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Extractivismo
Ni aquí, ni en ninguna parte
Esta iniciativa nace de un deseo de unión, de apoyo y de conexión entre todas aquellas personas alrededor del mundo que nos sentimos amenazadas por políticas mineras que consideramos destructivas para nuestros territorios.
En el contexto de una crisis global, tanto medioambiental como social, los poderosos nos quieren vender la falsa “transición energética” o “transición verde” para justificar su apoyo a las políticas extractivas. Prometen desarrollo y puestos de trabajo, pero todo es un espejismo para continuar asegurando el lucro de unos pocos a costa de la vida de otros muchos.
Minería
Extractivismo La minería amenaza a la Sierra de Gata
Justifican la pérdida de área cultivada, la pérdida de biodiversidad, la deforestación, el empobrecimiento y la contaminación de atmósfera, suelos y aguas, con consecuencias permanentes sobre el ecosistema, para continuar con su desarrollo de mercado que genera cada vez más dinero para unos pocos pero más pobreza para los territorios afectados.
Sabemos que esta es una guerra de David contra Goliat, nos enfrentamos a grandes multinacionales que, lamentablemente, en muchas ocasiones cuentan con el beneplácito de gobernantes, estados y empresas, todos ellos cómplices de este saqueo y de esta explotación. Ante el abandono por parte de los grandes poderes que gobiernan el mundo, sabemos que somos los ciudadanos los que nos tenemos que organizar y defender nuestros territorios, por ello hemos decidido crear una red de coordinación internacional para organizarnos, resistir y fomentar la solidaridad internacional. Somos comarcas que defendemos un modelo de desarrollo sostenible, defendemos el agua, defendemos la salud, y defendemos la VIDA.
Como primer paso para poner en marcha esta “Red Global Anti- Extractivista” , un grupo de movimientos anti-minas de diferentes países, nos hemos organizado y hemos lanzado un llamamiento a todos aquellos otros movimientos y comunidades que se sientan identificados
Como primer paso para poner en marcha esta “Red Global Anti- Extractivista” , un grupo de movimientos anti-minas de diferentes países, nos hemos organizado y hemos lanzado un llamamiento a todos aquellos otros movimientos y comunidades que se sientan identificados y sensibilizados con esta lucha, para que se unan a esta red y celebren, simultáneamente junto a nosotros, el 18 de agosto, la vida y la resistencia anti-minera, cada uno a su manera, con sus vecinos y en sus territorios. Como acción común hemos redactado un manifiesto internacional que será leído y grabado, y que, junto con el resto de acciones que se estén preparando, serán recopilados en una película/documental con la que pretendemos dar visibilidad a nuestras luchas, a nuestros vecinos, a nuestros valores, y mostrarle al mundo esta red que está naciendo, esta unión que comienza y, sobre todo, la solidaridad internacional que nos llena a todos de fuerza.
En estos momentos ya somos movimientos de España, Francia, Portugal, Argentina y Serbia los que tenemos alguna acción preparada para este día. Otros movimientos de diferentes países como Grecia, Italia, República Checa, Alemania, Suecia, Honduras y Suiza también han manifestado su interés por formar parte de esta red y comenzar a colaborar conjuntamente. Esto nos llena de alegría y nos da la absoluta convicción de que poco a poco cada día seremos más.
Salimos con un lema claro: “ Ni aquí, ni en ninguna parte”
Defendemos formas de vida en armonía con nuestro entorno, nos negamos a convertirnos en “zonas de sacrificio” en beneficio de una economía cada vez más desconectada de las realidades sociales y ecológicas de nuestro planeta.
No estamos dispuestas a vendernos a empresas especuladoras que pretenden explotar los recursos a cualquier precio. No queremos repetir los errores del pasado, insistiendo en una búsqueda incesante de los beneficios y con una idea de “progreso” a costa del bienestar de la mayoría. Queremos apostar por un futuro donde los bosques, los ríos, los animales y sobre todo, nosotros mismos, seamos valorados y protegidos. Un futuro donde el agua limpia y abundante, los alimentos sanos y el tiempo de calidad para vivir nos ayuden a redefinir la “riqueza”.
Mantener “funcional “ la economía actual implica un crecimiento económico infinito, la creación constante de nuevos mercados y la extracción continua de materias primas de la Tierra.
En España en el 2018 se solicitaron más de 2.000 permisos de explotación minera, y, a nivel mundial, estaríamos a punto de extraer en 30 años tantos metales como se han extraído en toda la historia de la humanidad
Por ejemplo, en España en el 2018 se solicitaron más de 2.000 permisos de explotación minera, y, a nivel mundial, estaríamos a punto de extraer en 30 años tantos metales como se han extraído en toda la historia de la humanidad, cifras que claramente nos abogan al colapso.
Con esta visión muchos territorios, especialmente los más vulnerables, son considerados “sacrificables” en nombre de un “mayor bien común” que no es ni bueno ni común.
En contraposición a lo que nos quieren vender, las explotaciones mineras tienen consecuencias directas sobre los territorios y provocan flujos migratorios. La mina industrial expropia a los últimos pueblos y comunidades del planeta que viven de la tierra y tienen acceso directo a sus medios de subsistencia. La actividad minera les obliga a irse y a convertirse al modo de vida artificial del capitalismo. Por ejemplo, en la India se estima que la minería, entre 1950 y 1990, ha provocado el desplazamiento de 2,55 millones de personas.
Este afán extractivista para asegurar la “Transición energética” esconde las necesidades voraces en metales de los sectores industriales de lo digital, aeroespacial y armamento; en resumen, enarbolan un argumento verde, “Greenwashing “para seguir haciendo lo mismo de siempre: continuar con el crecimiento industrial para acumular más riqueza y más poder.
Consideramos esta “falsa transición energética” una estratagema dilatoria para ganar tiempo al diluir un problema bien visible y conocido, como son las emisiones de carbono y sus efectos climáticos, en un fenómeno difuso e invisibilizado como son las minas. La “transición energética” es un discurso de procrastinación, “pan y circo” para esconder una realidad que pone en serio peligro el futuro de la humanidad.
Consideramos esta “falsa transición energética” una estratagema dilatoria para ganar tiempo al diluir un problema bien visible y conocido, como son las emisiones de carbono y sus efectos climáticos, en un fenómeno difuso e invisibilizado como son las minas
Y es esta visión la que nos lleva a la gran contradicción de destruir la naturaleza para salvarla, reduciendo convenientemente los vastos problemas ecológicos a una mera contabilidad de emisiones de gases de efecto invernadero. Esta visión es la que permite la expansión y el refuerzo del actual sistema de producción y consumo, manteniendo la dependencia de los combustibles fósiles, al tiempo que se refuerza la militarización y la digitalización de la sociedad y la economía.
Es este enfoque el que nos aleja de tener una visión más holística de las sociedades humanas y de la Tierra, que nos impide hacer preguntas difíciles, buscar nuevas respuestas y seguir caminos diferentes.
Pero sabemos que NO ESTAMOS SOLAS y, por ello, nos queremos unir para defender nuestros territorios y luchar por una vida que no esté dictada por imperativos e intereses separados del bienestar común.
Como seres humanos, conocemos la necesidad de mantener ecosistemas funcionales que garanticen la vida, y luchamos por ello con valentía, amor y alegría.
El domingo 18/08 celebramos la vida, celebramos la resistencia a un sistema que nos quiere engullir, celebramos que NO ESTAMOS SOLAS.