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Racismo
Para todas las personas, todos los derechos, todos los días
La discriminación racial, por definición, es el odio hacia otra persona o grupo de personas por tener cualidades o características distintas. En muchas ocasiones el motivo de la discriminación es el miedo, el desconocimiento o los prejuicios. La discriminación racial no solo se encuentran en los grandes gestos fáciles de identificar, la discriminación racial habita en pequeñas acciones, que en muchas ocasiones se realizan sin ser conscientes.
La eliminación de la discriminación racial y de cualquier otra forma de discriminación debe ser una prioridad para sociedades y gobiernos. La eliminación de la discriminación racial no se consigue con campañas y palabras que sirvan simplemente para hacer check en listas de tareas, no puede conseguirse sin hechos, sin prácticas transversales antirracistas, decoloniales y antifascistas que permitan que la sociedad en la que habitamos sean un lugar seguro para todas.
Todas las personas nacemos dignas y no es a través de un trabajo o de un papel que nos califique como “legales o regulares”
Todas las personas nacemos dignas y no es a través de un trabajo o de un papel que nos califique como “legales o regulares”. Sin embargo, estamos plagadas de discursos coloniales, homogeneizadores, asimilacionistas, morales y blancos, que día a día desde el paternalismo promueven una inclusión de revista, es decir, poco real.
La discriminación racial, ha sido y sigue siendo una realidad que somete a cuerpos, que esclaviza, precariza y explota, que justifica la relación de poder de unos sobre otros, el saqueo constante por parte de los países ricos, la explotación de sus recursos naturales y el extractivismo de su cultura. Es una constante colonial que no cesa y que se recrea en diversas formas en este sistema depredador.
Una no se despierta de un día para el otro teniendo claro el propio colonialismo o el racismo interno, es un trabajo constante
Y, ¿qué podemos hacer? La respuesta no es simple ni tampoco fácil, pero sí es necesaria. Una no se despierta de un día para el otro teniendo claro el propio colonialismo o el racismo interno, es un trabajo constante. Entablar relación con otras personas que lo experimentan a diario, enfrentarte a situaciones distintas, complejas y dolorosas, es necesario para abrir los ojos.
Colaborar con la justicia y la no discriminación es también traicionar la blanquitud, cuestionar los privilegios, insistir en la conciencia de clase, reconocer la enorme riqueza de los pueblos ahora empobrecidos, su aporte actual y su legado. Es estar abierta a la crítica, a recibirlas y a tener la valentía de afrontarlas para crecer. Es fraguar mundos posibles junto a otras, es mirar, escuchar, sentir, aprender a callar frente a la otra cuando sea necesario y a alzar la voz cuando otras sean silenciadas. Es ser cómplice de la voluntad de vida que permite que las personas insistan, resistan y re-existan en el lugar donde decidan encontrar un lugar para estar y ser quienes quieran ser.
En Calala sabemos que aún nos queda mucho camino por recorrer y que este proceso no está exento de desafíos. Pero estamos profundamente comprometidas en seguir cuestionando nuestra forma de ver el mundo, nuestras propias creencias y nuestra forma de actuar y trabajar. También sabemos que somos un pequeño grano de arena en el sector filantrópico y que necesitamos que se sumen muchos más. Estamos convencidas de que, para que la filantropía contribuya a la construcción de un mundo justo, es necesario que todas recorramos juntas este camino.
Para todas las personas, todos los derechos, todos los días.