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Agricultura
¿Venganza agraria o lucrativo negocio para grandes empresas?
Manuel Pimentel ha publicado recientemente La venganza del campo en Almuzara, la editorial que él mismo fundó a comienzos de siglo. El autor, que señala que vive en el campo cordobés, es ingeniero agrónomo y fue ministro en el gobierno de José María Aznar.
La obra está teniendo cierta repercusión en el sector agrario y se ha lanzado su quinta edición. Se presenta en la portada con dos subtítulos contundentes: “¿Por qué el sector primario es pisoteado y perseguido por la misma sociedad a la que da de comer?” y “El campo se vengará, al modo bíblico, con escasez y brutal encarecimiento de los alimentos, de la sociedad que lleva décadas despreciándolo”.
Esas frases condensan la idea fuerza que defiende Pimentel: entre la sociedad urbana y el campo no hay una brecha, sino una fractura tal que derivará en una situación apocalíptica en la que el rural se verá obligado a cobrarse la factura en forma de hambre y padecimiento por los años de ninguneo.
El autor eleva a categoría la impresión personal de que la población urbana no aprecia al campo, ya que en ningún caso fundamenta esta idea en estudios o análisis sociológicos. Además, rechaza avalar sus posiciones de manera argumentada o sustentada: “huiré de datos, de informes técnicos, de bibliografía (…) que haberlos, haylos, en abundancia y razón. Pretendo que sea el sentido común el que nos muestre la incongruente paradoja en la que habitamos”. Considera que un compendio de varios artículos de opinión que conforman una pintura “impresionista, de brochazos enérgicos e incompletos” modelan un cuerpo argumental suficiente para avalar su idea fundamental, la del título de la obra.
Parece que por encima del rigor se ha de situar el objetivo de victimizar al sector primario frente a un supuesto enemigo urbano. Generar odio y profundizar en una ruptura que parece, incluso, deseada.
Resulta muy llamativo que se afirme que el daño se inflige a agricultores, ganaderos y pescadores, pero luego la venganza provenga del campo como concepto abstracto. Las personas del sector no sólo padecen el supuesto agravio, sino que ni siquiera tienen capacidad o agencia para acometer su golpe de vuelta. Qué curiosa forma de ningunear incluso a los que se defiende.
Pero hay más. La venidera venganza se produciría como consecuencia de la desglobalización y la prevalencia de la protección de la naturaleza y de las personas, por encima del productivismo agrarista. Además de lo cuestionable de los argumentos, no se consideran ni las consecuencias del cambio climático -que incluso llega a cuestionarse-, ni el propio funcionamiento del sistema alimentario en un contexto capitalista.
El modelo de agricultura y alimentación no lo decidimos quienes consumimos. De manera general, tenemos poco margen aquí. Viene marcado por nuestro modelo económico y la ideología imperante (por mucho que en el texto se reclame no ideologizar o politizar ahora nuestra alimentación), por las políticas que de ellos derivan y por las empresas dominantes. Aquí hay mucho interés, y poca inocencia, en desplazar el foco de atención por parte del autor.
Por otro lado, es discutible que la globalización haya dejado de existir o esté en retroceso, tal y como la conocemos. Es más, resulta sorprendente –y quizá demagógico– obviar que esa globalización es una de las razones que han llevado a la expulsión de muchas personas productoras del sector agrícola y ganadero.
Esto es especialmente sangrante cuando se ha tenido responsabilidad de gobierno en España, en uno de tantos gobiernos españoles que ha promovido la liberalización comercial frente a los intereses de agricultoras y ganaderos.
Pero es que, además, Pimentel elude precisar quiénes salen más perjudicados en el modelo alimentario actual globalizado y desregulado: las personas productoras son las que mayoritariamente se ven expulsadas del sector y sustituidas por grandes empresas en cadenas integradas y transnacionales. Porque las cifras macroeconómicas del campo marcan récords positivos en los últimos años1, las grandes explotaciones crecen en número y tamaño, mientras el número de personas expulsadas del sector aumenta2 y los grandes capitales y fondos de inversión ponen el foco en el sector3. Más que una venganza parece un lucrativo negocio para unas pocas grandes empresas.
En lo formal, el libro se presenta como un ensayo cuando realmente se trata de una compilación de artículos sobre la temática, publicados en algunos medios de comunicación. La introducción sirve de síntesis de lo expuesto de manera reiterada a continuación. Es de agradecer el considerable tamaño de letra de la obra que facilita la lectura a los que ven venir de manera borrosa la presbicia, como es mi caso.
Finalmente, Pimentel reclama una estrategia alimentaria para la Unión Europea y obvia que ya existe: el mercado. Una de las políticas fundacionales de la UE, la Política Agraria Común (PAC) se ha transformado y sometido en su mayor parte a los dictados del mercado. Pero no sólo eso. El funcionamiento del sistema alimentario en su conjunto depende completamente del mismo. Eso es precisamente lo que, de manera contradictoria, el autor defiende. Que los problemas de precios se solucionan con más mercado, más apertura y liberalización comercial. Pues hasta ahora esto no ha ido demasiado bien para las personas productoras.
El libro cumple el objetivo que aparentemente busca: tratar de victimizar a las personas del sector y de confundirles respecto a la causa de sus problemas para que, incluso, acaben defendiendo las políticas y a las empresas que les perjudican. Para agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, no aporta soluciones más allá de una promesa de resarcimiento cuando llegue el apocalipsis (si es que aún siguen formando parte del sector).
1 https://www.plataformatierra.es/innovacion/observatorio-sobre-el-sector-agroalimentario-espanol-en-el-contexto-europeo-informe-2022/
2 https://www.mapa.gob.es/es/ministerio/servicios/analisis-y-prospectiva/aypcensoagrario_evoluciondeindicadoresdestacados_tcm30-635136.pdf
3 https://elpais.com/economia/negocios/2022-12-31/los-fondos-son-los-nuevos-terratenientes-del-campo-espanol.html