabajar, no pueden salir de los campos habilitados, no tienen tierra que cultivar ni pueden volver a sus casas. De hecho, muchas ya ni siquiera existen, pasto de las llamas birmanas.

Niña rohingya sacando agua de un pozo.
La falta de agua potable es uno de los mayores problemas de los más de 700.000 refugiados que han huido de la limpieza étnica en Myanmar. Jairo Vargas

"No tenemos nada más que los pocos alimentos y medicinas que nos dan las ONGs", dice Bul Bularkter, una joven de 17 años que logró escapar hace cuatro meses a bordo de una barcaza. Ni ella ni su marido Jani piensan en volver a su aldea, aunque en el campamento de Jantoli no tienen nada más que una pequeña cabaña en la que apenas caben erguidos. Ahí, sobre el suelo de arcilla que se encargan de humedecer y aplanar a diario para combatir el polvo, cuidan de su hija recién nacida, a la que ni siquiera han tenido tiempo de poner nombre.

El calor absorbido por el plástico asfixia sus días y el viento que se cuela por los agujeros les hiela por las noches, hasta el punto de que duermen con el bebé junto a una pequeña pila de brasas que amenaza su precaria chabola, pero "¿qué más podemos hacer? Así es nuestra vida ahora", lamenta la joven.

Una niña rohingya transporta un bidón de agua
Una niña se dirige a buscar agua entre las cabañas improvisadas de los refugiados rohingya en el campamento de Kutupalong, en Cox's Bazar. Jairo Vargas

Por delante tiene la dura tarea de sacar adelante a su pequeña, que tendrá que esquivar la malnutrición y los brotes de difteria y sarampión que han azotado los campos. "Las condiciones de insalubridad y la falta de vacunación desataron una grave crisis que nos costó un tiempo controlar, porque son muchas personas totalmente hacinadas y los contagios se dispararon", explica una cooperante de Médicos Sin Fronteras.

Reparto de alimentos ONG en campamento rohingya
Una anciana rohingya espera su turno durante un reparto de alimentos de la Media Luna Roja en el campo de refugiados de Kutupalong, en Cox's Bazar, Bangladés. Jairo Vargas

La crisis, apuntan, parece haberse estabilizado. Las llegadas de nuevos refugiados no son tan masivas como hace tres o cuatro meses, aunque cientos de personas siguen cruzando cada semana desde Myanmar. Los planes de repatriación voluntaria que el Gobierno de Bangladés intentó poner en marcha se vieron truncados por el miedo. Nadie quiere volver al lugar del que han escapado vivos de milagro. Mientras tanto, Myanmar se asegura de que su limpieza étnica sea irreversible, ha reforzado la frontera militarmente y ha erigido una alambrada en varios puntos de paso.

Las organizaciones humanitarias ya están advirtiendo del próximo drama en los campos. A finales de primavera, el monzón, los ciclones y las tormentas tropicales darán al traste con unos refugios precarios, provocarán deslizamientos de tierra y los campamentos se llenarán. Un caldo de cultivo perfecto para infecciones graves y brotes de cólera, apuntan.

Campamento de refugiados de Kutupalong: el más grande del mundo
El campamento de Kutupalong fue improvisado en los 90 durante el primer éxodo rohingya. Con más de 1.200 hectáreas en las que malviven más de 100.000 personas, es el campamento más grande del mundo, según la ONU. Jairo Vargas
Campamento para desplazados de la etnia rohingya en Kutupalong, en Bangladés.
Mujeres y niños refugiados cruzan un precario puente de bambú sobre un lago en el campamento para desplazados de la etnia rohingya en Kutupalong, en Bangladés. Jairo Vargas
Campamento de refugiados rohingyas de Kutupalong, en Cox's Bazar
Una mujer aparta a su hija, a punto de ser arrollada por un hombre que carga cañas de bambú para construir su refugio, a la entrada del campamento de refugiados roingyas de Kutupalong, en Cox's Bazar, Bangladés. Jairo Vargas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.
Catalunya
Represión El 65% de los casos de violencia institucional en Catalunya se archivan sin que se complete la investigación
El informe sobre violencia institucional de Irídia, expone que en 32 de 49 casos de violencia institucional la causa se archivó sin que se realizarán al completo las diligencias de investigación que el Tribunal Constitucional considera correctas
Opinión
Ocupación Israelí Devastación en Gaza, ignominia mundial
Un año y medio después, la comunidad internacional permanece contemplativa, por mucho que algunas voces, tímidas, hablen de genocidio, promuevan juicios internacionales y unos cuantos Estados hayan suspendido relaciones diplomáticas.
Fopo
26/4/2018 16:04

Li falta sal

1
1
#14936
26/4/2018 16:04

Nyaaaa

0
0
#13137
8/4/2018 19:01

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/05/150531_budismo_lado_oscuro_sri_lanka_bbs_amv
Podéis encontrar información sobre el budismo toda la que queráis. En mi opinión, y me baso en experiencia propia, de cuando he viajado a paises budistas, no es más que otra religión cualquiera, con su machismo, etc. Simplemente que la tenemos idealizada

0
0
#13067
7/4/2018 16:36

Desde cuándo existen “milicias budistas”? Sean más serios con lo que escriben, por favor.

6
0
Fernandez33
2/4/2018 17:28

Un artículo excelente. Refleja una la situación lamentable, un verdadero desastre a nivel de derechos humanos. Las causa clara, es una persecución religiosa, Budistas, ”la religión de la paz”, contra musulmanes. En realidad es en eterno conflicto de unas clases favorecidas a los que molestan los más pobres.

3
6
#13068
7/4/2018 16:37

La limpieza etnica la realiza el gobierno, como respuesta a los ataques musulmanes de esta “minoría” contra la religión oficial del país. Los budistas no tienen milicias, ni atacan a nadie. Basta de mentiras

6
0
Represión
Represión Una marcha reclama la liberación de los seis de Zaragoza tras un año en prisión
Organizaciones como Amnistía Internacional han expresado su preocupación por este caso, apuntando a posibles vulneraciones de derechos y al aumento de la represión de la protesta social.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.
La vida y ya
La vida y ya Una espiga entre los dientes
La idea de que las armas sirven para mantener la paz se coloca con la confianza con la que el polvo se deposita encima de los libros apilados en un desván sabiendo que nadie vendrá a limpiarlo.
Literatura
50 aniversario Aresti vive en la memoria de un pueblo vasco en disputa
Hoy comienzan en Bilbao los actos del 50 aniversario de la muerte de Gabriel Aresti, referencia ineludible e incómoda de la literatura vasca moderna.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De violencia institucional y protestas
VV.AA.
Mientras Granada se revela contra el acoso de seis policía local a una víctima de violencia machista, en Catalunya se presenta un informe que concluye que el 65% de los casos de violencia institucional se archivan sin que se completen las pesquisas

Últimas

Podemos
Izquierda Podemos mantiene el ‘modo revancha’ y en Sumar se dividen entre el hartazgo y la resignación
En su V Asamblea Estatal, la formación morada pisa el acelerador en su confrontación pública con el grupo de Yolanda Díaz. Con Montero ya precandidata, la confluencia electoral parece una quimera aunque algunos yolanders no ven otra opción.
Sanidad
Sanidad La Atención Primaria, uno de los escalones de la Sanidad más abandonados
Este 12 de abril se celebra el Día Internacional del primer peldaño de acceso a los servicios sanitarios. Falta de inversión, largas listas de espera y falta de tiempo para atender son algunas de las denuncias más repetidas.
Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Memoria histórica
Memoria histórica Sin fondos para identificar los restos de la primera exhumación en la Comunidad de Madrid
La asociación impulsora de los trabajos de recuperación en el cementerio de Colmenar Viejo denuncia que no tienen contestación sobre la financiación prometida por el Gobierno.
Palestina
Palestina Israel avanza en su plan con la anexión de Rafah y el sur de la franja de Gaza
Con este movimiento, Israel ha declarado “zona de seguridad israelí” el 20% del territorio del sur mientras que mantiene bajo su custodia el 66% de la franja.
Más noticias
Opinión
Opinión Sindicalismo que gana: la clave no es la unidad, sino organizar a las mayorías
Mientras el anarcosindicalismo debate estructuras, las plantillas siguen desmovilizadas. La verdadera batalla es organizar a las mayorías. Sin victorias concretas, incluso el modelo más puro es papel mojado.

Recomendadas

Salud mental
Cambio de paradigma De la deprescripción de psicofármacos al refuerzo de plantillas: claves del Plan Nacional de Salud Mental
El Ministerio de Sanidad ha logrado un consenso para aprobar una nueva estrategia en salud mental, poniendo de acuerdo de un lado a todas las comunidades autónomas y del otro a todas las asociaciones.
Lobo
Especies protegidas Organizaciones tratan de evitar la caza del lobo: “Volver a la receta de la gestión letal no funciona”
El lobo está desprotegido desde la entrada en vigor de la ley de desperdicio alimentario el pasado 2 de abril. Organizaciones ecologistas y Podemos están llevando a cabo denuncias, recursos y otras acciones para revertir la desprotección del cánido.