Arte político
El pintor de los ojos de mar

La actividad pictórica de Ambrosio Ortega comenzó en las prisiones, confeccionándose los primeros pinceles con pelo de las barberías. En su obra se rastrean, de manera muy lógica, influencias formales y volúmenes que están presentes en algunos cartelistas republicanos.

Haciendo país de Ambrosio Ortega
El mural "Haciendo país" de Ambrosio Ortega en los soportales de la Ribera en Bilbao. Wikimedia Commons
Marta Ugarte
30 abr 2019 08:00

Aquel inolvidable verano de 1977 fui invitada por unos parientes más o menos cercanos a pasar unos días en su casa de Barruelo de Santullán. Han pasado más de 40 años y todavía hoy albergo sensaciones y recuerdos intensos de mi estancia en aquel lugar que en otro tiempo fuera, cuando los ferrocarriles utilizaban carbón, un importante núcleo minero de la montaña palentina. La electrificación general de los trenes acarreó el declive de la actividad minera barruelana, que ya a finales de los años 70 se acercaba a su prácticamente definitivo canto de cisne.

Mientras que la lámpara de la minería se apagaba poco a poco, aquel pueblo entre montañas volvía a recobrar cierto pulso vital en los periodos estivales, cuando los oriundos emigrados a lugares como Torrelavega, Sestao, Bilbao o Madrid regresaban con su prole a casa de los padres para pasar las vacaciones en el pueblo que los vio nacer. La localidad se llenaba entonces de coches con matriculas de Bilbao, Santander o Madrid, dejando las matriculas con la P de Palencia en franca minoría, al mismo tiempo que las calles sin asfaltar del urbanismo escalonado de los barrios eran surcadas por los críos subidos en sus bicicletas, haciendo especialmente atinado y elocuente el título que Fernando Fernán Gómez diera a una de sus obras de teatro.

Barruelo tenía, ya por entonces, poco porvenir que ofrecer a la gente más joven; para ellos, ser camarero en alguno de los numerosos bares del pueblo, (pequeños templos en los que el alcoholismo y la silicosis se guiñaban un ojo delante de una partida de cartas); para ellas, quizás con suerte, coger el autobús en la plaza para ir a trabajar a Aguilar de Campoo en alguna fábrica de galletas.

Aquel mundo ofrecía, para los sentidos de una niña foránea, un sinfín de estímulos nuevos: los aromas profundos de las plantas del entorno, el olor a galletas que impregnaba las despensas de muchos hogares, la musicalidad, el vocabulario y la gramática de aquella manera de hablar castellano, que solo utilizaba el pretérito indefinido, como forma de referirse a cualquier hecho pasado, por muy inmediato y por muy reciente que fuese… Algunas veces pienso que ese abuso del pretérito indefinido, más allá de evidenciar la presencia de algunos asturianismos, era una forma de tomar distancia del dolor y de la muerte, una aliada que la sintaxis brindaba para continuar el camino vital sin mirar demasiado hacia atrás.

En Barruelo, no solo las minas se cobraron siempre un alto tributo en vidas, sino también los acontecimientos históricos. La sublevación minera de octubre de 1934 y su brutal represión por parte de la Guardia Civil anclaron en la memoria un aprendizaje colectivo, según el cual huir al monte era sinónimo de salvar la vida o evitar las torturas. Aquella traumática experiencia de 1934 se volvió a repetir tras el golpe franquista de 1936, dando origen a un maquis que, en lo fundamental, solo pretendía mantener con vida a sus miembros, algo que no siempre se consiguió. Fueron cazados como ratones, pagando con su vida o con largas condenas en presidio, la osadía de querer seguir vivos.

Ambrosio Ortega, nacido en 1925, fue junto con su compañero de presidio Marcos Ana, el preso más antiguo de las cárceles franquistas

Recuerdo que en nuestra calle vivía un pintor de ojos azules, un ser callado y extraordinariamente tímido. En la casa de mis parientes se hablaba de él en un tono de voz casi susurrante, con una mezcla de temor y desconfianza. Frases como “parece ser que estuvo en la cárcel” o “dicen que es comunista” despertaban mi curiosidad sobre aquel hombre de andar tranquilo y sonrisa afable. Su nombre era Ambrosio Ortega, o Brosio, como lo mencionaban los allegados. Una tarde invitó a algunos vecinos del barrio, entre ellos mis parientes y su joven invitada, a visitar su casa para mostrarles sus pinturas. Los cuadros apoyados en el suelo ocupaban las habitaciones sin transmitir demasiado desorden.

La mayoría de aquellos lienzos recogían el mundo de los mineros en sus aspectos más terriblemente humanos: la dureza del trabajo y los accidentes, la muerte y los entierros multitudinarios, la protesta y los mítines delante de la bocamina… Captó mi atención un cuadro en el que un minero lanzaba al aire unos pasquines que se convertían en palomas, palomas que al volar, ocupaban la parte superior del lienzo. Ver aquella imagen fue mi primera conciencia de lo que era una metáfora visual.

Días después, un domingo por la mañana, me acerqué con mi amiga Piluca a comprar regaliz y tebeos al pequeño quiosco verde que la señora Julia tenía junto al ayuntamiento. La plaza estaba bastante concurrida, y un gran número de personas se dirigían al cine del pueblo. Nos acercamos intrigadas para saber qué tipo de película iban a proyectar inusualmente un domingo por la mañana, pero no se trataba de una proyección sino del primer mitin que el recientemente legalizado PCE daba en Barruelo. Por aquel tiempo me gustaba coleccionar llaveros, así que aquel mitin me pareció una ocasión inmejorable para aumentar mi colección; le dije a Piluca que me esperase en la puerta del cine y volé con mi bicicleta a casa en busca de unas monedas. Cuando regresé, Piluca me dijo que se le hacía tarde y que debía volver a ayudar a su madre.

La curiosidad de los 11 años hizo que, una vez ya con el llavero en el bolsillo, decidiera quedarme a observar toda aquella liturgia colectiva en la que Ambrosio ocupaba un asiento en la tarima de los dirigentes locales. Escuché todos los discursos sin entender en profundidad lo que allí se decía. Las palabras volaban como los pasquines, y pegada a la butaca, estaba segura de estar siendo una testigo privilegiada en un evento cargado de emociones y de rebeldía. Aquel viejo partido salía a la superficie en ese año de 1977 lleno de mezquindades estalinistas y de heroísmos anónimos, pero en Barruelo era, sobre todo, un partido lleno de historias ocultas, secretos y heridas sin cicatrizar que también tenían que ver con mi entorno familiar. Sin saberlo, ese día, más que un llavero, adquirí una llave maestra que muchos años después me abriría algunas puertas cerradas en la historia de mi familia. Brosio no tomó la palabra en aquel cine, seguramente porque sabía que su mejor manera de expresarse eran los pinceles, las acuarelas y los lienzos.

Brosio partió definitivamente un día de julio de 2015. Sus cenizas fueron esparcidas en el monte Salcedillo, lugar en el que se ocultaba el maquis para el cual sirvió como enlace

Ambrosio Ortega, nacido en 1925, fue junto con su compañero de presidio Marcos Ana, el preso más antiguo de las cárceles franquistas. Minero ya con 16 años, fue detenido en 1946 con su hermano Mariano, primer dirigente del maquis de la zona, al cual aplicaron garrote vil cinco años después. A Brosio lo esperaba el presidio en diferentes penales franquistas, para devorarle los mejores años de una vida como la silicosis devora los pulmones de los mineros.

La actividad pictórica de Brosio comenzó en las prisiones, confeccionándose los primeros pinceles con pelo de las barberías. Aunque de formación autodidacta, desarrolló una técnica muy depurada, sobre todo en las acuarelas; en su obra se rastrean, de manera muy lógica, influencias formales y volúmenes que están presentes en algunos cartelistas republicanos. Sin embargo, el discurso pictórico de Ambrosio Ortega tiene una expresividad poderosa.

Las formas humanas, especialmente la de los mineros, evocan algo fantasmagórico, algo que recuerda a la manera en la que Edvard Munch resolvió cuadros como Ansiedad o El grito; pareciera que Brosio parió instintivamente una forma propia de expresionismo, un expresionismo lleno de intimidad y belleza, reivindicador y dignificador del mundo del trabajo, del presidio y del compromiso. Un pintar necesario y sereno para seguir vivo personal y colectivamente. Mercedes Sosa afirmó, al hablar de su amigo Alfredo Zitarrosa, que no se podía entender el arte en el cantar de Alfredo sin su compromiso ideológico. De la misma manera, intentar destacar las capacidades técnicas y expresivas de Ambrosio Ortega desvinculándolas de su apuesta vital, sería la dislocación de una obra en la que la estética y la entrega personal forman un todo coherente.

Los reconocimientos también llegaron a la vida de este pintor de ojos de mar, y el propio Alberto Schommer llegó a inmortalizarlo con su cámara. Curiosamente, como si fuese una forma de restitución moral del destino, en el mismo Bilbao en que fueron detenidos él y su hermano Mariano, Ambosio Ortega es el único pintor no vasco, que junto con Angel Cañada, Alejandro Quincoces, Justo Sanfelices y Roberto Zalbidea comparte obra pública en los frescos de los Arcos de la Ribera. Desgraciadamente, cuando estaba a punto de exponer en Nueva York, le sobrevino una grave enfermedad que limitó severamente los últimos años de su existencia. Brosio partió definitivamente un día de julio de 2015. Sus cenizas fueron esparcidas en el monte Salcedillo, lugar en el que se ocultaba el maquis para el cual sirvió como enlace. Cuatro años antes, el ayuntamiento de Palencia, en manos del PP, y siempre con la sensibilidad por la cultura que caracteriza a este partido, desestimó dedicar una calle a Ambrosio Ortega.

Siempre que me acerco a Bilbao, transito por los arcos de la Ribera y alzo la mirada para apreciar esa forma de pintar, y entonces, me vienen a la memoria aquellos días del verano de 1977 y todas las percepciones que tuve al sentarme en aquel cine, cuando tomé partido por la curiosidad y me hice militante de la intuición para desentrañar las historias que estaban ocultas.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Arte contemporáneo
Artivismo Lara Ge: “A través de la práctica creativa nutrimos el espacio comunitario”
Ideadestronyingmuros desarrolla temas sobre feminismo, alternativas de vida al capitalismo y también sobre movimientos migratorios, con una fuerte posición transfronteriza.
Arte
Arte Eugenio Merino expone el cuerpo de Lorca en ‘Ruina’: “El poeta solo puede representarse bajo tierra”
El artista presenta una instalación que pretende hacer reflexionar sobre los cimientos en los que se ha construido la historia presente, una alegoría a Lorca, a sus ideas políticas y a los miles de desaparecidos
Arte político
Derecho al Agua Arte para convocar el agua a las puertas de Doñana
El Festival Chicharra de investigación sonora celebra su edición 'Los estados del agua' en Almonte (Huelva) en el entorno de Doñana en el contexto de la cercana aprobación de la ley de amnistía de regadíos ilegales
Neocolonialismo
Francia El níquel, la batería detrás del proyecto de recolonización de Macron en Nueva Caledonia
Las protestas de la población canaca se producen contra una reforma electoral que beneficiará aún más a los colonos asentados recientemente en la isla. De fondo están los beneficios de la minería de níquel, que la metrópolis quiere acaparar.
Sidecar
Sidecar Robert Fico en el punto de mira
La política de Fico, salpicada de conservadurismo y ramalazos contra “la ideología de género”, le ha granjeado muchos enemigos entre los atlantistas liberales europeos por su posición respecto a Ucrania y Gaza.
Contigo empezó todo
El Salto libros El Salto lanza su propia línea editorial con un libro sobre la otra historia de España
El Salto Libros se estrena con el volumen ‘Contigo empezó todo’, del periodista Eduardo Pérez, otra visión de la historia de España a través de 30 episodios olvidados. Suscríbete y te lo enviamos gratis.
LGTBIAQ+
Lesbofobia El triple lesbicidio en Argentina evidencia el impacto de los discursos de odio
La escasa repercusión mediática de un brutal feminicidio de tres mujeres lesbianas en una pensión de Buenos Aires alerta sobre la normalización de los discursos estigmatizantes.
Cuidados
Darcy Lockman “Antes de los niños no hay mucho que hacer y la desigualdad se tolera más fácilmente”
La psicóloga explica con datos en ‘Toda la rabia’ por qué la crianza intensifica la desigualdad en las parejas pese a todos los incentivos para que los hombres cuiden.

Últimas

Literatura
Día das Letras Galegas As poetas queer ante Luísa Villalta: “A poesía é unha ferramenta para poder cambiar o espazo que habitamos”
Afra Torrado, Cinthia Romero e Lara Boubeta, tres poetas disidentes galegas, xúntanse para reflexionar sobre o seu vínculo coa poesía, a importancia de referentes na literatura e a implicación que ten o Día das Letras Galegas.
Opinión
Opinión Travestis
La literatura no puede tener como fin la propia literatura porque las palabras siempre dicen cosas por lo que hay que decir cosas con ellas.
Tribuna
Tribuna Todo el mundo es un poco trans, incluso Ayuso
El 17 de mayo es el Día Mundial contra la LGTBIfobia y mi nuevo DNI es consecuencia directa de lo que conmemoramos este día.
Exhumación de fosas comunes
Memoria histórica Entregan los objetos del primer identificado en las fosas de Colmenar Viejo
El mal estado de conservación de los cuerpos está haciendo muy complicado identificar a los 77 cadáveres exhumados. En el caso de Florencio Elipe, el primer identificado, se repitió la prueba de ADN hasta en siete ocasiones.
Libertad de expresión
Macartismo El historiador israelí Ilan Pappé es detenido e interrogado por el FBI
El conocido historiador israelí, que ha denunciado el genocidio llevado a cabo por Israel, fue detenido e interrogado en una muestra del macartismo que ha proliferado en occidente con respecto a las opiniones antisionistas.
Más noticias
Genocidio
Derecho internacional Sudáfrica exige que la Corte Internacional de Justicia haga explícita la orden de alto el fuego contra Israel
La campaña de exterminio sobre Rafah centra la audiencia de la Corte Internacional de Justicia convocada por solicitud de Sudáfrica. Los abogados africanos denuncian la “intención genocida” de Israel y piden un llamamiento explícito de alto el fuego.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Análisis
Análisis La OTAN realiza maniobras en los países bálticos y nórdicos, son tiempos de guerra
Polonia realiza en su territorio maniobras con tanques cruzando el río Vístula; Alemania ha desplazado sus tropas a Lituania, y Noruega, junto a Finlandia y Suecia, han desplegado sus tropas en la región del alto norte.
Ocupación israelí
Acampadas por Palestina Encierro en Málaga contra el genocidio, el cinismo y la hipocresía
Desde hace una semana un grupo de estudiantes y profesores de la Universidad de Málaga (UMA) mantienen un encierro en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga contra el genocidio.

Recomendadas

Instituciones culturales
Descolonizar el museo Colombia pide a España que devuelva el Tesoro de los Quimbayas
El Ministerio de Cultura de Colombia solicita formalmente el retorno de la colección Quimbaya que se encuentra en el Museo de América en Madrid.
Movimiento obrero
Alex Gourevitch “La gran victoria del capitalismo es resignificar la idea de libertad legitimando relaciones de dominación”
Alex Gourevitch, politólogo y profesor en la Universidad de Brown, es el autor del ensayo histórico ‘La República Cooperativista. Esclavitud y libertad en el movimiento obrero’.