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Podemos Euskadi
El conflicto histórico en Podemos Euskadi condiciona la coalición con Sumar y el futuro del espacio político
El amplio espacio político que consiguió forjar Elkarrekin Podemos en Euskadi tras su fulminante ascenso ha quedado erosionado en apenas una década. En las primeras elecciones generales a las que se presentó en coalición, en junio de 2016, logró un triunfo histórico en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba con 335.740 votos (el 29,2%). Y lo hizo tras haber sido Podemos la fuerza más votada, también, en las elecciones celebradas el 20 de diciembre de 2015. En las autonómicas que tuvieron lugar menos de tres meses después, consiguió 157.334 votos (el 14,8% del total), lo que le convirtió en tercera fuerza política en el Parlamento vasco, con 11 de los 75 escaños. En las últimas elecciones autonómicas perdió más de la mitad de los apoyos y logró sólo seis escaños, apenas uno más que el PP, en unos comicios marcados por la pandemia y por una fuerte abstención del 47%.
Dentro del espacio de Elkarrekin Podemos y Sumar (que incluye a Berdeak-Equo y Ezker Anitza-IU) se achaca el posible descalabro, casi siempre desde ópticas españolas, al lawfare y a los sucesivos intentos del Estado para tumbar a la fuerza política que vino a impugnar el régimen del 78. Sea como fuere, las próximas elecciones no auguran buenos resultados para Elkarrekin Podemos y Sumar Mugimendua en el caso de concurrir por separado.
Es cierto que podría darse la sorpresa si ambas formaciones logran construir una candidatura unitaria capaz de aglutinar al conjunto del espacio y movilizar a su potencial base electoral. Algunas voces a la interna incluso apuntan a una remontada si se dan los pasos adecuados para disputar las debilidades del resto de formaciones: cuatro candidatos hombres y representantes de la vieja política que concurren por primera vez como líderes de sus respectivas formaciones. Ahora bien, estas mismas fuentes ponen de relieve la dificultad ante las muy persistentes dinámicas internas de fagozitación, cainismo político y mandarinazgo interno que pueden poner en jaque el acuerdo.
La candidatura podría estar encabezada por dos mujeres, frente a cuatro candidatos hombres, representantes de la vieja política
Las posiciones más críticas hasta se refieren a un conflicto más profundo a nivel estatal, pero que se expande hacia los distintos territorios, y que lleva presente desde los inicios de la formación vasca: una división táctica entre la filosofía que llevó a Iñigo Errejón a fundar Más País, cueste lo que cueste, para llenar el espacio progresista descontento con el PSOE o temeroso de la ultraderecha, y un grupúsculo atrincherado en Galapagar en torno a una identidad política, la de un partido que debía servir más como herramienta que como un fin en sí mismo.
Ambas posiciones, y ello es de crucial importancia para la cuestión vasca, han terminado explotando con la división consumada en Galicia, gobernada por el PP con mayoría absoluta desde 2009. En este territorio no solo se ha dado la ruptura entre Sumar y Podemos, sino que ha recuperado un rol activo la secretaria general de este partido, Ione Bellara, quien anunció el pasado lunes a su candidata. Lo hizo en detrimento de la posición del propio Pablo Iglesias expresada en Canal Red: rechazar la coalición con Sumar, no presentarse y pedir el voto para el BNG.
Los mimbres para el desencuentro se refuerzan si se mira a la siguiente contienda electoral al Parlamento europeo, donde Podemos presentará a la exministra Irene Montero en solitario, y la confrontación con Sumar podría llegar a su máximo exponente si ambas formaciones no cierran un pacto de no agresión para hacer valer sus coincidencias programáticas, también a nivel continental. En este contexto, pocas voces entre la militancia creen que en la mirilla de esta formación se encuentre destronar al PNV en uno de sus momentos de máxima debilidad orgánica, que ha enfrentado sucesivas crisis institucionales, huelgas en la sanidad, servicios sociales y polémicas en educación. Por no hablar de las sentencias del Caso de Miguel, la sublevación de la Ertzaintza y su descalabro en las últimas citas electorales.
¿Transfuguismo o lealtad al espacio?
Las tensas próximas 24 horas que decidirán la concurrencia de la izquierda federalista en las autonómicas discurren en estas circunstancias, pero llevan unos cuantos años fraguándose. Podemos Euskadi, con una estructura territorial activa y con representación en las principales instituciones, hizo pública hace semanas su intención de colocar a su anterior candidata liderando la plancha, Miren Gorrotxategi. También portavoz en el Parlamento Vasco, la profesora universitaria es la aspirante más conocida de todas las que se presentarán por los otros partidos, con un 37%, según el último Sociómetro. Posteriormente, la coordinadora general de Podemos Euskadi, Pilar Garrido, en una entrevista publicada en El Correo, pidió a Sumar que diese “pasos para avanzar en la negociación” y pusiese sobre la mesa un nombre para la candidatura a Lehendakaritza.
El martes, a última hora de la tarde, trascendía por fin la candidata que Sumar Mugimendua traía a la mesa de negociación con las demás formaciones: Alba García Martín, psicóloga y militante social, con amplia experiencia en el tercer sector, y que fue coordinadora de SOS Racismo Bizkaia al frente de campañas de denuncia contra el racismo policial o contra la exclusión de personas migrantes en el ámbito de la vivienda. García, dio posteriormente el salto a la política institucional, contribuyendo a la reconstrucción del tejido territorial de Podemos desde la secretaría de acción institucional y como responsable de programa en las siguientes citas electorales. Su papel le ha valido la simpatía de buena parte de los y las concejalas del espacio político y le catapultó a la lista de la coalición Elkarrekin Bilbao, donde finalmente no resultó elegida.
Alba García cuenta con la confianza de buena parte del espacio, conoce las concejalías, el programa y el funcionamiento de la coalición
Durante las últimas horas, en las bases de Podemos se han podido escuchar varias lecturas enfrentadas: la del transfuguismo político —calificativo con el que se cargó también contra Nacho Alvarez o Alejandra Jacinto, a pesar de haber dimitido por no recibir el apoyo del aparato de partido—, y la de ser una figura que cuenta con la confianza del espacio, que conoce las concejalías, la estructura, el programa o el funcionamiento de la coalición. Tras la reunión ejecutiva de urgencia ocurrida el miércoles, los morados se han decantando ligeramante por la primera postura, calificando como “desleal” el nombramiento y han incidido, en alusión a la constitución de Sumar Mugimendua en Euskadi, que “para presentar a una candidata de Podemos a lehendakari, no hacía falta crear un partido”.
Hasta el momento, la única certeza con la que todas las partes afrontan la negociación es la de una espiral donde se intercala una correlación de debilidades: ninguno de los dos partidos goza de la legitimidad que tuvieron, su presencia pública se ha reducido y, además, no existe mucho margen ni tiempo para encauzar la negociación. Desde ambas corrientes políticas, viejas conocidas debido a los enfrentamientos que han protagonizado en el seno de Podemos Euskadi, tampoco se está haciendo acopio del pragmatismo que les ha faltado en los últimos años. Las declaraciones públicas en ambos lados de la trinchera le achacan al otro la falta de responsabilidad política, pese a que ninguno ha estado a la altura en lo más álgido de sus correspondientes etapas al frente del partido.
Como muestran los resultados electorales, la realidad es que tanto la actual dirección de Podemos Euskadi, liderada por Pilar Garrido, coordinadora general, y David Soto, secretario de organización, como la anterior, compuesta por Lander Martinez y Andeka Larrea, estos dos últimos ahora en Sumar, han dilapidado gran parte del capital político con el que contaban. Pero, a las puertas de las negociaciones más importantes para la pervivencia del espacio, ambos grupos reconocen lo que atesoran sus rivales: Podemos, una estructura orgánica menguante pero existente, la representación institucional en Juntas y Ayuntamientos, así como medios económicos y logísticos; Sumar, el liderazgo del proyecto a nivel confederal, la figura de Yolanda Diaz, pero sobre todo los cargos ministeriales, recursos y cierta capacidad de incidencia en el Gobierno de España.
Así las cosas, este 12 de enero se celebrará una nueva reunión entre ambas formaciones junto a Ezker Anitza-IU y Berdeak Equo para intentar salvar una posible alianza electoral, en una situación de alta dificultad para continuar con una negociación en la que todas las partes siguen afirmando públicamente su voluntad de llegar a un acuerdo que permita consolidar y ensanchar el espacio, de cara a unas elecciones claves para el futuro del país. En un momomento, además, en que el PNV se encuentra en un claro declive de su hegemonía electoral y cuya gobernanza neoliberal arrastra evidentes problemas de fondo.
La guerra de posiciones en ambas formaciones
Ajenos al ruido de Madrid, o así lo han señalado en diversas entrevistas los representantes de Podemos Euskadi, la formación ha iniciado el proceso de reflexión ‘Euskadi berria eraikitzen’ para cerrar la coalición con sus hasta ahora socios, Ezker Anitza y Berdeak Equo, y presentar un programa para las elecciones autonómicas. Tras la lección de una campaña para las generales en las que todo el espacio concurrió unido, pero con una desafección que empañó el proceso de construcción de las candidaturas, la formación morada ha manifestado su intención de revalidar el acuerdo para incidir también en cuestiones como el modelo territorial, que ha pasado de puntillas en los discursos de Elkarrekin Podemos durante los últimos años. Si bien en el proceso de reflexión no ha formado parte Sumar, Garrido afirmó que habían trasladado su invitación a la formación de Martínez, según ella, sin recibir ninguna respuesta.
Durante el mes de diciembre, los contactos entre ambas formaciones se han sucedido, aunque sin muchas formalidades ni avances destacables en la negociación. Por un lado, los acontecimientos ocurridos en España han “enfriado” las conversaciones: Podemos ha perdido una gran parte de su representación, hasta el punto de ver cómo sus siglas quedaron enterradas dentro de la candidatura del grupo parlamentario de Sumar, en la que la dirección morada perdió mucho peso y casi toda capacidad de mando. Así lo admitía Lander Martínez tras la salida de los cinco diputados de Podemos del grupo parlamentario de Sumar que han acabado en el Grupo Mixto del Congreso.
Por su parte, las portavocías de Sumar Mugimendua, dado que apenas cuentan con caras conocidas en sus filas y se desconoce quién conforma el partido, ha mantenido sobre la mesa la posible unidad de todo el espacio, señalando que “en las próximas semanas trabajaremos para poner en pie esa candidatura”. Señalando tambiñen que es “necesario lograr un acuerdo que facilite que las otras partes estén representadas y acogidas dentro de una coalición”, con el objetivo de que las cuatro fuerzas conformen un único grupo parlamentario, tal y como sucedió en las elecciones forales de Navarra.
En las generales, Martínez y Garrido acompañaron a Yolanda Díaz por Gasteiz, cuando la sintonía entre Sumar y Podemos Euskadi era evidente
Ahora bien, el problema se encuentra en la guerra de posiciones que ambas formaciones están llevando a cabo y en los cálculos políticos en los que se inspiran, que se remontan a las históricas batallas internas entre ambas. “Sumar Mugimendua quiere ser el motor que empuja la conformación de un sujeto político propio para el nuevo ciclo que se abre en Euskadi”, aseguraron en la presentación del movimiento, aunque no se hayan ofrecido los mimbres o pilares para cambiar el rumbo menguante de la coalición.
Las últimas elecciones forales y municipales del 28M, la marca Elkarrekin Podemos logró aglutinar a los partidos del todo espacio político, recuperando el protagonismo que había perdido tras la debacle electoral de las elecciones del 2020. A pesar de que la actual dirección de Podemos Euskadi había abandonado esta noción (Elkarrekin), asumieron recientemente que era la mejor forma de preparar el terreno para el desembarco territorial de Sumar y explorar así la vía navarra. Así, mientras declaraban la voluntad de ensanchar la marca política y con independencia de lo que pudiera pasar con Sumar, el partido morado inició el lunes el proceso de primarias para consolidar a Miren Gorrotxategi como su candidata para liderar las listas al Parlamento Vasco.
Cuando desde Podemos Euskadi se declaró que Gorrotxategi sería la única mujer que aspire a Ajuria Enea, Martínez declaró que, si acudían a los comicios en coalición, Sumar tendría “una posición principal a la hora de proponer una candidatura a lehendakari”. De nuevo, ambos con argumentos de poco recorrido estratégico pero con mucho que perder a nivel electoral. Especialmente cuando solo hace medio año que Elkarrekin Podemos cerró filas con Yolanda Díaz, como ya lo hiciera durante la presentación de su movimiento.
Allá por julio, a pocos días de las elecciones generales que ganó Pedro Sánchez, la gallega visitaba Euskadi dejando imágenes como las de Martínez y Garrido acompañando a la vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social por las calles de Gasteiz. Es más, meses antes, en mayo, ambas formaciones también protagonizaron un acto electoral con Díaz en Donostia, donde la coalición morada agradeció su presencia. En aquella ocasión, y lo volvió a hacer hasta varios meses después, Garrido afirmó que “Yolanda Díaz es nuestra presidenta”. Aunque parezca haberse enfriado, la sintonía entre la líder gallega y Podemos Euskadi ha sido evidente.
¿Un pacto entre dos candidatas?
En las últimas horas, la tensión no ha parado de aumentar debido a la votación en el Congreso de los Diputados y las aritméticas de vértigo que enfrenta el Gobierno de coalición para aprobar tanto los decretos “anticrisis” como la modificación de los subsidios del desempleo. La situación es delicada y las consignas que llegan desde Madrid no ayudan a lograr un entendimiento entre las partes. La de mañana podría ser una de las últimas intentonas que puede tener el espacio político de la izquierda federalista vasca para no consumar el descalabro en las elecciones autonómicas. Podemos y Sumar se sentarán junto a Ezker Anitza-IU y Berdeak-Equo para negociar el cierre de la coalición. Y lo harán con sus respectivos candidatos, donde a las ya mencionadas Gorrotxategi y García, se sumarán las opciones de Jon Hernandez por IU, actual parlamentario, y el aspirante de los ecologistas, Carmen Muñoz, exconcejala de Bilbao y coportavoz de la formación.
Ezker Anitza-IU ha llamado a la “responsabilidad”, consciente del difícil momento de la negociación y ha propuesto una “candidatura unitaria coral”. De esta manera, plantea que cada uno de estos candidatos encabece una lista de los tres territorios históricos y puedan ser todos ellos parlamentarios la próxima legislatura. “Esperamos decidirlo pronto y por consenso porque no hay ninguna razón política de fondo que justifique un movimiento diferente por ninguna de las formaciones políticas”, ha subrayado su secretario de organización, Iñigo Martínez Zatón.
En definitiva, todavía es posible un escenario alternativo a la destrucción mutua de las últimas fechas. Un escenario que protagonicen las candidatas, no mediado por ambientes tóxicos, para que se pueda reeditar para las elecciones vascas aquel pacto de los botellines sucedido el 9 de mayo de 2016, cuando Pablo Iglesias y Alberto Garzón anunciaron la alianza que dio a luz a Unidas Podemos y acabó introduciendo a la formación en el gobierno de coalición.
Elecciones autonómicas
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Primarias en donde no votan los militantes sino toda la gente, bots y fanboys digitales que den un correo electrónico para "inscribirse" en el partido. Esa es la aportación del pablismo a la democracia. Y las consultas a la búlgara que no inventaron ellos.
Esto de pedir responsabilidad, altura de miras y tantas palabras peyorativas en favor de una UNIDAD sin primarias, o como hacen desde Sumar; colocan a una de Elkarrekin- Podemos como Lehendakari. . . ¡Esto NO es UNIR, ni SUMAR, es una injerencia para hacer daño, con la ayuda de ciertos medios y su "arnica" protectora.
Lander Martínez es un "tránsfuga" de Elkarrekin, el mismo que le aprobó al PNV los presupuestos. NO se vota por esa unidad, estando ocultos los verdaderos motivos del "abrazo del Yo Yo, Yolanda y en movimiento. . .
"y un grupúsculo atrincherado en Galapagar "
Iros a paseo, hombre ya.
Pues la verdad es que tras leer la línea que usted menciona no he podido seguir leyendo el artículo con el mismo interés. Espero una idiotez semejante en foros o comentarios particulares, pero no en un artículo al que presupongo seriedad y mesura.