Bizkaia
Íñigo Alonso: “No puede haber una hostelería a dos marchas, o entra comida rápida o nada”

Es el delegado del sindicato LAB en hostelería.
Íñigo Alonso
Íñigo Alonso tomando un café tras la entrevista en el bar Sí o sí de Bilbao, establecimiento que cumple el convenio de hostelería de Bizkaia. Gessamí Forner

Después de negociar el preacuerdo para el convenio colectivo de hostelería de Bizkaia, que afecta a alrededor de 25.000 trabajadores y hace dos semanas firmaron CC OO, LAB y UGT, el delegado de LAB Íñigo Alonso (Barakaldo, 1988) se encuentra agotado. El día de la firma, CC OO hizo un amago de romperlo, aunque acabó imprimiendo su sello. Hoy la patronal lo ha roto formalmente, al atender el toque de atención de la patronal de la restauración moderna, creada a consecuencia de la reforma laboral de 2022, que permitió bajar el sueldo a casi la mitad a unos 3.000 trabajadores de Bizkaia. LAB, en contra de la estatalización de la negociación colectiva que promueven CC OO y UGT en Madrid, defiende a este subsector y consiguió un acuerdo en KFC. Alonso reconoce que la postura de Comisiones Obreras y UGT en Euskadi deber ser “complejísima” —CC OO prefiere hablar de convenios “en cascada”—. A pesar de ser la tercera fuerza (ELA es la primera y no firmó; Comisiones, la segunda), LAB se ocupó, en gran medida, de la redacción del preacuerdo.

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La medida entrará en vigor el miércoles 22 de mayo cuando el BOE publique el decreto. La prioridad no será de facto: los provinciales solo tendrán prioridad si tienen un convenio autonómico superior o un acuerdo interprofesional previo.

¿Por qué la patronal ha roto hoy el preacuerdo en la mesa negociadora número 20?
El problema ha sido la restauración moderna: una serie de marcas de comida rápida que operaban con convenios de empresa hasta que la reforma laboral de 2022 pone por encima los salarios de los convenios sectoriales, por lo que deciden crear un sector y, en diciembre de 2022, firman el convenio colectivo sectorial estatal de la restauración moderna. Antes de este movimiento, nadie discutía que la comida rápida estuviera dentro del ámbito de aplicación de la hostelería. Si tenían convenio de empresa lo aplicaban y, si no lo tenían, entraban en la hostelería.

¿Erais consciente del problema?
Sí. El día de la firma, Comisiones Obreras rompió el preacuerdo pero, media hora antes, llegó un burofax al Consejo de Relaciones Laborales en el que se nos advertía de que podíamos estar incurriendo en una falta de legitimidad. Sobre todo, la patronal, que es la parte empresarial a la que alude el burofax, dado que consideraban que la comida rápida había sido invitado en la constitución de la mesa negociadora.

¿Por qué no han participado?
La mesa se constituyó en 2021 y, revisando actas, en octubre de 2022 la patronal de la hostelería de Bizkaia nos dio el primer compromiso de enganchar este tema. En esa reunión, desde LAB dijimos que no puede ser que no alcancemos los mínimos fijados en el ámbito económico ni que tampoco haya una bajada de hora sustancial, ni se nos habla de incluir a los riders ni a la restauración moderna y, como una manera de coger el guante, la patronal nos dijo “estamos dispuestos a modificar el ámbito de aplicación”. 

Comisiones y UGT no iban a obstaculizar el preacuerdo, pero sí mostraron sus reticencias, se hubieran sentido más cómodos si no hubiéramos entrado en la restauración moderna

¿Entra en conflicto con el decreto de la prioridad aplicativa?
No, son caminos paralelos, pero la patronal estaba muy nerviosa. El mismo día que alcanzamos el preacuerdo, cuando el resto de los contenidos ya estaban acordados, hizo un último intento diciendo que creían que no se debía incluir a la comida rápida, al considerar que podría traer problemas. De hecho, Comisiones y UGT se posicionan en ese mismo sentido.

¿En el de la patronal?
Sí. Entendemos que es porque tienen intereses respecto a la estatalización de la negociación colectiva y porque nos confiesan que, desde Madrid, les tiran de las orejas. Reconozco que la posición que tienen Comisiones y UGT en Euskadi es complejísima. Nuestras compañeras de estos sindicatos lo pasan mal. La patronal hace un último receso de cinco minutos, entra y anuncia que la restauración moderna entra en convenio. 

¿Comisiones y UGT no se negaron?
Digamos que Comisiones y UGT no iban a obstaculizar el preacuerdo, pero sí mostraron sus reticencias. Dicho de otra manera, se hubieran sentido más cómodos si no hubiéramos entrado en este tema.

¿De los riders nadie se ha quejado?
No, modificamos el acuerdo marco de hostelería de la CAV, en 2021, para su inclusión.

Ha sido una negociación larga, con una pandemia en medio. 
Hasta abril de 2021 no empieza realmente la negociación, la patronal nos decía que no estaba en disposición de ofrecer nada, porque solo tenía incertidumbre. Creo que los sindicatos hemos hecho un ejercicio de paciencia y comprensión, pero luego no hemos visto reciprocidad.

La patronal nos ha transmitido hoy que está dispuesta a asumir los compromisos fijados en el preacuerdo

¿Qué os ha dicho la patronal en la reunión de hoy?
Que no está dispuesta a asumir los compromisos fijados en el preacuerdo. De hecho, considera que el preacuerdo queda roto en el momento en que Comisiones dijo que no lo iba a suscribir. Aduce que existe una advertencia explícita de la posible falta de representatividad y nos ha vuelto a proponer que se suscriba el preacuerdo, excluyendo a la restauración moderna. LAB ha dicho no. Si restauración moderna no está incluida, no vamos a hacer una hostelería a dos marchas. O todas o ninguna. Es un subsector muy precarizado, con elevada penosidad (altas temperaturas, grasa) y jornadas parciales.

¿Qué trabajadores de la hostelería de Bizkaia cobran menos desde la reforma laboral?
Burguer King, KFC (en los que no tenemos representación), Domino’s, Five Guys, por ejemplo. El ámbito de aplicación son las empresas que tienen más de mil trabajadores e implantación en cuatro o más comunidades autónomas.

Antes de la reforma laboral, ¿los trabajadores de estas marcas cobraban según el convenio colectivo de la hostelería de Bizkaia?
Sí.

¿Y de un día para otro ya no?
Excepto en KFC, donde LAB tenemos representación y conseguimos un acuerdo mediante el cual se iban a mantener los salarios provinciales y el número de horas en la comunidad autónoma, tanto para las antiguas como para las nuevas contrataciones. La realidad, a día de hoy, es que no estamos teniendo capacidad e controlarlo todo: encontramos casos en los que no solo en permisos, sino también en bajas y en contrataciones de fines de semana, KFC está aplicando el convenio de restauración moderna.

¿Como en el KFC de San Nicolás? ¿Ahí hay gente contratada con diferentes convenios?
En el del Casco Viejo no, porque es uno de los que tenemos más controlados, pero en los que han abierto en los centros comerciales de Ballonti y Artea, sí. Para cuando nos damos cuenta de que hay una nueva contratación, ya lleva seis meses cobrando el convenio de restauración moderna. La rotación del sector es altísima y tenemos muchas dificultades para controlar la aplicación.

¿Lo resarcen rápidamente o tenéis que ir a juicio?
A juicio no, pero remolonean todo lo que pueden. Como criterio, la vía extrajudicial me parece más rápida: no te pido atrasos, pero actualízalo ya. Pero si pueden estar dos meses mareando la perdiz, marean.

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En empresas estatales como Lidl, CC OO ha denunciado que en Bizkaia y Araba se aplican condiciones de trabajo diferentes (mucho mejores) y ha publicado hojas informativas exigiendo que se empeoren las condiciones en la Comunidad Autónoma Vasca.

Volviendo a hoy.
Se ha roto el preacuerdo y, en la próxima reunión negociadora, invitaremos a la patronal de comida rápida, dado que ha mostrado su inquietud. Y ahora viene el escollo: la patronal dice que, si se dilata en el tiempo, los salarios no se van a actualizar según lo firmado en el preacuerdo. Nosotros pedimos retroacctividad, como se hace en muchos sectores. No pueden romper el preacuerdo y pretender beneficiarse.

La patronal no la quiere.
No. Lo llevan avisando desde el primer día de la negociación. Pero en esta segunda ronda tenemos las de ganar.

¿Con qué?
La nueva mesa de negociación la convocaremos pronto, la semana que viene. Acudirán las marcas de restauración moderna y puede que no lleguemos a un consenso de cómo se miden los porcentajes de representatividad. A falta de acuerdo, los juzgados dirimirían. Tenemos el precedente del textil de Bizkaia. 

Vamos con el artículo 8 del preacuerdo, el fijo discontinuo parcial, el punto más largo y que ocupa tanto como el resto de puntos.
Sin que sirva de excusa, esto no ha estado en la mesa de ningún sindicato. Y quiero recordar que el primer sindicato que reguló el contrato de 0 horas, si lo queremos llamar así, fue ELA en el convenio de residencias de Bizkaia. Sin establecer un mínimo. Otro ejemplo son las educadoras del Guggenheim, que han tenido contratos fijos discontinuos al 18% de la jornada, dos horas al día, y contratos de un día. Es verdad que existen contratos tremendos en esta modalidad. LAB teníamos unas propuestas de negociación colectiva pero, hasta que no nos vimos en la necesidad de regularlo en un convenio, no nos hemos remangado y hemos visto todas las aristas que puede tener esta modalidad contractual. 

¿Cuáles?
La primera es que hay que atender la realidad de la actividad económica. Tenemos una responsabilidad como sindicatos y un mandato de desarrollo normativo, no podemos ponernos la venda y decir que no existen estos contratos. En locales y campos deportivos de Bizkaia no estuvo encima de la mesa, ni por parte de LAB ni por parte de ELA, ni tampoco la plataforma conjunta. Lo único que pedimos fue que se garantizaran contratos fijos discontinuos de mínimo nueve meses por año. La patronal se negó en redondo porque hay actividades que tienen carácter estival. En el convenio de polideportivos nos hemos callado y mirado hacia el otro lado, porque mucha de nuestra afiliación, me da igual de qué sindicato, ha solicitado la conversión de indefinido a fijo discontinuo.

¿Por qué?
Porque las percepciones de las prestaciones anuales son mayores.

¿La de desempleo?
Claro. Si yo acumulo todas mis horas en nueves meses y percibo en tres meses el paro, las percepciones totales son mayores. 

¿A pesar de que sus jornadas no son completas?
Sí. Por eso hemos mirado hacia otro lado. Porque los que la han solicitado contratos fijos discontinuos son parciales indefinidos. El 98% de los contratos de la gestión pública deportiva son a jornada parcial. Y, además, por eso digo lo de atender la actividad económica, que son de muy pocas horas a la semana, quizá solo tres horas a la semana, que compatibilizan con otros curros. Veíamos que no podíamos ponernos muy chulos con los fijos discontinuos en polideportivos. ELA reconoció la necesidad, pero no quiso recogerlo en el convenio, por lo que condenas a los trabajadores a una situación de alegalidad, a que venga una inspección y vuelvan a ser indefinidos a tiempo parcial. Así que insisto: no ha habido un debate sobre esto, es un debate ficticio. Y en la hostelería, la patronal lo lleva planteando desde octubre o noviembre y, hasta el último mes, no le habíamos hincado el diente. 

¿De qué manera?
En el subsector de las colectividades ya se estaba operando con contratos fijos discontinuos parciales, por lo que fijamos un mínimo de diez horas semanales. Para el resto de sectores, cuatro horas diarias.

¿Quedaste satisfecho?
La patronal no nos compró algún tipo de indemnización, pero bueno, en general estoy bastante satisfecho por cómo han quedado regulados los fijos discontinuos parciales, porque ofrece una regulación mucho más garantista que ningún otro convenio. He estudiado el tema y me he empapado lo suficiente. Me quedé más tranquilo cuando ELA cambió de opinión y no quiso entrar en hostelería, porque vi la oportunidad de establecer jornadas mínimas, superiores a contratos que se firman hay a día de hoy. 

Es el punto más amplio, ¿qué más regulaste?
El punto que más dudas me genera surge es el cumplimiento del llamamiento al trabajo, por si las empresas lo cumplen, pero es que hasta ahora ni siquiera había llamamientos, se les daba contrato una vez habían empezado el trabajo. Ahora se establece un llamamiento 15 días antes. Y si lo rechazas, no pierdes el trabajo. Y si lo rechazas justificadamente, no pierdes el orden para ser la siguiente de nuevo. Y otro punto que para mí es muy importante es que se establece un derecho preferente a las vacantes. Me he pegado mucho con este artículo que he redactado prácticamente en soledad, leyendo previamente todos los textos que había. 

¿Para qué tipo de hostelería sirve este contrato de fijo discontinuo parcial con un mínimo de cuatro horas?
Imagina el Ambigú de San Mamés, los bares que hay dentro del estadio. Se abren cuando hay partido. Es una actividad fija discontinua de carácter intermitente y que no puede asegurar una jornada completa. Lo mismo ocurre en el Museo Marítimo, en los frontones y otros establecimientos que normalmente abren única y exclusivamente para eventos deportivos. O los chiringuitos que abren en periodo estival. Todo eso son actividades fijo discontinuas que se realizan a jornada parcial. ¿Qué hacemos en el preacuerdo? Cuando te contratan en San Mamés, si el curro es de dos horas, deben pagarte cuatro. El preacuerdo establece una contratación mínima de cuatro horas al día, del 52% de la jornada, por lo que mejoramos sustancialmente lo que se está dando ahora. 

Pero no se trabaja solo dos horas en San Mamés, ¿no?
No, lo que digo es que alguien tendrá que poner a enfriar las botellas y recoger. Pero es que la zona VIP ha funcionado, por ejemplo, llamando a cinco o seis chavales y, si ven que para la mitad del partido la faena ya está ventilada, les echan y les pagan solo las dos horas que han estado. Por eso nosotros justificamos que se pueden asegurar cuatro horas de trabajo. Lo mismo si haces un servicio en una boda: igual el catering lo ventilas en hora y media, pero no nos creemos que no puedas asegurar cuatro horas de trabajo y, aunque no puedas, debes pagarlas. Esto es adecuarse a la actividad económica que estamos regulando. No sé cuál es la justificación para este tipo de contrato en las residencias. 

Históricamente el convenio del metal ha sido el más importante, por número de trabajadores y los salarios que se negocian, pero desde que se ha impuesto el modelo económico del turismo, creo que el convenio de hostelería cada vez afecta a más personas, a más mujeres y a más personas migradas. Y vemos que cada vez hay menos tabernas y negocios familiares y más empresarios que pone un negocio no para trabajarlo, sino para enriquecerse. ¿Dirías que este convenio afecta a más gente y que está menos defendida por los sindicatos?
Claro. El metal sigue siendo el que afecta a más gente, unas 50.000. Le sigue oficinas y despechos, entre 28.000 y 30.000 trabajadoras, que lleva sin renovarse desde 2012, y luego hostelería, con 25.000. La diferencia del metal es palpable. El martes tuvimos una charla sobre turistificación, de cómo desaparecen los astilleros y viene el Guggenheim. La comparación entre el convenio del metal y el de hostelería implica pasar de unas condiciones estables al incumplimiento sistematizado del convenio de hostelería. No tenemos más que ver las manifestaciones del convenio del metal y las de hostelerías para ver cómo de de articulado están los sectores, y eso es reflejo de la capacidad de controlar su cumplimiento. Porque un sector organizado es un sector que hace cumplir su convenio. Siempre digo que el convenio de hostelería de Bizkaia no es un mal convenio, lo que pasa es que no tiene herramientas para garantizar su cumplimiento. E Inspección de Trabajo, tampoco. 

A pesar de que, para unos pocos, es un sector boyante económicamente.
Es incontestable que ha bajado el número de empresas, ha subido la facturación y las empresas se han concentrado en las ciudades. Se opta por el pintxo a tres euros para el turista que la caña a euro y medio para los vecinos. Y la gente autónoma del sector con la que me he encontrado reconoce que la única vía para competir con esas empresas es la autoexplotación, o explotar a gente cercana. Y si hablamos de ciudad, el problema no es que haya bares, sino que sustentes la economía de un país en esta actividad económica. Así que vamos a garantizar que la gente que trabaja en este país y en esta actividad económica lo haga con sus derechos reconocidos. 

¿El objetivo final de la próxima reunión de la semana que viene es incluir a la comida rápida?
Sí, lo tenemos clarísimo. Se han alineado los astros. Hasta ahora en LAB hemos sido muy pesados con este tema, pero era un canto a la vida, porque sabíamos que con el artículo 84 de la reforma laboral que operaba, en cuanto a la concurrencia de convenios, teníamos todas las puertas cerradas. Por eso ahora se ha puesto nerviosa la patronal de Bizkaia y la patronal de restauración moderna. En el momento en el que se aprueba el real decreto de la prioridad aplicativa, todo el mundo empieza a ver que se debe aplicar. Y esta última jugada de la patronal, si bien supone romper el preacuerdo, el análisis estrictamente jurídico que hacemos es que nos va a dar la oportunidad para que todos los requisitos se vean cumplidos y poder asegurar su cumplimiento. Ahora, más que nunca, ya no se trata de un tema político.

¿Y de qué se trata?
De un tema práctico, de ejecución directa. Antes lo reconocíamos: esto es para dar la guerra y exigir la aplicación y que no se impugne. Ahora estoy emocionado: puede ser que a estas personas de restauración moderna se les duplique el sueldo. Es difícil de calcular, pero creemos que son 3.000 currelas. 

¿Cuánto cobran ahora?
A grosso modo, SMI y tienen 50 horas más de jornada anual. 

¿El convenio de hostelería es el doble del SMI?
Ahí andamos.

¿Tengo que dejar el periodismo?
La hostelería tiene tres pagas extra y la base de un camarero está en los 1.900 euros. Otra cosa es que te tengan contratado como ayudante de camarero y con veinte horas, y hagas cuarenta. El control del convenio es clave.

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