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Sevilla
Dabke: zapateado colectivo para preservar la identidad palestina ante el genocidio
Un grupo de jóvenes canta y juguetea sobre los baúles racks en la parte de atrás del escenario. Algunos aprietan en sus manos, con gesto de nerviosismo, la tela de sus trajes, roja y negra o blanca y negra con el estampado de las kufiyas palestinas. Están a punto de salir a bailar, en el teatro TNT de Sevilla, la danza que aprendieron en su lugar de procedencia, el campo de refugiados de Askar, ubicado en Nablus (Cisjordania, Palestina Ocupada).
“Israel está tratando de borrar nuestra cultura, nuestra gastronomía, el Dabke y muchas otras cosas, no lo va a conseguir”, sentencia Hatem Hafi, director del grupo de dabke Haweia
“En otros sitios del mundo lo primero que hacen los bebés al nacer es llorar, en Palestina nacen bailando dabke”, explica sobre la importancia en las vidas palestinas del dabke Hatem Hafi, profesor de artes que impulsó la creación de Haweia, que en español significa identidad, el grupo de danza que se encuentra estos días recorriendo distintas ciudades del Estado español con el objetivo de “preservar y promover la identidad cultural palestina” y mostrar el dabke como “forma de resistencia pacífica” frente a la ocupación israelí.
“Los palestinos lo bailamos en todas las situaciones, en las bodas, en las festividades y también cuando tenemos problemas con los israelíes”, explica Hafi. Un baile en que sobre todo se utilizan los pies, la traducción de dabke es zapateado, y que tiene el origen en la necesidad colectiva de arreglar las grietas que aparecían en las antiguas casas de barro y piedra para lo que pisaban el suelo de forma colectiva. “Con el movimiento de los pies nos conectamos con la tierra, nos mantiene unidos como cultura”, reflexiona Hafi, quien cree que este tipo de expresión es esencial en el contexto de un genocidio y un borrado del pueblo palestino por parte del Estado sionista. “Israel está tratando de borrar nuestra cultura, nuestra gastronomía, el dabke y muchas otras cosas, no lo va a conseguir”, sentencia.
Olfat Sroor es una de la jóvenes palestinas que forma Haweia, mientras posa con la bandera de su pueblo en el patio del teatro explica que lleva practicando dabke desde los 13 años y que “cada vez que salgo de mi país y voy a otro lugar, es la manera que tengo de expresar mi identidad”. Además, admite Sroor, es una de las herramientas que tiene para descargar: “Bailando consigo echar fuera toda la tensión”. Mientras habla, el genocidio que Israel comete en Palestina continúa. Varios de los miembros de este grupo han perdido a familiares y amigos por los ataques sionistas.
“Es doloroso, cuando volvamos también nos exponemos a morir”, alega el director de la propuesta que hace hincapié en la importancia de este arte para la resistencia frente al genocidio: “Nosotros no bailamos, es nuestra identidad la que se mueve”.
Desde el colectivo de Mujeres Palestinas Alkarama, Sausan Al-khouli cree que “es importante visibilizar cualquier forma de resistencia para visibilizar la causa palestina”. En Sevilla, Haweia ha compartido el espectáculo con una actuación flamenca organizada por el colectivo Las Asarvahás que cree que, además de que en flamenco también haya zapateados, ambas expresiones comparten ser “salvando las distancias, resistencias de pueblos oprimidos frente a la hegemonía y la homogeneización”.
Hatem Hafi reflexiona en la capital andaluza sobre la relación entre Andalucía y Palestina: “Somos pueblos hermanos y algún día habrá una embajada palestina en Sevilla”. Hafi concluye expresando la razón por la que impulsó el proyecto de Haweia: “Existir es resistir”.
Haweia estará los próximos 4 y 5 de diciembre en Cádiz y Jerez, además tendrán su última actuación de la gira el sábado 7 de diciembre en Madrid.