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China
El teatro de la política china
El martes 20 de marzo se clausuró la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular de la República Popular China, una de las citas políticas más relevantes en la vida institucional de la China continental.
La prensa internacional, en lo que a la actualidad de China se refiere, no suele prestar atención a este tipo de acontecimientos, pues se considera que las decisiones de la Asamblea Nacional Popular permanecen en la esfera de lo simbólico, es decir, que el verdadero centro de toma de decisiones es el Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista Chino y que la asamblea es “puro teatro”.
Sin embargo, este año ha sido distinto puesto que desde Beijing se están legislando cambios en las formas de gobierno que alteran el consenso creado por Deng Xiaoping durante el proceso de
desmaoización en los años 80.
¿Qué es la asamblea nacional popular?
Según la constitución de la República Popular China, la Asamblea Nacional Popular es el órgano legislativo del Estado. Además de ello, esta asamblea tiene una serie de poderes especiales: el “poder de elegir, decidir y destituir a los integrantes o dirigentes de los órganos supremos del Estado”, el “poder de decisión en los asuntos importantes del Estado” y el ”poder de supervisión sobre los otros órganos supremos del Estado”.
Acorde a esta definición, la asamblea se reúne una vez al año y en ella se revisan y evalúan las políticas aplicadas y se presenta por parte del ejecutivo los planes a llevar a cabo. Para el resto de funciones legislativas el resto del año existe el Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular.
En esta asamblea no está simplemente representado el Partido Comunista Chino sino también los otros partidos legalmente reconocidos por la Constitución y una serie de diputados independientes.
La existencia de estos otros partidos no supone ninguna amenaza para el orden establecido ya que el PCCh tiene una holgada mayoría: de 2980 representantes, 2119 pertenecen al PCCh; 479 son independientes y el resto pertenecen a estos partidos minoritarios acusados de ser organizaciones satélite de la organización comunista.
Resulta importante también destacar que del total de representantes solo 742 son mujeres y 438 pertenecen a las llamadas minorías étnicas reconocidas constitucionalmente.
Los delegados de la asamblea son elegidos para ostentar su cargo por un mínimo de cinco años a través de un sistema electoral representativo piramidal: los delegados nacionales son elegidos por las asambleas populares provinciales, que a su vez son elegidos por asambleas de menor nivel y así sucesivamente hasta llegar a las asambleas populares locales que son elegidas directamente por el electorado, a las que pueden votar todos los jóvenes mayores de 18 años.
No obstante, es importante resaltar el control que realiza el Partido Comunista sobre esos procesos electorales.
Todo el poder para Xi Jinping
La mayoría de periódicos se ha hecho eco de una sola de las decisiones tomadas, la abolición del límite de mandato en la Constitución, lo que permite a Xi Jinping, reelegido por unanimidad en la misma Asamblea Nacional Popular como Presidente de la República, perpetuarse en el poder.
Xi Jinping, ya bautizado por los medios occidentales como “el líder que acumula más poder desde Mao”, ostenta bajo su persona los tres cargos fundamentales para el control del país: Presidente de la República, Secretario General del Partido Comunista y Presidente de la Comisión Central Militar.
La acumulación de estos tres cargos no es ninguna novedad. Desde Jiang Zemin es habitual que así sea para prevenir sucesos como los acontecidos en Tiananmen la primavera de 1989.
No obstante, Xi acumula nueve cargos más, entre ellos ser presidente las siguientes comisiones: Comisión Nacional de Seguridad, desarrollo civil y militar, Exteriores, Taiwan, Profundización de la Reforma, Internet, Reforma Militar y Asuntos Económicos. Todas estas comisiones son las comisiones que pertenecen al Partido Comunista Chino y tienen sus homólogos en los 26 ministerios que conforman el gobierno de la república, todos elegidos por la Asamblea Nacional Popular este año.
Pero no solo genera recelo en los detractores de Xi su acumulación de cargos; es el endurecimiento de la censura, la proyección mediática de su imagen y principalmente la purga desatada en el partido en la campaña anti-corrupción donde más de un millón y medio de funcionarios fueron sancionados. Sobre este último tema, el propio Xi se ha hecho eco en su discurso ante la asamblea: “Si no hubiéramos ofendido a cientos de funcionarios corruptos, habríamos ofendido a 1.300 millones de chinos”.
No cabe duda de que hay una operación en marcha para convertir a Xi Jinping en el “tercer líder” histórico de la República Popular China. Muestra de ello es la creación e inclusión en la constitución del “pensamiento Xi Jinping”.
Desde la fundación de la República Popular, todos los Secretarios Generales del Partido Comunista han intentado hacer una aportación teórica al marxismo. Tanto Mao Zedong como Deng Xiaoping agregaron sus propios “pensamientos” —es decir, conjunto de teorías— al llamado “Socialismo con características chinas”.
Posteriormente a Deng, tanto Jiang Zemin como Hu Jintao simplemente habían agregado teorías de gran trascendencia en la vida política china, pero ningún líder se había atrevido a exhibir su “pensamiento” y colocarlo al mismo nivel que los anteriores, lo que es toda una declaración de intenciones.
El South China Morning Post se hacia eco de las declaraciones de Chen Baosheng, nuevo ministro de educación: “(El pensamiento Xi Jinping) se entrará en los libros de textos, en las aulas y en las mentes (de los estudiantes)”.
Poco se sabe aún en lo que consiste este pensamiento aparte de una serie de 14 principios extraidos del discurso que ofreció para el Partido Comunista Chino en el pasado congreso de Noviembre. En él trató temas como la importancia de la autoridad del partido sobre el ejercito, el respeto por el medio ambiente, la “reunificación nacional” con Hong Kong y Taiwan o tener un papel más activo en las relaciones internacionales, pero ninguno de ellos en profundidad.
Las interpretaciones sobre la necesidad de acumulación de poder son varias. En primer lugar, se puede interpretar como una debilidad o como una auto-percepción de debilidad: la necesidad de recurrir a un líder fuerte debido a que el sistema se resquebraja.
Es importante analizar la baja tolerancia a la crítica y a la oposición, lo que también significa falta de confianza en la capacidad de seducción de partido a la población. Pero sobre todo es importante destacar qué puede significar la previsión de inestabilidades políticas y económicas para la República Popular.
Xi quiere ser un presidente que tenga un margen de maniobra tan amplio como el que tienen sus homólogos extranjeros y liberarse de las ataduras del consenso del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista Chino, hasta ahora el verdadero órgano de decisión de la vida política del país y garantía de una gobernanza colegiada entre las distintas facciones del PCCh desde la era Deng.
¿Qué otras decisiones se han tomado?
Pero aparte de la abolición del límite de mandato, se han tomado muchas otras decisiones que afectarán inmediatamente a la vida política del país. En primer lugar, Li Keqian, Primer Ministro, ha sido reelegido para desempeñar su cargo en esta asamblea. También se ha procedido a la absoluta remodelación del gobierno con la elección de 25 nuevos ministros. También se ha procedido a la elección de un nuevo gobernador del Banco Popular de China y a la elección de cuatro Vice-primeros ministros —las figuras más cercanas a Xi Jinping— y cuatro secretarios de estado.
Tristemente destacable es el hecho de que de todos estos nuevos cargos elegidos solo se vea representada una minoría étnica y sea como Director de la Comisión Estatal de asuntos étnicos.
Igualmente insuficiente es el hecho de que solamente haya una mujer entre estos altos cargos, aunque resulta más esperanzador ya que es la primera vez desde Jiang Qin —artífice de la Revolución Cultural— que una mujer entra a un puesto de tan relevante poder político. Su nombre es Sun Chunlan, tiene 68 años y es miembro del Partido Comunista Chino desde 1973, aunque su carrera política comenzó en 1997. Ha sido Secretaria General de la Provincia de Fujian, Secretaria General de la Municipalidad de Tianjin y miembro del Politburó desde 2012.
Sobre la falta de integración de las minorías étnicas, Yuafang Magazine también se hacia eco de la elección del Secretario General del PCCh para la región autonoma de Xinjiang Chen Quangao, destacado por sus políticas represivas, lo que hace preever un recrudecimiento de las relaciones entre Beijing y la comunidad Uigur.
Además de las elecciones de diferentes ministros y otros cargos representativos se ha sometido a debate la labor del gobierno durante el último año, los planes de desarrollo para la erradicación de la extrema pobreza y el proyecto de la ruta y la franja de la seda.
La creación de una nuevo órgano de control anti-corrupción también ha sido uno de los hechos más importantes de la reunión de la asamblea, ya que la corrupción ha sido uno de los temas que más desgaste han llevado al gobierno y uno de los caballos de batalla de la administración de Xi Jinping.
La escenificación de todos estos nombramientos, debates y cambios políticos forman parte del teatro de la política institucional. No debemos menospreciar la importancia de este teatro, pues en esta escena hemos asistido a la presentación de los personajes principales y se han plantado las bases para el desarrollo de los futuros acontecimientos. Pero después del teatro vienen los hechos y de ahora en adelante asistiremos al desarrollo de la trama.