Violencia machista
Hija, te pego porque te quiero

El maltrato infantil derivado de la educación autoritaria es un problema agudizado durante el franquismo y la presencia del feminismo ha supuesto un giro positivo del modelo educativo familiar
7 jul 2022 06:00

“Te pego porque te quiero”. Se lo decía su padre teniendo ella 5, 7, 10 o 17 años de manera habitual. La frase que desata inseguridades, temor y la duda más dolorosa. La frase que retumba en la cabeza de Ana nombre ficticio para proteger la identidad de la víctima— tiempo después; la famosa frase de generaciones que aprendieron a educar a sus hijos bajo un autoritarismo agresivo potenciado por el franquismo. Golpes de cinturón. Tortazos. Alguna patada. Un puño levantado delante de su cara a modo de amenaza. De su abuelo a su padre y de su padre a ella.

Mira que se lo dejaba claro: lo hacía por su bien, tan solo le enseñaba. Sí, su padre sí le quería. Le quería porque después de agredir le daba un beso en la cabeza. Borrón y cuenta nueva. Además, al repetir la escena le abrazaba: “No me gusta hacerte esto”. Claro que no le gustaba, él era un buen hombre, su madre no hacía más que decirlo. Claro que le quería, Ana no estaba dispuesta a aceptar lo contrario, qué descarada por ponerlo en duda. Ahora que es adulta esa frase le repele, siente inseguridad, miedo y ansiedad, no hay abrazos ni confianza. En casa hace frío.

No hace falta pegar a una mujer para hablar de machismo, con que un hombre trate a sus hijos como a un saco de boxeo con el que descargar las frustraciones ya es suficiente para calificarlo de machista

No hace falta pegar a una mujer para hablar de machismo, con que un hombre trate a sus hijos como a un saco de boxeo con el que descargar las frustraciones ya es suficiente para calificarlo de machista. El principal agresor en las enseñanzas agresivas de los hogares es el padre, así lo deja claro la Fundación ANAR en su estudio La Evolución de la Violencia a la Infancia y Adolescencia en España Según las Víctimas.

Ana ha crecido escuchando que los niños necesitan mano dura, porque si no “salen como quieren”. La violencia se basa en estructuras de poder. Cuando un hombre interioriza desde niño un aprendizaje violento hacia el resto, como que el hecho de pegar o humillar a los demás es algo normal porque lo aprendió en su casa, ese machismo llega a reproducirse no solo en el ámbito público, sino en el privado. El patriarcado necesita sustentarse en el miedo para sobrevivir.

A la psicóloga infantil, Emma Mendia, no le sorprende que el varón sea el principal agresor, porque para ella hasta hace poco el modelo autoritario tenía dos figuras muy distintas. Por un lado estaba el padre, que era el que menos se ocupaba de los niños, el encargado de dirigir la economía; era el que más gritaba y más castigaba. Al contrario que la madre, quien intentaba evitar o minimizar las agresiones en el hogar justificando las acciones del marido hacia sus hijos.

La educación autoritaria no es nueva, ya se agudizó durante la dictadura franquista. El abuelo de Ana también aprendió a educar a su padre a golpes. En todos los regímenes totalitarios ocurre lo mismo, según la historiadora y especialista en franquismo Aintzane Rincón. Durante la dictadura de Franco se entendía a la familia como una célula de la nación, esta tenía que producir las relaciones de poder. Era el espejo del régimen y, con el amparo de la Ley de Cabeza de Familia, la estructura era completamente jerárquica: la mujer obedecía al igual que los hijos. Este orden familiar era el que otorgaba legitimidad al autoritarismo y tiranía que ejercía el padre sobre su esposa y los pequeños de la casa: “Porque son míos, y punto”.

La película de El Bola es un buen reflejo de cómo han sufrido los hijos de las generaciones posteriores al franquismo en España. El protagonista, Pablo sin apellido, es un niño de 12 años que siempre lleva una bola de acero consigo. Pequeña, muy pequeña. Y también tiene moratones, bien marcados y bien grandes. Se suele excusar ante su amigo diciendo que se cayó. En ocasiones suele mentir para no pasar tiempo en casa. Obedece mucho “por la cuenta que le trae”. Ana se siente identificada con Pablo y no puede evitar derrumbarse viendo la obra. No ha conseguido sepultar el dolor.

Ella podría haber denunciado, pero no lo hizo, tampoco el protagonista. El maltrato infantil ha estado tan invisibilizado que ninguno de los dos pidió ayuda. Hasta que ha llegado el movimiento feminista a remediar esa invisibilización

Ella podría haber denunciado, pero no lo hizo, tampoco el protagonista. El maltrato infantil ha estado tan invisibilizado que ninguno de los dos pidió ayuda. Hasta que ha llegado el movimiento feminista a remediar esa invisibilización, ya que ha supuesto una mayor conciencia social y cambios muy relevantes desde su aparición. No es de extrañar que en la actualidad haya incorporado un modelo educativo familiar más sano y opuesto al interiorizado por las generaciones anteriores con la visibilización del maltrato. Un modelo cuya base es la comprensión y el respeto hacia los menores.

Carmen Lozano, educadora social en el Centro Municipal de Servicios Sociales de Murcia explica que, al tratarse el feminismo de un movimiento más democrático y menos violento, ha posibilitado el diálogo y la negociación que se ha trasladado a la educación infantil dentro del hogar. Además, ha ayudado a que los niños estén más enterados sobre el maltrato y reciban mucho más apoyo del entorno, como expone Selma Fernández, responsable de programas de coordinación en la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil (FAPMI).

La defensa del menor no aparece expresamente en la Constitución española hasta el año 1978, por ello la llegada de la democracia, fruto de la transición, supone un antes y un después para los pequeños. El proyecto Historia de la legislación para la infancia en España: una revisión crítica de J.L. Pedreira Massa manifiesta que, en este contexto, es cuando se inician los estudios legales sobre la infancia.

Al mismo tiempo, se corrige en el Código Penal la ambigüedad sobre los malos tratos, que normalizaba los castigos corporales a los niños/as de padres y educadores “no diferenciando” entre corrección educativa y malos tratos. Es en esta época cuando se inician los borradores de anteproyectos y es, en 1996, cuando se establece la primera ley en defensa del menor de carácter constituyente. Desde entonces las instituciones han hecho hincapié en el apoyo a los pequeños y se ha reflejado mediante la aprobación de las leyes de 2005, 2010, 2015 o la última denominada Ley Rhodes, establecida en 2021.

El 83.3% de españoles opinan que el hecho de dar un cachete no es un acto violento; el 36.9% no cree que no cumplir con las necesidades de afecto sea dañino; el 17% piensa que insultar, amenazar o descalificar no es violencia

Es difícil para algunos padres, sin embargo, dejar atrás la formación recibida de sus progenitores. Pese a los avances del feminismo, todavía hay quienes tienen esa enseñanza agresiva interiorizada. La encuesta sobre la  percepción de la violencia, Maltrato Infantil, realizada por 40dB. en 2019 y solicitada por Save the Children, revela que el 83.3% de españoles opinan que el hecho de dar un cachete no es un acto violento; el 36.9% no cree que no cumplir con las necesidades de afecto sea dañino; el 17% piensa que insultar, amenazar o descalificar no es violencia y el 8.6% considera que dar golpes con pies, puños o con objetos como cinturones no es agresivo.

La psicóloga lo ve mucho en consulta: los progenitores no son conscientes del daño que infligen y siguen el automatismo de cómo ellos han sido educados al no disponer de herramientas. “Si uno está metido en su rueda y tiene un vínculo muy fuerte o débil con los hijos esto no le dejará saber hasta qué punto está actuando mal”. Cuando se habla de maltrato, añade, suena muy fuerte la palabra y, por eso, a los adultos les resulta difícil pensar que esos gritos, esos desprecios, esas tortas o esas frases hirientes sean propias de una violencia física o psicológica.

“Me duele pegarte”, escuchó Ana la última vez que recibió un golpe. Una herida que aún quema. Un cerebro que no borrará la violencia recibida. Que eso es lo que ocurre con todas las experiencias traumáticas comenta la neuropsicóloga Rosanna Marí Vico. Que los cerebros de los pequeños no quedarán como una tabula rasa. Más le duele a Ana la carga que implica el maltrato infantil. Al final ha aceptado lo más doloroso como hija, ni el perdón más sincero remediará lo sufrido. Descubrir el feminismo también le ha dolido.

Archivado en: Violencia machista
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.
Granada
Violencia machista Las feministas de Granada se rebelan contra el acoso de la policía local a una víctima de violencia de género
Seis compañeros de un policía local denunciado por maltrato espiaron a la víctima a través del sistema Viogén, uno de los “actos de violencia institucional más graves destapados en los últimos años” según el feminismo granadino.
Comunidad de Madrid
Instituto del Menor La Comunidad de Madrid arranca una hija a una mujer peruana que ha denunciado violencia de género
La madre afectada, Pamela L.C., considera que ha habido un componente racista en el arrancamiento. La mujer no obtuvo ninguna información sobre el paradero de su hija hasta la citación en el Instituto Madrileño del Menor una semana después del parto.
Gobierno de coalición
Gobierno de coalición Sánchez piensa en un paréntesis legislativo para evitar roces con los socios tras una semana explosiva
El choque bronco por el caso de las compras de balas israelíes a cargo de Grande Marlaska puso sobre la mesa como nunca la ruptura de la coalición, aunque nunca fue una opción.
LGTBIAQ+
Juicio el 9 de mayo Lidia Falcón pide cinco años de cárcel a una mujer trans por un tuit de 2021 que no la menciona
La activista antiderechos Lidia Falcón denunció a Diana Juan Cano en 2021 por un tuit que apenas tuvo repercusión. La acusación pide una pena de cinco años de prisión y 50.000 euros de indemnización.
Comunidad de Madrid
LGTBifobia Femen protesta contra las terapias de conversión en un acto de la familia de psiquiatras Rojas Estapé
El movimiento Femen ha querido denunciar públicamente la relación de esta familia con sectores ultraconservadores de la Iglesia y su postura abiertamente contraria a los derechos del colectivo LGTBIQ+
Galicia
Galicia Cuidar sin derechos: la lucha de las trabajadoras en las residencias privadas de Galicia salta a la huelga
Sin tiempo ni medios para ofrecer unos cuidados adecuados, alertan de una situación insostenible en los centros y denuncian la privatización de un servicio a costa del bienestar de las personas mayores y dependientes.
València
València Convocan una huelga general contra Mazón el próximo 29 de mayo
CGT, CNT, COS e Intersindical llaman a la movilización por la gestión de la Dana, los recortes y la situación de acceso a la vivienda.
Guinea-Bissau
Internacional Guinea-Bissau arranca una ola de represión tras el sabotaje popular de una mina de arena en un parque natural
Una acción liderada por las mujeres del pueblo de Varela provocó un incendio en la bomba de extracción de la mina de arena pesada. El Gobierno ha llevado a cabo la detención de 16 personas, entre las que se encuentran líderes locales.
Opinión
Opinión “Tener correa” y la ridiculización del afecto
Existe una presión muy fuerte sobre los propios hombres para que no amen demasiado, no cuiden demasiado. El ideal de “libertad masculina” tradicionalmente se entiende como independencia, desapego, y muchas veces, desinterés.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Opinión
Opinión Las sáficas también somos trans, deseamos trans y amamos trans
Resulta irónico que a quienes tanto nos han cuestionado la identidad de “mujeres de verdad” en función de nuestra expresión de género o la vida que decidimos emprender no levantemos antorchas al ver el mismo odio operando con estrategias similares.
Francia
Francia Militantes e intelectuales exigen la absolución de Anasse Kazib, perseguido por su apoyo a Palestina
El Estado francés utiliza el tipo penal de “apología del terrorismo” para perseguir a personalidades y colectivos que han mostrado su apoyo a Palestina y su repulsa al genocidio cometido por Israel.
Más noticias
Gasto militar
Gasto militar ¿De dónde sacará Sánchez el dinero para financiar el incremento del gasto en defensa?
La promesa de aumentar las partidas presupuestarias militares necesita redirigir 10.471 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB. Cumplirlo este año abre a su vez un grave problema para hacerlo en 2026.
Opinión
Opinión Las sáficas también somos trans, deseamos trans y amamos trans
Resulta irónico que a quienes tanto nos han cuestionado la identidad de “mujeres de verdad” en función de nuestra expresión de género o la vida que decidimos emprender no levantemos antorchas al ver el mismo odio operando con estrategias similares.
Opinión
Opinión IA: un proyecto tecnosupremacista
La pregunta que me hice hace algunos años fue: ¿Por qué existe un evidente interés en “crear la cuestión de la IA”, cuando las tecnologías y las lógicas que la componen están ya operativas desde hace años?

Recomendadas

Galicia
Galicia Vigo, A Coruña y Ourense compraron material policial a Israel por medio millón de euros en solo cuatro años
El alcalde ourensano, Gonzalo P. Jácome, adjudicó un contrato por 70.000 euros días después del siete de octubre. Abel Caballero firmó otro de más de 200.000 euros y la alcaldesa de A Coruña siguió la estela con un contrato de 170.000 euros.
Turquía
Pinar Selek “Turquía sigue gobernada en base al miedo”
La profesora y socióloga turca, quien ha sufrido además de cárcel, un acoso judicial por 27 años, habla de la falta de independencia del poder judicial, del adoctrinamiento social y de la formación de la sociedad turca.