Laboral
Cómo organizarse y luchar ante una catástrofe climática: la experiencia en Carolina del Norte

Cuando un desastre climático golpea, ¿qué pueden hacer los sindicatos?
AFBU
Los trabajadores de la restauración se dedicaron a preparar comidas para miles de personas desplazadas con el grupo local de ayuda mutua para desastres. Los miembros de la AFBU ayudaron a los trabajadores a solicitar fondos de ayuda, mientras que otro equipo conducía garrafas de agua para ayudar a los ancianos aislados a poder usar el baño..
Keith Brower Brown
12 dic 2024 08:03

Veintiún días sin agua corriente. Una semana sin servicio de telefonía móvil ni internet. Los hospitales cerraron y miles de casas fueron arrasadas.

No mucho después de que los desarrolladores comenzaran a vender la ciudad de Asheville, en Carolina del Norte, como un “refugio climático” frente a las tormentas costeras, la zona sufrió inundaciones catastróficas. Tennessee y Carolina del Norte fueron las más afectadas por el huracán Helene el 27 de septiembre.

Para los trabajadores de la hostelería, la crisis sigue empeorando, dice Miranda Escalante, camarera en un hotel y copresidenta de Asheville Food & Beverage United (AFBU), una organización de trabajadores de la restauración. Al menos tres cuartas partes de ellos han perdido su empleo desde la tormenta, afirma, en lo que habría sido temporada alta. Pero los propietarios siguen exigiendo el pago del alquiler.

Cuando un desastre climático golpea, ¿qué pueden hacer los sindicatos? Los trabajadores de servicios en Carolina del Norte exigen que la recuperación y la reconstrucción se realicen bajo sus términos.

“En Asheville no hay economía sin hostelería; el turismo es la columna vertebral,”

EMPRENDIMIENTO EN EL SECTOR SERVICIOS

“En Asheville no hay economía sin hostelería; el turismo es la columna vertebral”, afirma Escalante, quien ha trabajado “en todos los puestos de los restaurantes” durante dos décadas.

Hasta la tormenta, la ciudad contaba con 55 cervecerías y una escena gastronómica aclamada a nivel nacional. Pero los trabajadores de la restauración apenas podían pagar los alquileres, que suelen superar los 1.500 dólares por un apartamento de una habitación.

Jen Hampton, una veterana de la restauración y fundadora de AFBU, explicó que las dificultades de la pandemia (sumadas a una formación de Labor Notes sobre los “Secretos de un organizador exitoso”) la impulsaron a ella y a otros veteranos de la industria a unirse en 2022.

“Comenzamos recorriendo el centro para encontrar trabajadores de la restauración, especialmente inmigrantes que trabajaban en la cocina”, dijo Hampton. Descubrieron un problema inesperado: aparcar en el centro costaba a los trabajadores entre 200 y 300 dólares al mes.

La AFBU inició una petición al condado para que los trabajadores tuvieran aparcamiento gratuito. Los miembros mapearon la ubicación de los restaurantes. “Fui directamente a hablar con la gente”, dijo Hampton. “Recogimos 2.300 firmas [de trabajadores y clientes] en pocas semanas, nos manifestamos en la junta del condado y logramos que concedieran pases gratuitos”.

Esa victoria ayudó a que la AFBU llegara a tener hoy 80 afiliados repartidos en 20 centros de trabajo. La red ha organizado cursos de formación y ha ayudado a los afiliados a ganar una elección sindical por unanimidad en el Green Sage Cafe. Sin embargo, más a menudo el grupo ha recurrido a la protesta y la presión, como en campañas que lograron poner fin al robo de salarios en dos bares.

La AFBU tiene un comité directivo de trabajadores electos. Don Baker, miembro fundador, señaló que los pocos restaurantes sindicalizados en el país tienden a no expandirse más allá de un único centro de trabajo, lo que los hace vulnerables a la rotación de personal y al cierre de negocios. La AFBU ha optado por un enfoque diferente: organizarse en todos los lugares de trabajo, inspirándose en sindicatos de la construcción como los electricistas (IBEW).

Aunque el sindicato aún no aspira a ganar un sistema de contratación o un acuerdo local maestro, AFBU espera construir una red de trabajadores que sigan involucrados a medida que cambian de empleo, presionando por demandas compartidas como horarios justos y tiempo libre pagado.

El Sindicato de Trabajadores de Servicios del Sur (USSW), surgido a raíz de la campaña de los Empleados de Servicios por los $15/hora y socio de AFBU en las labores de ayuda tras el huracán, también ha construido redes de trabajadores en Asheville, en cadenas como Waffle Houses y las tiendas Energymart. En julio, sus afiliados llevaron a cabo una huelga por riesgos laborales en una tienda Energymart cuando la temperatura dentro del establecimiento alcanzó los 39 grados centígrados.

APROVECHANDO LA AYUDA

Cuando el huracán Helene dejó caer cinco meses de lluvia en tres días en Asheville, la AFBU “comenzó a organizarse de una manera más profunda que nunca. La prioridad número uno era asegurarnos de que todos estuviéramos a salvo,” dice Escalante.

El siguiente paso fue organizar su propia ayuda sobre el terreno, incluido un fondo de solidaridad conjunto con USSW. Las agencias gubernamentales han tenido dificultades para llegar a muchas personas necesitadas, y los trabajadores a menudo descubren que sus caseros ya se han apropiado de las ayudas de 750 dólares del FEMA destinadas a “Asistencia para Necesidades Inmediatas.” 

Los trabajadores de la restauración se volcaron en preparar comidas para miles de desplazados con el grupo local de ayuda mutua para desastres. Los afiliados de la AFBU ayudaron a los trabajadores a solicitar fondos de ayuda, mientras otro equipo distribuía agua para que los ancianos aislados pudieran usar sus baños.

Tras recibir una subvención de emergencia de $10,000 de la organización Just Economics, un miembro de AFBU “consiguió el camión más grande que se puede alquilar, fue a Raleigh y lo llenó hasta el tope” con alimentos, agua y suministros de socorro para llevar a Asheville, centrándose especialmente en los complejos de viviendas públicas donde viven muchos trabajadores de la restauración.

Activistas del USSW reclutaron miembros como “capitanes de vecindario” para recibir suministros del sindicato y redistribuirlos localmente. Además, miembros de los Teamsters y del sindicato IBEW ayudaron a transportar los suministros.

“Todo el mundo está de acuerdo en que esto es el efecto del cambio climático”, comenta Escalante. “He vivido aquí durante 20 años. Nunca pensé que un huracán pudiera llegar a Asheville”.

TECHO PERDIDO, ALQUILER DEBIDO

Más allá de ofrecer ayuda, la AFBU decidió pasar a la ofensiva. Apenas cinco días después de la tormenta, “aún era un desastre total, sin agua, sin electricidad, con servicio móvil intermitente”, dice Baker, “la autoridad de vivienda pública se puso las pilas e imprimió folletos y los colocó en todas las puertas diciendo: 'Mañana es el día de pagar el alquiler y hay que pagarlo'. Esa fue la única respuesta ese día, y fue sádica”.

Hampton y otros miembros del AFBU recorrieron 300 apartamentos con información sobre cómo obtener exenciones del pago del alquiler, algo que la autoridad no había mencionado.

Cuando el juez local de desahucios optó por reanudar los desalojos dos semanas después del desastre (tres semanas antes de lo requerido por el estado), el sindicato organizó una manifestación que reunió a 70 personas en el juzgado para exigir una moratoria de tres meses en los desalojos.

Escalante dice que los trabajadores que conoce están furiosos porque se les pide pagar el alquiler “por una casa en la que no pueden vivir, con un árbol atravesando el techo”. La organización para lograr una moratoria de desalojos tras el huracán está ganando apoyo de los sindicatos de inquilinos en todo el estado.

Los trabajadores de la restauración también se están organizando para reclamar una parte del fondo de turismo de Asheville. “Nuestra ciudad tiene un presupuesto de 41 millones de dólares para la promoción del turismo”, afirma Hampton. “Dijimos: ‘Un momento, esta industria se sostiene sobre nuestras espaldas. El 75% de los trabajadores del sector servicios están sin trabajo, están sufriendo’”.

La primera vez que la junta del condado, que controla esos fondos, se reunió después de la tormenta, “fuimos con todo”, comentó Escalante, exigiendo que el dinero destinado al marketing turístico se destinara a los trabajadores.

Esa presión ha comenzado a dar frutos. El Ayuntamiento de Asheville, en su primera reunión posterior a la tormenta, a finales de octubre, optó por enviar 3,5 millones de dólares a los inquilinos y propietarios de viviendas de bajos ingresos.

¿RECUPERACIÓN PARA QUIÉN?

Los desastres ofrecen a los jefes y a los caseros la oportunidad de acaparar el poder. “La gente adinerada llega y compra tierras y viviendas después de los desastres”, comenta James Keenan, de la Universidad de Tulane, al Washington Post sobre la recuperación de Asheville tras el huracán.

Los despidos y las viviendas destruidas significan que los trabajadores de la restauración podrían tener dificultades para permanecer en la ciudad, especialmente durante los meses de invierno, cuando su trabajo generalmente disminuye.

Sin embargo, Hampton dice que la membresía de AFBU ha crecido desde la tormenta, con nuevos trabajadores uniéndose a las manifestaciones o a la preparación de comidas como voluntarios, viendo los beneficios del enfoque de organización interlaboral del sindicato.

Antes del huracán, los miembros de Asheville estaban planeando acercarse a los trabajadores del sector alimentario en otras ciudades para iniciar sindicatos con un modelo similar. Su objetivo sigue siendo comenzar el próximo año.

La tormenta ha aumentado las expectativas, pero la crisis también ha abierto una breve ventana de oportunidad para muchos trabajadores. “Algunos de nosotros estamos suspendidos; acabamos de recibir nuestros cheques de desempleo por el desastre”, dijo Escalante. “¿Qué mejor momento para organizarnos lo máximo posible?”

Una versión de este artículo apareció en Labor Notes, número 549, de diciembre de 2024. 

Sobre este blog
En las luchas sociales en la que vivimos, la desorganización es sinónimo de fracaso. Y, el fracaso, es sinónimo de pérdida de derechos. De calidad de vida. De dignidad. Este blog explora, a través de las experiencias y reflexiones de distintos colectivos y sindicatos, alternativas a la mera canalización del descontento social y distintas metodologías para organizar realmente a las personas y construir poder popular. Sigue nuestro canal de Telegram: https://t.me/cuadernosdetrabajo
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Sindicatos
Organizing Organización sindical en el Hospital Ramón y Cajal
La historia del sindicato Red de Trabajadores (RT) en el Hospital Ramón y Cajal es un ejemplo de organización de base
Huelga
Huelga Huelga contra los despidos en Bridgestone: “Dejan en un futuro muy incierto las plantas españolas”
La empresa quiere despedir a 546 trabajadores, entre la planta de Basauri (Bizkaia) y la de Puente San Miguel (Cantabria). Desde los sindicatos denuncian que la compañía de neumáticos apuesta por su producción en Polonia.
Argentina
Trabajo sexual AMMAR, el sindicato de referencia para las trabajadoras sexuales, cumple treinta años en Argentina
La Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina cumple tres décadas pidiendo derechos para las trabajadoras sexuales ante el abandono y la represión institucional.
Sobre este blog
En las luchas sociales en la que vivimos, la desorganización es sinónimo de fracaso. Y, el fracaso, es sinónimo de pérdida de derechos. De calidad de vida. De dignidad. Este blog explora, a través de las experiencias y reflexiones de distintos colectivos y sindicatos, alternativas a la mera canalización del descontento social y distintas metodologías para organizar realmente a las personas y construir poder popular. Sigue nuestro canal de Telegram: https://t.me/cuadernosdetrabajo
Ver todas las entradas
Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.
Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Salud
El precio justo La nueva ley del medicamento o estrategias para bajar el precio de los genéricos (que son caros)
En España pagamos de media un 10% más por los medicamentos genéricos que consumimos que en el resto de la UE. Al mismo tiempo, nuestro gasto farmacéutico ha aumentado un 33% en la última década.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.

Últimas

Laboral
Laboral Tres nuevos días de huelga para parar el ERE en Bridgestone
Los sindicatos de forma unánime convocan paros los días 24, 25 y 26 de abril y no descartan ampliar las acciones de lucha para evitar el despido de 546 trabajadores.
There Is Alternative
There Is Alternative De redes, software, cacharritos y todo lo que no sea Elon Musk | TINA #1
Primer programa del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de la tecnología y sus alternativas éticas y responsables.
El Salto Radio
El Salto Radio A dos velas
El documental “A dos velas”, de Agustín Toranzo indaga en las causas de los cortes de suministro eléctrico sistemáticos e indiscriminados que varios barrios obreros de Sevilla vienen denunciando desde hace años.
Opinión
Opinión Priorizar bombas sobre camas de hospital
El presupuesto público parece tener siempre un límite cuando se trata de contratar personal o mejorar infraestructuras en Sanidad. Pero no lo tiene cuando se trata de gasto militar.
Opinión
Guggenheim Urdaibai Respuesta al Agirre Center: no participaremos en este juego con cartas marcadas
VV.AA.
El “proceso de escucha” se invalida a sí mismo al existir un plan ya elaborado y no publicado “de expansión discontinua del Guggenheim de Bilbao en Urdaibai”.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Huelga de universidades públicas Con un gigantesco mural profesorado y alumnado exigen más inversión en las universidades públicas de Madrid
Después del encierro del pasado 7 de abril, una espectacular acción de la comunidad universitaria ha llamado la atención sobre el recorte de recursos que prevé el gobierno de Díaz Ayuso en su nueva ley de universidades.

Recomendadas

El Salvador
El Salvador El caso Ábrego García destapa el turbio pacto de Trump con Bukele
El joven salvadoreño no ha sido condenado ni en Estados Unidos ni en su país de origen, pero es uno de los cientos de personas con la vida pendiente de un hilo por las políticas de Trump y Bukele.
Siria
Siria Fragmentos de un retorno
Regresar no siempre es fácil. En estas misivas, los sirios Naoura A., residente en Francia, y Basem Al Bacha, residente en Alemania intercambian opiniones con motivo de la vuelta de Naoura a la ciudad donde se conocieron: Damasco.
Historia
Historia Miguel Martínez: “En Villalar, la izquierda arrancó los comuneros al franquismo”
Miguel Martínez, profesor de historia y literatura españolas en la Universidad de Chicago, analiza desde una óptica progresista la Edad Moderna, el momento histórico fetiche de las derechas españolistas.