We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Medio ambiente
El milagro de Sustrai
La fundación Sustrai cumple doce años de lucha autónoma contra estructuras nocivas para el medio ambiente.
En algún momento de hace doce años, se juntaron miembros de la plataforma de la
Ribera a favor del tren público y social, de la iniciativa popular contra las centrales térmicas, y del movimiento contra el TAV. Y comprobaron que no se daban las condiciones para dar la batalla en el frente técnico y jurídico. Vieron que aquello exigía labores puntuales muy intensas, tanto preventivas como de seguimiento, y que los procesos podían extenderse durante años. Y de ahí nació la Fundación Sustrai: una herramienta autónoma del movimiento para luchar contra las infraestructuras nocivas con el medio ambiente.
Que sepamos, no hay entidades similares en el resto del Estado español, porque hablamos de una estructura que se sostiene con el compromiso altruista, las aportaciones económicas individuales, y el asesoramiento a municipios pequeños y a alguna que otra mancomunidad. Un equipo de activistas que ha pleiteado en decenas de contenciosos contra el Estado, contra el Gobierno de Navarra, contra multinacionales extractivistas, y contra eléctricas y grandes constructoras. Y que ha ganado varios juicios en los casos de las centrales térmicas de Castejón, la estación de Echavacoiz, o las declaraciones de impacto ambiental de algunos de los trazados del TAV en Navarra. O que, además, elabora informes, como La Alta Velocidad ferroviaria y el transporte de mercancías, publicado este mismo mes de diciembre, y en el que se desmenuzan los obstáculos técnicos, logísticos y económicos que convierten el llamado Tren de Alta Capacidad español en una entelequia.
Pero es que, además, Sustrai no modula su mirada anticapitalista en aras a un bien superior. Por eso, cuando les llaman de una zona en la que la administración de turno quiere instalar un nuevo vertedero, apoyan al vecindario y le dan cobertura gratuita pero no “para impedir que pongan este vertedero en nuestro pueblo”, sino “para proponer un modelo de gestión de residuos alternativo para toda la comarca”. La apuesta, en definitiva, no pasa por ganar juicios, sino por construir alternativas para otro modelo medioambiental, social y económico.