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País Vasco
¿Para qué un túnel bajo la Ría?
El Túnel bajo la Ría del Nervión es una de las obras más espectaculares presentadas por el Gobierno de Bizkaia, esto es, la Diputación. Es un proyecto de programa de PNV y que la Diputación anunció desde el inicio de la presente legislatura. En los últimos meses, se ha ido desvelando el trazado del proyecto, las estimaciones de tráfico que se le calculan y el coste previsto: unos 600 millones. ¿Está justificado este gasto?
El Túnel se presenta como una imprescindible alternativa para descongestionar el tráfico rodado a Rontegi, dado que tanto este Puente como los tramos de Max Center y la Avanzada están entre los tramos de carretera que más se saturan en Bizkaia. Este Túnel sería la concreción de lo que tiempo atrás se denominaba el “Gemelo de Rontegi” y su fin dice ser descongestionar tanto el puente como los otros dos tramos. Sin embargo, si no es para aparecer en Discovery Channel, cuesta entender la necesidad real de este megaproyecto por varios motivos:
1) El primero es que hace tiempo se vienen realizando obras de mejora en el puente de Rontegi. No tiene sentido proyectar una infraestructura nueva sin esperar a ver el resultado de las obras ya en marcha. ¿Acaso ya se sabe que estas mejoras no van a aliviar el tráfico actual? La lógica invita a pensar que uno de los dos gastos es innecesario.
2) Hablando del tráfico, los datos indican que, pese a las congestiones, se viene reduciendo el número de vehículos que transcurren por cada uno de estos tres tramos. Además, sabemos que las medidas tarifarias promovidas por el Gobierno de España se han traducido en que aumente el uso de transporte público y, por ejemplo, en que el primer mes ya se redujera en un 10 % el número de vehículos que entran a diario a Bilbao. No tiene sentido obviar este hecho.
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3) Por otra parte, hay una teoría científica que demuestra que desarrollar y ampliar este tipo de infraestructuras no favorece la descongestión, sino que, más bien, promueve que se sature aún más. Es lo que se conoce como la Paradoja de Braess. En obras como esta, la Administración pública, frente a fomentar el transporte público, está incentivando el uso del vehículo privado.
4) Por último, a veces se nos escapa que en Euskadi el Lehendakari declaró la Emergencia Climática. El tiempo demuestra que dicha declaración fue un brindis al sol, más aún tras ver a su ejecutivo defender el fracking frente a una alcaldía de PNV u oponerse a la eliminación de los vehículos alimentados con combustible fósil. En otras partes del mundo, esta Emergencia Climática ha supuesto la paralización de obras como la ampliación del aeropuerto de Heathrow.
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A todo ello hay que sumar que, si bien el proyecto se anunciaba con un coste de unos 400 millones de euros, se ha extendido la idea de que finalmente serán 600 millones dado que el túnel, es posible, incluirá una lanzadera para conectar las líneas 1 y 2 de Metro Bilbao. Contrastamos que esos 200 millones extras no se respaldan con estudio alguno de viabilidad, por lo que no hay en absoluto una prioridad hacia el transporte público (tampoco se incluye, por ejemplo, carril bici alguno), sino más bien una normalización del posible gasto de 600 millones.
Contrastamos que esos 200 millones extras no se respaldan con estudio alguno de viabilidad, por lo que no hay en absoluto una prioridad hacia el transporte público
Con todo esto en cuenta, ¿qué necesidad hay de este túnel? Más bien, ¿quién necesita y a quién beneficia este túnel? Sin duda, los primeros beneficiados van a ser quienes lleven a cabo la obra, ya que se use o no al final, van a cobrar por ella y, probablemente, con sobrecostes como los que vamos viendo en obra civil y pública: sin ir más lejos, en la Línea 5 de Metro Bilbao. ¿Y quiénes van a hacer esta obra? Una UTE de la que forma parte IDOM, ingeniería de prestigio, pero que está detrás de otra infraestructura desmedida como la Supersur, obra para la que en un tramo de menos de 20 km nos costó más de 800 millones (frente a los 465 millones previstos). Pero lo que a mí me escandaliza es que IDOM es una de las consultoras condenadas por la CNMC por prácticas fraudulentas en la adjudicación de obras. Como no hay medidas desarrolladas, IDOM, aunque condenada, puede seguir participando en concursos como este, incluso sabiendo que ha participado en tratos de favor. Cabe recordar que, como indica Ahoztar Zelaieta, Jose Alberto Pradera era Diputado General de Bizkaia cuando se adjudica el proyecto de Guggenheim a IDOM y que casualmente, tras dejar su cargo público entró al consejo de IDOM.
“¿Quién necesita y a quién beneficia este túnel? Sin duda, a la UTE de la que forma parte IDOM, consultora condenada por la CNMC por prácticas fraudulentas”, expone Israel Escalante
La única utilidad real que podemos encontrar a este túnel es que personas de la Margen Derecha puedan escapar hacia Cantabria o Burgos evitando los atascos del Gran Bilbao, ¿es esto una prioridad para Bizkaia? ¿Nos podemos y queremos permitir gastar 600 millones en esto? Y lo que es más: ¿es lógico que un PNV que rechazaba el gasto que suponía prorrogar la reducción de tarifas del transporte público, apueste todo a este modelo de transporte privado?
“La única utilidad real que podemos encontrar a este túnel es que personas de la Margen Derecha puedan escapar hacia Cantabria o Burgos evitando los atascos del Gran Bilbao, ¿es esto una prioridad para Bizkaia?”, opina Escalante
Mi conclusión es que este es un gran ejemplo de que la gestión de Bizkaia, en este caso el modelo de movilidad de Bizkaia, no lo decidimos la mayoría social y ni siquiera PNV, sino grandes empresas como IDOM (y el lobby del automóvil tras el AIC, que son quienes imponen que eso de parar el vehículo a motor de combustión en unos años... como que no). Pero también desde PNV me acusan de imponer la presunción de culpabilidad, así que invito a contrastar, si les parece bien.