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Precariedad laboral
Privatización y precariedad: el futuro negro de Correos (también en Extremadura)
La precariedad laboral, los recortes de plantilla y los visos de privatización de Correos llevan siendo objeto de continuas denuncias por parte de los trabajadores y trabajadoras del servicio postal en los últimos meses. Sin ir más lejos, hace un mes los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) se concentraron en Mérida para visibilizar su negativa a, entre otras cosas, el trasvase de actividad de Correos a su filial, Correos Express; a la externalización de servicios; al recorte de empleo o a la reducción de la red postal, que afectaría específicamente a las zonas rurales de la región. En mayo de este año, los mismos sindicatos organizaron una caravana de vehículos en Cáceres para protestar por el “desmantelamiento” de la empresa.
Esta situación viene de lejos. Por establecer un inicio cercano en el tiempo, Correos, la empresa pública más grande de todo el Estado Español con más de 50.000 empleados y empleadas, solicitó en el año 2016 un informe privado para reconsiderar su plan estratégico en los próximos años. ATKearney, consultora estadounidense, recomendó la entrada del capital privado en la estructura accionarial, aumentar precios postales, iniciar una desamortización inmobiliaria del patrimonio histórico y, en definitiva, abordar el proceso de privatización de la empresa.
A decir verdad, el plan estratégico de Correos tiene, desde los años noventa, una clara dirección neoliberal. En los años noventa, Caja Postal de Ahorros, entidad bancaria pública asociada a Correos, fue separada de la empresa para integrarla en Argentaria, que se privatizó tras la fusión de esta con el BBVA y cuyo concurso público para explotar los servicios financieros de la red postal lo terminó ganando Deutsche Bank. Aunque Correos es una empresa pública, algunos de sus servicios, tales como limpieza y seguridad, empezaron a privatizarse.
Aunque Correos es una empresa pública, algunos de sus servicios, tales como limpieza y seguridad, empezaron a privatizarse
En esa orientación político-económica, la creación bajo el mandato de Mariano Rajoy de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), un organismo encargado de “velar por la sostenibilidad de las finanzas públicas como vía para asegurar el crecimiento económico y el bienestar de la sociedad española a medio y largo plazo”, hizo que los recortes en gasto público y, por tanto, el horizonte privatizador, estuvieran justificados por un organismo “independiente”, aunque sus presidentes tuvieran manifiestas inclinaciones ideológicas (el primer presidente fue el ahora ministro José Luis Escrivá, ex-cargo del Banco Central Europeo). Bajo el pretexto de “garantizar el cumplimiento efectivo por parte de las Administraciones Públicas del principio de estabilidad presupuestaria previsto en el artículo 135 de la Constitución Española”, Correos emprendió el camino del recorte y la consiguiente precarización del sector.
La situación de Correos en Extremadura
Una trabajadora anónima de Correos en Extremadura confirma a El Salto Extremadura el estado actual de las cosas: “La situación de Correos, siendo la empresa pública más grande del Estado con 55.000 trabajadores, es de una absoluta precariedad. Existen alrededor de unos 8.000 trabajadores eventuales con contratos precarios de mes a mes”.
La precariedad instalada en la empresa hace que trabajadores y trabajadoras, pese a los convenios colectivos, se vean abocados a trabajar incluso por días. “Menos mal que se recogió en un documento, el Régimen de Correos, que los contratos fuesen mínimo de quince días, porque yo he tenido contratos de un día”, ironiza la trabajadora. “Tenía que ir desde Mérida hasta Trujillo para trabajar un día. Ese es el tipo de contrato precario que he tenido y que muchos trabajadores tienen. Esto hace que tengamos que estar pendientes a llamadas a final de mes, cuando se reúne la mesa de contratación, para aceptar un contrato. No puedes planificarte tu vida. Yo llevo 16 años y no he podido disfrutar de vacaciones porque te pueden llamar en cualquier momento”, declara.
Tenemos que estar pendientes a llamadas a final de mes, cuando se reúne la mesa de contratación, para aceptar un contrato. No puedes planificarte tu vida. Yo llevo 16 años y no he podido disfrutar de vacaciones
Además, es el personal quien tiene que poner el vehículo para realizar los transportes en el medio rural. “Tienes que aportar tu propio vehículo para los repartos rurales, con la carga de paquetería que lleva el reparto en los núcleos de población rural. Están suprimiendo circulares y agrupando en otras, por lo que hay una sobrecarga para ese puesto de trabajo brutal. Tienes que llevar un paquete en Mirandilla, por ejemplo, y luego en Valverde… etc. Si no lo llevas en 24h te penalizan”, nos confirma, en el anonimato, la trabajadora.
Opinión
Opinión ¿Hasta dónde va a llegar la precariedad en Correos?
Correos utiliza este tipo de presiones como modus operandi estructural, fruto de la insuficiencia derivada de los recortes, trasladando al personal estrés, fatiga y agobio diario. “Cada vez hacen menos contratos. Tienen una política de reducción de plantillas con vista de dar la visión de que la empresa es una empresa en déficit cuando, realmente, todos los años tienen superávit. Un beneficio que no repercute en los trabajadores y trabajadoras. Ni se mejoran los contratos, ni se aumentan las plantillas.
Tienes que llevar un paquete en Mirandilla, por ejemplo, y luego en Valverde… etc. Si no lo llevas en 24h te penalizan
Para más inri, el perfil del “encargado” añade otra gota de hartazgo al océano de saturación general. Como nos cuenta la trabajadora, “la empresa cuando hace su selección de jefes de unidad y de equipo tienen un perfil claro: persona con el látigo dando órdenes y presionando más, más y más. Más estrés acumulado al trabajador. Esto no pinta bien porque estatalmente hay reivindicaciones en todos sitios con huelgas. Menos aquí, en Extremadura. Los sindicatos mayoritarios están metiendo miedo a la gente con que esto no pinta bien pero no hacen movilizaciones, no están al lado del trabajador. Mi visión del sindicalismo en este sector es que ellos están al lado de la empresa, no del trabajador”, sentencia.
Los otros sindicatos: CGT
A este respecto, Juan Francisco Gacto Lozano, co-secretario de Acción Sindical para las Áreas Central y Sur del Sindicato Federal de Correos de la Confederación General del Trabajo (CGT), tiene claro que “esta situación con respecto a los sindicatos queda matizada por la anomalía que comporta la escasa implantación en Extremadura de la voz más crítica con presencia en las Mesas de Negociación que representa la CGT”. Para el sindicalista, “esto se percibe en un mayor número de arbitrariedades de las jefaturas, un abandono más acusado de condiciones de seguridad, como pasa con las motos de reparto, un mayor desconocimiento de los derechos laborales de la plantilla y en definitiva más apatía, conformismo y desmovilización entre el colectivo”.
La CGT considera ilógico que la destrucción de unos 200 puestos de trabajo durante los últimos años no sea contestada por el personal. “En una comunidad con unos índices de paro tan elevados debería de defenderse cada plaza. Recientemente se han desmantelado 3 grandes máquinas clasificadoras del C.T.A. (Centro de Tratamiento Automatizado) de Mérida, llevando la carga de trabajo a Madrid y recortando de paso entre 10 y 15 contratos”, declara. Además, según el sindicalista, “se están derivando carga de trabajo a otros sectores más precarios del ‘Grupo Correos’ como ‘Correos Express’, lo que facilita la eliminación de puestos de trabajo de más calidad en la matriz Correos. Aunque hay promociones de consolidación de empleo, los números en Extremadura son ridículos y no alcanzan a los que se ‘amortizan’ por otro lado. De hecho, Correos ha pasado en algo más de una década de tener 65.000 empleados/as a los escasos 50.000 actuales. Desde hace años se han consolidado los puestos tanto eventuales como fijos a tiempo parcial en más de un 10% de la plantilla, con salarios por debajo del S.M.I”.
A los recortes les llaman “estructuración”, y a los recortes de los recortes, “reestructuración”. “Son eufemismos que encubren la destrucción de puestos vacantes, para desesperación de quienes esperan un traslado a esa localidad, una plaza de oposición o un contrato temporal. El escaso personal funcionario que aún queda huye a diferentes departamentos ministeriales donde sientan otro ambiente laboral menos tóxico”, asegura Juan Francisco.
Correos ha pasado en algo más de una década de tener 65.000 empleados/as a los escasos 50.000 actuales. Desde hace años se han consolidado los puestos tanto eventuales como fijos a tiempo parcial en más de un 10% de la plantilla, con salarios por debajo del S.M.I
Este escenario, generalizado y presente en Correos a nivel estatal, queda agudizado en comunidades como Extremadura. Gacto Lozano sostiene que “en esta tierra se mezcla una idiosincrasia propia, con todos esos factores de nepotismo, favoritismo, donde los puestos se heredan de familiares, siempre seleccionados/as “a dedo”, con la estructura jerarquizada y autoritaria de la vieja Administración. La promoción interna es exclusivamente ‘a dedo’, y sólo quienes reciben el beneplácito de los actuales cargos intermedios tienen opciones de prosperar, para unas el camino absolutamente despejado, y para otras largos años de agrias sustituciones provisionales, en muchos casos a kilómetros de distancia”.
Más allá del enchufismo, una buena prueba del anacronismo imperante, nos dice Gacto, es “el edificio de Correos del Paseo de San Francisco en Badajoz, que aún conserva el símbolo de la dictadura franquista bajo una tapa de chapa con el logo de Correos. La dirección prefirió ‘tapar’ que ‘eliminar’, como obligaba la Orden Ministerial del Ministerio de Cultura en aplicación de la llamada ‘Ley de Memoria Histórica’. Parece anecdótico, pero no lo es”.
Ante la penosa situación, la dejadez de los sindicatos mayoritarios y el entorno agresivo para con los trabajadores, hace que, huérfanos de protección sindical en la mayoría de los casos, muchos trabajadores y trabajadoras pasen a la acción. “En Villanueva de la Serena (Badajoz), por ejemplo, el personal de reparto decidió boicotear la inauguración de la nueva oficina en marzo de este año al haber dos puestos de reparto sin cubrir y amenazados de eliminación. En todas las poblaciones hay una realidad similar. En las carterías de las capitales, como en Badajoz, hay un plan para hacer desaparecer el 25% de los puestos de reparto, de tal modo que de cada 4 zonas se redimensionen en 3. Esta política se facilita por el hecho de que cerca del 30% de la plantilla de Correos es eventual, y muchos puestos son cubiertos de manera provisional”, señala el co-secretario de Acción Sindical de la CGT.
En Villanueva de la Serena el personal de reparto decidió boicotear la inauguración de la nueva oficina en marzo de este año al haber dos puestos de reparto sin cubrir y amenazados de eliminación
El sindicato lo tiene claro. Están en frente de estas medidas y pretenden trasladar el espíritu crítico entre la plantilla para conseguir, con la unidad, la fuerza necesaria para defender los intereses de los y las trabajadoras, así como el servicio público que desempeñan. Hay manifiestas evidencias y diferencias con otros sindicatos que, según Juan Francisco, “acompañan estas medidas que conllevan el aumento de la Edad de Jubilación (Acuerdo Económico y Social 2011, CCOO y UGT), la implantación de contratos a tiempo parcial para personal fijo, etc”. La propuesta de CGT para frenar la privatización y precarización del sector pasa por la garantía financiera de la Sociedad Estatal mediante la creación de un banco postal como, de hecho, tienen otros servicios públicos de Correos europeos. “Esto compensaría los vaivenes del sector postal-logístico y diversificaría la actividad”. Y si todo sigue igual, “aunque no hay previstas convocatorias de inmediato, a la vuelta del verano se prevé una activación del conflicto latente, en ello estamos trabajando”.
¿Y en 2025, qué?
En el año 2025 se acaba la concesión que tiene Correos de prestación de Servicio Postal Universal (el conjunto de servicios postales públicos que se lleva a cabo de forma permanente en todo el territorio nacional. Es decir, es el servicio que obliga a Correos a ir a todos los domicilios del Estado a llevar la correspondencia de lunes a viernes. Este servicio se rige por la Ley Postal de 2010 y hay un contrato de prestación hasta 2025, por lo que, en tan sólo cuatro años, se acabará el marco legal de la concesión por la cual Correos facilita esta prestación pública a la ciudadanía.
En tan sólo cuatro años, se acabará el marco legal de la concesión por la cual Correos facilita esta prestación pública a la ciudadanía
Ante la cercanía del término concesional, la dirección de Correos está intentando poner en marcha una nueva orientación estratégica. El Plan, que está siendo analizado por una empresa auditora, Deloitte (la misma auditora que aprobó la salida a bolsa de Bankia, numerosos EREs en TeleMadrid o Abengoa, y que ha resultado ser la adjudicataria del concurso presentado al efecto por la dirección de Correos), apunta a lo que se conoce como la amazonización de Correos.
Sector Público
Huelga indefinida La amazonización de Correos
Por ello, sindicatos como CGT consideran que lo deseable no es la privatización sino la potenciación del Servicio Público, la estabilización del empleo y la mejora de la capacitación de las personas o, entre otras propuestas, la diversificación de la cartera de productos y servicios. El sindicato cree también que el personal de Correos tendría que tener nuevas capacidades para trabajar en la cartera de servicios públicos. Aunque, por ejemplo, existan muchas empresas privadas llevando paquetes en los pueblos, los trabajadores postales públicos en el medio rural podrían prestar muchos otros servicios: desde trámites administrativos hasta asesoría personal a los y las ciudadanos que no sepan cómo gestionar o tramitar sus cartas. Que en el 2020, año de crisis socioeconómica y sanitaria, Correos gastara 3 millones de euros en planes de formación (impartidos por los grandes sindicatos) sin contemplar estas alternativas, no es demasiado esperanzador. Sindicatos como CGT y CNT se preguntan por qué no se readapta al personal a las nuevas realidades con ese dinero.
Sindicatos como CGT consideran que lo deseable no es la privatización sino la potenciación del Servicio Público, la estabilización del empleo y la mejora de la capacitación de las personas
En relación a las distintas posibilidades por explorar, alternativas todas al horizonte privatizador, CGT ha propuesto a la dirección de Correos que se recupere el Banco Público y que la empresa preste servicios bancarios públicos. Han elaborado para ello un informe sobre la conveniencia de la creación de una banca postal en la empresa. En dicho informe explican que ya por el año 2019, “estudios que seis provincias españolas tienen más del 80% de sus pueblos sin una sola sucursal bancaria. Miles de pueblos no disponen de banco, ni de cajero. Incluso en las ciudades los servicios bancarios se reducen y aumenta la obligatoriedad de hacer los trámites a través de internet. Esta situación tiene consecuencias muy negativas para las personas mayores y las zonas rurales.
CGT ha propuesto a la dirección de Correos que se recupere el Banco Público y que la empresa preste servicios bancarios públicos
Correos tiene una estructura y un potencial muy valioso para crear una banca pública, que cambiase esta situación que viven numerosos pueblos, donde viven personas mayores. Correos dispone de miles de oficinas y de una gran red de distribución. Estamos ante una oportunidad histórica, y por ello es necesario apostar por una caja postal con vocación de servicio público, alejada de prácticas estafadoras y especulativas, estando al servicio de la ciudadanía, funcionando con criterios de proximidad al ciudadano, sobre todo en el mundo rural”.
Cabe mencionar que ya está en funcionamiento un programa piloto en el medio rural, llevado por Correos, como prestadora de servicios bancarios por medio de los trabajadores postales rurales, pero, llamativamente, para un banco privado: el Banco Santander.
No sabemos qué pasará en Correos. Lo que es una realidad es que en 2025 se acaba la concesión del servicio público. El Gobierno deberá decidir: privatización o blindaje y garantización del servicio público. Mientras tanto, la actual situación de la empresa afecta a todo el territorio, y de manera más agresiva a comunidades como la extremeña, que está siendo una de las grandes perjudicadas por la precarización del sector. La amenaza de la “amazonización de Correos” podría suponer el fin de una empresa con más de doscientos años de servicio público.