Fotografía
Berlín 1945-1989: fotografiando la intrahistoria

Cada 9 de noviembre, los medios y redes sociales se inundan con las mismas imágenes de la caída del Muro de Berlín: caras sonrientes, celebraciones, aglomeraciones en los puestos fronterizos… Forma parte de la mitología de la ciudad, pero decenas de fotógrafos se dedicaron a retratar la ciudad entre el fin de la II Guerra Mundial y la caída del símbolo del telón de acero en una serie de imágenes menos conocidas, pero que narran la fascinante intrahistoria de la capital alemana.
Berlín, por Harald Hauswald
Husemannstraße, Prenzlauer Berg, Berlin, 1987. © Harald Hauswald/OSTKREUZ/Bundesstiftung Aufarbeitung.
9 nov 2021 06:00

Cuando Bowie rompió el silencio de una década lo hizo con ese “Where are we now?” en el que podíamos ver imágenes de Berlín pintadas con el nombre de la ya desaparecida Tacheles o de un Potsdamer Platz que en nada se parecía al que debió de conocer, mucho más similar a ese descampado con el que Wim Wenders abre El cielo sobre Berlín. No hay ciudad que se libre de la gentrificación, pero pocas han sufrido la transformación de la capital alemana: prácticamente arrasada en el 45 y atravesada por un Muro durante décadas, fue tierra de nadie en el corazón de Europa y la República Federal Alemania recurrió a todo tipo de incentivos para evitar que Berlín Occidental quedara vacía, desde la posibilidad de estudiar en la universidad de forma gratuita a librarse de la mili pasando por hacer la vista gorda ante la okupación de edificios que, en todo caso, poca salida tenían.

Durante esos años, son muchos los fotógrafos que, sin saberlo, se dedicaron a documentar una forma de vida y una ciudad que ya forman parte de un pasado que ocupa más espacio en las páginas de los libros de historia que en la memoria colectiva de una urbe cuya población tiene un 30% de habitantes con raíces extranjeras. Fotógrafos como Herbert Hensky o Will McBride retrataron a los berlineses tratando de reconstruir una ciudad en ruinas, celebrando el fin de la guerra o mirando al futuro con incertidumbre, pero todos comparten una visión parecida sobre la ciudad y tienen acceso a los mismos rincones y personas. Todo cambia en 1961, año en que se construye el Muro, una mitosis que verá cómo dos ciudades evolucionan de forma paralela, a distintas velocidades y con intereses contrapuestos, y quienes la fotografían, sin saberlo, estarán retratando la intrahistoria de una urbe cuya historia aún atrae a miles de personas.

Berlín Oeste, años 60. El policía Michael Schmidt decide fotografiar el distrito de Kreuzberg. “Hizo una serie de fotos de los ‘gastarbeiter’ que vinieron porque en Berlín Oeste hacían falta trabajadores tras la construcción del muro, y en Berlín daban un regalo de 2.000 marcos como crédito a quienes venían a trabajar a Berlín Oeste, y vinieron muchos turcos y serbocroatas y le gustaba mostrar cómo vivían. Es un trabajo muy periodístico, sin idealizar ni embellecer, muy realista, con los niños descalzos y edificios sin remodelar”, explica Thomas Weski, fotógrafo y comisario de la exposición sobre Schmidt que puede verse en el Reina Sofía (MNCARS) hasta el 28 de febrero.

Alumno de cuarto curso, escuela primaria en Berlín, año 1976-78, por Michael Schmidt
Alumno de cuarto curso, escuela primaria en Berlín, año 1976-78, por Michael Schmidt. © Foundation for Photography and Media Art with the Michael Schmidt Archive.

Esas imágenes eran la forma que tenía Schmidt de enfrentarse a la propaganda de la República Federal, que mostraba a migrantes felices en instalaciones y oficinas relucientes. Al otro lado del Muro, Harald Hauswald (cuya obra podrá verse a partir del 11 de diciembre en la galería C/O de Berlín), que con su fotografía callejera desafiaba tanto el relato oficial de la RDA que la Stasi se dedicó a registrar cada uno de sus movimientos: “La fotografía oficial de la RDA era propaganda, todo era bonito y colorido, pero no era así para nada y me interesaba mucho hacer reportaje social”, recuerda.

“La principal diferencia entre Este y Oeste es que no había miedo de los medios de comunicación porque no había ‘paparazzis’ ni prensa sensacionalista en la RDA”, afirma el fotógrafo Harald Hauswald

En sus fotos vemos imágenes cotidianas de Berlín en las que los jóvenes miran sin miedo a la cámara, algo ahora insólito en una ciudad tan celosa de su intimidad que puedes meterte en problemas legales si fotografías a alguien en la calle sin su consentimiento: “Entonces era distinto, creo que la principal diferencia entre Este y Oeste es que no había miedo de los medios de comunicación porque no había paparazzis ni prensa sensacionalista en la RDA, y se podía hacer fotos a los niños jugando y fotografiar a la gente con relativa libertad, igual que en los años 20 y 30 en Estados Unidos. Solo me ha pasado dos veces que alguien no quisiera que le fotografiase”.

Algo parecido explica Jürgen Hohmuth, quien se mudó de Köpenick a Berlín en los años 70: “La gente no era tan desconfiada porque no se hablaba de protección de datos y era bastante más fácil. También podías preguntar a la gente si les podías hacer una foto sin problemas”.

Berlín de noche, por Jürgen Hohmuth
Berlín de noche, por Jürgen Hohmuth.

La subcultura también es un tema recurrente en la fotografía de los 70 y 80: en Berlín Oeste se podía desarrollar sin problemas, aunque no era fácil retratar a sus protagonistas. En esas ocasiones, a Schmidt no le importaba tanto lograr la foto perfecta como “el concepto, mostrar la oscuridad, la atmósfera —explica Weski—, y pudo filtrarse a través de su hija Olivia, que tenía entonces 15 o 16 años y pertenecía a la escena. Schmidt era un hombre pequeño, que parecía un boxeador, y como buen berlinés, podía ser muy directo. Michael fotografió a mucha gente joven y a hacía las fotos con flash y en cuestión de segundos para no perder esa impresión, son retratos incómodos, en los que busca la confrontación”.

“Prenzlauer Berg estaba lleno de gente muy distinta, pero se les aceptaba a todos, y se desarrolló una subcultura aunque la Stasi les vigilaba”, explica Jürgen Hohmuth

En la RDA los enemigos de la contracultura no eran los fotógrafos, sino la Stasi y el Gobierno: “Prenzlauer Berg estaba lleno de gente muy distinta, pero se les aceptaba a todos, y se desarrolló una subcultura aunque la Stasi les vigilaba, también vino mucha gente de fuera, muchos punks, gays, trans y muchos artistas, músicos y escritores”, explica Hohmuth. Hauswald añade que la cultura se desarrollaba de puertas adentro: “Hacíamos exposiciones privadas, en casas, en clubs de juventud, en iglesias… Expuse mucho en la RDA, era muy fácil, la gente abría las puertas de su casa más fácilmente porque la cultura tenía lugar en el ámbito privado. No había apoyo público ni estatal pero era muy interesante porque todo pasaba en casa, hasta la oposición se reunía en las iglesias, la oposición más extrema estaba allí, porque los católicos podían reunirse fácilmente y mostraban solidaridad con todo y la oposición se podía reunir en las iglesias”.

Un motivo recurrente son esas calles casi fantasmales, en las que apenas se ve gente, esos edificios con marcas visibles de la guerra y esa tierra de nadie que eran las calles cercanas al Muro. “Antes de la caída del muro, construir en esas zonas era tabú”, explica Hohmuth, “y en los edificios que estaban junto al Muro solían vivir los policías fronterizos, agentes de la Stasi… y tampoco era fácil acercarse porque vigilaban quién se acercaba”. También asegura que “en los 90 empezó a cambiar todo y ahora es fácil olvidar cómo era la ciudad, los edificios estaban en ruinas. Berlín tiene un carácter muy especial que aún atrae a mucha gente, aunque a la vez mucha de la gente que viene gentrifica la ciudad”.

Hauswald, por su parte, lamenta la pérdida de personalidad de Berlín en las últimas décadas: “Berlín entonces era emocionante, intensa e interesante, porque después de la guerra había que construir todo de nuevo salvo en Prenzlauer Berg. Tras la guerra, Prenzlauer Berg y parte de Kreuzberg se parecían mucho, pero tras la caída del Muro cambiaron muchas cosas, algunas fueron positivas y a nivel cultural fue grandioso, pero ahora se ha construido mucho y muy rápido y es todo una mierda, arquitectónicamente tampoco es bonito, pero desgraciadamente eso es algo que está pasando mucho en Berlín. Aún se pueden encontrar esquinas y rincones especiales, pero es una pena que todo se haya construido tan mal, pero había que hacerlo rápido. Berlín también podía presumir de ser una de las ciudades más baratas hace 20 años, pero ya no”.

Schmidt también sintió una atracción especial por esa tierra de nadie junto al Muro: “Son fotografías con muy buena composición y en las que no hay gente —comenta Weski— y muy grises porque creo que se quería emancipar de su trabajo más periodístico y aquí descubre los grises, además era invierno y aún se usaba carbón. También fotografiaba cosas como las plataformas para que los turistas pudieran mirar por encima del muro”.

Y aunque ese blanco y negro es el que ha pasado a formar parte del imaginario del Berlín dividido, Hauswald aclara que “lo que ahora vemos de la RDA entonces era nuestra normalidad, Berlín no me parecía gris entonces, tampoco colorida, pero no gris”.

Archivado en: Alemania Fotografía
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cine
Cine Cien años de Luis Cortés, una oda al cine ‘amateur’
En la obra cinematográfica y fotográfica de Luis Cortés se observa su profundo carácter humanista, su amor por la naturaleza y respeto por los animales, por la historia y las tradiciones populares, por el patrimonio arquitectónico y la literatura.
Fotografía
Fotografía Fiebre Photobook: el universo ilimitado de los libros fotográficos
Fiebre Photobook aglutina una activa plataforma que integra una feria para la compraventa de fotolibros, un festival o una biblioteca virtual y se consagra como un referente en la escena fotográfica nacional.
Hidrógeno
Descarbonización Los planes de expansión del hidrógeno en Europa chocan con la falta de energía verde para producirlo
La escasez de hidrógeno producido con renovables y el exiguo desarrollo del aluvión de proyectos anunciados ponen en entredicho la estrategia de descarbonización en Europa, según un informe de Global Energy Monitor.
Crisis climática
Parlamento Ciudadano Climático Un jurado popular ciudadano para combatir la crisis climática y el retroceso democrático
En un momento crítico para la democracia y la acción climática, cinco organizaciones medioambientales reunieron en el Congreso de los Diputados a científicos, actores sociales y asambleístas para impulsar un Parlamento Ciudadano Climático Permanente.
Pensiones
Revalorización de las pensiones Los pensionistas no se fían y salen a la calle tras el rechazo al decreto ómnibus
La Unidad de Acción de Madrid convoca a manifestarse este viernes 31 frente a la sede del PP tras la “posición negativa de la derecha ultranacionalista, sea española o catalana”.
Ayuntamiento de Madrid
Convenio colectivo Las cuidadoras ganan a Almeida: Madrid anuncia nuevos pliegos con la subida salarial pactada
Las trabajadoras de cuidados seguirán en huelga dado que “no hay nada tangible”. El anuncio afectaría a 12.000 personas empleadas por el Ayuntamiento, pero no a las 2.000 trabajadoras más convocadas a la huelga que trabajan para la Comunidad.

Últimas

Cine
El Salto recomienda Diez películas y series en Filmin para acercarse a la diversidad de Andalucía
Una selección realizada por la periodista de El Salto Aurora Báez Boza sobre las mejores películas y series para descubrir las diversidades que habitan dentro de Andalucía
Salario mínimo
Pacto bipartito Trabajo y sindicatos acuerdan la subida del salario mínimo en 50 euros sin el apoyo de la patronal
Díaz anuncia un acuerdo con los sindicatos que llevará al Congreso de Ministros de forma “inminente” la propuesta del Ministerio de Trabajo. Los sindicatos proponían una subida de 66 euros y la patronal, de 34 euros.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Sin materiales, sin protección adecuada y sin financiación: los bomberos de Madrid denuncian “abandono”
La contaminación de los equipos de protección de cinco bomberos en un incendio en una nave de reciclaje hace levantar de nuevo la voz de los sindicatos, que ya tienen denunciada ante el TSJ de Madrid, la falta de financiación.
Opinión
Opinión No es Poder Popular todo lo que reluce
VV.AA.
No hay alternativa capaz de cambiar este sistema que no hable claramente de socialismo y de clase trabajadora
Lavapiés
Madrid Lavapiés gana un asalto a la organización fascista Hacer Nación
La empresa en la que se iban a organizar unas jornadas con figuras de la extrema derecha europea ha confirmado que comunicó a Hacer Nación que no le cedía su espacio.
Más noticias
Madrid
Justicia El fiscal general del Estado, en el alambre, declara como investigado ante el Supremo
Álvaro García Ortiz acude al alto tribunal a explicar su versión de las filtraciones denunciadas por el entorno de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. Es la primera vez que un fiscal de su categoría declara como investigado.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Cultura y resistencia desde América del sur
Cuatro historias sonoras de experiencias creativas y comunitarias en algunas ciudades de Perú, Argentina y Paraguay

Recomendadas

Dana
Tres meses de la dana “Aquí no llovió casi nada”
VV.AA.
Un vecino de Benetússer explica cómo la riada arrasó y cambió para siempre las vidas de miles de personas.
Crímenes del franquismo
Isabel Alonso Dávila “El franquismo fue una máquina de fabricar miedo y dolor hasta el final”
Detenida en Granada en 1974 y 1975 por su vinculación con el movimiento estudiantil antifascista de la época ha presentado la primera querella en Andalucía por Crímenes contra la Humanidad en la dictadura franquista
Jaén
Andalucía Lopera no quiere que Greenalia especule con sus olivos
Decenas de pequeños olivareros de la Campiña Norte de Jaén podrían perder sus terrenos en beneficio de una empresa que quiere talar los árboles para instalar siete parques fotovoltaicos.
Redes sociales
Nuevas normas Meta abraza el discurso de odio y desafía la normativa anti discriminación
La plataforma de Mark Zuckerberg anunció cambios en sus normas: cuando empiecen a aplicarse, los comentarios misóginos y LGTBIAQ+fobos no violarán su política, pero existen herramientas para denunciar el discurso de odio.