We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Residencias de mayores
Piden la intervención de la Comunidad de Madrid en otra residencia de Mensajeros por la Paz
“Todos estamos quemados y nadie se atreve a decir qué pasa”. Así empieza su relato una de las trabajadoras de la residencia Montserrat Caballé, de Barajas (Madrid). Un centro propiedad de la ONG Mensajeros de la Paz que cuenta con 64 plazas concertadas con la Comunidad de Madrid de 108 que tienen en total. Las demás, privadas, con un coste de 2.600 euros en su modalidad de habitación compartida. “La falta de personal parece que no es grave, pero sí lo es”, explica la responsable de Dependencia para residencias privadas y concertadas de CCOO Sanidad Madrid, Juani Peñafiel. Peñafiel explica que la falta de personal se transforma en pocos minutos para asear, dar de comer, acostar, cambiar pañales y las demás tareas de las gerocultoras.
“Por ratios, tendría que haber 25 gerocultores en el día, 15 por la mañana y diez por la tarde para todos los residentes. Pero la realidad es que nunca llegamos a tener ni 13 por la mañana ni ocho por la tarde”, explica la trabajadora que relata el día a día del centro a El Salto y que prefiere guardar el anonimato por miedo a represalias laborales. Ella cuenta como para comer, en los dos salones que tienen para residentes más válidos y otro para dependientes, muchas veces tienen que pedir ayuda. “En el de los dependientes, la mayoría necesitan ayuda total para comer y hay dos gerocultoras para dar de comer a 45 o 50 personas en 30 minutos”.
“Por ratios, tendría que haber 25 gerocultores en el día, 15 por la mañana y diez por la tarde. Pero la realidad es que nunca llegamos a tener ni 13 por la mañana ni ocho por la tarde”
Esto, asegura, tiene la consecuencia de que los mayores comen mal, al no tener tiempo en insistirles o en facilitarles mejor la comida. Una alimentación que también ha sido motivo de crítica estos últimos meses, con la contratación de un cocinero. “Las familias empezaron a quejarse del sabor y de que se repetía el menú siempre”, comenta del anterior cocinero. “Ahora hay una nueva cocinera que lo intenta, pero los abuelos han estado dos meses comiendo mal, tanto por la comida como por la falta de ayuda para dársela. Sabemos de una señora que ha perdido hasta 11 kilos de peso”.
Residencias de mayores
Residencias Madrid cancela la gestión de Mensajeros de la Paz en una residencia y promete aumentar el presupuesto
Lo mismo ocurre en otros momentos del día, cuando la falta de personal hace que todo se atasque como en una cadena de montaje en este centro que se publicita como “especializada en Unidad de Demencia y Paliativos”. “Al levantarles, ducharles, vestirles y demás, hace que en vez de bajar a las 9:30 a desayunar, bajaban a las 11:00 muchas veces y con la comida a las 13:00. Hay medicamentos que hay que darlas con el estómago lleno y así el enfermero no podía cumplir pautas”, explica. La trabajadora cuenta que esto tiene también consecuencias en los talleres cognitivos, el gimnasio o en la actividad de caminar, que no daba tiempo solo con la tarea de trasladar a los mayores de un punto a otro del centro. “Todo se acumulaba a la tarde, porque por la mañana no había dado tiempo y por la tarde no había suficiente gente para ayudar”.
“Los abuelos han estado dos meses comiendo mal, tanto por la comida como por la falta de ayuda para dársela. Sabemos de una señora que ha perdido hasta 11 kilos de peso”
Desbordamiento de trabajo y renuncias
Esta trabajadora indica que hasta la psicóloga del centro, las médicas y la directora del centro tienen que ayudar muchas veces a colocar sillas o tazones en los salones porque esta falta de personal afecta a gerocultoras, limpiadoras, enfermeros y demás perfiles. Si en limpieza debería haber cinco personas por la mañana y dos por la tarde, solo hay una en cada turno. En enfermería, la situación no mejora: “Empezaron a renunciar y se quedó solo uno por la mañana, otro por la tarde y pasan muchas noches sin enfermeros“, explica esta trabajadora que califica de “abrumadora” esta realidad.
“Un maltrato no se da solo por acción, si no también por inacción. Es un maltrato cuando un residente no tiene la atención que necesita”
Otras consecuencias, que cuenta esta trabajadora, son el aumento de infecciones de orina al no poder ir al baño tantas veces como algunas personas necesitan o tantos cambios de pañal cómo se debería. “Un maltrato no se da solo por acción, si no también por inacción. Es un maltrato cuando un residente no tiene la atención que necesita”, defiende la representante de CCOO. Peñafiel explica que en cuanto una trabajadora o trabajador se queja, la única respuesta que recibe es “ahí está la puerta”. “Necesitamos una plantilla fortalecida, eso es una buena atención al residente, no se puede separar una cosa de la otra”, exige.
Por eso desde la central sindical han presentado un escrito ante la Dirección General del Mayor de la Comunidad de Madrid para que ”tome cartas en el asunto de forma inmediata“ como ya ocurrió en la residencia Reina Sofía de Vallecas, gestionada por la ONG del Padre Ángel hasta ahora.
“No queremos que cesen a nadie, sino que la administración sea responsable”, explica Peñafiel, que continúa advirtiendo que “no puede ser que cojan la licitación más baja de manera temeraria, porque eso significa que van a faltar algo: trabajadores, material o algo”. “No hemos aprendido nada de la pandemia”, se lamenta, mientras insiste en que después de las numerosas muertes en las residencias madrileñas se bajó el número de trabajadores, pero ante los nuevos ingresos no se ha aumentado la plantilla. De hecho, el actual convenio marco de colaboración es de 2020, prorrogable máximo cuatro años, lo que podría forzar a la Comunidad de Madrid a plantearse cambiar las condiciones del acuerdo o suspender el concierto de las 64 plazas, lo que supone más de la mitad del centro.
“Entran más pronto y salen más tarde de su hora para llegar y encima les das las nóminas mal, no les das los días de libre disposición para que descansen y les sobrecargan de trabajo”
“Mensajeros por la Paz no valora la calidad del personal que tienen”, opina la trabajadora de la residencia que indica que la prioridad de sus compañeros y compañeras “siempre ha sido los abuelos”. “Entran más pronto y salen más tarde de su hora para llegar y encima les das las nóminas mal, no les das los días de libre disposición para que descansen y les sobrecargan de trabajo”. En concreto se refiere a atrasos que algunas trabajadoras no han cobrado ni siquiera cuando han salido de la empresa o a horas extras que tienen que reclamar por no figuran en su nómina en muchas ocasiones. Además, denuncia que la directora de la residencia Montserrat Caballé “no hace nada” por ellas y que es en la central de Mensajeros de la Paz donde tienen que reclamar.
“El fin de trabajadoras y familiares es que haya un trabajo de calidad, que no tengan que estar corriendo porque tratan con personas”, comenta la representante de CCOO que se pregunta “¿qué estamos haciendo con nuestra gente mayor?”. Y con las trabajadoras, insisten a este medio, ya que van a trabajar desbordadas, con dolores corporales y muchas medicadas para poder atender a los residentes, ”su prioridad”, explican.
Desde la Consejería informan al El Salto que en este caso concreto están realizando las inspecciones correspondientes tanto a las residencias de titularidad pública, como a las privadas o privadas con plazas concertadas, como es el caso. Por su parte, Mensajeros de la Paz ha desmentido las acusaciones aunque no han respondido a las preguntas de El Salto al cierre de este artículo.