Unión Europea
Javier García: “La UE ha entregado Andalucía a intereses militares y políticos, somos una zona de sacrificio”

Candidato de Ahora Andalucía, un proyecto de andalucismo para las próximas elecciones europeas tras la negativa de Adelante Andalucía de presentarse a los comicios.
JavierGarcia1
Javier García Fernández, candidato de Ahora Andalucía
@laespigaora
5 jun 2024 09:31

La renuncia de Adelante Andalucía de presentarse a las elecciones europeas dejó el espacio andalucista sin opciones para estos comicios, por lo que un grupo de cientos de activistas, académicos, políticos y colectivos andaluces se movilizaron para crear la candidatura Ahora Andalucía.

A la cabeza de esta candidatura se encuentra el doctor en Historia, actualmente profesor en la Universidad Pompeu Fabra y activista Javier García Fernández nacido en El Ejido. García tiene un largo recorrido militando en espacios políticos andaluces como el SAT y Adelante Andalucía, como autor ha escrito decenas de obras sobre la historia de Andalucía y el pensamiento político andaluz.

¿Cómo definirías la candidatura de Ahora Andalucía?
Es una candidatura que trata de llevar un debate a la sociedad andaluza sobre la necesidad de un espacio amplio, transversal, andalucista, que aglutine a todos los sectores, desde la socialdemocracia digamos liberal al centro y a la izquierda para resolver una anomalía política, que es que no hay representación de sectores políticos y sociales de muchos andaluces y andaluzas que dieron su voto en el primer Partido Andalucista y luego en Adelante Andalucía.

Aprovechamos estas elecciones europeas porque es un distrito único e intentamos también hacer una campaña de cara al voto exterior, a las andaluzas migradas creemos que es una oportunidad para que la sociedad andaluza se posicione y nos dé apoyo, para que nos reafirmemos en la necesidad de tener un instrumento político andaluz.

Si Adelante Andalucía hubiese decidido presentarse a las europeas, quizá no estaríamos hablando de la candidatura de Ahora Andalucía. ¿Cómo esto puede influir en el proyecto?
El primer Adelante Andalucía, donde estaba Podemos e Izquierda Unida, nace como un proyecto de confluencia y yo creo que la sociedad andaluza lo vio con mucha esperanza. Fue la mayor acumulación de carga institucional, de voto de la izquierda, digamos territorial o andalucista de la historia, con 20 diputados.

El segundo Adelante, que se entiende cuando la salida de Anticapitalistas de Podemos, tenía dos visiones en su interior. La visión de Anticapitalistas que es una organización, digamos que sea de izquierda transformadora que rechaza los gobiernos digamos de todo tipo, que rechaza la política institucional, y, por otra parte, los sectores del andalucismo político, como Izquierda Andalucista, Defender Andalucía, Pilar González o yo mismo.

Lo que pasa es que Anticapitalistas tiene un control muy férreo de la organización. Entonces esto ha desembocado en que se desagüe por abajo y muchos andalucistas entiendan que hay que complementar Adelante con otro proceso.

“Andalucía realmente necesita que se redefina  la Unión Europea tanto en términos de democratización como de distribución económica y de descentralización”

Por supuesto que si Adelante se hubiera presentado a las europeas hubiese sido la referencia de todo el andalucismo. El hecho de que no se haya presentado abre un debate y yo creo que ahora Andalucía no tiene una perspectiva de convertirse en partido, sino que tiene que hacer un debate. Las europeas, como te digo, es una fase de experimentación, es un llamado a la sociedad andaluza a ver qué encaje o qué confianza nos presta. Pero yo creo que después de las europeas tiene que continuar el debate para tratar de construir un espacio amplio, andalucista que permita a los andaluces estar representados en toda las instituciones del Estado.

¿Por qué crees que es importante específicamente que haya una voz andaluza dentro de Europa?
Yo creo que la disputa fundamental es volver a hacer una pedagogía a la sociedad andaluza de que Andalucía sigue siendo una colonia interna, como lo ha sido todo el siglo XX y como lo eran los años 70.

Se dibuja una imagen de que Europa es como un centro de saber totalmente alejado de Andalucía y que Andalucía es un territorio de catetos totalmente periféricos. Pero realmente es en Andalucía, frontera de Europa, donde empieza y termina Europa. Andalucía surte de alimento a Europa, somos el casino de Europa. La economía andaluza es una economía totalmente europea.

No solamente es que queramos llevar nuestra voz a Europa, sino que queremos participar en la transformación de Europa en un momento donde Europa está en una encrucijada que en la que está el mundo y lo estamos viendo en Palestina: o el fin de la humanidad, o una nueva humanidad.

¿Cuáles son las deudas que tiene Europa con Andalucía?
Europa tiene una deuda con Andalucía en el que entra en el lugar que tiene Andalucía en la división internacional del trabajo. 

Por cómo se construye la Unión Europea, todo el sur de Europa se convirtió en un espacio periférico de Europa occidental, lugares de economía de plantación, o sea, de grandes agriculturas industriales, con mano de obra esclava y chabolista. Y eso ha desembocado en que todos los fondos de financiación europea que vienen a Andalucía no repercuten en la transformación del modelo, sino que se invierte en un saco roto. Digamos que siguen profundizando el modelo de subdesarrollo, porque no hay que olvidar que el desarrollo de unos está vinculado al subdesarrollo de otros. Entonces, yo creo que hay una deuda en términos de hemorragia demográfica.

Las andaluzas hemos sido obreras industriales en Alemania, friegaplatos en Londres, criadas en Francia, exiliadas en París. Hemos permitido el desarrollo de una Universidad andaluza que yo llamo una macro granja de trabajadores para la exportación y lo que Andalucía realmente necesita es que se redefina tanto la Unión Europea en términos de democratización como de distribución económica, como de descentralización.

Yo creo que mientras que sigamos en esta Unión Europea que nos perjudica, pues se sigue profundizando en este modelo que empobrece a Andalucía y que está provocando la desintegración de Andalucía. Están evacuando gente de Andalucía para convertirla en un casino, creo que ese es el modelo que hay que revertir.

¿Cómo influye que Andalucía sea la Frontera Sur de Europa?
Todos los lugares de frontera en el capitalismo, son lugares de sacrificio, son lugares de muerte. Es el lugar de una economía totalmente destructiva, son lugares de desposesión. Y Andalucía es el sur dentro del norte y el norte dentro del sur, no somos el extremo sur de Europa, pero al mismo tiempo somos parte del norte eurocéntrico.

Andalucía ha sido siempre una tierra de acogida y una parte de la sociedad es consciente de que no podemos ser cómplices de la fosa común que es el Mediterráneo y yo creo que en ese sentido hay que apostar por otro tipo de políticas migratorias.

La consecuencia de esa frontera también está relacionada con que somos una zona muy militarizada. Hay varias bases militares extranjeras, tenemos una economía en Huelva totalmente contaminante, que afecta a la salud pública y seguridad, la zona en la zona con más cáncer de Europa. Y todo eso son consecuencias de ser una tierra que la Unión Europea ha entregado a intereses geopolíticos, militares y de diferente tipo y hace que Andalucía sea una zona de sacrificio.

“Queremos participar en la transformación de Europa en un momento donde la UE está en una encrucijada, en la que está el mundo y lo estamos viendo en Palestina: o el fin de la humanidad, o una nueva humanidad”

¿En qué estado crees que se encuentra la construcción de ese instrumento político andaluz del que hablas y cómo crees que influyó en este la deriva y disolución del Partido Andalucista?
Yo creo que el gran triunfo del andalucismo en la Transición fue que la tierra andaluza consiguiera crear estructuras autonómicas propias. Yo lo llamo una rebelión democrática, que es la rebelión inacabada, porque esa estructura autonómica no fueron gobernadas por andaluces o por partidos de obediencia andaluza.

Esas instituciones fueron mayoritariamente gobernadas por el PSOE y eso ha desembocado en que se reproduzca el patrón de subdesarrollo, aun con esas instituciones autonómicas. El Partido Andalucista, en ese en esa década, asumió un papel profundamente institucionalista y digamos que la crisis fuerte vino en todo lo que fue la parte de izquierda, de movimientos sociales, sindicales, andalucista, que buscaron confluencias con la izquierda estatal.

Entonces el PA se quedó aislado, sin un espacio sociológico y por eso se quedó encerrado la institución y eso repercutió, que terminó entrando una crisis porque estar en la institución solamente te lleva a una crisis siempre. Y lo que estamos tratando ahora de rearticular ese espacio sociológico desde la izquierda para volver a conectar con el antiguo PA y que se pueda reconstruir lo que fue el antiguo PSA, que era un movimiento que tenía presencia en las calles y que también tenga fuerza para transformar al interior de instituciones.

Llevamos diez años desde la disolución del Partido Andalucista, pero también diez años desde la división de la CUT de Sánchez Gordillo. El andalucismo ha hecho una reflexión que es que ya toca rearticular un espacio de presencia andaluza, que no quiere decir que no haya sectores de la izquierda estatal como pasa en Compromís, Bildu, o en Esquerra Republicana. En el caso andaluz tenemos que crear ese gran espacio porque si no tendremos una herramienta soberana para tomar decisiones y para incidir en las políticas del Estado.

“Andalucía ha sido siempre una tierra de acogida y una parte de la sociedad es consciente de que no podemos ser cómplices de la fosa común que es el Mediterráneo”

En Andalucía está habiendo unos años de un movimiento cultural y social, de identidad identitaria, de revisión de los valores andaluces, de la identidad andaluza. Pero no llega a dialogar con la esfera política, ya no solo política partidista, sino con lo colectivo, con los problemas colectivos. ¿Tú cómo ves esto?
Nuestro marco general es que Andalucía es una colonia interior y como colonia ocupa el espacio que el Estado le ha permitido, que fundamentalmente son las expresiones culturales.

Las colonias, siempre han sido el lugar donde está la cultura, mientras que la metrópoli es la ciencia, el conocimiento, la economía. Entonces Andalucía siempre disputa los espacios que el Estado le permite, pues todo lo que son los booms culturales del Estado surgen en Andalucía. Andalucía ha tenido un boom cultural y ese boom luego pasa a un estado de opinión sociológico y luego se convierte en herramienta política.

Yo estoy seguro de que ese boom cultural ha dado lugar a un espacio de opinión pública del cual uno de sus productos es Adelante Andalucía, que no es una herramienta de obediencia andaluza y creo que la profundización se continúa dando y mucha gente que ve necesaria profundizar una herramienta política.

Algunos colectivos antirracistas critican justamente que se utilice el término de colonia interior para referirse a la situación de Andalucía con respecto al resto del Estado.
Siempre he asumido que tiene que haber un debate antirracista. Para mí la descolonización de Europa tiene dos polos. Por una parte, los sujetos migrantes que son víctimas de la larga historia colonial, no hay que olvidar que cada país tiene migrantes de sus antiguas colonias. Son víctimas del colonialismo al interior de la metrópoli. Pero Europa, por su propia formación, también ha desarrollado naciones que sufren el colonialismo. En los años 70 la gran crítica al imperialismo dentro de Europa también lo hicieron las naciones sin Estado. 

Creo que es sano que haya un debate político donde, haya una alianza, lo que María Lugones, feminista antirracista, llama la política de coalición. Es decir, ella decía que las mujeres racializadas tenían que lidiar con los comunistas norteamericanos, con los sindicalistas y demás porque tienen un enemigo común

Yo creo que en Andalucía somos parte de esa política de coalición. Es  fundamental que las afroandaluzas tengan sus posiciones políticas propias, que las migrantes tengan fuerzas políticas propias y que el movimiento de andaluces blancos asuma también las demandas del movimiento antirracista. Pero que entendamos que España es un imperio donde las consecuencias del imperialismo se reproducen. 

Las elecciones gallegas, las catalanas, las vascas reflejan en todo el Estado la fuerza que tienen las izquierdas territorializadas con respecto a los partidos progresistas estatales. ¿Por qué crees que en Andalucía no se está dando este caso así?
Yo creo que se está dando, pero los avances siempre son complejos y hasta contradictorios. Todos los momentos de expansión son muy contradictorios. Un movimiento político nunca avanza según el plan que había determinado. Yo sí creo que hay una ampliación del andalucismo político.

La salida de Anticapitalistas de Podemos por el Pacto Podemos y PSOE tiene una consecuencia inadvertida que es que Teresa Rodríguez sale de Podemos y que Teresa Rodríguez lidera un espacio andalucista, pero sigue siendo un partido estatal anticapitalista y por primera vez tras muchos años, en el 2022 hay representación del andalucismo de izquierda en el parlamento andaluz.

Yo creo que es un primer paso, pero yo creo que eso no agota, el deseo de una parte importante de la sociedad andaluza de tener una representación propiamente andaluza en la institución, esa que yo creo que está siendo un proceso en marcha.

“Mientras que sigamos en esta UE que nos perjudica, se seguirá profundizando en el modelo que empobrece a Andalucía”

¿Cuál es la explicación de que Andalucía, dentro de ese proceso, se encuentre en otro lugar?
La construcción nacional identitaria tiene que ver fundamentalmente con algo cultural, también geográfico, estamos al sur, pero también con un hecho de clase social. Nuestro proceso de construcción nacional es más lento porque incorpora a toda una masa, digamos, un espacio social que tiene menos formación política al que tienen acceso las clases medias culturales.

Por eso siempre se ha dado en confluencia, hay que recordar que Blas Infante, siempre que se presentó a las elecciones, se presentó en espacios de confluencia.

No tenemos una burguesía propia que apoye periódico, que apoye radios, que apoye plataformas culturales y por eso siempre el andalucismo ha sido la gran nación dormida del Estado español y ha tenido una construcción mucho más lenta, pero también con un carácter mucho más social que el resto.

¿Esta condición distinta de la que hablas puede traer una sensación al resto del Estado de que el proyecto andalucista sea ilegítimo?
Todos los fenómenos de resistencia son atacados desde diferentes estrategias.En primer lugar, se las infantiliza, luego hay una actitud paternalista hacia ellos y luego se le acusa de romper la unidad.

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Hay que entender que el andalucismo es una identidad en conflicto, siempre construimos contracontracorriente. Una de las cosas más complejas de la construcción nacional andaluza es el autoodio, odiamos a los que son iguales e idolatramos a los opresores.

En Cataluña el nacionalismo es mucho más eurocéntrico y parte de una posición moralista de manera superior. Los catalanes se sienten más europeos que los españoles. Y ese elemento de superioridad es lo que los conecta. Sin embargo a las andaluzas nos conecta, que nos asuman como inferiores, es mucho más complicado porque tenemos que primero reconocer nuestra infantilización por parte del Estado y luego tenemos que confiar en nosotros, que a la vez somos aquellos que el Estado dice que son analfabetos.

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