Catalunya
“Los hijos de puta como tú no deberíais ni respirar”: la persecución racista a jóvenes migrantes

El ataque a un centro de acogida en Torredembarra (Tarragona), el cuarto en Catalunya en los últimos tres años pone de manifiesto la vulnerabilidad de este colectivo.
Casa ocupada
El segundo piso de la casa ocupada lleno de objetos y suciedad antes de que los jóvenes migrantes lo limpiaran. Alícia Fàbregas

“No vas a durar mucho […] los hijos de puta como tu no deberíais ni respirar. Vigila por ahí”. “Ojalá os deporten a todos putos menas de mierda. Solo hacéis que robar. Como te vea te envío de vuelta a tu país”. Son algunos de los mensajes que Rashid —nombre ficticio para proteger su anonimato— ha ido recibiendo en redes sociales las últimas semanas.

Todo empezó la tarde del jueves 18 de febrero, cuando un grupo de vecinos de Torredembarra, un pueblo cerca de Tarragona, se concentraba para reclamarle a los cuerpos de seguridad y al Ayuntamiento soluciones ante la creciente inseguridad que estaban viviendo.

“Que quede muy claro, nosotros no señalamos a nadie”, aclaraba por el megáfono uno de los portavoces de la concentración. Al poco tiempo uno de los allí congregados animaba a todo lo contrario: “Ahora vamos ahí donde viven ellos, ahí a tocar los huevos ahora”. Una vez finalizada la concentración, un grupo de alrededor de 50 manifestantes se dirigía a la casa ocupada a la que muchos achacaban esa inseguridad. Allí llevaban meses viviendo seis jóvenes migrantes, la mayoría extutelados.

El grupo siguió su caza y acabó atacando a dos menores del centro de acogida de la misma localidad, profiriéndoles tal paliza que ambos acabaron en urgencias en el hospital

Abdel —nombre ficticio para proteger su anonimato— y su primo fueron los primeros en entrar en la casa que más tarde generaría tanta discordia, porque la alternativa era la calle en pleno invierno y en plena segunda ola de covid en España. La vivienda estaba en estado de abandono y llena de muebles y cristales rotos, cajas, papeles y todo tipo de objetos tirados por el suelo: “La encontramos muy sucia y la limpiamos toda, los dos pisos”. Poco a poco fueron llegando varios chicos más. “Si nosotros tuviéramos para alquilar una habitación, la alquilaríamos. Ninguno de los que estábamos ahí teníamos ayuda [económica]. Yo la tenía, pero dejaron de pasármela y en diciembre me dijeron que en un mes o dos me la volverían a pasar, pero sigo sin recibirla”, contextualiza Rashid.

Tampoco tenían agua corriente, así que para ducharse tenían que calentar en cazuelas el agua que hubieran podido almacenar y echársela por encima, o conseguir que alguno de los otros jóvenes migrantes que sí que viven en pisos les dejaran ir para asearse.

El 18 de febrero por la noche, el grupo de manifestantes que había decidido tomarse la justicia por su mano llegaba a esa casa profiriendo gritos, pero un cordón policial la estaba protegiendo en ese momento y ninguno de los jóvenes migrantes se encontraba allí, ya que habían sido alertados de lo que podía pasar. El grupo siguió su caza y acabó atacando a dos menores del centro de acogida de la misma localidad, profiriéndoles tal paliza que ambos acabaron en urgencias en el hospital. Uno de ellos tiene la nariz rota y ahora está pendiente de ser operado, según afirman desde el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat.

Pero eso no fue todo, sin éxito en la casa ocupada, enfocaron su punto de mira al centro de acogida y destrozaron parte de la entrada, rompiendo varios cristales. En ese momento había trabajadores y menores allí, y tuvieron que esconderse. “¿Qué culpa tienen los menores del centro? Hay gente en Torredembarra que tiene algo raro en la cabeza. Si eres marroquí, ya está, eres ladrón, delincuente”, reivindica Rashid. Según afirma el cuerpo de Mossos de Tarragona se ha abierto una investigación para esclarecer los hechos. Este es el cuarto ataque a centros de acogida de menores migrantes en Catalunya en los últimos tres años.

Según los datos de la Generalitat de Catalunya, casi un tercio de los menores y jóvenes migrados solos que viven en Catalunya están en la provincia de Tarragona

La plataforma Coordinadora Obrim Fronteres (COF) publicaba un comunicado de condena al que se adherían más de 50 entidades y colectivos. Denunciaban “la instrumentalización que un grupo fascista y racista ha hecho de un episodio de protesta popular como la del jueves en Torredembarra para difundir su discurso de odio y llevar a cabo acciones violentas y vandálicas” y ponían de manifiesto la peligrosidad de este tipo de discursos “que vienen de partidos xenófobos pero que son normalizados y amplificados por medios de comunicación, tertulianos, políticos de todos los colores y personajes públicos varios que insisten en separarnos por nuestro color de piel, por nuestro origen o por nuestra situación administrativa”. Cerraban el comunicado expresando su “preocupación ante la pasividad de las autoridades cuando, anteriormente, fuerzas políticas de Torredembarra ya habían advertido de la alta posibilidad de que se produjera un episodio como este”.

La CUP de Torredembarra también se sumaba al rechazo de los hechos acontecidos, se ofrecía trabajar con los vecinos para “erradicar las causas que provocan estas situaciones” y se preguntaba si hubiera sucedido lo mismo si los supuestos autores de actos delictivos en el municipio hubieran sido personas autóctonas: “No se dirigieron a la vivienda porque esta genere un problema en el barrio sino porque sus ocupantes son personas migradas. Hubo gritos racistas, persecuciones y agresiones”.

La raíz del problema

El Ayuntamiento de Torredembarra también manifestaba su repulsa ante las agresiones, pero hacía una distinción: “Hay que desvincular firmemente la delincuencia en el entorno de la vivienda de la calle de las Mimosas con el centro de acompañamiento de menores. Son personas diferentes, sin ninguna conexión, más allá que algunos pueden coincidir en la nacionalidad”. La realidad es que sí que hay conexiones, pero no a nivel delictivo. Alguno de los jóvenes que residían en la casa ocupada de la calle Mimosas había sido anteriormente un menor tutelado en ese mismo centro.

Se trata de un chico que asegura no haber cometido ningún robo en Torredembarra y que también está sufriendo esta situación: “La gente siempre piensa mal, ve a un marroquí en una casa ocupada y piensa que es un ladrón. Veo que hay gente que no quiere que esté aquí, pero yo voy a quedarme aquí porque he venido para conseguir un futuro. Quiero trabajar, tener una casa, tener una buena vida, no he venido para ser un delincuente. Tengo el título de hostelería y he enviado casi 200 currículos a muchos restaurantes de Tarragona, pero nadie me contesta”.

Casa tapiada Torredembarra
La casa de la calle Mimosas, en Torredembarra, tapiada tras los hechos del 18 de febrero. Alícia Fàbregas


La conexión es, por tanto, temporal: para decenas de jóvenes cuando cumplen 18 años el paso posterior al centro de acogida es la calle. Según los datos del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya, casi un tercio de los menores y jóvenes migrados solos que viven en Catalunya están en la provincia de Tarragona. De ellos, más de 640 son mayores de edad.

En cambio, en la provincia de Tarragona, el total de plazas en pisos del Area de Suport del Jove Tutelat i Extutelat (ASJTET) y pisos de inserción laboral, para jóvenes de entre 16 y máximo 21 años, suma 231. La diferencia es abismal y pese a que una vez cumplida la mayoría de edad se puede pedir una prórroga en el centro de acogida de la Direcció General d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (DGAIA), ese no es un recurso indefinido. Actualmente hay alrededor de 90 jóvenes extutelados sin hogar en la ciudad de Tarragona que van moviéndose por los pueblos de los alrededores, porque sin permiso de trabajo, muchos también sin prestación económica, se tienen que buscar la vida como pueden.

La dureza de la calle, los traumas vividos, estar lejos de sus seres queridos y la presión por ayudarles económicamente puede abocar al abuso de sustancias, al deterioro de la salud física y mental, y a veces también a actos delictivos. Hace un año, cuando estalló la pandemia en España y se decretó el primer confinamiento, el gobierno del Estado recomendó a las comunidades paralizar las expulsiones de los centros a jóvenes cuando cumplían 18 años.

La mayoría de las comunidades lo aceptaron, incluyendo Catalunya. Pero entidades y colectivos denuncian que eso no se ha respetado y que los jóvenes han seguido quedando en situación de calle. Según un comunicado de la COF, en las últimas semanas se ha expulsado a tres jóvenes migrantes del servicio de acogida y protección de la DGAIA. Denuncian que esto sigue repitiéndose sistemáticamente cuando cumplen la mayoría de edad, “bajo la justificación del no cumplimiento de la normativa de los centros”, abocándolos al infierno de la vida en la calle. Reivindican que no se expulse a nadie más sin ofrecer una alternativa habitacional digna y que se reincorpore a aquellos que ya han sido echados y que se encuentren “en situación de calle o en condiciones de vivienda no dignas”. Muchos de estos chicos están, además, en situación irregular por diferentes motivos.

Uno de ellos es que las exigencias administrativas para renovar el permiso de residencia son inalcanzables. En la primera renovación los jóvenes deben disponer de recursos económicos propios superiores a 537 euros, aunque muchos no tienen permiso de trabajo, y para la segunda y las posteriores se les pide que acrediten unos ingresos de 2.100 euros mensuales, más que el salario medio en España.

Según publicaba el Síndic de Greuges de Catalunya, estos criterios propician la exclusión social y laboral, y todas las defensorías del Estado comparten la necesidad de modificar parte de la Ley de Extranjería para adaptarla a la Ley de protección jurídica del menor y a los criterios de del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas. Una necesidad que el Govern de la Generalitat también comparte, especialmente ahora en situación de pandemia, y por eso reclama al Estado el permiso de trabajo para los jóvenes tutelados cuando cumplen 18 años y alerta de que con los requisitos actuales podrían quedar “en irregularidad administrativa 6.000 jóvenes en dos años en Catalunya”. Esa es, por tanto, la realidad de los jóvenes que vivían ocupando en Torredembarra y que después del ataque han sido reubicados.

Alguno de ellos quiso explicárselo a los vecinos del pueblo cuando el pasado domingo 21 de febrero Torredembarra Antifeixista convocó una protesta para condenar las agresiones. El joven cogió el megáfono para dar su versión, para poder ser visible y ser escuchado. Pero apenas había empezado la frase cuando una mujer le tiró del brazo apartándole del megáfono y junto con otras dos mujeres le obligaron a irse por la fuerza. Estas son algunas de las palabras que el joven había preparado y que hubiera leído si le hubieran dejado: “Soy uno de los muchos inmigrantes marroquíes que estamos sufriendo estas agresiones tanto verbales como físicas […] Nos hemos jugado la vida viniendo en patera en unas condiciones pésimas […] para llegar a un país donde no se nos acepta y no se nos trata con respeto solo por el hecho de ser inmigrantes. Pienso que se nos está juzgando a todos por igual […] Solo pedimos que se nos trate con respeto y poder tener los mismos derechos como todas las personas. Que os quede claro, ser inmigrante no significa ser delincuente”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Catalunya
Violencia policial El juzgado rechaza amnistiar a cuatro policías que dispararon balas de goma en el 1-O y los procesará
El delito de lesiones por el que se investiga a los cuatro agentes no queda amparado por la amnistía de 2024. Uno de los investigados provocó presuntamente la pérdida de un ojo a Roger Español con balas de goma.
Fronteras
Fronteras Sombras en el acuerdo de cesión de competencias pactado por el PSOE y Junts
El acuerdo sobre transferencia de las competencias en materia de migración entre PSOE y Junts encuentra el 'no' de Podemos y de organizaciones de migrantes y el 'sí' con matices de la izquierda independentista y de Sumar.
Fronteras
Fronteras PSOE y Junts no tienen los números para su acuerdo de gestión policial de la migración en Catalunya
Junts pretende asociar la concesión de permisos al conocimiento del catalán, algo que no aparece explícitamente en el acuerdo. El entendimiento para la cesión de competencias en materia de fronteras tiene por delante un tortuoso recorrido.
#84175
3/3/2021 21:37

Resumiendo, aumentar la población de un país o región en un 35% (seguramente es más, pero nadie se atreve a hablar, y las formas de contabilizar són muy discutibles) en menos de 20 años traerá problemas sí o sí y no de racismo sólo para los inmigrantes sino para los lugareños también de todo tipo.

0
0
#84173
3/3/2021 21:27

Evidentemente pueden pagar justos por pecadores. Pero creo que éste trabajo periodístico mezcla todo tipo de realidades con poco criterio y induce a confusión a lectores que pueden estar a 500 km.
Enumera todo tipo de entidades de apoyo a migrantes más las adscritas al gobierno autonómico.
Sí las leyes migratorias son nacionales (una ley no cuesta un duro) pero los centros de acogida, ayudas, pisos tutelados y tantas cosas más las paga la generatitat. Lógicamente antes o después las cosa saldrán mal.

0
0
Infancia
Infancia Reforma de la LOPIVI: cinco claves para proteger a las madres protectoras
El Ministerio de Infancia y Juventud ha iniciado un proceso para ampliar esta norma aprobada en 2021. Varias organizaciones dan las claves para evitar el castigo a las madres protectoras.
Granada
Uso de solares 146.574 m² de solares vacíos en Granada por disfrutar
“¿Y si estos espacios no estuvieran esperando al próximo gran inversor? ¿Y si ya fueran nuestros?” esta y otras reflexiones sobre la especulación inmobiliaria en un proyecto artístico exhibido en el Centro José Guerrero
Música
Kiliki Frexko “No me interesa el arte político que te dice qué pensar o cómo deben ser las cosas”
Tras años de trabajo colectivo, Kiliki Frexko presenta su primer proyecto en solitario. ‘Iltze 1’ es un paso adelante en su trayectoria, donde mezcla referencias, explora nuevos sonidos y habla desde un lugar más personal, sin perder el filo.
Opinión
Rearme Es el militarismo, amigo, el militarismo
¿Puede que si el militarismo es la solución para todo, realmente no solucione nada, sino que realmente sea el problema?
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar intentan llegar a un acuerdo para no perjudicar con el IRPF a los trabajadores con el SMI
La ministra de Hacienda ha confirmado que sería “algún tipo de medida que permita compensar a aquellos pocos trabajadores” en la situación de tener que tributar con el salario mínimo.
Guerra en Ucrania
Conflicto bélico Rusia y Ucrania acuerdan un principio de alto el fuego marítimo a instancias de Estados Unidos
La Casa Blanca emite dos comunicados que coinciden en señalar una tregua en el Mar Negro y en prometer trabajo para el final de los ataques energéticos por ambas partes.
Galicia
Galicia Un municipio gallego demanda a la Xunta por la contaminación del embalse de As Conchas
Los vecinos de la comarca de A Limia llevan a la Xunta ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia por la contaminación provocada debido a la cría intensiva de ganado porcino y avícola en esta zona de Ourense.

Últimas

LGTBIfobia
Manifestación Plataforma Trans planta cara a la transfobia con una manifestación contra el odio
La convocatoria el 29 de marzo denuncia un contexto internacional antiderechos. La organización pide a partidos y sindicatos que se sumen a la marcha porque la transfobia es un problema social, y por lo tanto también político, explican.
Madrid
Madrid La Sareb amenaza con el desahucio a dos jóvenes activistas en Carabanchel
Cadete 7, el bloque en lucha del que el ‘banco malo’ prevé desalojarles de forma inminente este jueves 27, fue el primero recuperado por el movimiento de vivienda de Madrid en 2013 tras haber permanecido deshabitado desde 2008.
Opinión
Opinión Bretón no es un monstruo, ni Martín el nuevo Capote
Frente a la libertad sin peros que defienden unos, la responsabilidad de muchos: la de ciudadanos y librerías que se niegan a comprar o vender, respectivamente, el libro que Anagrama ha tenido a bien materializar.
Gasto militar
Gasto militar “No nos resignamos a la guerra”: 70 organizaciones rechazan la deriva militarista de la UE y el Gobierno
Más de 70 organizaciones y personalidades de la cultura y el activismo firman un manifiesto que rechaza la escalada belicista y el rearme frente a una posible agresión rusa.
Más noticias
Música
Música Pervertidos y puritanos, a los pies de Ethel Cain
Proyectos musicales como ‘Perverts’ de Ethel Cain son capaces de imponer silencio en medio de tanto ruido para pensar en un momento en que las redes sociales son herramientas tendenciosas para la difusión de propaganda de ultraderecha.

Recomendadas

Feminismos
Irene García Galán “La memoria feminista hay que construirla desde abajo, desde nuestras casas”
‘Hilaria’ (Errata Nature, 2025) es un libro dedicado a la tatarabuela de Irene García Galán, pero también un ensayo político que navega a través de la memoria feminista, el antipunitivismo y el anarquismo.
Guerra en Ucrania
Guerra en Ucrania Colegios underground en Járkov después de tres años de guerra
La ciudad ucraniana construye escuelas subterráneas, preparadas para aguantar ataques balísticos y nucleares.
Argentina
Estela de Carlotto “Faltan todavía muchos nietos por encontrar”
Al cumplirse 49 años del golpe cívico-militar, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dialogó con El Salto y apuntó contra el Gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que encabeza la represión de la protesta social.