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Racismo
Por un futuro sin racismo
El 21 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Es el aniversario de la manifestación que el 21 de marzo de 1960 se produjo contra las leyes racistas en Sharpeville (Sudáfrica) y en la que fueron asesinadas 69 personas.
Es obvio que desde entonces se han producido avances importantes pero indudablemente aún queda mucho por hacer. Europa y España disponen de una batería amplia de medidas de todo tipo (leyes, normas, acuerdos, comisiones, organismos …) para combatir el racismo. Por mencionar dos de los más recientes, se dispone del Plan de Acción de la Unión Europea Antirracismo para 2020-2025 en el que se reconoce la existencia del racismo estructural que está arraigado en nuestra cultura, instituciones y sociedad. En 2022 se dicta una resolución del Parlamento Europeo sobre justicia racial, no discriminación y antirracismo en la Unión. En el mismo año, en España se publica la Ley Integral para la Igualdad de Trato y no Discriminación, que modifica algunos artículos del código penal para perseguir los delitos de odio. Por su parte, el Ministerio de Igualdad, a través del Consejo para la Eliminación de la Discriminación racial o étnica (CEDRE), cuenta con el servicio de asistencia a víctimas de discriminación por origen racial o étnico. De manera adicional, para luchar contra el racismo y la discriminación racial y para dar a conocer este servicio, se puso en marcha en 2023 la campaña institucional “Sí es Racismo”.
Racismo
Racismo Para todas las personas, todos los derechos, todos los días
Sin embargo, todo ello contrasta con el clima político que se vive en Europa. Asistimos a un ascenso de los partidos de ultraderecha que comparten su política antiinmigración y su crítica a las políticas de integración a través de la defensa de una identidad nacional que consideran en peligro.
El demógrafo Andreu Domingo habla de un proceso generalizado de “lepenización”. Es decir, de deriva hacia argumentos y estrategias propias de la extrema derecha. Así, todos los países de la UE están endureciendo sus políticas migratorias: Gran Bretaña, Alemania, Francia, Holanda…En un momento de crisis global y sensación de inseguridad, las elecciones a la Eurocámara, que se celebran el próximo mes de junio, son un momento importante para el futuro de la UE. Las encuestas indican la centralidad de la inmigración junto con la crisis climática entre las preocupaciones principales de la población. Y estas serán decisivas en la orientación del voto. Por ello, estas elecciones se presentan como una oportunidad para los partidos de extrema derecha para convertirse en fuerza determinante en el Parlamento Europeo.
Como dice Donatella Di Cesare, estamos construyendo “una democracia inmunitaria”, donde inmunizarse es anestesiarse frente a los sufrimientos del “otro”El ejemplo más evidente de esta deriva es la firma del Pacto de Inmigración y Asilo, también conocido como el pacto de la vergüenza, cuyas medidas son claramente regresivas, no están orientadas por el respeto de los Derechos Humanos, sino que, con la excusa de proteger a las poblaciones europeas, se deshumaniza a las personas migrantes, convirtiéndolos en enemigos e incitando al odio y al racismo. Es lo que podríamos llamar racismo institucional. Como dice Donatella Di Cesare, estamos construyendo “una democracia inmunitaria”, donde inmunizarse es anestesiarse frente a los sufrimientos del “otro”.
Para Wieviorka, el racismo es una manera de gestionar dos lógicas: la de inferiorización y la de diferenciación. La relación entre estas dos lógicas es cambiante y dependiendo de ello pueden dar lugar a diferentes expresiones de racismo, desde las más brutales a otras más suaves. Dependiendo de si prima una u otra lógica hablamos de una expresión más social o más relacionada con la cuestión nacional o comunitaria. Hoy parece que estaríamos en este segundo caso. Cuando la identidad nacional se ve peligrar provoca un endurecimiento sobre la base de un principio racial exteriorizándose en la búsqueda de chivos expiatorios, las personas migrantes.
Sin embargo, como indican de manera reiterada diversos estudios, entre las principales preocupaciones de la sociedad española no suelen estar los asuntos relacionados con la inmigración. Este rasgo diferencial parece estar relacionado con el consenso político entre los partidos, instituciones y medios de comunicación para no legitimar la expresión de discursos y propuestas antiinmigrantes. Todo esto ha cambiado con la llegada de partidos de extrema derecha a las instituciones que han normalizado opiniones xenófobas que antes tenían más recelos para expresarse.
Las personas de origen extranjero ocupan los escalones más bajos de la sociedad en todos los ámbitos que se analicen: en el mercado laboral, en el ámbito educativo, en el acceso a la vivienda...
A pesar de todo, la presencia de rasgos discriminatorios en nuestras sociedades son persistentes. Las personas de origen extranjero ocupan los escalones más bajos de la sociedad en todos los ámbitos que se analicen: en el mercado laboral, en el ámbito educativo, en el acceso a la vivienda, etc. En el caso de la gente joven, las paradas policiales arbitrarias, acoso, burlas, insultos en las redes… aparecen de manera continuada año tras año. Por otra parte, el Ministerio del Interior registró en 2023 un total de 1.606 incidentes por delitos de odio (más que el año anterior), la mayoría de los incidentes, 604, están relacionados con el racismo y la xenofobia.
Ante esta realidad, las iniciativas de denuncia y sensibilización contra el racismo necesitan cambiar las narrativas tradicionales así como la orientación para profundizar de forma más efectiva en una estrategia preventiva. Nuestra juventud, que es minoritariamente racista, puede conseguir que las actitudes racistas sigan disminuyendo y alumbrando un futuro donde el racismo sea residual. Trabajar con la juventud para evitar conductas racistas en el futuro es fundamental.
Hay algunas señales que nos dicen cómo podemos prevenir comportamientos racistas y qué hacer para ello. Sabemos que hay una fuerte asociación entre haber sufrido comportamientos discriminatorios y reproducirlos en el futuro. También sabemos que tener amigos de origen étnico diferente, tener referentes antirracistas como artistas, músicos… actúan como la mejor vacuna contra el racismo. Y lo mismo ocurre al revés pero en sentido inverso. También sabemos que una manera de superar la lógica del “nosotros” y “ellos” es trabajar para que los jóvenes desarrollen identidades compartidas y lo podemos hacer con la educación en valores transversales (feminismo, diversidad, igualdad…) que son valores mayoritariamente aceptados por los jóvenes independientemente de su origen.Gestionar la diversidad desde una perspectiva intercultural es un reto complejo pero esencial para nuestras sociedades. Se necesitan medidas que vayan más allá de la lucha contra los estereotipos y abunden en la creación de nuevos relatos y narrativas que normalicen el “nosotros” común y diverso que ya somos, que propicien experiencias de contacto y conocimiento mutuo significativo en contextos locales y próximos como el mejor camino para conseguir avanzar hacia una sociedad más integradora y cohesionada.