Oriente Próximo
Kahwetna, un café de paz para cerrar heridas de guerra

Kahwetna (“Nuestro Café” en árabe) es una cafetería que acoge un proyecto cultural concebido para reconciliar a dos barrios enemigos de Trípoli, en el norte de Líbano, tras décadas de conflicto y centenares de muertos.

14 oct 2017 06:35

Es verano, y el calor húmedo y pegajoso de Trípoli intensifica el olor a basura en la calle Siria. A sus costados se alternan pequeños comercios, controles militares y viviendas acribilladas por los proyectiles, recuerdo del último gran estallido de violencia. Como una herida abierta, esta vía de apenas un kilómetro de largo separa a dos barrios históricamente enfrentados, Jabal Mohsen, de mayoría alauí, y Bab al-Tabbaneh, predominantemente suní.

Aunque desde la guerra civil libanesa (1975-1990) se han producido refriegas de forma intermitente entre ambos vecindarios, los más marginales dentro de la empobrecida Trípoli, el inicio del conflicto en Siria en 2011 hizo estallar en esta zona una verdadera guerra subsidiaria entre defensores del régimen de Bashar al-Asad y partidarios del bando rebelde, en combates que dejaron más de doscientos muertos.

En medio de esta calle, convertida en frente de batalla hasta que el Gobierno libanés logró imponer un alto el fuego y desplegó tanques suficientes para asegurarse de que fuera respetado, se encuentra Kahwetna. Parapetado al fondo de un aparcamiento, este café cultural se empeña en contradecir al resto de edificios desvaídos y medio derrumbados con su colorida fachada, cubierta por un grafiti en el que dos manos se entrelazan. El local se ha convertido en un espacio lúdico y de creación artística al que cada día acuden jóvenes de los dos barrios en conflicto, muchos de ellos antiguos combatientes que hoy pretenden dejar atrás la violencia y tender puentes.

La ONG March, dedicada a promover la resolución de conflictos a través de la cultura, tiene mucho que ver en el reciente cambio de mentalidad. Su fundadora, Lea Baroudi, llegó a la ciudad con la intención de apostar por una juventud en la que nadie creía.

Pobreza y exclusión

“Cuando se mencionaba a Trípoli en las noticias era únicamente para hablar de extremismo y guerra civil, un conflicto puramente ideológico entre alauíes y suníes. Pero la violencia sectaria y la radicalización en esta región tienen otras fuentes: son la pobreza, la exclusión y la pérdida de esperanza las que hacen a los jóvenes vulnerables y fácilmente manipulables”, sostiene.

Con 500.000 habitantes y un pasado otrora próspero, Trípoli es en la actualidad una de las ciudades con menor renta per cápita y mayor desempleo de Líbano. Un informe de Naciones Unidas de 2015 estimaba que casi la mitad de sus habitantes vive bajo el umbral de la pobreza, elevando esta cifra en el caso de Jabal Mohsen y Tabbaneh al 69% y 87% de la población.

En este contexto, los señores de la guerra y políticos locales nunca han tenido demasiadas dificultades para convencer a jóvenes desesperados de que la culpa de su miseria cotidiana es del vecino; el paro masivo y la falta de oportunidades hacen muy tentador aceptar un sueldo por coger un arma y ponerse a disparar.

“Creía que eran el enemigo”

Al poco de instaurarse la tregua a finales de 2014, Baroudi y su equipo se propusieron organizar una obra de teatro con habitantes de ambos barrios. Pese a ser tachados de locos, tras meses de trabajo y contra todo pronóstico, lo consiguieron: la pieza, una versión local de Romeo y Julieta protagonizada por 16 chavales, la mayoría participantes activos en el conflicto, fue representada en Beirut y otra media decena de ciudades en Líbano cosechando un gran éxito. La representación se convertiría al mismo tiempo en la semilla de Kahwetna.

En la actualidad el local es cogestinado por la ONG y jóvenes de los dos vecindarios, entre ellos Ali, habitante de Jabal Mohsen de 23 años que se echó un arma al hombro cuando solo tenía 15 años. “Me gustaba –admite–. “Era un crío y luchar era algo excitante, una aventura. Luego empecé a perder amigos y familiares en el conflicto… y dejó de ser divertido”. Tras superar sus reticencias iniciales, se decidió a participar en la iniciativa teatral ideada por Baroudi porque “quería salir de los combates, cambiar mi situación”, explica desde la cafetería, donde acaba de terminar su clase de inglés. Kahwetna también sirve de aula para realizar talleres y cursos, de sala de ensayos o local de conciertos.

“Al principio odiaba tener que ver todos los días a la gente de Tabbaneh. Crecí convencido que eran el enemigo”. Pero la experiencia del teatro y su relación con el resto de participantes le cambiaron la vida. “Entendí que en el fondo éramos iguales, que teníamos los mismos problemas. Ahora he aprendido a no juzgar a la gente antes de conocerla de verdad”, asegura. Ali trabaja hoy para March como supervisor del proyecto, que emplea de forma permanente a media decena de jóvenes de la zona.

Paralelamente, la organización ha lanzado la iniciativa Bab al Dahab (Puerta Dorada), un programa de remodelación de los comercios de la calle Siria destruidos durante los enfrentamientos. En torno a un centenar de trabajadores, todos habitantes de Jabal y Tabbaneh, desempleados y, la mayoría, excombatientes, se afanan en renovar por dentro y por fuera los establecimientos, trabajando codo con codo sin importar su barrio de origen. Baroudi lo ve como “un proceso catártico: unirse para construir en lugar de dividirse y destruir”.

“Podemos convivir”

Es martes y a la hora del almuerzo, una horda de trabajadores hambrientos desembarca en el café. El ambiente es ruidoso y distendido, con bromas y pullas volando como dardos entre las mesas. Cuesta creer que hasta hace poco lo que volaban eran las balas.

En una esquina, una docena de chicas se apuran delante de sus ordenadores para terminar la tarea del día. Están diseñando los carteles para las tiendas en renovación. Joan Nassif dirige las clases de grafismo en el que las estudiantes “no solo aprenden”, explica, “sino que son remuneradas por ello”.

La existencia de un espacio mixto en el que hombres y mujeres puedan relacionarse con normalidad también es algo poco habitual en una región fuertemente conservadora a nivel social y religioso como es el norte de Líbano. “Al principio, la presencia femenina aquí se hacía rara, pero poco a poco esa barrera también se ha roto”, señala Baroudi. “Cuando abrimos, nos llamaban el café de los ateos”, recuerda divertida, apuntando que la situación va siendo cada vez más aceptada a ojos de los locales.

Afraa, de 26 años y procedente de Tabbaneh, supo del curso de diseño gráfico por su hermano, involucrado desde el principio en el proyecto de March. “Aquí vienen muchas chicas de ambos lados. Por una vez, damos una imagen positiva. Demostramos que podemos trabajar los unos con los otros, que podemos convivir”, opina.

Angie, de 18 años y vecina de Jabal Mohsen, se muestra más prudente. De siete hermanos, ella, la pequeña, es la única que se ha acercado a Kahwetna. “Va a hacer falta tiempo para arreglar las cosas de verdad, aún hay mucha desconfianza”, considera, aunque cree que “es bonito ver a gente de ambos barrios haciendo algo juntos”.

Equilibrio precario

En Líbano, Trípoli sigue siendo sinónimo de violencia y conflicto, y dentro de la propia ciudad, Jabal Mohsen y Tabbaneh aún son consideradas zonas que es mejor no pisar. “En esta región el Gobierno central está ausente y rige la ley de la jungla. Vamos con cuidado porque hay mucha gente interesada en que fracasemos, desde los poderes políticos locales a los grupos extremistas o las mafias de calle”, advierte Baroudi.

Pero el café y las iniciativas creadas a su alrededor —de festivales culturales a un reciente torneos de fútbol— están teniendo un efecto innegablemente positivo en la zona y cada vez son más los que se animan a participar del proyecto de una u otra forma. “Puede que solo sea un espejismo, una burbuja —concede la fundadora de March—, pero es su burbuja y la necesitan para respirar”.

La calle Siria aún separa a Jabal Mohsen y Bab al-Tabbaneh como una herida abierta, sí, pero es una herida que se esfuerza por cicatrizar. “No digo que la violencia no vaya a volver, pero ahora la gente se ha dado cuenta de que es un conflicto artificial creado por los políticos y veo más difícil que tomen de nuevo las armas —afirma Ali, optimista—. Si seguimos haciéndolo bien, para la siguiente generación este podría ser un lugar increíble en el que vivir”.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Ocupación israelí
Ocupación Israelí Israel da 24 horas para evacuar a más de un millón de personas que viven en el norte de la Franja de Gaza
El ejército israelí prepara una incursión terrestre en la Franja de Gaza mientras la ONU denuncia las “consecuencias calamitosas” que podría tener una evacuación de estas características en una población bloqueada.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí Hamás: “Nos hemos preparado para un escenario de guerra larga”
Un alto mando de Hamás en el exilio ha reconocido que emplearán a los rehenes israelíes para negociar la liberación de prisioneros palestinos, mientras el Gobierno de Netanyahu ha cortado los suministros de agua, alimentos y energía a la Franja.
Siria
Abdallah Wasel “Tras el terremoto en Siria, la respuesta de los países defensores de los derechos humanos fue decepcionante”
El presidente de la Asociación Hispano-Siria de Valencia, Abdallah Wassel, describe las consecuencias del terremoto en un país en guerra y denuncia la falta de solidaridad hacia su pueblo.
Genocidio
Genocidio Israel se felicita por armar a sus ciudadanos, mientras ataca por cuarta vez el hospital de Al Shifa
Mientras el ministro de Seguridad Nacional Ben Gvir celebraba en el parlamento israelí un récord en la concesión de licencias de armas, las tropas sionistas invadían Al Shifa, donde se refugian unas 30.000 personas.
Análisis
Genocidio Armas y recursos para los palestinos y sus aliados
Es imposible escuchar ninguna petición de ayuda material, militar y económica para la resistencia armada palestina, o para sus aliados regionales, por parte de la izquierda global.
País Vasco
ELECCIONES VASCAS Así es la firma que colabora con el CNI contratada por el Gobierno Vasco para vigilar las elecciones
El operativo de cibervigilancia para las elecciones autonómicas ha sido adjudicado a S2 Grupo, vinculado a una exministra del PSOE salpicada por la trama Gürtel y a un abogado ligado a las tramas de corrupción del PP.
Música
Música “Stand by your man”: cómo el country posicionó el conservadurismo y la segunda ola feminista en Estados Unidos
A pesar de la imagen conservadora que tiene la música country, artistas como Tammy Wynette, Dolly Parton o Loreta Lynn cantaron y compusieron a finales de los años 60 sobre temas feministas.
Opinión
Opinión Hombre blanco busca negro no violento
'La próxima vez el fuego' supone una declaración de principios e intenciones, además de una denuncia del racismo de la sociedad norteamericana que a James Baldwin le tocó vivir, pero que abarca en sus propuestas, por igual, a blancos y negros.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda El Ayuntamiento del Partido Popular de Logroño desahucia a la PAH
Saltándose los protocolos, sin levantar acta ni expediente, el Gobierno del PP del Ayuntamiento de Logroño arrebata el local a la PAH de La Rioja y se lo concede irregularmente a la asociación de Familias Numerosas.
Crisis climática
Crisis climática El maremoto ignorado: la temperatura de los océanos alcanza registros nunca vistos
Los mares del planeta llevan un año batiendo récords de temperatura. Las consecuencias de este fenómeno van desde un incremento de las anomalías meteorológicas a una desestabilización de las corrientes marinas y los patrones climáticos globales.
Crisis climática
Crowdfunding 350.000 euros por denunciar la inacción climática
Un total de 16 integrantes de Rebelión Científica se enfrentan a importantes multas por sus acciones no violentas para denunciar la inacción ante la crisis climática. Activistas medioambientales denuncian un “efecto dominó represivo” en toda Europa.

Últimas

Ecología
OPINIÓN ¿Otro barco en las marismas y marjales de Murueta?
En las mismas instalaciones del que se decía iba a ser el último fabricado en el Urdaibai, Astilleros de Murueta SA parece estar poniendo quilla a un nuevo barco.
Opinión
Opinión Un marzo entre memorias, antídoto frente a ‘la neolengua’
‘El Gran Hermano’ continua con la peligrosa deformación y banalización de las realidades encerradas en la palabra ‘terrorismo’.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Formación El Salto
Formación El Salto Política por todos los medios: periodismo de análisis en la era de la aceleración
Entre el 10 y el 30 de abril, la Escuela de Periodismo Crítico de El Salto desarrolla un curso para aprender a leer y escribir la información política.
Análisis
Lobby bancario Sacrificar el euro digital para que nada cambie
Ante una adopción masiva del euro digital sin límites, los bancos dejarían de ser esenciales y verían disminuida su capacidad para seguir creando dinero.
Antitaurinos
Maltrato animal Un nuevo paso hacia la derogación de la tauromaquia
“El marco legislativo debe cambiar en base a una sociedad con mayor sensibilidad”, argumenta David Calvo, miembro de la Comisión Promotora de #NoEsMiCultura.

Recomendadas

Palestina
Protesta Miles de personas denuncian el genocidio de Israel en Gaza en una manifestación en Donostia
La movilización tenía por lema 'Genocidio Stop' y la han convocado agentes de la cultura vasca, que la han acompañado con actuaciones musicales, bertsos, bailes o ilustraciones
Inteligencia artificial
Inteligencia artificial La Unión Europea abraza la ley del algoritmo más fuerte
La inteligencia artificial ya tiene quién la regule. El Parlamento Europeo ha aprobado una ley que no mitiga las preocupaciones por los efectos que puede tener el modelaje algoritmo sobre los derechos fundamentales.
Cómic
François Schuiten “Viví la desaparición de mi perro con tanta violencia que dibujé guiado por la intuición”
Ven la luz las dos últimas obras del autor de cómic belga François Schuiten: ‘Jim’, elegía por su perro fallecido, y ‘El regreso del capitán Nemo’, nueva entrega de la imaginativa serie que desarrolla desde 1983 junto al guionista Benoît Peeters.
Rojava
Pueblo kurdo Alina Sánchez o Legerin: huellas para quien busca
El 17 de marzo de 2018, la internacionalista argentina Alina Sánchez perdía la vida en Rojava.