Historia
1812: la patria cabe en un libro

Para la propiedad privada se liberalizarán las imprentas y los negocios, los gremios y los talleres, los caminos y los puentes, los bienes comunales y los amortizados, la madera de los bosques y las truchas de los arroyos.
La promulgación de la Constitución de 1812
Promulgación de la Constitución de 1812, de Salvador Viniegra (1912)

Doctor en Historia y profesor de filosofía

4 abr 2023 06:00

En la puerta del gaditano templo de San Felipe Neri, Agustín de Argüelles levanta el libro para que todos lo vean. El Divino sale exultante, poseído por el espíritu de la época y del parlamentarismo. Aquí, proclama su verbo florido, están los españoles de ambos hemisferios. Aquí está también España, dicen que ha dicho, y está, Dios mediante, el futuro. Argüelles brilla, su palabra se incendia. Como el concepto de nación, el liberalismo ha nacido con la centuria, dinamitada la anterior entre guerras y guillotinas, ecos de la Marsellesa y trompetazos de los Estados Unidos de América. Llevado por este sonido que inaugura el mundo más allá del altar y del trono, Argüelles compone variaciones sobre la sinfonía que resonará en lo que viene de siglo. Esta música, sin embargo, llega tarde al Nuevo Mundo, o, por el contrario, yerra la clave con la que el hacendado criollo quiere bailar en sus dominios.

Desde las abdicaciones de Bayona, de hecho, el imperio americano navega a trompicones hacia un horizonte sin coronas, pero lleno de deudas con el Reino Unido. El otro hemisferio, el de la España del incienso y la navaja, de la adarga antigua y la hidalguía hambrienta, se queda como se quedan los muertos. Argüelles sostiene lo contrario, pero tampoco se engaña. Sabe que el recién bautizado ciudadano no es el que sueña un puñado de diputados liberales, todos abogados y profesionales de las cuitas del intelecto. El paisano, le dicen los expertos en muchedumbres furiosas, no está en este libro, no cabe, sinceramente le dicen, en este legajo. Cierto, reconoce Argüelles condescendiente, cierto que no está ni debe estarlo. Aquí, golpea con los nudillos sobre los más de trescientos artículos de la Constitución, sólo ha de estar lo que seremos.

A diferencia del mundo de Argüelles, el de Fernando VII cabe en las cuentas de un rosario. Es un mundo de incienso y limpiezas de sangre, de estamentos y gremios, de señoríos y vasallajes.

Así, mostrando las tablas de la ley a una legión de incrédulos y paganos, según unos, o pidiendo la palabra con impaciente soberbia, según otros, Argüelles construye un mundo que sólo existe en la imaginación de sus diputados, el de una nación de ciudadanos. Unos esperan que decrete la verdad como lo hacía el oráculo de Delfos; otros, más empelucados y espantados de estos tiempos nuevos, lo queman en el fuego de sus miedos. Dueño del momento, el Divino saca las palabras de su tintero de chamarilero, según los menos entre los allí presentes, o del mundo platónico de las ideas, según los más concurrentes y fieles, y dice que aquí, en este libro, está la patria. La ocurrencia provoca una oleada de sombreros al cielo. Argüelles tiembla, pero nadie lo nota. Ni su aplomo ni su palabra le protegen del patán que se santigua y es capaz de cruzarle un hierro o una bajeza. Pero hoy estos temores no le aguan la fiesta. Hoy cincela sus frases de mármol con las que maravilla a los que se atiborran de café y de retruécanos, y proclama que la nación ha nacido al hacerse ley, y las Luces, remacha con un gesto a medio camino entre el púlpito y la cátedra, son las comadronas del parto.

El rey Fernando, sin embargo, no entiende de constituciones ni de limitación de poderes. Su oído no está hecho para esta música de ciudadanos y robinsones del comercio. Ningún papel, le aseguran sus fieles más untuosos, le despuntará el cetro del gobierno absoluto. Porque en verdad hay muertos que parecen más vivos que los vivos mismos, y así hablan y caminan como si los días pasados fuesen más extensos que los días venideros. A diferencia del mundo de Argüelles, el de Fernando VII cabe en las cuentas de un rosario. Es un mundo de incienso y limpiezas de sangre, de estamentos y gremios, de señoríos y vasallajes. Nada de esto entra en la Constitución aprobada por las Cortes reunidas en Cádiz, que han proclamado la soberanía nacional frente a invasores y usurpadores, reyes y favoritos. Nada de este Antiguo Régimen, dice Argüelles, sobrevivirá a este día. Y el rey, le preguntan. El rey, responde quien ha insistido en delimitar prolijamente las funciones del poder ejecutivo, no podrá no estar de acuerdo con lo que la razón prescribe.

Por si se diese el caso contrario, y para que todos lo oyeren y entendieren, Argüelles lee los artículos y pronuncia palabras tan grandes que casi todos se pierden en su horizonte. Lanzadas al aire, chisporrotean y abrasan el feudalismo, hablan de cosas acaso imposibles, como que un hombre es igual a otro, a no ser que éste sea esclavo o protestante, y se pierden tras ellas los varones sin oficio ni domicilio, como lo hacen todas las mujeres, ya estén solas, ya casadas, pues en este libro no hay hueco en el ágora para ninguna de ellas. Ni pobres ni féminas, sentencia el Divino, liberal y experto en todas las leyes que en el mundo han sido. Tan grandes son sus palabras, olvida apuntar, que ocultan el látigo de las plantaciones tropicales del café y del cacao, del azúcar y del algodón. Tan enormes, obvia de nuevo, que sólo sirven de escudo al derecho más preciado de todos, el de la propiedad privada, que separa a los ciudadanos de las bestias y de los esclavos.

El que tenga bolsa, tendrá palabra. El que carezca de la primera, que calle y otorgue la segunda a la espera de ganársela según los méritos dispongan.

A este derecho, en verdad, se deben Argüelles y sus diputados, la modernidad y sus palabras, el tiempo y la tierra, que será desamortizada y vendida a quien nunca tuvo hambre de ella. Para la propiedad privada se liberalizarán las imprentas y los negocios, los gremios y los talleres, los caminos y los puentes, los bienes comunales y los mayorazgos, la madera de los bosques y las truchas de los arroyos, y a esta transición al capitalismo se le llamará la libertad guiando al pueblo. El que tenga bolsa, tendrá palabra. El que carezca de la primera, que calle y otorgue la segunda a la espera de ganársela según los méritos dispongan. Porque ya no hay señores ni siervos, tan solo, enarca el Divino las cejas ante los siglos feudales que se derrumban, ciudadanos libres e iguales en derechos. Entonces, agotado del esfuerzo, Argüelles ve apagarse el verbo como una pavesa en el aire del siglo y calla que no hay más patria que la propiedad de uno mismo.

En la Constitución se dice que vote todo varón libre mayor de edad, pero que lo haga indirectamente, para que el voto pase los variados filtros de los que más saben y, por saber, tienen.

Pero esta, bien lo sabe el diputado, no es la patria que hirvió de acero y fervor católico el 2 de mayo de 1808. Esa patria que no se mira en el espejo de la nación gaditana, sino en el de la parroquia y la aldea abrasada de rezos y sotanas, esa patria, intuye Argüelles, sólo espera el futuro con los ojos del pasado y el bisbiseo de confesionario. Esa muchedumbre feroz, piensa, ese espectro que levanta y derriba todos los imperios, pueblo durante el día y populacho durante la noche, no puede ir y venir sin causar estragos. Por eso, en la Constitución se dice que vote todo varón libre mayor de edad, pero que lo haga indirectamente, para que el voto pase los variados filtros de los que más saben y, por saber, tienen. Porque aquel día en que esa fiera se arrojó contra el francés ateo, Argüelles y los suyos vieron los ojos de la noche devolviéndoles la mirada y se quedaron mudos. Es esa fiera que arrastra las cadenas del oscurantismo y supura agravios centenarios, teme Argüelles, la que lleva consigo la destrucción de los derechos, la que temieron Platón y Aristóteles, Mirabeau y Madison. Y no sabe, tiembla al pensarlo, ni leer ni escribir, ni razonar ni disponer, y por ello no cabe, ni ahora ni quizá nunca, ni en este libro ni en esta patria.

Archivado en: Constitución Historia
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Historia
Historia La segunda vida de Joaquín Maurín
Alberto Sabio reconstruye en ‘Excomunistas’ la vida y el pensamiento del fundador del POUM: desde su politización en el republicanismo hasta su giro socialdemócrata y anticomunista durante la Guerra Fría.
Galicia
Galicia Las cortes de Melide: cómo el miedo de la nobleza gallega trató de frenar nuevas revueltas como la Irmandiña
En el año 1520 en Castilla, estalla la Guerra de las Comunidades. Esta revuelta va a tener un carácter antiseñorial y también en contra del nuevo rey, Carlos I. En Galicia, también tuvo su eco.
Opinión
Opinión Israel no puede perder una “humanidad” que nunca tuvo
Un editorial reciente de Haaretz afirmó: “Israel está perdiendo su humanidad en Gaza”, pero esto ignora la brutal historia de la colonización sionista de Palestina, de la cual el genocidio de Gaza es sólo el último capítulo.
Estados Unidos
Estados Unidos Trump inaugura una utopía de los multimillonarios con su segundo mandato
En su primer mandato, los más ricos mostraron cierta distancia con el presidente Donald Trump. Ahora, la oligarquía estadounidense ha abrazado su pensamiento ‘antiwoke’ y aguarda los beneficios fiscales prometidos para seguir ampliando la desigualdad
Palestina
Palestina Asmaa Alghoul: “Cuando cese el genocidio, todo el mundo debería recorrer las calles arrasadas de Gaza”
Nacida en Rafah en 1982, la periodista y escritora Asmaa Alghoul es una de las voces palestinas más independientes. Muy crítica con Fatah y Hamás asegura que no va a permitir que sus libros sean traducidos al hebreo.
Estados Unidos
El regreso de Trump Lo que Trump promete hacer el primer día de su vuelta al poder
El reelegido presidente de Estados Unidos plantea aprobar una batería de entre 50 y 100 decretos en las primeras horas en la Casa Blanca: deportaciones masivas, recorte en derechos civiles, ambientales y en los servicios públicos.
Desigualdad
Desigualdad La riqueza de los milmillonarios crece en 2024 tres veces más rápido
La desigualdad sigue trepando posiciones con una concentración de riqueza sin precedentes en la historia humana, según el reciente informe de Oxfam ‘El saqueo continúa’.
Opinión
Opinión ¿Qué le ha ocurrido a internet, nuestro gran experimento?
El inicio del modelo de “servicio gratuito” de internet auguró una larga y lenta pendiente descendiente en lo tocante a la privacidad personal a costa de ceder control y autonomía personal a las grandes corporaciones tecnológicas.
Estados Unidos
Tecnologías y poder Trump y la Internacional del Odio. O cómo las tecnologías juegan al servicio del poder
Las nuevas tecnologías se habían convertido en el brazo armado del capitalismo, lo que no nos imaginábamos era el rol tan decisivo que terminarían jugando en el escenario político mundial.

Últimas

Ocupación israelí
Primera fase de la tregua Varios incidentes ponen a prueba el alto el fuego en Gaza
Cuando no se han cumplido 48 horas de tregua, la agencia Wafa denuncia dos ataques israelíes en Rafah, mientras un soldado habría muerto en Nablús. Al menos 830 camiones han entrado en la Franja con ayuda humanitaria.
Ayuntamiento de Madrid
Fórmula 1 en Madrid La Fórmula 1 en Madrid acelera, atropelle a quien atropelle
El Ayuntamiento ya ha sacado a licitación la obra, a la que aspiran varias grandes constructoras del Ibex35, sin que se haya respondido a las alegaciones de los dos procedimientos anteriores.
Más noticias
Granada
Granada AMA Desokupa intenta desalojar un nuevo centro social en Granada sin orden judicial
Los activistas denuncian que la guardia de seguridad privada les está impidiendo el acceso de comida al edificio, durante el intento de desalojo varias personas han sido identificadas sin justificación por la policía.
Sevilla
Educación Pública La Junta de Andalucía cierra 163 aulas en los colegios públicos de Sevilla
En la comunidad autónoma se cerraron en 2024 un total de 706 aulas, según USTEA. Colectivos en defensa de la educación pública además denuncian la baja calidad de los comedores y la falta de inversión en educación especial.
València
València Refugios de la Guerra Civil afloran en Paiporta tras la dana
Las inundaciones revelan refugios antiaéreos para protegerse de los bombardeos fascistas. Fueron construidos por los propios habitantes bajo sus propias casas hace 90 años.

Recomendadas

Música
Música y política Apoyar a Palestina “es complicado” en la música antifascista de Alemania
La cancelación de conciertos en la escena antifascista de grupos que han mostrado su rechazo al genocidio evidencia la división del país respecto a Palestina.
Argentina
Argentina Golpe a la memoria en Argentina: los retrocesos en políticas de derechos humanos en la era Milei
La política de derechos humanos en Argentina enfrenta retrocesos alarmantes bajo la gestión de Javier Milei. Despidos masivos, cierre de espacios de memoria y desfinanciamiento amenazan el legado de memoria, verdad y justicia.
Túnez
Túnez Gabes, 50 años de muerte lenta
Entre vertidos químicos, suelos estériles y redes vacías, las comunidades locales del sureste de Túnez resisten y lideran una lucha ambiental y social que atraviesa fronteras.
Rap
Poetas Puestos “Tanto los medios como la política quieren que seas un tonto feliz”
Charly Efe y Teko, acompañados de una banda, publican el disco ‘Tontos felices’ donde mezlcan su carrera en el rap con ritmos rock para crear lo que han bautizado como rap‘n’roll.