Precariedad laboral
Abrir las puertas del sindicato para reconectar con las bases

Hace dos años, el sindicato LAB decidió abrir sus puertas a las trabajadoras del hogar. Les dejaron las llaves del local, materiales de oficina y asesoramiento. Las sindicalistas responsables de feminismos adecuaron su horario laboral y participaron en asambleas las tardes del sábado y domingo, y juntas tejieron una estrategia para conseguir un convenio colectivo.


Limpieza  trabajadoras doméstico
Una mujer limpia las ventanas de un edificio de oficinas.

Llegó un momento en que los sindicatos parecía que habían dado la espalda a la clase más trabajadora: las precarizadas, las migradas, las sumergidas, las obreras modernas. Algo cambió el 8 de marzo de 2018, cuando las mujeres dieron un golpe encima de la mesa y dijeron que harían huelga, una huelga feminista, una huelga inaudita. Y quizá fue así, después de años de preocuparse por las cosas importantes, que los sindicalistas volvieron a recordar que lo esencial es conectar con las bases. Y aquel año, en el congreso del sindicato vasco LAB, alguien propuso escuchar a las trabajadoras del hogar, el sector más feminizado, precarizado, racializado y atomizado de todos los que hay. Y el resto, asintió. 

LAB abrió literalmente las puertas a las trabajadoras del hogar. Les dejaron las llaves del sindicato, materiales de oficina, asesoramiento, lo que necesitaran. Las sindicalistas responsables de feminismos adecuaron su horario laboral y participaron en asambleas las tardes del sábado y domingo, a las que acudían 30, 40, 50 empleadas del hogar, ninguna de ellas afiliada. “Lo importante es tejer redes”, afirma Ane Escondrillas, una de las responsables del informe Lo que se esconde dentro de casa. Realidad de las trabajadoras del hogar en Euskal Herria.

El informe de LAB presentado ayer no aporta datos nuevos —desde hace años están sobre la mesa, mirando de reojo a administraciones, sindicatos y a toda la sociedad—, pero es un detallado diagnóstico realizado conjuntamente entre trabajadoras, asociaciones y las investigadoras de Ipar Hegoa, la fundación de LAB para repensar las claves socioeconómicas que marcan el paso de la construcción social, más allá de la premura de la inmediatez y el conflicto laboral concreto. 

El sindicato LAB ha propuesto a ELA y ESK ratificar un convenio colectivo para las trabajadoras del hogar, y así conseguir la mayoría sindical necesaria para poder interpelar a la patronal vasca, Confebask

La aportación del informe es que lo esencial vuelve a ser lo importante: “Que el sujeto político sean ellas”, subraya Escondrillas. Esta sindicalista incluso resta importancia a lo que sería un buen titular de prensa, y un buen tanto en el movimiento sindical: conseguir que la mayoría sindical vasca ratifique un convenio colectivo para las trabajadoras del hogar, que se convertiría en el primero del Estado. 

El covid ha paralizado el proceso en el que LAB propuso a ELA y ESK ratificar la propuesta para conseguir la mayoría sindical, lo cual forzaría a la patronal vasca, Confebask, a sentarse a hablar de un convenio colectivo para el que, en realidad, no existe una patronal, entendida en términos clásicos, ni un comité de empresa colectivo, ya que la parte empleadora es una familia y la empleada un individuo. Ese es el “meollo”, reconoce Escondrillas.

“Estudiamos la viabilidad jurídica y concluimos que en esta situación un convenio colectivo es posible, aunque si Confebask decide no sentarse en la mesa de negociación tendríamos que denunciarles, lo cual alargaría el proceso”, detalla la sindicalista feminista. Su sindicato está dispuesto a invertir tiempo, medios y dinero. 

“Un convenio colectivo daría un respaldo muy importante a las trabajadoras cuando les toca negociar, a título individual, con el empleador”, asegura Txefi Roco, de la asociación de Trabajadoras No Domesticadas

Valoración de las trabajadoras

Txefi Roco, de la asociación Trabajadoras No Domesticadas, ha participado en las asambleas que gestaron el estudio y la propuesta de convenio colectivo, al que la mayoría sindical deberá darle forma. “El convenio sería de gran utilidad, ya que daría un respaldo muy importante a las trabajadoras en el momento en que les toca negociar su contrato con el empleador. De alguna manera, esa negociación dejaría de ser individual y las trabajadoras tendrían un paraguas con el que protegerse de posibles chaparrones”, valora.

Asimismo, destaca que “es muy simbólico que hasta ahora no haya habido un convenido colectivo para el sector”, que sigue rigiéndose por el paupérrimo Estatuto de Trabajador y sigue en régimen especial, sin derecho a la prestación de empleo. 

El informe recuerda que las jornadas laborales, con demasiada frecuencia y al amparo de dicho estatuto, se extienden a 60 horas semanales, el 30% de las trabajadoras carece de contrato de trabajo y la mayoría de las internas son mujeres y migradas. 

“Ha sido un proceso participativo en el que hemos tejido alianzas y un reconocimiento para abordar con mirada feminista uno de los sectores más precarizados”, concluye Roco, que valora muy positivamente la “decisión política” de LAB de “atreverse a abordar con mirada interseccional la realidad de las trabajadoras del hogar”.

Trabajo doméstico
Txefi Roco: “Las trabajadoras del hogar son el último eslabón de la cadena”

El Gobierno ha asumido de forma “paliativa y deficitaria” la reivindicación histórica del derecho a la prestación de desempleo para las trabajadoras del hogar, sostiene Txefi Roco, de la asociación Trabajadoras No Domesticadas, ya que muchas mujeres siguen sin tener acceso al subsidio temporal.

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