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Ferrocarril
Las manifestaciones por el tren convencional en Extremadura exigen que no se aisle a los pueblos
Durante esta semana se han realizado una multitud de actividades, manifestaciones y protestas, en lo que se ha denominado la “Semana de lucha por un ferrocarril que vertebre el territorio”, para no aislar a los pueblos, aumentar y mejorar los servicios de tren y luchar contra el cambio climático. La iniciativa de este ciclo de movilizaciones que empieza este otoño está organizada por Alianza por el Clima, la Coordinadora Estatal por el Tren Público, social y sostenible, y Rebelión por el Clima (plataformas de las que forma parte Ecologistas en Acción), pero en total son hasta 85 las organizaciones que promueven esta campaña por un tren convencional de calidad.
En Extremadura, el pasado miércoles tuvo lugar una manifestación inscrita en esta semana de acciones que reunió a 150 personas, y este sábado se han realizado a la misma hora dos manifestaciones más, en Llerena y Navalmoral de la Mata, en las que han participado cientos de personas. Han sido convocadas por 17 organizaciones, entre ellas Ecologistas en acción, Movimiento por el Tren Ruta de la Plata o CGT. Para cerrar la semana de movilizaciones, este domingo se ha convocado una gran manifestación a nivel estatal en Madrid, a la que se espera que asistan miles de personas de todo el país. Y también este mes, el día 30, hay otra convocatoria en Béjar. Todos estos actos reclaman las 16 exigencias que las 85 organizaciones convocantes han plasmado en un manifesto y que consideran imprescindibles para tener un tren que cubra las necesidades de la población.
Tren de alta velocidad
No al Muro: el tren de alta velocidad que parte un pueblo
Ecologistas en Acción de Extremadura señala que “en nuestra región asistimos en los últimos años a la supresión de trenes que cubren diferentes tramos, en un acelerado deterioro de los servicios ferroviarios, que se puede considerar un progresivo desmantelamiento encubierto del tren convencional en detrimento del AVE, el cual no puede cubrir, por sus características, las necesidades de transporte entre pueblos”. Asimismo, creen que “Extremadura necesita un ferrocarril que vertebre el territorio y a la vez reduzca emisiones para luchar contra el cambio climático, por esto último también es imprescindible la descarbonización y la electrificación completa de las líneas de la red básica de tren”.
Además de las 16 medidas del manifiesto, en estas manifestaciones se han elevado una serie de exigencias para Extremadura: Restituir la ventanilla comarcal para la expedición de billetes, establecer la doble circulación diaria Sevilla a Plasencia, ya que “la única relación existente ha empeorado mucho nuestra comunicación con Sevilla y Mérida”, mejorar de la infraestructura fija entre Llerena y Sevilla, realizar los dos proyectos de Pasos a distinto nivel en los viarios de Llerena, prolongar el Cercanías de Sevilla-Cazalla hasta Guadalcanal y Llerena, recuperar el FF.CC. de la Ruta de la Plata. Y una mayor inversión en el tramo Toledo - Extremadura, en la línea Zafra - Huelva, y también en la línea Puertollano - Mérida. En esta última han pasado de estar presupuestados más de 320 millones de euros entre 2021 y 2024 a reducirse a la cantidad irrisoria de 3,8 millones de euros para 2022, cuando es necesaria también su renovación y electrificación“.
Apostar por el tren convencional descentralizado y accesible, frente al Alta Velocidad
Desde la organización de las movilizaciones por el tren a nivel nacional señalan que las administraciones públicas del Estado están promoviendo un modelo de ferrocarril que consideran “muy desencaminado y alejado de las necesidades sociales y objetivos de sostenibilidad”. Estas políticas consisten, esencialmente, en el impulso de las líneas de alta velocidad, en menoscabo de las líneas de corta y media distancia, que son las que dan cobertura a un 95% de las personas “y que sirven para cohesionar el territorio”. Afirman que “los sucesivos gobiernos del PP y PSOE han realizado durante los últimas décadas una política de transporte ferroviario orientada a su liberalización y privatización, destinando ingentes cantidades de dinero público a la construcción de líneas de Alta Velocidad”.
Destacan que entre 1990 y 2018 se han invertido en la red de Alta Velocidad 56.000 millones de euros, y que su mantenimiento cuesta 150.000 euros por cada kilómetro de vía al año, creando así “una red radial que conecta exclusivamente grandes ciudades”, mientras que los 12.000 kilómetros de vía de ferrocarril convencional “son el verdadero transporte vertebrador por sus posibilidades para integrar ciudades pequeñas y medianas y cabeceras de comarcas”. Denuncian este abandono de la red convencional: “no es ético ni sostenible que la red de AVE se lleve las inversiones, los servicios y los mejores precios, mientras que marginan la red de ferrocarril convencional con el cierre paulatino y silencioso de sus líneas, con horarios y tiempos no operativos e inaceptables, con tarifas sin abonos ni ofertas y que son hasta diez veces más caras”. La Alta Velocidad, apuntan, además “perjudica al medio ambiente, derrocha gran cantidad de energía y contribuye al aislamiento de infinidad de zonas rurales”.
Ferrocarril
O es AVE o es “tren digno”
Durante las últimas décadas, la falta de inversiones en el mantenimiento y la modernización de la red ferroviaria convencional en Extremadura ha convivido con la enorme cantidad de recursos gastados en las obras del AVE.
Por otro lado, la progresiva disminución de servicios en los municipios de menos de 20.000 habitantes “está contribuyendo directamente a su desaparición de estos pueblos, ya que sus habitantes necesitan desplazarse para acceder a servicios de primera necesidad como la educación, la sanidad o a comercios de todo tipo”. Creen que una red ferroviaria “descentralizada y accesible” representaría un instrumento importante para lograr una repoblación juvenil de las zonas que se están vaciando.
Por otro lado, señalan que “no podemos olvidar que vivimos en una situación de emergencia climática en la que el ferrocarril es una pieza clave en la imprescindible descarbonización del transporte”. Por ello creen que es prioritario centrar esfuerzos en el trasvase al ferrocarril de mercancías y personas para reducir el tráfico en carretera. Reivindican el ferrocarril como uno de los modos de transporte “más eficientes energéticamente y con menores emisiones, eje de una movilidad sostenible y multimodal”.
Despoblación
El tren como símbolo del oeste vaciado
Cuando se suprimieron 3.000 km de ferrocarril en la España de 1985, se estaba iniciando el proceso de la España vaciada.
Un manifiesto con 16 reivindicaciones: reabrir las líneas cerradas, crear redes de cercanías, abaratar el precio de los billetes, etc.
El manifiesto hecho publico por las organizaciones que componen la iniciativa incluye 16 exigencias, entre las que se encuentra en primer lugar la de diseñar una oferta sólida de servicios por parte de las empresas ferroviarias públicas, para garantizar “un sistema multimodal y cadenciado de conexiones de trenes que integren los viajes regionales con los de grandes distancias”. Apuntan que esto permitiría a las poblaciones poder ir y volver al municipio donde viven en el mismo día, cuando tienen que desplazarse por ejemplo para ir a trabajar.
También se pide recuperar y reabrir las líneas cerradas, aprovechando las infraestructuras y las estaciones existentes, atendiendo de este modo a las necesidades de la población, así como incrementar substancialmente las inversiones para renovar las infraestructuras de las líneas de tren convencional. Estas inversiones “deben ser prioritarias frente a la Alta Velocidad”, para la cual se pide una moratoria en la construcción de líneas, “reorientando las ya construidas para permitir la intermodalidad con el ferrocarril normal”. En este sentido, apuestan por “fortalecer las redes de cercanías existentes y crear, de forma progresiva, nuevas redes en aquellas Comunidades Autónomas y capitales de provincia que no disponen de ellas, comunicando las capitales con sus pueblos cercanos”.
En casos como el extremeño se denuncia también que están quitando las ventanillas de atención al público, como también ocurre en algunos servicios públicos o en la Administración, lo cual “es intolerable, pues mucha gente no puede, no sabe, o no quiere tener que comprar los billetes por internet y tienen derecho a que les atiendan”. Esto ocurre especialmente con las personas mayores, que muchas veces tienen verdaderos problemas para comprar un simple billete, “la solución es contratar a más personal”. También se solicita que el Estado proteja las empresas públicas ferroviarias con compensaciones que permitan abaratar el precio de los billetes y minimizar el impacto de la competencia. También que se recuperen los trenes nocturnos suprimidos y se potencie el transporte de mercancías por ferrocarril dentro de la red básica que cubra todo el territorio.
Ecologistas en Acción recuerda que un tren de mayor calidad y con mayores servicios y horarios “podrá ganar muchos viajeros y recuperar la confianza, lo cual incrementará su financiación”. La organización ecologista apuesta por un ferrocarril público y con empleo público de calidad, estable y que cumpla con los derechos laborales. Por último, anima a los extremeños a defender el tren convencional, y a movilizarse para exigir que se mejoren y aumenten sus servicios y para evitar las privatizaciones.