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Transexualidad
El último cine X de Andalucía, refugio laboral para transexuales
La Sala X de Granada, la última sala que proyectaba películas porno en Andalucía y aún resistía al envite inclemente del tiempo y de internet, ha apagado sus proyectores.
Su cierre en enero fue una consecuencia casi natural, podía anticiparse. Pero la esencia del proyecto, que allá a mediados de los años noventa fue impulsado por una mujer transexual y empresaria de fino olfato para el dinero, María José "La Parchís", pretende seguir vivo.
Todo surge tras la Expo del 92 de Sevilla, un evento que pretendía lavar la cara de un país que había vivido aislado durante décadas y que recién estrenaba su adhesión al ente supraestatal europeo. El acontecimiento atrajo visitantes y turistas de todas las partes del mundo a la ciudad, coyuntura que María José aprovechó para poner en marcha una serie de negocios, cuya venta, una vez finalizada la vorágine de visitantes y las excursiones de estudiantes organizadas por colegios, le aportaron un montante de dinero lo suficientemente cuantioso para invertirlo en lo que se convirtió en el primer cine X que proyectaba porno de manera ininterrumpida en Granada.
“El cine tenía una misión, que era acercar el porno a la gente que no lo podía ver. Hoy se puede ver todo tipo de porno en el móvil; además que los clientes, que eran personas mayores, se han ido muriendo”, señala Ángeles, persona de confianza de María José, y responsable de la Asociación de Transexuales de Andalucía Medina Elvira (ATAME), institución que aboga y trabaja por la inclusión laboral de las personas transexuales.
En ese mismo sentido se pronunciaba el anterior dueño del negocio, que asumió las riendas de éste después de la muerte de María José. Estableció una analogía entre la prensa de papel en la actualidad y la Sala X de Granada en la que sostenía que en la actualidad apenas se compran periódicos de forma diaria, en todo caso los domingos, debido a que la gente prefiere acceder a esos contenidos de forma gratuita a través de internet. Con el cine X pasa algo similar: “cualquiera tiene acceso a horas y horas de pornografía a través de un aparato que lleva en el bolsillo, es difícil que alguien pague una entrada para ver cine X”.
Tras las puertas de la sala X, las mujeres transexuales de Granada encontraron un refugio en todos los sentidos, sobre todo en el laboral
A pesar del previsible final, el que fue el último responsable del negocio señala que lo mantuvo abierto hasta el final por “amor al arte”. Pero la Sala X de Granada era más que un cine con un pequeño bar en su interior donde se proyectaba porno 24 horas al día durante toda la semana, tras sus puertas, las mujeres transexuales de Granada encontraron un refugio en todos los sentidos, sobre todo en el laboral.
Según se desprende del informe de 2017, Las personas LGTB en el ámbito de empleo en España: Hacia espacios de trabajo inclusivos con la orientación sexual e identidad y expresión de género, del Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, las personas trans –y de forma muy especial las mujeres trans– se encuentran con graves problemas para su inserción laboral, no les resulta fácil superar los obstáculos y prejuicios que se siguen encontrando.
“En el caso de mujeres transexuales jóvenes aparecen situaciones de baja autoestima, inseguridad por su aspecto que de alguna forma las paraliza, no atreviéndose a buscar traba jo si no se trata de espacios protegidos o de confort. Por su parte, en el caso de entrevistadas de más edad, la prostitución fue la salida laboral que encontraron ante la transfobia social que se encontraban.”, añade el estudio.
En la misma línea se pronuncia Ángeles, quien afirma que en los últimos años el nivel de discriminación hacia las personas transexuales ha bajado, por las leyes en torno al asunto que se han aprobado, como la Ley integral de Transexualidad de Andalucía, que fue pionera en el momento de su aprobación o la Ley para garantizar los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y sus familiares en Andalucía.
“Se han dado pasos importantes en torno a integración social de la mujer transexual y también en torno la atención sanitaria la disfrutamos, gracias a activistas como Kim Pérez, cada vez hay mujeres y hombres trans más orgullosos de su condición, pero la integración laboral, todavía no se ha llevado efecto”, manifiesta.
“El 85 por ciento de las mujeres trans están desempleadas”, señala Ángeles
Granada es una ciudad históricamente ligada al sector servicios, y el paro en la provincia supera los ochenta mil desempleados según los datos de febrero. Si en este escenario es ya de por sí una tarea ardua y compleja acceder a un puesto de trabajo, la coyuntura se agrava si se trata de una persona transexual. “El 85 por ciento de las mujeres trans están desempleadas”, señala Ángeles.
María José era consciente de ello, como mujer transexual sabía de lo difícil que para una persona trans era acceder al mercado laboral, y en muchas ocasiones, la alternativa al no poder obtener un trabajo, era la prostitución. “Ella ponía sus medios para poder ayudar a las personas transexuales, daba trabajo a las mujeres transexuales, las ayudaba económicamente y las quería, le gustaba estar rodeada de personas trans”.
De todo el imperio empresarial que en vida construyó María José solo quedaba de su legado la Sala X. “El cine X era un refugio laboral para mujeres trans de Granada. María José daba trabajo de taquillera, limpiadora, camarera, showgirls, trabajos de todo tipo, ella veía para lo que valía cada una y le asignaba un trabajo en función de sus aptitudes, y a quien no le podría dar trabajo le daba dinero, e incluso a algunas mujeres trans drogodependientes les abría el cine para que tuvieran algún sitio al que ir de noche, porque dormían en la calle, era muy solidaria para con las suyas. En los ochenta o noventa ser transexual era similar a ser un ser marginal”, según Ángeles.
María José daba trabajo de taquillera, limpiadora, camarera, showgirls... y a quien no le podría dar trabajo le daba dinero
Pero quizá el legado de María José no haya muerto con ella, porque el objetivo es reabrir el cine X, cambiando el modelo de negocio para convertirlo en una sala de variedades y espectáculos en vivo, a través de microfinanciación colectiva (crowdfunding). Kim Pérez, activista y referente nacional en la lucha por los derechos de las personas transexuales aboga por la iniciativa privada y por que todas las mujeres trans se unan en cooperativa, aquellas que necesitan trabajar, para crear algo que dejara dinero, “para que las mujeres trans puedan comer y vivir de manera lógica y digna”.
“Sacar eso adelante sería bonito, sería la primera piedrecita de una fundación que diera trabajo a mujeres trans, a modo como empezó la ONCE”, comenta Ángeles. Por otro lado, Kim Pérez se encontraba realizando una huelga de hambre a raíz de los resultados de las pasadas elecciones autonómicas en Andalucía en las que Vox llevaba en su programa en su punto 56: “Suprimir en la sanidad pública las intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud (cambio de género, aborto…)”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó recientemente la transexualidad de su lista de trastornos mentales. Tal y como señala la ley de transexualidad andaluza “La transexualidad no es un fenómeno actual. Existe desde siempre y en todas las culturas de la humanidad. Las respuestas que las distintas sociedades han dado a esta realidad del ser humano han sido muy diversas a lo largo del tiempo y en las distintas geografías de nuestro mundo. Son conocidas, llegadas a nuestros días, las tradiciones de las muxes, en México, las fa’afafine, en Samoa, o las hijras, en la India, entre otras muchas”.
Transfobia
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