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Cómic
Paco Sordo: “Hacer tebeos es un camino pedregoso”
Como cada año, desde 2007, el Ministerio de Cultura ha otorgado el premio al mejor cómic nacional, que esta edición ha ido a parar a la obra El Pacto (Nuevo Nueve), realizada al completo por el autor Paco Sordo (El Puerto de Santa María, 1978). El tebeo ha sido digno del premio por suponer un “ejercicio de genealogía del medio que nos retrotrae a la época Bruguera” y por “proyectar ese legado hacia el presente y el futuro”. Hablamos con su autor sobre este cómic y su trayectoria en unos días especialmente intensos para el dibujante.
¿Cómo has recibido el premio nacional de cómic?
Con entusiasmo y sorpresa. El Pacto, al ser una obra que habla sobre cómics de humor y tener cierta presencia de tebeo de humor (especialmente evidente en el aspecto gráfico), no cumple con el perfil de las obras a las que hasta ahora se había concedido este premio. Aunque está la excepción del título premiado el año pasado, Primavera para Madrid, que también era bastante rupturista en este sentido.
¿Qué supone para una editorial como Nuevo Nueve y para tu trayectoria este reconocimiento?
Es un empujón brutal para mí, para la difusión de mi trabajo y un impulso fuerte también en lo anímico. Hacer tebeos es un camino pedregoso y este premio ayuda a allanarlo bastante. Supongo que, en cierto modo, también lo es para la editorial. Nuevo Nueve es una editorial joven, aunque ya está acostumbrada a trabajar con títulos de autores que gozan de repercusión mediática y Ricardo Esteban, su editor, tiene una amplia y dilatada trayectoria. Quizás es algo que te podría responder mejor él, lo que sí te puedo asegurar es que, tanto para la editorial como para mí supone una enorme alegría.
¿Se puede vivir de hacer cómic desde Andalucía o es una quimera?
Sí, se puede. Lo que sí complicaría las cosas es hacer cómic desde Andalucía, viviendo en Andalucía y para Andalucía (y para el resto de España). Hacer cómics para el mercado nacional, en el 99% de los casos, está bastante lejos de ser rentable. Personalmente ahora vivo en Madrid, por temas ajenos a lo laboral, pero he realizado mucho cómic desde Andalucía. Pero claro, lo que hacemos la mayoría es trabajar para mercados extranjeros. España es una potencia en lo que a exportación de talento se refiere. Desde las asociaciones de cómic y autores, se está trabajando muy duramente para intentar cambiar esta situación. Esperemos que, pronto, trabajar para el mercado español y vivir de ello sean dos cosas perfectamente compatibles.
Cómic
La voz a trazos de las mujeres del cómic en Granada
Granada es una ciudad históricamente ligada al noveno arte. Un buen puñado de artistas plásticos, bien de la ciudad o residentes en ella, se han hecho fuertes y notorios en la industria. De un tiempo a esta parte, han surgido una serie de voces femeninas, muy heterogéneas entre sí, que muestran la buena salud por la que pasa el cómic y la ilustración en esta ciudad andaluza.
¿Cómo percibes el estado de la industria del cómic en España?
Ese es otro melón. Desde el punto de vista de los lectores, estamos viviendo una época dorada. Se publica muchísimo cómic. Hablo de memoria, pero me suena que la cifra de obras publicadas el año pasado estaba alrededor de los 5.000 títulos. Hay muchísimo donde elegir, títulos de todo tipo. La mayoría de las ventas se las lleva el manga o el cómic americano. El cómic made in Spain supone un porcentaje pequeño del total de obras publicadas.
Exceptuando algunos casos de éxito, las tiradas tienden a ser bastante pequeñas
Con tanta producción, exceptuando algunos casos de éxito, las tiradas tienden a ser bastante pequeñas. Los autores cobramos un pequeño porcentaje del precio de cada libro vendido, entre el 8 y el 12% por lo que, con tanta producción y un número no tan elevado de lectores, la cosa se nos complica. Ocurre algo relativamente parecido con la novela, el ensayo y cualquier otro tipo de obra en formato libro, todas suelen regirse por el mismo sistema de remuneración.
Hablemos de El Pacto, hay un homenaje obvio, tanto en lo gráfico como en la trama, a los tebeos de la extinta editorial Bruguera y a todo ese universo que gira alrededor, incluso con referencias actuales como Mel, Pablo Vicente, Jaume Rovira… ¿Por qué esa apuesta por el metauniverso comiquero?
Porque, como lector, mi género favorito son los tebeos que hablan sobre tebeos. Llevaba mucho tiempo queriendo hacer una obra de este tipo y, en especial, sobre los tebeos de Bruguera. La época de apogeo de esta editorial es un periodo fascinante en la historia de nuestro cómic, una época dorada en la que los tebeos se consumían de manera masiva y suponían el entretenimiento número uno para buena parte de la población. Sin embargo, los autores de la generación Bruguera no suelen recibir el reconocimiento que merecen y creo que todos los de este mundillo deberíamos hablar más y mejor de ellos. Soy un devorador también de libros sobre la historia de Bruguera, no se publican muchos, así que es fácil poder ir leyendo todo lo que va saliendo sobre el tema. Básicamente, he intentado hacer un tebeo que a mí, como lector, me apetecería mucho leer. En ese sentido, es muy honesto.
La metáfora más evidente de El Pacto es la de encerrar a Vázquez o encarcelar al dibujante. ¿Vivís los autores de cómics con una sensación de permanente encierro?
Creo que no es tan diferente en ese sentido a muchos otros trabajos. Todos entregamos una muy buena parte del tiempo de nuestra vida a cambio de comida caliente. Los dibujantes somos muy lloricas, pero tampoco es que estemos todo el tiempo clavados en una mesa.
Personalmente me siento bastante libre cuando ejerzo mi trabajo con libertad, es un goce y me hace mucho bien. Pero el trabajo se complica cuando el tiempo apremia, plazos de entrega, trabajos de encargo que no te apetecen y, sobre todo, cuando te das cuenta de que, para llegar a cobrar algo que te permita vivir, tienes que hacer una cantidad bastante importante de trabajo… Ahí empiezas a dudar de si era buena idea hacerle caso a tu yo de diez años que te gritaba “¡dedícate a los tebeos!”. Pero bueno, con el tiempo vas encontrando la fórmula que te funciona y te permite hacer muchas otras cosas y reservarte bastante tiempo de ocio y desconexión.
Es una forma muy bonita de vivir la vida, pero no es para todo el mundo
Es verdad que nuestras jornadas laborales suelen ser más largas de lo habitual, pero si estás con un proyecto sobre la mesa que te ilusiona, ese tiempo vuela. El balance es positivo, compensa y mucho. Es una forma muy bonita de vivir la vida, pero no es para todo el mundo, creo que ayuda mucho tener un carácter con altas dosis de introversión.
Cómic
Cómic ¿Dónde están los originales de la vieja Bruguera?
En cuanto al género de El Pacto, camina entre el thriller, la parodia y lo tragicómico, valiéndose también del falso documental. ¿Cuáles fueron tus referencias?
Más allá de las referencias obvias de los tebeos de Bruguera, a la hora de estructurar el tebeo pensé mucho en obras de autores de cómic como Seth y Daniel Clowes. También tenía muy presente el cine de Alex de la Iglesia, por su sordidez y cómo sus historias se vuelven más retorcidas a medida que avanzan. Una influencia fundamental, que no he recordado hasta hace poco, fue la película de Yo, Tonya, en la que se introduce muy bien estos elementos de documental como parte de la trama. La vi poco antes de hacer el tebeo. La he vuelto a ver hace no mucho y se ha convertido ya en una cinta por la que siento verdadera devoción. Hay una cierta deuda en lo argumental con Misery de Stephen King y la película de El rey de la comedia de Scorsese, esta última sí la tuve más presente, pero lo de Misery fue bastante más inconsciente, no lo pensé siquiera hasta verlo comentado en algunas reseñas del tebeo.
También observamos cambios de estilo en el apartado gráfico, que va evolucionando a lo largo del tebeo.
Sí, me venía muy bien como recurso narrativo para marcar el paso del tiempo en la historia y que el lector pudiera saber en qué periodo está desarrollándose la trama en cada momento. Me gustó mucho hacerlo así porque refuerza la idea y el conjunto de un tebeo que versa sobre tebeos.
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El Irra “Convivimos desde hace años en una espiral de violencia soterrada”
¿Cuál estimas que ha sido el legado de Bruguera en el cómic de hoy?
La gran mayoría del cómic español de humor bebe muchísimo de los tebeos de Bruguera. Está profundamente enraizado en nuestro ADN. Es por eso que creo que deberíamos reivindicar más ese legado con orgullo y con la frente bien alta. Tenemos una herencia muy valiosa.
En la actualidad estás trabajando para una editorial francesa, concretamente en el tercer tomo de la serie Niko, dirigida a un público infantil. ¿Qué tal está siendo esta experiencia?
Una experiencia maravillosa. Me gusta mucho el cómic infantil y tengo una idea medio romántica de que Niko pueda convertirse en parte de la educación sentimental de, al menos, un pequeño número de jóvenes lectores, ¡ojalá!. La serie goza de salud y, a partir del año que viene, va a comenzar a serializarse en la revista Astrapi, una revista para niñas y niños de siete a once años que lleva más de 40 años publicándose allí y es toda una institución y tiene una tirada muy potente que le dará a la serie muchísima más exposición y podrá atraer a muchos nuevos lectores. Con la editorial ya ando decidiendo cosas para el tomo 4. Ya me han confirmado también que este 2023 empezará a publicarse en España, pero aún no tengo fechas. Así que, si todo va bien, habrá Niko para rato. Esos tebeos los estoy simultaneando con otra serie nueva que verá la luz en Francia en 2024, también infantil, pero de esa no puedo decir nada todavía.
¿Tienes algún proyecto de obra autoconclusiva tipo El Pacto pensado para un futuro?
Tengo una idea por ahí rondando sobre otro tebeo que habla sobre tebeos que me apetece muchísimo y que creo que podría resultar interesante y disfrutaría mucho haciéndola. Ahora estoy centrado en mis proyectos de cómic infantil y, al ser series abiertas, no sé cuando podré ponerme con otra cosa y dedicarle el tiempo que necesita.