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Temporeros
Las jornaleras se rebelan contra la celebración del Congreso de Frutos Rojos en Huelva
“Fresas sin dignidad, no hay calidad”. Con este grito comenzaban la concentración las trabajadoras y colectivos ciudadanos que se reunieron el pasado miércoles a las 9.30 de la mañana en la plaza del Punto, frente a la Casa Colón en Huelva. En la acera de enfrente se iniciaba el VI Congreso Internacional de Frutos Rojos, con apretones de manos y abrazos entre los acreditados, carretilleros llevando de un lado a otro palets llenos de arándanos y fresas y mujeres de la limpieza dando una mano de cera a los coches promocionales.
La llegada inminente de Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, activaba el cordón policial que rodeaba la casa Colón impidiendo el acercamiento de las trabajadoras y colectivos congregados bajo amenaza de multa colectiva por cruzar un semáforo en rojo.
Una vez en la plaza, tras superar el encuentro con la policía, Victoria Fernández Domínguez, asesora del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación se acercó a hablar con las trabajadoras: “Creo que es importante escucharos”. Ana Pinto, representante de Jornaleras de Huelva en Lucha, comienza la conversación: “No puede ser que ahí dentro se hable de mercado, sostenibilidad y que no se nos esté pagando ni siquiera el salario mínimo, los empresarios miran para otro lado y el gobierno los respalda y apoya en este tipo de eventos”. Angels Escrivà, portavoz del movimiento feminista local, recalca la idea de que llevan años sin respuesta institucional: “Llevamos más de 20 años reuniendo pruebas suficientes de que no se está cumpliendo nada de las condiciones laborales en el campo, no puede ser que las únicas personas que contratan en origen sean mujeres con hijos menores de 14 años”. Pepa Suárez, representante de la Asociación Intercultural de Mazagón, comenta la situación habitacional de más de 3.000 trabajadores en la provincia: “Están viviendo en chabolas, y cuando hay un fuego que es constantemente lo pierden todo, este año han muerto dos trabajadores. No sé que van a decir ahí dentro de esos trabajadores que han muerto. Son trabajadores en un país democrático, y se les niega hasta el empadronamiento desde las empresas. Políticos y empresarios se respaldan”.
La consejera del ministro responde insistiendo en que “es una situación muy complicada”. Pepa Suárez recalca que es una cuestión de derechos humanos: “No es tan complicada, solo es cumplir con los derechos que se encuentran en el marco legal”. Victoria Fernández Domínguez defiende a su gabinete frente a las acusaciones de apoyar a las empresas que lo hacen mal: “Este ministro es inspector de trabajo y no es complaciente, hay que centrarse en la gente que sí lo está haciendo bien. Hay más empresarios que lo hacen bien solo que los que lo hacen mal hacen mucho daño”. Ana Pinto, de Jornaleras de Huelva en Lucha, habla indignada de su experiencia personal y la de sus compañeras: “Nos indigna mucho ver al señor Luis Planas decir que el 99% de los trabajadores cumple con los derechos de los trabajadores. Ya le digo que en 16 años no se han cumplido mis condiciones laborales en ningún tajo, no se cumplen”. Domínguez Fernández cierra la conversación recordando la mirada progresista del PSOE: “No olvidaos de dónde venimos, este gobierno no mira para otro lado, no está en su ADN. Cuesta mucho trabajo que nos digan que lo sabemos y miramos para otro lado; se me pone el vello como escarpias”. Ana Pinto añade el punto y final: “Pues imagínate lo que le duele a las que estamos debajo del plástico”.
“Hoy es el día perfecto para defender nuestros derechos, yo vengo aquí a defender los derechos de las mujeres contratadas en origen. Debería haber más trabajadoras aquí, pero como siempre tienen miedo a perder sus trabajos si denuncian las situaciones en las que estamos”. Najat Bassit, jornalera.
En su participación en la inauguración del VI Congreso Internacional de Frutos Rojos en Huelva, el ministro Luis Planas ha felicitado a la empresa Freshuelva por “el papel histórico que ha tenido la empresa para la consecución de logros como el programa laboral de las temporeras marroquíes”. Najat Bassit lleva más de 16 años trabajando como jornalera en el campo onubense, forma parte de Jornaleras de Huelva en lucha y es originaria de Casablanca. “Hoy es el día perfecto para defender nuestros derechos, yo vengo aquí a defender los derechos de las mujeres contratadas en origen. Debería haber más trabajadoras aquí, pero como siempre tienen miedo a perder sus trabajos si denuncian las situaciones en las que estamos”, ha afirmado durante la protesta.
Seydou Diop, forma parte de ASNUCI y trabaja en los campos onubenses desde 2016, habla de la importancia de entablar diálogo con las instituciones para conseguir los derechos de los trabajadores del campo: “Hubiera sido fundamental, ya que viene un ministro desde Madrid que se hubiese reunido con los trabajadores que sufrimos estas condiciones. Ellos están aquí para resolver no para mirar desde otro lado”.
El VI Congreso de Frutos Rojos en Huelva ha congregado a autoridades, empresas locales e internacionales que han reflexionado en torno al sector a través de dos jornadas de ponencias y networking. La programación gira en torno a la innovación, estrategias económicas y de sostenibilidad del sector. La situación de las personas que trabajan en el campo de frutos rojos onubense es un tema puesto en el foco desde hace años por parte de la prensa internacional, los movimientos feministas, los movimientos antirracistas y el cómputo de toda la ciudadanía. Sin embargo, en el congreso no se ha reservado ningún espacio para debatir sobre este tema.
El miércoles 15 de septiembre se registró un incendio en torno a las 12 de la mañana en el asentamiento de trabajadores del campo Las Madres (Moguer) a las afueras del Polo Químico Onubense.
“A nosotros nos va de peor en peor, no les importamos a nadie vienen cuando pasan algo así y les preocupan más las piñas de los árboles que nosotros” comenta uno de los trabajadores afectados por los incendios que lleva más de 4 años trabajando en los campos onubenses, insiste en señalar que la situación de los asentamientos es insostenible. “Bastante tenemos ya con vivir en la chabola, estamos aquí para sobrevivir, no estamos aquí por gusto, yo en mi caso no sabía antes de llegar a Europa qué era una chabola. Me arrepiento de estar aquí, mi vida ha ido de mal en peor, cada mañana que me veo durmiendo en una chabola me pregunto ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Si se lo cuento a mi familia no se lo van a creer, a mis amigos les advierto para que no vengan”.
El asentamiento Las Madres es uno de los más de 30 asentamiento de trabajadores agrícolas que se encuentran en toda la provincia de Huelva. Un informe redactado por la APDHA en 2017 cifra en 3.000 el número de trabajadores que habitan en estos asentamientos durante la temporada, de febrero a junio, un número que no para de ascender en los últimos años. Para más de 500 personas estas chabolas son sus residencias durante todo el año. Esta realidad habitacional es consecuencia de la falta de acceso a viviendas dignas, prácticas racistas y la falta de voluntad de empresas e instituciones.
A la caída de la tarde en el asentamiento Las Madres los trabajadores sofocan las últimas ascuas llameantes. Frente a la casa colón Jornaleras de Huelva en Lucha junto a movimientos sociales mantienen una asamblea abierta en torno a la situación de las trabajadoras. En los bares de la zona los asistentes al congreso descansan tras una jornada repleta de ponencias.