Feminismos
Notas (rápidas) a partir del artículo “¿Hay que abandonar el feminismo?”

Las compañeras de la Fundación de los Comunes han lanzado un texto-convocatoria que plantea la provocativa pregunta sobre si deberíamos abandonar el feminismo. Lo que sigue es esa reflexión sobre nuestros diversos puntos de partida, enfoques y propuestas.
28 jul 2022 10:02

Las compañeras de la Fundación de los Comunes han lanzado un texto-convocatoria que plantea la provocativa pregunta sobre si deberíamos abandonar el feminismo, dados los límites que ellas identifican en el devenir de la revuelta. En conversación con una de ellas, le comparto mi extrañeza. Ella me pregunta más sobre mi mirada, intento enviarle un par de puntos y acabo, sin premeditarlo, escribiendo varias páginas. Lo que sigue es esa reflexión sobre nuestros diversos puntos de partida, enfoques y propuestas. No es un texto elaborado, son notas sobre la marcha.


Introducción

Aunque en el artículo se realizan preguntas incómodas y, por ese motivo, se enfatizan más los aspectos negativos del feminsimo actual que los positivos, no dejan de ser procupantes varias cuestiones relativas al diagnóstico: un diagnóstico poco atento a las potencias de la profunda transformación que estamos viviendo a escala masiva gracias al feminismo. Un diagnóstico que, por momentos, unifica la pluralidad de posturas históricamente presentes en el feminismo español –lo que siempre decimos: no hay un único feminismo–; un diagnóstico en el que las genealogías de las luchas feministas autónomas no están presentes y en el que, finalmente, se sobredimensionan peligros que parecerían más importados de los debates de EE.UU. de los 80 y 90 que extraídos de nuestra propia experiencia del Sur de Europa. El foco en los debates sobre las guerras culturales del sexo de aquellas décadas enfatiza el pánico moral en lugar de la capacidad de nombrar por primera vez violencias invisibles y naturalizadas para ¿millones? de mujeres; énfasis también en la victimización, y no en los procesos que abren preguntas y espacios de libertad. Y énfasis, por último, en los peligros identitarios, en lugar de los ensayos de protagonismos diversos y alianzas complejas que también están teniendo lugar a lo largo de estos años en diferentes partes del mundo.


Este diagnóstico tiene algunas consecuencias que no está de más poner sobre la mesa: la idea de que o estamos con las identidades o las eliminamos por completo. O esencialismo o todos somos personas. Me pregunto qué queda cuando eliminanos las diferencias: ¿la Razón? ¿el individuo? ¿el ciudadano? Creo que la revuelta feminista ha ensayado algo mucho más interesante: una multiplicidad de diferencias que inventan momentos comunes y protagonismos modulados estratégicamente. Desde esta perspectiva, me parece que se entiende mucho mejor la fuerza del entre mujeres no esencialista que desborda razones, discursos y negociaciones políticas en las periferias –y aquí periferia no es solo un espacio, sino una experiencia no reconocida y marcada por la desigualdad y la injusticia–. Las marcas del cuerpo se imponen. Las diferencias se imponen. Sin que eso signifique reificar o totalizar identidades. En este tiempo histórico es fundamental quién sale a la calle y de la mano de quién se sale a la calle.


Algunos puntos para el diálogo

El feminismo no se ha vuelto institucional, clasista y punitivista. El feminismo en España desde su origen como movimiento organizado (1975) ha tenido un área institucional que votó «sí» a la Constitución e impulsó el Instituto de la Mujer en 1983 de la mano del PSOE. El feminismo es plural desde siempre y hay pugnas internas que vienen de lejos. Es más, en España, el feminismo institucional ha tenido poder (acceso a recursos y fondos, plataformas públicas, universidades, etc.), pero es muy discutible que haya sido mayoritario, teniendo en cuenta la capacidad de convocatoria del movimiento feminista que ha preservado históricamente su autonomía (un ejemplo: las Jornadas Estatales que han convocado a miles de mujeres en sus diferentes ediciones desde 1979).

¿Se clausura el proceso abierto por la revuelta feminista? ¿Quién declara su fin? ¿Quién es ese «nosotras»? ¿A partir de qué criterios? ¿La potencia viene dada solo por estar en las calles? ¿No cuenta la transformación silenciosa que opera en múltiples niveles durante y tras el momento fuerte de la oleada? ¿Qué concepción de la política se está colando aquí?

Parecería que se confunden el feminismo del PSOE con el feminismo de Podemos-Ministerio de Igualdad y esos dos feminismos que ya son distintos se mezclan a su vez con el feminismo en general. Me parece fundamental afinar para no uniformizar. Por ejemplo: una ley de violencia sexual que busca ampliar el reconocimiento de las víctimas en el plano legal no es incompatible con un abordaje más amplio de la justicia no punitivista en movimientos que empujen al Estado y a la sociedad más lejos. ¿Por qué totalizar lo que ocurre en instituciones que además son minoritarias en el gobierno como si eso fuese El Feminismo? Tener leyes que protegen en casos de violencia no es volvernos todas víctimas, es saber que si pasa algo el Estado que es en sí mismo patriarcal y misógino lo tendrá más difícil para darte la espalda. Un ejemplo muy claro es lo que está pasando con las víctimas de violencia vicaria, a quienes el Estado niega sistemáticamente el acceso a las ayudas porque la ley así lo permite (es decir, tenemos leyes que siguen reflejando de manera absolutamente fiel las estructuras patriarcales de las instituciones). Me vienen a la cabeza las palabras de Araceli Osorio cuando dice que las víctimas no pueden no buscar justicia en el Estado, para ella, las víctimas no decidieron nunca estar en esa situación y la justicia, dice, lo mínimo que debe garantizar es que el asesino de su hija no quede libre y no pueda nunca repetirse el crimen. Al mismo tiempo, sabe que eso no agota ni invalida la búsqueda de un tipo de justicia no punitiva mucho más amplia y acorde con los deseos de las mujeres, que, en sus palabras, implica un proceso tan largo como la noche de impunidad que hemos vivido. Lo interesante es ver cómo estas víctimas desestabilizan y cuestionan esa justicia patriarcal con su presencia inesperada (el Estado blinda sus leyes para que sus voces no puedan ser escuchadas) y ponen en marcha, al mismo tiempo, sus propios procesos de duelo, reparación y sanación.

Contraponer el feminismo al feminismo de clase puede invisibilizar la genealogía del feminismo español que surge de los barrios, de las fábricas y de las luchas antifranquistas, por no hablar del feminismo autónomo que tiene décadas de existencia. ¿Por qué no recuperar y enfatizar también de dónde venimos? El feminismo, de nuevo, es plural. Y no podemos invisibilizar las prácticas existentes que han cuestionado históricamente lo que en el texto se llama feminismo hegemónico. Habría que preguntar de hecho si en los últimos años, pese a los desagradables debates vividos, se ha redefinido la hegemonía cultural del feminismo –y de ahí la virulencia de esos debates–. Si ampliamos la mirada, ¿podría ser que la hegemonía del feminismo esté siendo transformada?

Se sugiere que el reparto de la riqueza es lo más importante, ¿la contradicción principal de nuevo? Si algo hace el feminismo actual es imbricar el problema de la riqueza con el sexo y la clase. No hay capitalismo sin producción de sexualidades. El capitalismo no distingue entre los problemas de redistribución y los ligados a las identidades. Los entrelaza de formas profundas que nuestras luchas deben identificar.

Comparto la inquietud sobre la omnipresencia de la violencia en el feminismo y el peligro de ser percibidas solo como víctimas de esas violencias. Pero… creo que también es fundamental dar espacio a otra posible lectura de la víctima. Víctima pasiva no es todo lo que es una persona que sufre violencia. Cuando alguien sufre daño, no es o víctima o agente, ocurren las dos cosas al mismo tiempo. Y nombrarte como víctima es un proceso que puede liberar porque permite tomar conciencia y distancia con aquello que te daña y, por tanto, es la palanca para reconstruir otras relaciones basadas en el deseo y el goce: entiendo lo que sucede, asumo el daño que provoca y eso me permite no querer repetirlo nunca más. En este sentido, es condición para una mutación subjetiva profunda.


Sin entender aquello que te daña no puedes liberarte. Hemos vivido un proceso masivo a nivel mundial de toma de conciencia de la violencia. No se puede clausurar la potencia creativa de lo que viene después. Es muy clara esta potencia en las estudiantes en México que hacen los paros separatistas en las universidades contra la violencia. Ellas denuncian en los tendederos la sus agresores, hacen escraches, no para quedarse en el lugar de la víctima, sino para transformar la realidad que las daña. Y es muy clara también la potencia de las víctimas indirectas que buscan a sus familias y que se nombran estratégicamente como tales. Para ellas, el fin último no es ser víctima, sino abrir una posibilidad distinta: al señalar aquello que hizo daño se interpela a la sociedad para que cambie las condiciones que permitieron que sucediese; esa es la reparación que se exige, que nunca nadie más pase por lo mismo. Las víctimas no son simples sujetos pasivos. En países como en México, el movimiento de víctimas de feminicidios o desaparición, compuesto por miles de personas a lo largo del país, es lo que ilumina el porvenir. Poner el foco solo en el placer y la agencia es algo que no funciona en todas partes del mundo y podría reproducir un gesto colonial. La agencia no es solo irte con quien quieras a la cama, sino también saber cuándo tienes que salir corriendo o cuando ser más puritana que liberada. Pero sobre todo debemos pensar que muchas mujeres al tomar conciencia de las relaciones sexuales de dominio en las que viven se abren a experimentar relaciones lésbicas o de otro tipo donde no se sienten sometidas. Es decir, entenderse como víctimas o posibles víctimas de agresiones sexuales permite romper con lo anterior y encontrar otros caminos de placer y libertad. No solo hay miedo, sino una agencia distinta que surge en medio de la dificultad.

En el texto se afirma que hay que transcender la victimización. Siguiendo el hilo del punto anterior, creo que aquí se corre el peligro de no ver la potencia de las víctimas: en lugar de transcenderlas, hacer con ellas, caminar conjuntamente, escuchar lo que tienen que decir, porque su experiencia, su elaboración del problema, permite identificar aspectos que el resto que no ha pasado por situaciones similares no podemos apenas ver. Y porque en nuestra terrible realidad, cada vez más personas son y van a ser víctimas de daños atroces. Una política que ignore a las víctimas será cada vez más una política de privilegios.

La premisa de «romper con todas las identidades» e incluir a todos de antemano (también los hombres cis) nos lleva a un feminismo sin cuerpo (una versión del feminismo de la igualdad mencionado más arriba: todos somos personas). Sin embargo, hemos visto históricamente en las luchas que es muy importante con quién salimos a la calle y de la mano de quién; es muy importante saber cuándo respetamos determinados protagonismos y cuándo decidimos articularnos y acompañarnos. Tenemos diferentes papeles en las distintas luchas. Podemos ser capaces de esos movimientos estratégicos de acompañamiento y separación. Aprender a estar de múltiples modos, inventar también formas que no pasan por la presencia. Eso no se hace sin cuerpo, al contrario, se hace reconociendo los distintos y desiguales lugares de partida. Sí importa quién va a las marchas y ocupa los lugares más visibles y quién se queda en la retaguardia. Un feminismo no esencialista no es necesariamente un feminismo sin cuerpo ni diferencias.

Cuando se duda de que el feminismo sirva para un proyecto de transformación social amplio… ¿No ha sido ya la revuelta feminista el mayor revulsivo a nivel mundial de los últimos años? ¿No se reproduce una mirada de la carencia, de lo que falta, en lugar de lo que hay? Más bien plantearía la pregunta al revés: ¿Qué puede aprender el conjunto de la izquierda de las luchas feministas? ¿Y cómo seguir alimentando y sosteniendo el acontecimiento abierto?

El feminismo es uno de los pocos movimientos ¿el único? que ha sabido estar al mismo tiempo en distintos planos, instituciones, medios de comunicación, calle, espacios de trabajo, centros culturales, etc., sin privilegiar ninguno de ellos. Plantear la cuestión de la autonomía desde la dicotomía con las instituciones es volver a un paradigma que niega la capacidad multiplicadora del feminismo para estar en distintas partes al mismo tiempo y negar los vasos comunicantes entre ellas que la expanden en un común no unitario. El problema no es cómo impulsar un feminismo autónomo, sino cómo colaborar con la autonomía desplegada históricamente por el feminismo para potenciarla.

Quizá necesitamos darnos un tiempo distinto que permita atravesar momentos reactivos y de menor intensidad, saborear las grandes oleadas, sentir sus intensas palpitaciones, en medio, además, de una pandemia de más de dos años que aún no finaliza. ¿Abre la revuelta feminista un tiempo político de otras duraciones y ritmos, aceleraciones, paradas y nuevos impulsos entrelazados?

Archivado en: Feminismos
Sobre este blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Memoria histórica
Memoria Olvidadas por la historia: Las mujeres del Patronato
Durante más de cuarenta años, la libertad de miles de mujeres fue arrebatada por el Patronato de Protección a la Mujer. Siguen invisibilizadas por una Ley de Memoria Democrática
Cuidados
Cuidados Lavar el cuerpo de una anciana
Ir contra el pudor impuesto es sin duda una acción feminista, como también lo es defender el derecho al mismo en distintos contextos o situaciones.
Sexualidad
Sexualidad El sexo, el deseo y el consentimiento.
En un momento de hipersexualización de todo lo que nos rodea y multiplicación de las relaciones sexuales a través de aplicaciones, el sexo sigue lleno de tabús y lugares incómodos.
Ce
29/7/2022 18:11

Gracias Silvia. Escribir bien y hablar desde alguien que pone el cuerpo, solo puede tener este resultado.

0
0
MARIELA
28/7/2022 22:59

(Respuesta dada al artículo de Fundación de los comunes)

Que las instituciones, e incluso el capitalismo, actúen desde el "feminismo" no es más que una estrategia de fagocitosis para neutralizarlo. Considerarlo como feminismo es hacerles el juego, es blanquearles su finalidad desmovilizadora por cuatro migajas.

Sobre la categorización como víctimas, al decir que es una concepción católica y que hace pasivas a las mujeres en su sexualidad, con el consiguiente refuerzo de los marcos estructurales de la violencia de género, paso del estupor al cabreo. Cuando nos matan, nos apalean, nos violan, compran nuestros cuerpos para su uso y disfrute, tenemos salarios más bajos, somos más pobres, no nos dejan expresar nuestro género con independencia de nuestros genitales...somos las víctimas. Esa es la palabra que define la situación que vivimos en esta sociedad patriarcal, no es una opinión es un hecho. Pero si se quiere confundir el concepto víctima con victimización (querer ser víctima) y concepto mojigatería (no querer demostrar que tenemos deseo sexual) con aclarar al hombre si nos apetece o no follar, a mi me da que no estamos hablando de lucha feminista, es más, no sé ni de qué estáis hablando.

Y sí, el sistema judicial es patriarcal, pero no porque ponga en el centro el castigo y la victimización, sino porque hay doble vara de medir, según seas mujer, hombre o ninguna de las dos opciones, o seas pobre o ricx, blancx o negrx....

El poner adjetivos al feminismo como interclasista, identitario/separatista...es dañar el concepto tan universal de igualdad entre hombre y mujer, que es también igualdad entre hombres e igualdad entre mujeres, de manera que lleva implícito la igualdad entre personas (sin etiquetas).
La igualdad entre personas es acabar con todas las estructuras sociales, culturales, etc, que conllevan cualquier desigualdad injusta. Y esto es el FEMINISMO, y aquí entramos todxs lxs que realmente queremos acabar con cualquier, y digo cualquier, Injusticia desde la honestidad.

Por desgracia se avanza muy lento en el derribo del patriarcado: machismo más neoliberalismo. Así, necesitamos el feminismo más que nunca.Es desde esta óptica feminista, sin etiquetas que pongan palos a las ruedas, desde donde se debe iniciar todas las luchas.

0
0
Una
28/7/2022 13:51

Gracias, Silvia, por tomarte el tiempo para explicarte tan bien

0
0
Nerea-chan
Nerea-chan
28/7/2022 13:45

A los hombres cis se les está atacando por el hecho de serlo desde cierto feminismo y no veo que se tenga esto en cuenta en entornos “progres”.

Cuando el feminismo se ocupa solo de las mujeres y deja lo demás de lado, no está combatiendo por la igualdad de todas las personas. Solo se preocupa de las violencias que se ejercen contra ellas.

¿Los hombres tienen que aguantarlo todo? Son de hierro y no necesitan reparación ni explicación ni tan solo tenerles en cuenta cuando la violencia se ejerce injustamente contra ellos. Ante esto puedo decir que la buena voluntad hacia ese feminismo que solo les tiene en cuenta para criminalizarlos o invisibilizarlos, llega hasta cierto punto.

¿Qué tal un poco de autocrítica y reparación cuando haga falta? El fanatismo consigue muchas cosas, entre ellas: muchos enemigos. Un gran ejemplo de ello es la lucha por la liberación animal.

Temazo del grupo madrileño Accidente: https://accidente.bandcamp.com/track/juntos-ellos-y-ellas

Salud.

1
0
Ce
29/7/2022 18:10

Vete a los mil millones de talleres de nuevas masculinidades y terapias y te vas reparando.

0
0
Sobre este blog
Palabras en movimiento es el espacio en el que, desde la Fundación de los Comunes, queremos poner en común y, sobre todo, en discusión, análisis críticos con respecto a la realidad que nos rodea.
Ver todas las entradas
Catalunya
Catalunya Pere Aragonès, de presidente a segundo plato de Illa o Puigdemont
Las encuestas y el tirón de Pedro Sánchez acompañan a Salvador Illa, quien probablemente volverá a ganar las elecciones catalanas, como ya ocurrió en 2021. Esta vez, tiene más probabilidades de gobernar.
Migración
Migración Maternidades migrantes: criar entre la precariedad laboral y la ley de extranjería
Sin redes familiares en las que sostenerse y en un contexto laboral enfrentado con la conciliación, las madres migrantes se ven especialmente expuestas a la precariedad.
Pueblo gitano
Pueblo gitano Silvia Agüero y Nicolás Jiménez: “Hay que gitanizar a los anarquistas que se han burocratizado”
Son pareja en la vida, en la divulgación y en la tarea de gitanizar el mundo. Silvia Agüero y Nicolás Jiménez acaban de publicar '¿Anarquismo gitano?' para romper estereotipos y profundizar en la realidad de su pueblo.
República Democrática del Congo
República Democrática del Congo Chikuru quiere para la República Democrática del Congo esa paz que nunca ha conocido
La vida de Chikuru ha transcurrido en una República Democrática del Congo siempre en guerra, desde su organización FoBeWorld, aspira a ayudar a la infancia y juventud a construir un futuro mejor, frente al expolio que devora su presente.
Memoria histórica
Memoria Olvidadas por la historia: Las mujeres del Patronato
Durante más de cuarenta años, la libertad de miles de mujeres fue arrebatada por el Patronato de Protección a la Mujer. Siguen invisibilizadas por una Ley de Memoria Democrática
La vida y ya
La vida y ya Futuros laborales
Lo que está claro es que para mí pensar en mi futuro laboral tiene que ir acompañado de pensar qué puedo hacer para que el mundo sea un poco diferente.
Literatura
Literatura Mallorca, el refugi de Vicent Andrés Estellés
El poeta trobà a l’illa la serenitat necessària per enfrontar-se a l’entorn sempre tens de València, a la vegada que publicà diversos volums i travà sòlides amistats.

Últimas

Genocidio
Genocidio La ONU advierte de que un ataque sobre Rafah colapsaría la distribución de ayuda en Gaza
Turquía suspende todo el comercio con Israel. El fiscal del Tribunal Penal Internacional advierte de que no admitirá “amenazas” después de que trascendiera que imputará a Netanyahu y los suyos.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Religión
Opinión Semana Santa y Ramadán
En el Sindicato de Vivienda de la Red de Apoyo Mutuo se celebró un desayuno con motivo del Ramadán, lo cual generó un debate interno interesante por ser una organización laica
Palestina
Palestina Bicicletada contra el genocidio palestino en Alicante
El núcleo local del BDS País Valencià ha realizado un recorrido reivindicativo para exigir el fin del genocidio contra Palestina por las principales calles de las tres capitales valencianas.
Que no te lo cuenten
Que no te lo cuenten De estrategias y misiones incumplidas
VV.AA.
La no dimisión de Pedro Sánchez y la imposibilidad de la Flotilla de la Libertad de llevar ayuda a Gaza marcan unas semanas intensas.
Más noticias
Fútbol
Fútbol Vicente del Bosque como respuesta a las presiones de FIFA y UEFA
El nombramiento del exseleccionador como presidente de la Comisión de Normalización, Representación y Supervisión busca alejar los fantasmas de una intervención política de la RFEF.
Cine
Cine 'Civil War', estética geopolítica en tierra de nadie
La sensación es que Civil War se queda en algunas ocasiones en una peligrosa tierra de nadie, tanto en sus cambios de estilo como en su contenido.
Formación El Salto
Formación El Salto Fotoperiodismo y movimientos sociales: Una mirada a las luchas desde abajo a través de un objetivo
La Escuela de Periodismo Crítico de El Salto ofrece su primer curso presencial, en el que abordaremos, de la mano de nuestros fotógrafos, cómo plasmar a través de la imagen movilizaciones y resistencias.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Comunidad El Salto
Palestina La campaña de apoyo a Gaza de El Salto recauda más de diez mil euros para la UNRWA
El pasado 26 de febrero, tras más de cuatro meses de ofensiva militar de castigo por parte Israel sobre la Franja de Gaza, desde El Salto decidimos ir más allá del periodismo ante la gravedad de los hechos.

Recomendadas

Colombia
Colombia Sostener la vida en un ETCR
En la vereda colombiana La Plancha, la convivencia entre excombatientes y población civil es una realidad marcada por necesidades comunes.
Rap
Rap Viaje a los orígenes del hip hop en España: “Nadie esperaba ganar dinero con el rap”
El historiador Nicolás Buckley y el periodista Jaime Valero, exredactor jefe de HipHop Life, publican Maestro de ceremonias, un libro sobre la historia de la cultura hip hop en España.