Hemeroteca Diagonal
“Las revoluciones no violentas han tenido más porcentajes de éxito”

¿Por qué tiene tan buena fama la violencia para solucionar conflictos? Entrevista con Jesús Castañar, autor de ‘Teoría e historia de la revolución noviolenta’
Jesús Castañar Pérez
Jesús Castañar Pérez, autor del libro ‘Teoría e historia de la revolución noviolenta’. Dani Gago
29 mar 2014 13:27

¿Por qué tiene tan buena fama la violencia para solucionar conflictos?
La violencia es una forma de acción, política o social, que aparentemente tiene una gran efectividad en los niveles de acción instrumental, comunicativo o de negociación, que se puede ejercer con poca capacidad organizacional y sin plantear cuestiones incómodas sobre la propia naturaleza del conflicto. La efectividad instrumental de la violencia es sólo aparente porque una lucha de resistencia debe enfrentarse asimétricamente a la violencia del oponente, que dispondrá de infinidad de medios violentos con mayor capacidad de destrucción.

La acción violenta atrae a los que buscan una respuesta rápida y enérgica contra la injusticia, pero cual­quier respuesta, para que sea realmente duradera, tiene que ser meditada y consensuada por la sociedad. No hay otra forma, pues de otra manera necesitará de más violencia para perpetuarse.

Dicen los clásicos que una revolución violenta engendrará una sociedad violenta. ¿Pero es realmente posible una revolución noviolenta?
No sólo es posible una revolución noviolenta, sino que históricamente han tenido mayores porcentajes de éxito. Según las estadísticas de las investigadoras Maria Stephan y Erika Chenoweth, durante el siglo XX las revoluciones noviolentas han triunfado en un 60% y las revoluciones violentas tan sólo en un 30%.

Cuando la sociedad, el pueblo, se alce pacíficamente, cuando el planeta se pare... ¿se entregarán los terratenientes y los magnates?
Usar la acción noviolenta no significa que no haya que enfrentarse a estrategias de represión violenta, sino que las estrategias que se van a emplear contra esa represión violenta van a ser noviolentas de cara a maximizar la efectividad de la lucha. Al usar estrategias noviolentas se podrá minimizar el efecto de la represión al deslegitimarla públicamente. También permitirá que se movilice un mayor número de personas de dos formas diferentes. Por un lado, dotarán de legitimidad a las movilizaciones al no poder ser consideradas como origen de la violencia, y por otro lado, si se realizan de forma imaginativa, las estrategias noviolentas pueden evitar la exposición a la represión, usando boicots, huelgas y otros actos de no colaboración. La mejor manera de defenderse de la represión es mediante el empleo de técnicas noviolentas que la deslegitimen y, por tanto, debiliten a quien las pone en marcha, por lo que es la mejor manera de luchar por la revolución social. Dado que es dudoso que el oponente ceda a las demandas de cambio por iniciativa propia, se precisa el uso conjunto de técnicas de coerción junto con técnicas de persuasión, que logran forzar a negociar al que no quiere negociar porque le arrebata las fuentes de su poder, que emanan de los diferentes colectivos que le apoyan y colaboran con él, directa o indirectamente.

¿El uso o no de la violencia es un debate propio de la izquierda?
La izquierda se distingue de la derecha precisamente por plan­tear la acción política desde planteamientos éticos, por lo que es lógico que produzca este tipo de debates. Por otro lado, el monopolio de la violencia legítima es una de las prerrogativas de las que se ha apropiado el Estado. Debemos mentalizarnos de que los ejércitos y policías armados no defienden a las personas, sino al sistema, que distribuye arbitrariamente los recursos del planeta y permite la apropiación de recursos colectivos por parte de ciertas élites de privilegiados poderosos.

¿Hay actualmente luchas como las que describes en tu libro?
En este momento están sucediendo muchas resistencias noviolentas a lo largo de los cinco continentes. Algunas son pequeñas y locales, pero otras están muy consolidadas y están logrando transformar las realidades en las que se desarrollan. Por ejemplo, en Co­lom­bia hay un gran movimiento de comunidades campesinas e indígenas que, utilizando formas de resistencia noviolenta, han plantado cara a las guerrillas, el Ejército y los paramilitares, creando alternativas al conflicto armado, y esas luchas están inspirando movimientos campesinos en todo el continente americano.

Uno de los primeros cambios que tenemos que hacer es cuestionarnos las relaciones de género patriarcales

Los casos de Libia y Siria muestran como esos movimientos noviolentos pueden ser cooptados para transformarse en luchas armadas que defiendan los intereses de terceros. Ucrania es otro claro ejemplo en el cual las movilizaciones noviolentas se están militarizando y, por tanto, se están apropiando de ellas sectores con intereses particulares. Sin embargo, es en el Estado español donde estamos asistiendo a una de las mayores movilizaciones contem­po­rá­neas que, aunque todavía tarde décadas en fructificar, ha producido una renovación general en la forma de entender la movilización, proceso que había tenido lugar en otros países en torno a las movilizaciones del año 68 y que está expandiendo el asamblearismo a otros ámbitos sociales.

¿Cuál es el papel de las mujeres en todas estas luchas y por qué está tan silenciada una intervención que es fundamental?
Está claro que un movimiento que tenga en cuenta los aspectos de dominación de género denunciados por los movimientos feministas facilitará la incorporación no sólo de más mujeres, sino de otras muchas personas que no se sienten cómodas en ambientes patriarcales en los que se las excluye de la toma de decisiones o se les brinda formas de participación carentes de poder. Los movimientos noviolentos, al contrario que los grupos armados y de resistencia civil violenta, se han de preocupar por la reflexión de género porque para su resultado final será imprescindible la mayor implicación posible de personas, pero también por propia coherencia entre el fin que se demanda y la forma de conseguirlo. La lucha es una forma de ensayar el nuevo tipo de relaciones sociales que queremos crear, por lo que las organizaciones violentas que se preparan para la lucha armada o la revuelta civil no tienen nada que proponer al respecto de la gestión de conflictos interpersonales que denuncia la teoría feminista, todo lo contrario, aceptan muchas veces valores patriarcales e incluso los exaltan. Si en algunos movimientos se silencia el papel de las mujeres probablemente será porque no tienen en cuenta estas reflexiones estratégicas básicas y los machos dominantes tienen más interés en cuestiones de orgullo y estatus personal que en el proceso de inclusión colectiva necesario para el triunfo. Es uno de los primeros cambios personales que tenemos que hacer, cuestionarnos las relaciones de género patriarcales y asumir que tanto hombres como mujeres participamos de las mismas en mayor o menor medida. Sólo así podremos modificarlas, primero en nuestra lucha, luego en el resto de la sociedad.

La noviolencia funciona. ¿Qué más hay que hacer?
Para avanzar hacia la revolución democrática necesaria sólo hace falta saber lo que se quiere y estar de acuerdo en cómo lograrlo. Es necesario tener un objetivo común, unitario y, por tanto, de mínimos, para que pueda ser incluyente y motivar a participar a gente como nuestras responsables madres, nues­tros primos pijos o nuestras hermanas punkis. Y también es necesario un consenso en torno a las formas de movilización, que deben ser algo más que pacíficas, deben ser disruptivas y transgresoras para que puedan ejercer una coerción efectiva hacia el poder, pero manteniéndose pacíficas para no perder la legitimidad, pues el que pierde la legitimidad es al final derrotado.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.
Barcelona
Barcelona Activistas de los derechos humanos piden la retención de un barco dispuesto para armar a Israel
La naviera Maersk está transportando estos días componentes para los cazas F-35. El Estatuto de Roma sobre genocidio contempla acciones legales contra las empresas que favorecen las masacres.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.

Últimas

Eventos
Taller de podcast El Salto invita a estudiantes a explorar las posibilidades del formato audiovisual
Proponemos un taller de guion y producción de programas para estudiantes de comunicación y periodismo los días 24 de abril y 8 de mayo.
Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Laboral
Laboral El sindicato ELA alerta sobre la salud mental de las trabajadoras en intervención social
“Somos un instrumento de contención porque tratamos con población muy dañada, estamos en mitad del sándwich”, explica la educadora social Vanesa Núñez Moran.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.
República del Sudán
Sudán Cara a. Un Sudán en guerra
Se cumplen dos años de una guerra que ya deja más de 13 millones de personas desplazadas y más de ocho millones de sudaneses al borde de la inanición.
Palestina
Palestina La UE apoya a Palestina con 1.600 millones de euros más pero sin entrar en la situación de Gaza
Los ministros de Exteriores europeos, que se han reunido en la mañana del 14 de abril con la Autoridad Nacional Palestina en Luxemburgo, no aumentan las sanciones contra Israel.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
Andalucía
Memoria histórica La inanición de la memoria andaluza
Las políticas públicas de memoria en Andalucía se encuentran en un estado de paralización que pone en duda la voluntad de la Junta por la reparación efectiva.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y lo saca de parrilla tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.