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Sanidad
Quiénes son las TCAE o la invisibilidad de las sanitarias que sostienen los cuidados
Su profesión es Técnica de Cuidados Auxiliares de Enfermería, TCAE. Pero siguen escuchando frecuentemente eso de “auxiliares de enfermería”, término arcaico pero que el propio Ministerio de Sanidad continúa utilizando en sus tablas estadísticas. Según estas tablas en España hay 112.064 TCAE trabajando en los hospitales generales frente a las 157.960 enfermeras existentes. Un 87% son mujeres. Un nuevo estudio de CC OO presentado este jueves incide en que faltan 47.000 profesionales para que por cada enfermera exista una TCAE, que son los equipos óptimos que deberían de operar en los centros sanitarios.
Según este Estudio sobre las condiciones laborales del colectivo TCAE, en el que se ha entrevistado a 3.000 trabajadoras de todo el Estado, esta falta de personal se traduce en ratios excesivamente elevadas: el 47% atiende entre 10 y 14 pacientes por turno y el 24% a más de 15 pacientes. Rosa Cuadrado Abad, Responsable del Área de Acción Sindical de FSS-CCOO, valora que las ratios óptimas debieran de estar en torno a 6-8 pacientes, tal y como se señala en la proposición de ley que entró en el Congreso para fijar ratios en enfermería y que decaerá por el fin de la legislatura. “No se cumplen ni las ratios que el Ministerio tiene estipuladas para plantas de pacientes agudos”, expresa Cuadrado mientras señala una tabla en la que se refleja que cuando los pacientes tienen más de 80 años se debe de mantener una ratio de 6-8 pacientes.
“En mi hospital, muchas noches, en las plantas solo hay una TCAE para 30 pacientes”
“En mi hospital, muchas noches, en las plantas solo hay una TCAE para 30 pacientes”. Henar Vaquero es TCAE en el Hospital Río Hortega de Valladolid y forma parte del grupo de trabajo de este informe, integrado por siete mujeres y tres hombres. Lleva 25 años en la profesión, primero con contratos temporales hasta que sacó su plaza en 2004. Describe una vida laboral plagada de turnos rotatorios de mañana, tarde y noche. Confirma la falta de personal que repercute en la carga de trabajo.
Vaquero afirma que ha tenido problemas en la muñeca, en forma de tendinitis, y en la espalda. Según el estudio de CC OO el exceso de ratio está directamente relacionado con un mayor número de bajas por lesiones musculoesqueléticas. Esta TCAE describe que cada día deben de encargarse del aseo de los pacientes, repartir las comidas o prepararles para alguna prueba. “Las ayudas mecánicas que tenemos, a la hora de movilizar al paciente, no son suficientes. Tienes tantos pacientes en tan poco tiempo que lo vas haciendo como puedes. Además cada vez los pacientes que ingresan son más dependientes, les tienes que dar el desayuno. Intentas hacer todo rápido para que no se les enfríe al siguiente”, explica Vaquero.
El 76% siente poca o ninguna satisfacción por la retribución total percibida, unos 1.200 euros, “600 menos que una enfermera”
Funciones desde 1973
Los déficits de plantilla y la mala planificación posiblemente sea la causa de que un 54% de todas las personas encuestadas hayan tenido que doblar turnos. Así lo asegura el informe de CC OO. Un informe que indica que el 76% siente poca o ninguna satisfacción por la retribución total percibida, unos 1.200 euros, según describe Vaquero, “600 menos que una enfermera”.
Además se sienten “invisibles” en buena parte por la “indefinición” de sus puestos. “Hasta que no tengamos fijadas y actualizadas nuestras funciones, te cae todo”, expresa Patricia Beritens, integrante del grupo de trabajo, que faena en el hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza y hace este juego de palabras. “A mí me gusta trabajar en equipo y muchos días tener que estar discutiendo con un compañero por las tareas que te tocan y las que no es un poco frustrante”, expresa Beritens.
“Aún perduran las funciones fijadas en 1973 y son tan preconstitucionales que una trabajadora no puede rasurar a un paciente”
Lo cierto es que las funciones de estas trabajadoras están fijadas en el Estatuto de Personal Sanitario No Facultativo fechado en 1973. “Aún perduran las funciones fijadas en 1973 y son tan preconstitucionales que una trabajadora no puede rasurar a un paciente”, ejemplifica Rosa Cuadrado. “El sistema ha evolucionado mucho, no tiene nada que ver cómo funcionaba un hospital antes y como funciona ahora. Si tus funciones no se actualizan, tú vas asumiendo muchas tareas porque el sistema se actualiza pero tú no te actualizas, a ti te actualizan directamente y siempre estás en un limbo”, expresa Vaquero.
Sin reconocimiento
Sofía Morán trabaja en el Hospital Perpetuo Socorro de Badajoz. Asegura que como TCAE ha estado trabajando 16 años, primero de manera inestable hasta que en el 2017 consiguió una interinidad y en 2021 consiguió una plaza. Ha pasado mucho tiempo con personas mayores y corrobora los problemas de espalda. “Si tú estás de noche en una planta de medicina interna y hay que cambiar el pañal a una persona que no puede moverse, llamas a un celador y hay un número escaso para todo el hospital. A veces puedes esperar, pero a veces no, y acabas haciendo ciertos movimientos que te provocan lesiones”.
Y, pese a las condiciones de este trabajo, las gratificaciones laborales son pocas. Ni siquiera están integradas en la categoría que las corresponde, denuncian. Pertenecen al grupo C2, lo que se corresponde a un graduado escolar. “Pero nosotras tenemos una formación de grado medio”, recalcan. Es por ello que, entre las conclusiones del informe CC OO exige reclasificar al colectivo en el grupo C1, lo que reporta unos 300 euros al mes más en sus nóminas pero, especialmente, otro nivel de motivación laboral. “No nos tratan como profesionales. Yo voy a una habitación a levantar a un paciente y a lo mejor me dice que no se levanta hasta que no se lo diga al médico, cuando yo ya sé que el médico ya ha preescrito que puede levantarse”, explica Morán.
Sin conciliación
Los turnos rotatorios, habituales en el oficio, afectan también a la conciliación de la vida familiar, y así se refleja en el informe. En su mayoría mujeres, cuidan dentro y cuidan fuera. Y con pocas facilidades. Patricia Beritens lo ejemplifica con los pasos hacia atrás que se están dando en materia conciliatoria. El pasado 1 de julio de 2021, el Servicio Aragonés del Salud comunicaba que a partir de este día se iba a denegar las excedencias por cuidado de familiar que se reconocía cuando los hijos e hijas eran mayores de tres años. “Y las reducciones de jornada solo se conceden hasta los 12 años”, explica esta madre separada, que hace malabares para conciliar, especialmente en verano con el calendario escolar.
“Yo he tenido contratos de pull, no tienes una planilla, estas para cubrir huecos en el hospital. Te llaman desde dirección de enfermería y te dicen lo que vas a hacer al día siguiente. Esto genera mucho estrés”
“Una modificación de un cambio de turno de la noche a la mañana te hace polvo”, expresa Beritens, quien asegura que estas cosas pasan en el oficio. Sofía Morán va un paso más: “Yo he tenido contratos de pull, no tienes una planilla, estas para cubrir huecos en el hospital. Te llaman desde dirección de enfermería y te dicen lo que vas a hacer al día siguiente. Esto genera mucho estrés, no sabes tu horario y no te puedes organizar con tu familia”, explica.
Antes de acabar el reportaje, las entrevistadas piden un favor: “No nos llames auxiliares”. Reivindican su rango de técnicas y, sobre todo, quieren ser nombradas por lo que son. Porque lo que no se nombra no existe, y permanece invisible.