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Comunidad de Madrid
Vecinas y vecinos de Tres Cantos y Colmenar se unen contra una planta de biogás que ocupara 20 hectáreas

En cuanto se enteraron del proyecto empezaron a organizarse. Meses después, ese grupo de What App ya aglutina a cientos de vecinos de Tres Cantos y Colmenar Viejo que se oponen a la construcción de una planta de biogás en este último municipio. Denuncian que las micropartículas que emanarán de la factoría podrían perjudicar la salud de los 110.000 habitantes que pueblan las dos localidades, además del hedor que destilaría a la zona y que afectaría a varios kilómetros a la redonda. No cejan en su empeño: este mismo domingo 10.000 vecinos y vecinas, según los datos de la organización, han marchado por Colmenar para reclamar “un aire respirable”, tal y como exigen en uno de los carteles que anunciaba la convocatoria.
Pedro Ayala es un vecino de Tres Cantos que vive a unos cuatro kilómetros del lugar en el que se proyecta la planta de biogás. “Si ya me llegan los malos olores del vertedero, que está aún más lejos pero cerca de donde se proyecta la planta, no quiero imaginarme qué pasa si finalmente la construyen”, introduce.
A las dos empresas promotoras del proyecto, Enagás y PreZero, tan solo les falta la oficialización de la recalificación urbanística del terreno para empezar a construir
Según comenta, a las dos empresas promotoras del proyecto, Enagás y PreZero, tan solo les falta la oficialización de la recalificación urbanística del terreno para empezar a construir. “Eran unas parcelas agrícolas ganaderas que terminaron declaradas como de utilidad pública casi en secreto por el pleno del Ayuntamiento de Colmenar”, se queja. En aquel momento, el equipo de Gobierno de PP y Vox votó a favor, el PSOE se abstuvo y la medida solo contó con el rechazo de Ganemos y Más Madrid.

Si todo sigue según lo previsto por las empresas con la aquiescencia del Consistorio colmenareño, la planta de biogás ocupará 20 hectáreas. “Apenas a unos 1.200 metros hay un instituto en Colmenar, y en Tres Cantos hay viviendas proyectas a menos de dos kilómetros de la futura planta”, comenta Ayala. Desde la plataforma vecinal que han creado para luchar contra la factoría afirman que no están en contra de este sistema para conseguir energía ya que en principio redundaría en la economía circular de los residuos.
Contra el tamaño y la ubicación
Sin embargo, hay dos principales problemas que denuncian. Por un lado, el tamaño de la planta. “Según sus proyecciones, la planta podrá tratar 75.000 toneladas de desechos al año. En varios publirreportajes ya han adelantado que en una segunda fase se podría ampliar hasta las 150.000 toneladas”, esgrime el mismo Ayala.
“Para llegar a su máximo contarán con hasta 30 camiones diarios de gran tonelaje que traerán basuras de, en teoría, municipios de 50 kilómetros a la redonda, lo que significa prácticamente toda la Comunidad de Madrid”, explican desde la plataforma vecinal
La plataforma ha estimado en 12.000 las toneladas de desechos orgánicos que podrían llegar hasta la planta por parte de los dos municipios. “Es decir, para llegar a su máximo contarán con hasta 30 camiones diarios de gran tonelaje que traerán basuras de, en teoría, municipios de 50 kilómetros a la redonda, lo que significa prácticamente toda la Comunidad de Madrid”, añade este vecino tricantino. Es más, entre esos desechos que llegarán a la planta podrá haber hasta 15.000 toneladas de purines. Además, considera que muchos de esos desechos no llegarán a convertirse en energía, “por lo que tendrán que salir nuevamente de la planta en camiones hacia otros lugares, bien el vertedero o para producir compost en otra planta”.

El segundo gran problema que ve la plataforma es la ubicación. De hecho, Colmenar tan solo era una de las tres opciones que desde el principio barajaron las compañías que promueven la operación. Fuenlabrada era una de ellas. “Dijeron que no desde el principio temiendo la presión vecinal que se avecinaba si aceptaba”, explica Ayala. Moralzarzal fue otra opción que se barajó, pero su Ayuntamiento también se negó a ello por el impacto que tendría en el turismo, principal motor económico en el municipio. Finalmente, “el único que por razones no explicadas que se ofreció a ello fue el alcalde de Colmenar”, concretiza.
Denuncian “total opacidad” de Colmenar
Todos los intentos realizados por parte del El Salto para contactar con el Ayuntamiento de Colmenar Viejo, gobernado por el PP y Vox, para recabar su versión han sido infructuosos. Desde Tres Cantos, gobernado por el PP con mayoría absoluta, se remiten a una nota de prensa publicada a mediados de marzo en la que su alcalde, Jesús Moreno, exigía una nueva ubicación para la futura planta de biogás. En esa nota, Moreno afirmaba que “el proyecto cuenta con la declaración de impacto ambiental positiva por parte de los servicios técnicos de la Comunidad de Madrid, cuya tramitación es de máxima exigencia desde diversos ámbitos: medioambiental, olores, ruidos y calidad del aire”.
En dicha comunicación, Moreno sostuvo que solicitarían “ a las empresas promotoras que busquen otra ubicación más alejada de los núcleos residenciales”. Por otra parte, informaba de que en el proyecto planteado solo se contemplan dos digestores y no estaría permitido el vertido de purines, según la declaración de impacto ambiental, extremo que niegan desde la plataforma vecinal.

Por su parte, los vecinos denuncian la “total opacidad” con la que el Ayuntamiento de Colmenar Viejo ha ido dando todos los pasos necesarios para sacar adelante este proyecto en su término municipal, a menos de dos kilómetros de Tres Cantos. Además, los informes técnicos que maneja la plataforma, así como la experiencia derivada de instalaciones similares en otras localidades, señalan una insalubridad potencial en los residuos, así como la existencia de malos olores permanentes.
En un comunicado, la plataforma ha esgrimido que “el proyecto está plagado de irregularidades y ocultaciones que apuntan más a la obtención de rápidos beneficios, al amparo de las subvenciones europeas, que a un proyecto de lógica utilidad pública”, y exigen un “replanteamiento total” de los planes.
Descenso de la calidad de vida en la zona
“Aquí vamos a tener un olor constante a huevos podridos”, se queja Lucía Muñoz. Ella vive en Colmenar Viejo y, entre otras cosas, también le preocupa las micropartículas indetectables, de menos de 2,5 micras, que emanarán de la planta. “Son partículas cancerígenas que se acumulan en los pulmones de la gente”, recalca. Su vivienda se sitúa a 2,8 kilómetros de la zona que estaría afectada por la factoría y no deja de hablar con los vecinos de otros municipios que ya sufren este tipo de plantas cerca de sus hogares.
“Dicen que la planta ayudará a reducir la actividad del vertedero, que también sufrimos muy cerca. Eso es mentira porque en el vertedero no existe separación de residuos alguna”, se queja una vecina
Las consecuencias que temen desde la plataforma, más allá de perjudicar su salud y el hedor continuo, es la alta devaluación que provocará de sus viviendas, quizá el cierre de negocios y la bajada de la calidad de vida en general. Esta vecina colmenareña también señala a que lo esgrimido por el Ayuntamiento de su localidad no es cierto: “Dicen que la planta ayudará a reducir la actividad del vertedero, que también sufrimos muy cerca. Eso es mentira porque en el vertedero no existe separación de residuos alguna”.
Desde su punto de vista, para que las empresas promotoras del proyecto consigan la rentabilidad esperada tendrán que entrar numerosos camiones cargados de materia orgánica en la planta. “Eso generará mucho más tráfico en la carretera M-607, que ya está saturadísima de por sí”, agrega.
La plataforma vecinal está compuesta por centenares de personas, independientemente de la preferencia de cada cual por partidos políticos, afirma Muñoz. Este domingo, 27 de abril, han recorrido las calles de Colmenar Viejo en una manifestación de la que ha formado parte el científico del CSIC Fernando Valladares y que ha estado amenizada por una batucada. “Nosotros no vamos a parar hasta que se tumbe el proyecto. Le seguiremos diciendo a nuestro Ayuntamiento que no estamos de acuerdo con la ubicación de la planta ni con su tamaño”, concluye esta vecina.