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Ganadería
Caciquismo soriano redivivo: de la locura de la bomba atómica a la amenaza de las 23.520 vacas
La algarada que las fuerzas sorianas más reaccionarias e irresponsables han montado para apoyar la macrogranja ―una concentración industrializada de 23.520 vacas de leche― que la empresa navarra Valle de Odieta pretende montar en el municipio de Noviercas y que ella misma califica de “la mayor de Europa”, tiene ese familiar olor de lo ya visto, oído y… rechazado. Un aroma que envuelve a la coalición bien tramada de las fuerzas políticas y económicas locales, provinciales y autonómicas con el inversor ajeno, que engatusa, miente y amenaza a tenor de su poder económico y del vasallaje de la amplia coalición formada para allanarle el camino.
Nada nuevo, en esencia, si recordamos otro tiempo pasado, hace menos de 50 años, con la desolación inevitable de encontrarnos con muy parecido paisaje, hecho de falacias, maniobras y manipulaciones. Y antes como ahora, las fuerzas políticas y económicas aparecen íntimamente vinculadas con las mediáticas para humillar al pueblo y la tierra, sin que la neta estupidez de sus proyectos las haga recapacitar.
Agroecología
Macrogranjas Una pesadilla de leche y mierda
En 1976 la inversión venía del propio Estado, que se resistía a dejar de ser franquista, y al que había que ayudar en sus estertores. Tuvo que ser la minoría activa antinuclear la que opusiera su tenacidad e inteligencia a la locura del Centro de Investigación Nuclear JEN-II (llamado CINSO), en el que el franquismo degradado pretendía construir la bomba atómica española, a despecho de la vigilancia internacional. A ello estaba destinado el reactor rápido regenerador y la planta piloto de tratamiento de combustible irradiado, instalaciones que el proyecto recogía sin ocultación ni disimulo (se añadía otra instalación “para trabajar en fusión”, como elemento que completaría el desvarío).
En esta repetición del escenario histórico, llama la atención la insidiosa información de los medios de comunicación provinciales pegados a la empresa Valle de Odieta y sus intereses, a despecho del inmenso daño que esta prevé ocasionar a la comarca elegida, derivado tanto de las propias dimensiones de la vaquería como de la masiva producción de contaminantes. Si hace casi medio siglo era el periódico (trisemanal) Soria, hogar y pueblo, de un Fidel Carazo indescriptible (pero que este cronista describió, ya lo creo, tras entrevistarlo, para un reportaje, “Soria y el caciquismo nuclear”, publicado en la revista Triunfo con fecha 16-10-1976), ahora el bullicio de la información propagandística aparece en diversos medios, de entre los que hay que destacar El Día de Soria por su estilo y objeto, que parecerían considerar a esa explotación ganadera como negocio propio y clave de supervivencia.
Tuvo que ser la minoría activa antinuclear la que opusiera su tenacidad e inteligencia a la locura del Centro de Investigación Nuclear JEN-II (llamado CINSO), en el que el franquismo degradado pretendía construir la bomba atómica española
Si en su día, Soria, hogar y pueblo era propiedad de Fidel Carazo, alcalde de la capital soriana y procurador en Cortes por el “tercio familiar”, debelador de los opositores antinucleares, pero escasamente peligroso, actualmente El Día de Soria cumple el mismo papel, actualizado y acrecido, a manos sobre todo de su director, Iván Juárez, tan beligerante y provocador como ignorante y malvado: es la tipología del lacayo, exhibida con la debida (y remunerada) devoción.
Fiel voz de su amo, este servil órgano informativo pertenece al conglomerado Promecal, de trece medios extendidos por Castilla y León, así como por Castilla-La Mancha, La Rioja y Navarra, que es utilizado como punta de lanza de los negocios, distribuidos en más de 60 empresas, de su patrón, Antonio Miguel Méndez Pozo, empresario burgalés de la construcción. Méndez Pozo es famoso por haber protagonizado en los años 1990 uno de los primeros grandes escándalos de corrupción urbanístico-municipal en España, que implicó también el alcalde de la capital burgalesa, José María Peña, que concedió licencias al empresario en abierta contradicción con la legalidad urbanística vigente. Un escándalo que acabó con pena de siete años de cárcel para Méndez Pozo, aunque por ciertas circunstancias (todas, sorprendentemente, favorables) sólo cumplió en prisión nueve meses. Esa condena (creo recordar que por “falsificación de documentos públicos y privados”, lo que encaja con la mayor parte de las informaciones con que El Día de Soria pretende llevarse al huerto a la opinión pública soriana) marcó, lo que son las cosas, un despegue espectacular de los negocios de Méndez Pozo, que no ha hecho desde entonces más que incrementar su poder económico y político, al que ha añadido el informativo de sus numerosas cabeceras. Así que El Jefe, como es denominado en ese mundo en el que medra y prospera, sigue cabalgando hacia los mismos horizontes en los que se enmarca desde siempre.
Medio rural
Ganadería El boom de las macrogranjas se agudiza en 2021: “Se llevan el dinero y nos dejan la mierda”
En este lamentable panorama, en el que los grupos opositores al proyecto se las ven y se las desean para que su voz tenga eco en estos medios, el frente pro-vaquería se ha topado con un obstáculo administrativa y legalmente insalvable, que es la negativa de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD, dependiente del Gobierno de Madrid) a conceder el uso del agua del acuífero Borobia-Araviana, al sur del Moncayo, debido a su escasez, al riesgo de contaminación y a la prioridad de otros usos y destinatarios. Esto tiene de los nervios a tan desvergonzada coalición, que se dice dispuesta a torcer el brazo de la CHD y doblegar tan estratégico obstáculo. Uno de los episodios más vergonzantes de esta ofensiva ha sido la iniciativa anunciada por el presidente de la Diputación Provincial de Soria, Benito Serrano Mata que, alterado por el agravio que él y su institución deben sentir, ha exigido entrevistarse con los responsables de la CHD, con la piadosa intención de hacerles volver sobre su decisión y dejar expedito el camino de la granja (en sintonía con sus amigos de Valle de Odieta, que se dicen dispuestos a recurrir esa decisión negativa, que bloquea su inversión).
El gigantismo de las 23.520 vacas es rechazado tajantemente por los opositores y el propio Ministerio de Agricultura ha decidido aprobar un decreto que limite a 750 cabezas vacunas las futuras granjas
Un espectáculo, como puede verse, de maniobras y necedades que indigna al ciudadano avisado que, entre otras cosas, comprobará cómo se mantienen los lazos entre los poderes de la España negra, desierta, pobre y marginada, a la que se le añade este caciquismo de viejo cuño, adaptado sin embargo para dejar sentir su presencia, casposa y tétrica, en los tiempos que corren… Y ahí vemos, coaligados en tan pecaminosa causa, a los responsables de Gobierno autonómico de Castilla y León, que proclaman que todos sus informes ambientales son positivos, con los líderes de ASAJA, que nos recuerdan el trecho de traiciones recorrido desde que esta organización fuera reivindicativa y pensara en el campo y su rejuvenecimiento.
Es este un enfrentamiento total, en tiempo de farsa ecológica y suelta generosa de todo tipo de intereses económicos, muy especialmente los informativos que, abusando de su dependencia del dinero, conculcan la verdad, la decencia y el futuro. Claro que sí: si el gigantismo de las 23.520 vacas es rechazado tajantemente por los opositores y el propio Ministerio de Agricultura ha decidido aprobar un decreto que limite a 750 cabezas vacunas las futuras granjas, la coalición contesta defendiendo las economías de escala y la productividad, que es todo lo que va en contra del medio ambiente y de los pequeños ganaderos. Si se acusa al proyecto de entrañar más y más desertización, al ir directamente contra la existencia de los pequeños y medianos ganaderos, la coalición ―una vez más abanderada por el trepidante clarín de El Día de Soria― responde calificando como agravio a la España vacía, pretendiendo trastocar los hechos y la lógica. Y si la Unión Europea advierte y encausa a España por contaminar los acuíferos con nitratos en amplias áreas del país, la coalición responde que esa granja es perfecta, y que ni envenenará las aguas con nitratos ni emitirá metano a la atmosfera: promesas a las que tantos estamos acostumbrados desde hace años y que ni se cumplen ni se pagan cuando se falta a ellas (y por eso son tan fáciles y baratas).
Y es que, sí, se trata ni más ni menos de un enfrentamiento homérico, belicoso y legendario, que repite el ambiente ya vivido en los años 1970 y que, por eso mismo, indigna y desespera. Quizás sea la turbulenta ofensiva mediática un dato que empeore la situación que planteaba en la pugna nuclear el monopólico y tremebundo Soria, Hogar y Pueblo, cuyo dueño, Carazo, no dejaba de ser un defensor exótico y mesiánico, porque ahora el pulso se sostiene con un complejo empresarial-informativo de mayor potencia y capacidad puesto que lo mueven intereses que no son informativos.
Parece legítimo preguntarse si la desgracia de muchas de nuestras tierras y paisajes no es consecuencia directa, en gran medida e innumerables casos, de la estupidez y la estulticia de políticos e instituciones de pensar tosco e ideales romos
Pero la novedad positiva, respecto a entonces, es esencialmente que la Administración del Estado, a través de la CHD, se ha tomado en serio el cuidado y buena gestión de las aguas subterráneas, sometidas a un generalizado acoso, ya que la violación sistemática ―de objetivo y articulado― de la Ley de Aguas se ha convertido en un deporte alegre repetidamente practicado por la agricultura y la ganadería intensivas, que ya son actividades que deben considerarse como “extractivas” de recursos escasos y sensibles, más que productivas; y eso se tiene que acabar.
Como reflexión final (aunque provisional, desde luego), parece legítimo preguntarse si la desgracia de muchas de nuestras tierras y paisajes no es consecuencia directa, en gran medida e innumerables casos, de la estupidez y la estulticia de políticos e instituciones de pensar tosco e ideales romos que, aunque pase el tiempo, no son capaces de interrogarse sobre la “afinidad” de proyectos espectaculares, nada inocentes (como el Centro Nuclear o la macrogranja), por territorios marginales socioeconómicamente; ni se detienen en analizar por qué Valle de Odieta considera al municipio de Noviercas “un sitio privilegiado”, sin explicar por qué no lo es otro emplazamiento dentro de la misma Comunidad de Navarra, donde se ubicaría el futuro mercado lechero y donde esta misma empresa ya posee una granja de grandes dimensiones, con 7.000 vacas. Al contrario, se muestran siempre proclives, caso de Soria, al requiebro del empresario prometedor y adinerado, de muy consolidado estilo a medio camino entre la presión y el embaucamiento (lo que, en relación con los medios informativos, incluye el decisivo factor de los pagos publicitarios).