Opinión
Una vida cualquiera

Fui becaria a los 30. Fui a muchos cócteles literarios. Demasiados. Escribí por dinero, todo, hasta el horóscopo sexual.

Gabriela Wiener
13 sep 2017 13:45

Llegamos de Lima a un piso con doce personas y un solo baño en Pla de Palacio. Progresamos. Pudimos subalquilar a un alemán un piso de 20 metros cuadrados en Sagrada Familia. Nos mudamos al barrio más aburrido de Barcelona para tener a Lena. La Ronda de Guinardó. Luego descubrimos que detrás de la nevera había un nido de cucarachas. Eran miles. Clarice Lispector hubiera escrito muchísimos libros en mi casa. Él se quemó los antebrazos sirviendo paella. Yo metí nombres en una base de datos de la Asociación de Veterinarios de Cataluña. Yo lloré en el baño de la Asociación de Veterinarios de Cataluña. Fui becaria a los 30. Fui a muchos cócteles literarios. Demasiados. Escribí por dinero, todo, hasta el horóscopo sexual. Y nunca había oído la palabra “decolonial”.

Por eso seguí corriendo detrás de Europa, detrás del boom, detrás de Bolaño, detrás de una obra, detrás de Babelia. Por un piso, por papeles, por dinero, por prestigio. Y un día por fin pude volver a ser periodista y escritora y alquilar un piso en el Raval. La calle Carmen está al lado de la Boquería. Podía ver a los turistas desde mi water. Yo nunca había oído la palabra gentrificación.
El piso nos costaba mil euros. Un maldito montón de dinero. Pero lo valía. Teníamos lavaplatos. Invitábamos a Caparrós a comer ceviche. Mi hija tenía una habitación llena de juguetes bonitos y hablaba en catalán. Mi baño era tan grande que mis amigos se drogaban en él de cinco en cinco. Y el walkingcloset, oh, podía verme de cuerpo entero. El colegio de Lena quedaba a dos calles de allí. Justo al lado de nuestro bar favorito. El Benidorm. Podíamos salir del bar y llevarla al colegio. O salir del colegio y llevarnos al bar. Me emborrachaba hasta enseñarle las tetas a Javier Calvo. Podíamos ver A dos metros bajo tierra durante seis horas seguidas. Una vez vino a visitarnos una amiga mexicana y nos pidió que la atáramos. Una vez follamos con una de las mamás del colegio. Me pasé un año chateando con otro. Conseguí una agente literaria. Y hasta comimos fondue de queso barato. Era todo tan Barcelona. Y eso que yo odiaba la palabra aspiracional.

Pero queríamos más. Fui tentada por el diablo y acepté trabajar en una revista femenina. Nos mudamos a Madrid. Al lado del Congreso. Podía ver a los diputados desde mi water o quizá estaba mirando fijamente el fondo de mi water. Los helicópteros nos sobrevolaban todo el día. Y supe lo que era una crema Chanel. Una mujer peruana me limpiaba la casa, como en Lima. Una mujer peruana limpiando la casa de otra mujer peruana. ¿Había llegado? Para ir a las fiestas autogestionadas en Carabanchel, dejábamos a Lena con su canguro, una chica guapísima que pedía sushi. Era tan madrileño todo. Soñé con traducciones de mis libros, con el Hay Festival. Un día dejé la revista femenina para ser plenamente feminista. Me abrigué al calor de esas mujeres. Fuimos una. Denunciamos al machito anarquista. Pero en el colectivo me dijeron: tú no; en las manis feministas me dijeron: tú no. En un hilo de Facebook me dijeron tú no. Hasta entonces no había oído la palabra interseccional.

Como ya no tenía plata, dejé también el centro por la periferia. Crucé el río, ya no corriendo, sino caminando, y me mudé a un taller mecánico que reconvertimos en vivienda. Por la mitad de precio teníamos jardín a diez minutos de Lavapiés. No pinchamos la luz. En lugar de tres fuimos cuatro y luego cinco. Me creí una celebridad del amor libre. Pero seguí muriéndome de celos. Tuve un hijo colectivizado. Podía ver la revolución desde mi water. Varias veces acompañé a mis amigas a okupar. Me compré a precio libre el Manual de la okupación. Pero nos pillaban o nos desalojaba Carmena. No entendía nada. Intentamos hacer un nuevo 15M y nadie vino. Lo acaba de decir Diana J. Torres en su libro Vomitorum: intentamos vivir de la autogestión pero en realidad la autogestión vivía de nosotros. Y el vómito es contagioso. Arcadas desde dentro del sistema. Llantos en la asociación de veterinarios. Pajas histéricas en Marie Claire. Mareos en Sant Jordi. Arcadas desde fuera del sistema. Ataque de celos en primavera. Golpe de calor en Vaciador. En la madre de todas las arcadas, sin embargo, parecemos resistir al desencanto, a la seducción de la decadencia. Si no vomitamos un poco, no es mi revolución.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.
Opinión
Opinión La vigencia del Tierra y Libertad
El encaje de Andalucía en la nueva globalidad se ve actualizado en cuanto oferente de mano de obra barata y espacios para el turismo o la producción energética, el viejo lema de Blas Infante, Tierra y Libertad, parece estar más vigente que nunca.
Opinión
Opinión Los discursos belicistas matan
Debemos recordar que los lobbies armamentísticos siempre han encontrado en el temor y la inseguridad un motor de expansión económica.
Raúl Quintana
16/9/2017 16:29

Estupendo artículo. Gracias!!!

0
0
#92
15/9/2017 18:46

Gabriela, siempre te leo, porque tu forma de vivir la encuentro exótica, una vida de aventuras y convicciones.

"Pero segui muriendome de celos", y tan poco que nos cuentas de eso :( Tienes que hacer un artículo explayando aquello ¡Porfavor!.

¡Saludos!

0
0
Anónima?, bueno a veces sé quién soy
13/9/2017 20:15

Tentaciones en un acuario ...

2
0
Dependencia
Dependencia Los cuidados necesitarán entre 300.000 y 600.000 trabajadores más en cinco años
Las empleadas de residencias y ayuda a domicilio reclaman mejoras en esas nuevas plazas. “Debemos tener un sistema de cuidados universal y público, debe ser un derecho y no un negocio”, piden desde el sindicato ELA.
Precariedad laboral
Precariedad Voluntariado en el sector social: un monstruo con tres cabezas
La precarización del sector social es algo de lo que se viene hablando cada vez más en los últimos años, pero es un hecho que lleva conviviendo con nosotras mucho tiempo, y que es consecuencia de varios factores.
Cómic
Cómic Un gran poder conlleva una gran responsabilidad: ¿los superhéroes de cómic son de derechas o de izquierdas?
¿Encarna Superman a la socialdemocracia liberal, es Batman un militante anarcocapitalista y el Capitán América la bandera del nacionalismo? La respuesta no es tan sencilla si se repasa la historia del género.
Memoria histórica
Manuel Pérez, ‘camarada Arenas’, tras salir de prisión “Cordón trató de escaparse, se cayó y se mató”
El militante histórico del PCE reconstituido y, según la Justicia, líder de los Grapo, mantiene su inocencia en todos los casos que le han llevado a pasar 32 años en prisión.
México
México El Coyul, un ejemplo de resistencia indígena frente al despojo en el Istmo de Oaxaca
La Sociedad Agrícola y Ganadera El Coyul continúa apelando la sentencia por despojo agravado y secuestro interpuesta a 21 de sus miembros

Últimas

Sevilla
Proyectos estratégicos Ilegalidades pasadas y peligros futuros de la mina que la Unión Europea quiere revivir en Sevilla
Las Cruces tiene un historial de más de 6,5 millones de euros en sanciones e indemnizaciones por extracciones ilegales de agua. El espaldarazo de la UE y del Gobierno al proyecto podría empeorar los vertidos que ya realiza la mina en el Guadalquivir.
Salario mínimo
Salario mínimo PSOE y Sumar llegan a un acuerdo para que el SMI no tribute el IRPF
Pese a adelantar la ministra de Trabajo que se habían roto las negociaciones, finalmente las personas que cobren el salario mínimo no tendrán que declarar en 2025.
Comunidad de Madrid
Comunidad de madrid El taxi advierte de que las nuevas licencias a Cabify van a “reventar el mercado”
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid da la razón a las plataformas de VTC y obliga a la Comunidad de Madrid a concederles más de 2500 nuevas licencias en la comunidad.
Comunidad de Madrid
Sanidad Universal Sociedades sanitarias critican el SMS amenazante que el Gobierno de Ayuso está enviando a personas migrantes
Cuatro sociedades científicas denuncian un texto amenazante en el que se indica al destinatario que dispone de 30 días para seguir de alta en la Tarjeta Sanitaria, lo que está generando “incertidumbre” y “desprotección”.
Economía
IPC La inflación interanual cae hasta el 2,3% en marzo gracias a las lluvias
Las precipitaciones han reducido el precio de la electricidad.La subyacente también se reduce dos décimas hasta situarse en el 2%.
Notas a pie de página
Notas a pie de página Mansiones encantadas y casas sin cocina
La casa encantada como símbolo de la opresión del espacio doméstico recorre la literatura de muchas escritoras. Pero hubo un tiempo en el que algunas feministas trataron de imaginar otro hogar posible, en el que se liberase el trabajo doméstico.
Más noticias
Opinión
Opinión Sobre la cancelación de Georgina Orellano en el Foro ESPAL 2025
La cancelación de Georgina redunda en esta incapacidad para escuchar a las trabajadoras sexuales y en el pánico que tienen de que se las escuche. Denota inmadurez política, cerrazón dialéctica y pacatería moral.

Recomendadas

América del Sur
América del Sur La batalla por el litio: pueblos originarios resisten un “genocidio medioambiental y cultural”
Sudamérica se ha convertido en la proveedora mundial de materias primas para la transición energética. Las comunidades afectadas se rebelan ante una actividad que genera desposesión de tierras, contaminación, sequía y conflictos internos.
El Salvador
Ivania Cruz “El estado de excepción se está utilizando en El Salvador para gobernar en base al miedo”
A esta defensora de derechos humanos y comunitarios le allanaron su casa mientras se encontraba en un viaje internacional. Desde el exterior, denuncia la persecución del gobierno salvadoreño hacia su organización y hacia las comunidades que defiende.
Yemayá Revista
México Sobrevivir en la frontera: el cuerpo como moneda de cambio
En Tapachula, punto clave de la frontera sur de México, miles de mujeres migrantes permanecen atrapadas sin poder seguir su camino hacia Estados Unidos.