We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Pensamiento
Adelanto editorial de 'Extrema derecha 2.0' de Steven Forti
Las distopías representan los miedos presentes en una sociedad y los trasladan al futuro. En Metrópolis (1927) Fritz Lang convertía las angustias sobre las transformaciones del capitalismo y la introducción del sistema taylorista en una ciudad-Estado de 2026 en que una elite de propietarios y pensadores vive separada de la casta de los trabajadores encerrada en unos subterráneos. El control de los cuerpos y de las mentes de los totalitarismos se transformaban en las distopías dibujadas por Aldous Huxley en Un mundo feliz (1932) y George Orwell en 1984 (1948). La paranoia anticomunista del maccartismo era personificada en La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), la película dirigida por Don Siegel, en unos extraterrestres, ocultos e invisibles, que reemplazaban a los humanos. Los cambios anunciados por el Concilio Vaticano II se convertían en el escenario apocalíptico dibujado por el escritor Guido Morselli en la Roma senza papa (1974) en una Iglesia católica que a finales del siglo XX tenía un papa turco que abandonaba la ciudad eterna para mudarse al pueblo de Zagarolo. El mundo posterior a la Guerra Fría, la globalización y los avances tecnológicos de la década de los noventa se mostraban en el futuro de Matrix (1999) donde la tetra realidad era escondida a los humanos que vivían en un estado de cautiverio y explotación.
Ahora bien, ¿cuáles son los miedos de nuestra época? Black Mirror (2011) nos ofrece toda una serie de relatos futuristas centrados en los riesgos ante los que nos sitúa la tecnología. El cuento de la criada (2017), basado en la homónima novela de Margaret Atwood, pinta un futuro oscuro en que la crisis de la natalidad y el auge de una especie de fascismo teocrático se unen al intento de controlar la sexualidad femenina. Years & Years (2019) dibuja un futuro distópico para Gran Bretaña en que la política ultraderechista Vivienne Rook, interpretada por Emma Thompson, se hace con el gobierno del país, tras sus primeros pinitos como tertuliana populista sin pelos en la lengua. En los mismos meses en que salía la serie dirigida por Russell T. Davies, en Italia se publicaban dos novelas, 02.02.2020. La notte che uscimmo dall’euro (2018) de Sergio Rizzo e Il censimento dei radical chic (2019) de Giacomo Papi. En la primera se imagina que en febrero de 2020 el gobierno del Partido Soberanista Italiano sacaba el país del euro provocando un cataclismo económico, mientras que en la segunda se describe un futuro en que extranjeros, gitanos, homosexuales e intelectuales acaban linchados en las calles, instigados por un gobierno nacionalpopulista. Podríamos seguir.
Por mal que nos pese, los Salvini, las Le Pen, los Trump, los Bolsonaro, los Orbán y los Abascal han venido para quedarse
No cabe duda, pues, que uno de los miedos recurrentes en los últimos años en el mundo occidental es el de un futuro marcado por gobiernos autoritarios y populistas, el declive de las democracias liberales, el fin del Estado de derecho e, incluso, el regreso del fascismo. En realidad, si contemplamos el panorama existente no debería extrañarnos: el populismo se ha convertido en una marca de nuestra época, la extrema derecha avanza por doquier y gobierna o ha gobernado en diferentes países, mientras que en otras latitudes el autoritarismo es ya un modelo de gobierno aceptado, desde Rusia a India, pasando por Filipinas, China o Turquía. Las distopías del futuro son, en buena medida, una parte de la realidad que nos ha tocado vivir.
Este libro no habla de literatura, ni de cine, ni de series. Tampoco trata sobre distopías: habla del pasado y del presente. Y, sí, de nuestros miedos. Es un libro que se mueve entre la historia y la ciencia política, y que intenta explicar qué es y de dónde viene la nueva extrema derecha, cuáles son sus relaciones con el populismo, qué diferencias tiene con el fascismo de la época de entreguerras y cuáles son sus tácticas, estrategias y objetivos. Alguien se preguntará, quizá, por qué le doy supuestamente tanta importancia a la ultraderecha de las dos primeras décadas del siglo XXI. La respuesta es doble. Por un lado, porque la percepción que tengo es que en muchos casos no hemos aún entendido bien qué es. Fijémonos en las citas que preceden a esta introducción: no parecerían de líderes de extrema derecha, ¿verdad? En síntesis, si no sabemos qué es esta nueva extrema derecha va a ser imposible tomar medidas para frenarla y combatirla. Y evitar esos futuros distópicos que dibujan Rizzo, Papi, Atwood o Davies. Por otro lado, porque, por mal que nos pese, los Salvini, las Le Pen, los Trump, los Bolsonaro, los Orbán y los Abascal han venido para quedarse. La ultraderecha, en suma, no desaparecerá de un día para otro porque las razones que explican su surgimiento y avance dependen de los cambios profundos que han vivido, están viviendo y vivirán nuestras sociedades.
El libro que el lector tiene entre sus manos está estructurado en cuatro capítulos. En los dos primeros se explicará qué es la nueva extrema derecha. Será necesario, por tanto, afrontar la cuestión de cómo definir este fenómeno, teniendo en cuenta el debate que se ha dado en los últimos tiempos a nivel académico y en la opinión pública. Consecuentemente, en el primero, se intentarán superar los dos principales escollos que dificultan su comprensión: el del populismo y el del fascismo. Para realizar esta operación, es imprescindible no solo analizar las principales interpretaciones que se han ofrecido hasta ahora, sino también volver a los orígenes; es decir, entender el populismo y el fascismo como fenómenos históricos.
Superados o, por lo menos, circunnavegados estos dos enormes obstáculos se podrá ofrecer, en el segundo capítulo, una definición de la extrema derecha 2.0, haciendo hincapié en sus características principales y mostrando cómo, más allá de las divergencias, a veces supuestamente insalvables, que tienen las distintas formaciones y movimientos acerca de temas como la economía, los valores y la geopolítica, se trata de una gran familia internacional. Con todo, no se podrá evitar hablar de las causas de sus avances —sobre las cuales existe también un intenso debate en el ámbito académico— y su organización a escala europea.
En el tercer capítulo se profundizará en las analogías y las divergencias con el fascismo histórico para mostrar que la nueva ultraderecha no representa sencillamente unas viejas ideas cubiertas de nuevos ropajes. Si bien no faltan elementos de continuidad con el pasado, se mostrará la radical novedad de este fenómeno bajo al menos dos puntos de vista. En primer lugar, la capacidad para utilizar las nuevas tecnologías digitales ha permitido a la extrema derecha 2.0 salir de la guetización del neofascismo y difundir o, mejor dicho, viralizar su discurso y sus ideas, convirtiéndolas en muchos casos en aceptables o, más aún, de sentido común para buena parte de la población. En la era de la posverdad, la ultraderecha se ha adueñado de unas nuevas armas de destrucción masiva que supuestamente no provocan estragos materiales y humanos, como las de antaño, y ha desarrollado unas estrategias bien definidas para conquistar la hegemonía cultural y política en el mundo occidental. En segundo lugar, se abordará la renovación ideológica de la cual ha podido beber la extrema derecha 2.0: se profundizará en el aggiornamento que diferentes intelectuales, como el francés Alain de Benoist, hicieron del fascismo a partir de la década de los sesenta del siglo pasado. Se prestará así atención al parasitismo ideológico de la nueva ultraderecha y a fenómenos que, aun siendo minoritarios como el rojipardismo, son sintomáticos de una época de confusión ideológica como la actual. La relación entre los conceptos de clase y nación, bien representada bajo la etiqueta del rojipardismo o nacionalbolchevismo, nos llevará también a ahondar en la vexata quaestio del voto obrero a la nueva extrema derecha.
El escritor cubano Alejo Carpentier decía que antes que escritor era ciudadano. Lo mismo debería decirse de cualquier profesión, incluida la de historiador. Si nuestros conocimientos se quedan en las revistas académicas y no llegan a la sociedad, de poco servirán. Asimismo, si tras haber estudiado un fenómeno que amenaza a nuestras democracias, como el fascismo y la extrema derecha 2.0, no se intenta dar un paso más y reflexionar sobre cómo es posible frenarlo, combatirlo y derrotarlo, creo que como ciudadano le haría un flaco favor a la sociedad. Por esto, el capítulo cuarto se presenta como un cierre propositivo: después del análisis e interpretación del fenómeno, se propondrá una especie de breve manual de instrucciones para combatir la extrema derecha. Se delineará, en síntesis, una posible respuesta poliédrica y multinivel que se podría desarrollar y poner en práctica para frenar su avance, prestando especial atención a las medidas que se deberían implementar desde las instituciones, los partidos democráticos, los medios de comunicación, la sociedad civil y los movimientos sociales.
En la canción Anthem [Himno], Leonard Cohen escribió There is a crack, a crack in everything. That’s how the light gets [Hay una grieta, una grieta en todo. Es así cómo entra la luz].
Espero que este libro y estas propuestas sean, en pocas palabras, una pequeña grieta que permita que la luz entre en nuestro presente y que los fantasmas del pasado no se conviertan en los monstruos del futuro.