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Tecnopolítica
The Matrix Resurrections. El boicot de la rasquiña
Tras la película, ya en casa, le preguntaba mientras tomábamos una cerveza antes de la cena que por dónde empezaría ella la columna. Como la buena periodista que es, respondió: ¿Preferirías vivir en Matrix sin mascarilla o estar fuera con la mascarilla?
Matrix no es exactamente una película. Una franquicia de sí misma. Se presenta como una especie de palimpsesto digital, un trampantojo poblado de abigarradas y profusas referencias visuales y literarias, que son las que conducen sus tramas en un bucle constante. La cinta de Möbius, quizá pueda ser vista como una sutil crítica a la megalomanía totalitaria, encarnada en la versión corporativa del metaverso en nuestros días. El parafraseo de citas de autores como Marx, Jaspers o Hegel, además de su deuda con la alegoría de la caverna del séptimo libro de la República, de Platón, los mensajes en los neones y rótulos de locales y calles, los escenarios de la acción y la indumentaria. Una infinidad de signos equívocos que desvían muchas veces la atención de la trama, por hablar de la economía característica de nuestra época y su modelo de negocio.
La cinta de Möbius, quizá pueda ser vista como una sutil crítica a la megalomanía totalitaria, encarnada en la versión corporativa del metaverso en nuestros días
Los juegos hiperbólicos ya conocidos con Alicia en el país de las maravillas y, sobre todo, con Alicia a través del espejo, se conjugan a través de un flujo constante de guiños cinematográficos evidentes a Lang, Scott –y a algunos no tanto-, Romero, Siegel…, que hacen que la película pueda verse como una simulación, con continuas salidas y entradas para entendidos, pugnando sin conseguirlo por mantener el interés y la atención en su excesivo metraje.
Pensada para atrapar en el verdadero bucle de la película a nostálgicos de la saga, la edad de protagonistas y secundarios y los rostros conocidos de estrellas de la generación X son claves aquí. Wark la define en su artículo como una cinta romántica de amor en la madurez, con guiños, más efectistas que otra cosa, a la actualidad de las reivindicaciones feministas.
Wark la define en su artículo como una cinta romántica de amor en la madurez, con guiños a la actualidad de las reivindicaciones feministas
Presumo que Matrix sea poco atractiva para los jóvenes actuales, a tenor de los rampantes intereses de la nativa generación digital pos-millennial, que saturan las historias y loops de las plataformas de streaming y las redes sociales en Internet.
La manida y, por otro lado, falaz dicotomía entre las pastillas roja y azul, apunta Wark también, para quienes se pasan más tiempo dentro de la matriz que fuera, me hizo pensar en esa idea de interfaz en estos tiempos de posverdad, de los humanos como interfaz en ese espacio híbrido y de transición que no es ni off ni on line. Un espacio fragmentado e hiperbólico, como los espacios y tiempos de la paradoja, aquí además en la radical literalidad de su sentido etimológico en griego, la contradicción como un arma frente a la casuística lineal de la lógica binaria, que caracteriza al código que alimenta la máquina y sus procesos de aprendizaje e inteligencia artificial.
Presumo que Matrix sea poco atractiva para los jóvenes actuales, a tenor de los rampantes intereses de la nativa generación digital pos-millennial
No sé si Neo y Trinity -no puedo escapar a la paramnesia de ese déjà vu en el que Carrie-Ann Moss escupe en un chupito o a Keanu Reeves con River Phoenix a lomos de una Norton, en una carretera perdida de Idaho- volverán con las secuelas que la cinta anticipa, teniendo en cuenta el bucle constante que esta propone, como crítica al bucle que el fuego digital de la caverna supone para nuestras vidas cotidianas, encadenadas a los algoritarismos de la predicción. También como la máquina hoy, podemos jugar a adivinar, el pensamiento mágico sigue siendo nuestro aún, tal vez hay gato encerrado en la historia, aunque el juego entre el gato y el ratón que Lana Wachowski nos propone, esta vez en solitario, se parezca cada vez más a la farsa protagonizada en los Simpsons por Rasca y Pica.