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Banco Central Europeo (BCE)
De cómo la candidatura de De Guindos resolvió la formación de gobierno en Alemania
Hoy nos hemos levantado con la polémica en los medios sobre la ‘falta de apoyo’ de los eurodiputados españoles a la candidatura de Luis de Guindos para la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE) en el Parlamento Europeo (PE).
Pero dicha información no es del todo cierta por varios motivos. El Parlamento Europeo no ha votado nada, la noticia proviene de un encuentro convocado por el presidente de la Comisión de Asuntos Económicos del PE, el socialista Roberto Gualtieri, para ‘conocer’ las candidaturas a la vicepresidencia del BCE. Una cita criticada, con razón, por su opacidad, poca anticipación, preparación y transparencia.
Lamentablemente, y a pesar de ser la única institución democrática, el Parlamento Europeo no tiene mucho que decir sobre este tipo de cargos, es este lunes 19 de febrero en la reunión del Eurogrupo, un grupo informal que supuestamente no toma decisiones, cuando se deja la cuestión atada para que luego se valide en el Consejo Europeo, el 22 y 23 de marzo.
Siguiente detalle. Según varias fuentes de esta reunión, parece que De Guindos hizo el ridículo en comparación con el irlandés, el director del Banco Central irlandés Phillip Lane, un representante de un paraíso fiscal que hoy tanto indigna al Partido Popular pero que hace poco votó en contra, en esta misma cámara, de incluir a Irlanda en la lista de paraísos fiscales junto a Malta o Luxemburgo.
Aunque esta reunión fue a puerta cerrada y se pidiera expresamente a las y los diputados medidas inusitadas para garantizar su confidencialidad, por la noche varios medios de comunicación transmitieron que la reunión tuvo un alto grado de tensión. Al final, la mayoría de los diputados presentes manifestaron preferir el perfil del contrincante de De Guindos, quien simplemente se bastó con defender su papel al frente de la economía española y destacar el lugar de “alumno aventajado” en lo que se refiere a la aplicación de reformas estructurales y medidas de austeridad. El ministro de Economía español tuvo que hacer frente a las críticas de la mayoría de grupos parlamentarios y sólo pudo obtener el apoyo del grupo popular europeo. Y sin embargo, y esto es lo más importante, aún con el informe desfavorable De Guindos parte como favorito para que el Consejo Europeo le otorgue la vicepresidencia del BCE.
Tratos en el seno del Gobierno alemán
La razón de este hecho se encuentra en las negociaciones para la formación de un nuevo gobierno en Alemania. Tras más de dos meses de negociación entre la CDU y el SPD para reeditar la Gran Coalición, el pasado 8 de febrero ambos partidos anunciaron un acuerdo de gobierno. Las presiones sufridas durante las once semanas de negociación han sido terribles. Ante la debilidad de Angela Merkel en el seno CDU, el SPD ha jugado sus cartas para conseguir carteras importantes tales como las de exteriores, justicia, empleo, y sobre todo, finanzas. A cambio, se prevé que pagará un alto coste electoral, situándose en las últimas encuestas en lo que sería su peor resultado en 130 años, un 16,5%, a sólo 1,5% de ventaja de la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD). Sin embargo, la situación del SPD en las negociaciones no era ni de lejos lo suficientemente ventajosa como para que la CDU perdiese el control del ministerio que hasta ahora había sido clave, tanto en Alemania como a escala europea: finanzas. Es ahí donde entra en juego la candidatura de De Guindos.
Una hipótesis que nos permite comprender el acuerdo es la de un apoyo del SPD a un candidato presentado por la CDU para presidir el BCE en 2019. Una posición que podría compensar la pérdida del ministerio de finanzas. Por el momento, el principal favorito sería el presidente del Bundesbank Jens Weidmann, ortodoxo en materia monetaria y fuerte defensor de los intereses de los capitales financieros alemanes. Pero claro, para eso se necesitan aliados en el Consejo Europeo, quien es el que finalmente elige al presidente el BCE. Y ahí el apoyo de Rajoy puede ser fundamental.
Para que el candidato del CDU presida el BCE necesitan aliados en el Consejo Europeo y ahí el apoyo de Rajoy puede ser fundamental
El visto bueno a la candidatura de De Guindos en el próximo Consejo Europeo del 22 y 23 de marzo sería, por una parte, una recompensa a la fidelidad en materia de las políticas neoliberales más estrictas y, al mismo tiempo, un “quid-pro-quo” en el cual, mientras Alemania se aseguraría el control del BCE, España volvería a tener un lugar en él, aún a expensas de tener que asumir nuevos ajustes.
Lo expuesto sobre el marco de estas negociaciones saca a la luz, una vez más, que los pactos entre clases dominantes se basan en relaciones profundamente asimétricas entre los países europeos. Unas relaciones que quedan lejos de todas las promesas de integración armoniosa de “los pueblos europeos” en el seno de la UE. Unas asimetrías que, pese a lo que ciertas críticas plantean, no son fruto de disfuncionamientos o de la usurpación momentánea o eventual del mandato popular. Lo que nos recuerda el “caso De Guindos” es la parte estructural y estructurante que ocupan estas asimetrías en la construcción europea. El hecho de se deba garantizar el cumplimiento de mecanismos como el del límite del déficit o que se garantice el negocio de la deuda son prueba de ello. Al mismo tiempo, el funcionamiento actual de las instituciones europeas genera sus propias contradicciones, poniendo en peligro no sólo su propia existencia con la pujanza de fuerzas de extrema derecha, sino también la vida y las garantías de futuro de millones de personas.
La exacerbación tanto de las relaciones centro-periferia geográficas como de las desigualdades sociales forman parte de los mecanismos de supervivencia de la UE actual. Es esencial partir de la base de que cualquier iniciativa de construcción supranacional (ya sea europea o de otro tipo) que se pretenda democrática debe basarse en principios radicalmente distintos a los juegos de sillones que ‘conocemos’, centrados en las necesidades sociales de los pueblos de Europa.