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Mientras la Oficina Central Palestina de Estadísticas (PCBS) anunciaba, el último día de 2024, que la población de la Franja de Gaza había disminuido en un 6% a finales de ese año, debido a la continua guerra genocida israelí y al desplazamiento forzoso fuera de ella, la Autoridad Palestina insiste en tener su propia contribución a esta horrible cifra. La vida del pueblo palestino en Cisjordania se ha convertido en un infierno a través de las prácticas de sus servicios de seguridad, que se han intensificado para llenar los vacíos que las fuerzas sionistas y el racismo de los colonos y sus patrocinadores no podían cubrir, actuando como el brazo ejecutor que alcanza a cada valiente luchador cuando las fuerzas del ejército sionista no logran llegar.
No se puede evitar detenerse en las acciones de la Autoridad Palestina (AP) en Jenín, Tulkarem y otras localidades, que han confirmado nuevamente que es un lobo dormido esperando a que el estado nazi haga sonar la campana para comenzar su labor de opresión y abuso contra la gente de su propio pueblo. Estas acciones no solo prolongan el sufrimiento del pueblo palestino, sino que lo extienden durante años.
La Autoridad Palestina sabe bien que los crímenes de la ocupación, ya sea en términos de tierra usurpada, vidas perdidas o libertades destruidas, han aumentado significativamente durante su mandato
Es triste y horroroso que un movimiento de liberación se convierta en un garrote en manos de los ocupantes invasores. Es un colapso trágico que desafía la lógica, especialmente cuando las organizaciones, incluida la principal, Fatah, se convierten en cómplices de estas prácticas, ya sea mediante su participación directa, su silencio o su contribución a la perpetuación de esta destrucción y su temerario avance sin siquiera una palabra de protesta.
Anteriormente, los sionistas mataron a la brillante periodista Shireen Abu Aqleh en Yenín con una bala de francotirador, y hoy los servicios de seguridad de la Autoridad Palestina matan a la periodista Shatha al-Sabbagh con otra bala de francotirador. No podemos llamar a este tirador “palestino”, ya que no merece ese título, al igual que no lo merecen aquellos que cargaron su rifle y le dieron las órdenes de convertir a Tulkarem y Jenín, símbolos de resistencia, en uno de los campos de exterminio, mientras el pueblo intenta romper el cerco sobre sus hijos combatientes.
No acusaremos a la AP de ignorancia, mientras está puliendo su papel en Cisjordania como preparación para su papel en Gaza en su operación militar a gran escala “¡Proteger una patria!”. No, son plenamente conscientes de los peligros de sus actos. Sabemos que una de las razones de su existencia se basa en crear un enemigo interno para justificar la supuesta protección del pueblo. Este enemigo, irónicamente, son los valientes luchadores de este pueblo. Al mismo tiempo, amenaza directa o indirectamente a la población con el destino de Gaza, afirmando que Cisjordania podría sufrir el mismo destino si no se somete a la Autoridad y, por extensión, a la ocupación.
Más aterrador aún es su disposición ilimitada para ejecutar las tareas más sucias para este régimen racista y odioso, tan despreciado por el mundo
La Autoridad Palestina sabe bien que los crímenes de la ocupación, ya sea en términos de tierra usurpada, vidas perdidas o libertades destruidas, han aumentado significativamente durante su mandato en comparación con los tiempos anteriores a su llegada. Su papel en la destrucción de la estructura espiritual, económica y educativa consolidando la dependencia absoluta de la ocupación es lo que está destruyendo implacablemente el sueño palestino y el horizonte palestino. Esto también ha contribuido en gran medida a la retirada del apoyo árabe e internacional a este pueblo, todo lo cual constituye el terreno para el desplazamiento de los palestinos convirtiendo sus vidas en un infierno.
Otra cuestión alarmante es su persistente dependencia del enemigo, insistiendo en probar lo ya probado con una mentalidad corrupta, buscando desesperadamente la aprobación israelí por todos los medios posibles.
Es aterrador que esta Autoridad no haya aprendido nada desde la firma de los malditos Acuerdos de Oslo hasta ahora. Más aterrador aún es su disposición ilimitada para ejecutar las tareas más sucias para este régimen racista y odioso, tan despreciado por el mundo. Empuja a sus fuerzas de seguridad a los callejones de los campamentos y las calles de las ciudades para derramar la sangre de los palestinos.
Al invadir Yenín y el resto de los campamentos y ciudades, están encendiendo las llamas de venganzas personales en la sociedad palestina
Peor aún, son plenamente conscientes de que, a pesar de su presencia, en la pequeña y hermosa Palestina no hay secretos. Al invadir Yenín y el resto de los campamentos y ciudades, están encendiendo las llamas de venganzas personales en la sociedad palestina. El asesino de un combatiente asesinado por un agente de seguridad será identificado por la gente. Esto convierte el asunto en batallas personales entre familias, las de los mártires y las de sus hombres de seguridad, y esto es una espiral de violencia interna que los enemigos del pueblo palestino desean perpetuar.
Es lamentable que muchos escritores promuevan la narrativa de la Autoridad Palestina en su campaña denominada “Protección de la Patria”. Defienden estas acciones, utilizando como pretexto los acontecimientos en Gaza, una excusa similar a la que los intelectuales de regímenes autoritarios en el mundo árabe, que han elevado el silencio por encima de todas las virtudes y el servilismo como único camino de la salvación de los destinos de los países cuyos pueblos han sido aplastados, desde Libia hasta Siria y más allá. Olvidan que estos pueblos árabes siempre han sido aplastados por estos regímenes, a cuya supervivencia se aferran, matando de hambre a sus pueblos y privándoles de cualquier oportunidad de progreso, destruyendo la economía mediante la corrupción, destruyendo la educación mediante la difusión y protección de la ignorancia, borrando la razón, tratando el pensamiento como un enemigo y la esperanza como una intención premeditada de sabotear la patria.
Finalmente, había empezado a escribir este artículo para hablar un poco de tantas cosas que hemos experimentado en este año que nunca será pasado, para que haya espacio en él para muchas cosas que estrujaron el corazón e hirieron el alma. En un tiempo en el que ya no queda arabismo entre los árabes, salvo aquellos que abrazan su dignidad y conciencia; en un tiempo donde no hay honor ni humanidad en los regímenes que dicen representar al “mundo islámico”; en un mundo que se proclama libre pero que no ha perfeccionado nada más que el arte de encadenar más y más las manos de los seres humanos y su humanidad, dondequiera que haya llegado. Un mundo que lanza bombas directamente o las envía a sus aliados tiranos para destruir todas las formas de vida capaces de florecer.
Pero todos esos pensamientos se desvanecieron cuando la Autoridad de Ramallah no solo robó la luz, sino que tomó la oscuridad para lanzarla directamente contra nuestros corazones.
Articulo original publicado en árabe en Al-Quds Al Arabi. Traducido por Jaldía Abubakra
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