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Estados Unidos
El alcalde que promete reducir el presupuesto de la policía
Chicago, “la ciudad del viento” eligió el pasado 4 de abril, en unas elecciones muy reñidas, a Brandon Johnson como su próximo alcalde. Este hombre negro de 47 años, sindicalista, autodenominado progresista radical o socialista democrático, antiguo maestro de escuela pública, consiguió vencer a su contrincante demócrata moderado Paul Vallas, que estaba apoyado por grandes fondos de inversión.
La ciudad de Chicago es la tercera más poblada de todo los Estados Unidos, por detrás de New York y Los Ángeles, por lo que una victoria de un izquierdista en esta ciudad, que siempre ha sido feudo demócrata, es un logro muy importante. Pero sobre todo lo ha sido por cómo se desarrollaron los marcos de la campaña electoral. Chicago lleva bastantes años sumida en una profunda crisis económica en la que la criminalidad no ha parado de subir. De hecho, en el año 2021 casi se produjeron 800 asesinatos en la ciudad, mientras que en las ciudades de New York y Los Ángeles el numero ha bajado a la mitad.
Por lo tanto, el marco que presentaban los demócratas moderados era el del problema de la criminalidad y como atajarla. La anterior alcaldesa, Lori Lightfoot, se quedó fuera en la primera vuelta de las elecciones debido a su pésima gestión en este sentido, mientras que Vallas, apoyado por la policía y con un discurso que prometía financiar más a la policía y darle más poder se situó en primera posición. Sin embargo, Brandon Johnson se coló como segundo en esa primera vuelta con el discurso del que hizo bandera el movimiento Black Lives Matter: #DefundThePolice.
Johnson llegó con un mensaje muy claro: el presupuesto de policía no va a crecer, y de hecho, debería de ser más bajo para destinar parte de ese dinero a medidas prevención de la criminalidad
Johnson fue desde el principio la sorpresa en estas elecciones. Si bien se conocía su trayectoria radical progresista en el sindicato de maestros de Chicago (CTU) y su afiliación anterior a los Socialistas Democráticos de America (DSA), no era el progresista más conocido puesto que también se presentaba el Representante en el Congreso de los Estados Unidos Jesús “Chuy” García.
Los socialistas del DSA y demás radicales progresistas decidieron poner sus huevos en la canasta que parecía tener más oportunidades de ganar, la de Chuy, pero este quedó muy atrás de Johnson. Después de la primera vuelta, el DSA tuvo problemas para decidir a quien apoyar mientras todos sus cargos electos en la ciudad y el estado, incluyendo al senador Bernie Sanders y a la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, mostraban su claro apoyo a Johnson por su pasado sindicalista y de trabajo con el partido.
Sus medidas estrella
La victoria de Johnson, que asumirá su cargo el próximo 15 de mayo, no es importante únicamente porque un progresista radical, y apoyado por los socialistas, consiga ser el alcalde de una ciudad tan importante Chicago –haciendo justicia a su otro nombre “La Ciudad Roja” puesto que todo el movimiento socialista histórico del país está muy conectado con ella. Lo es también porque los demócratas moderados, que impusieron ese marco de más policía frente a la criminalidad, también lo hicieron en New York —Estado y ciudad donde crece la criminalidad– y cuando en las elecciones de medio mandato perdieron, echaron la culpa a los progresistas del Estado, como Alexandria Ocasio-Cortez, por no querer más policía en las calles. De hecho, el alcalde demócrata de la ciudad de New York, Eric Adams, ha apostado por engrosar los presupuestos policiales para luchar contra un crimen que no deja de crecer y que cree que así se puede solucionar.
Lori Lightfoot, la que era alcaldesa de Chicago, también aumentó ese presupuesto para intentar mitigar la criminalidad, y Vallas prometió hacerlo igualmente. Pero, de repente, llegó Johnson con un mensaje muy claro: el presupuesto de policía no va a crecer, y de hecho, debe ser más bajo para destinar parte de ese dinero a medidas prevención de la criminalidad que tienen que ver con políticas de clase.
El Partido Demócrata parecía confiado en que Johnson perdería las elecciones, pero no fue así. Ahora cunde el pánico entre los demócratas: ha ganado un progresista radical –apoyado por Bernie Sanders en un mitin presencial– dándole la vuelta a su marco estrella que actuaba como cortafuegos para que los progresistas dejasen de infiltrarse en sus filas para virar el partido hacia la izquierda.
La ciudad de Chicago llevaba años cerrando todos los centros de salud mental públicos, con el consiguiente coste para la población
En las elecciones de medio mandato la pugna entre los demócratas, que pensaban que iban a perder, era por ver quien tenia que gestionar esa derrota para echar las culpas a los otros, finalmente los progresistas ganaron, pero los moderados impusieron su discurso debido al gran viraje conservador del Estado de New York. Unas elecciones que se ganaron desde el centro y la izquierda del Partido Demócrata acabaron haciendo al partido y al presidente, Biden, dar un golpe de timón a la derecha.
Por lo tanto, y con este contexto complicado: ¿cuáles fueron las medidas estrella, y progresistas, con las que ganó Johnson? Durante su campaña, Johnson no se escondió y fue bastante claro desde el principio con el tema de la criminalidad: menos dinero para la policía, más dinero para abrir todos los centros de salud mental de la ciudad e invertir en colegios públicos para prevenir la pobreza, que es la mayor causa del crimen junto a una muy deficiente salud mental. La ciudad de Chicago llevaba años cerrando todos los centros de salud mental públicos, con el consiguiente coste para la población. Igualmente estaba dejando de financiar los colegios públicos mientras aumentaba los presupuestos de la policía. Es decir, se prefería condenar a la población a la pobreza y comprar más porras para disciplinarla después, que intentar darle oportunidades a la clase trabajadora y reducir la desigualdad.
Sus adversarios se jactaron de que estas medidas eran ensoñaciones puesto que la ciudad de Chicago tenia unos presupuestos muy deficitarios –y lo iban a ser más porque Johnson no contará con los 370 millones de ayuda federal por el Covid. Pero Johnson iba más allá, había que darle a la clase trabajadora unos empleos de calidad y si el sector privado no lo hacía, se tenían que encargar las instituciones. Johnson propuso una inversión millonaria en infraestructura verde, en renovar el metro y mejorar los servicios públicos y todo ello, con trabajos muy bien pagados creados desde lo público. ¿cómo propuso que se financiara? Con la creación de nuevos impuestos a las empresas multimillonarias y a los ricos. Estos nuevos impuestos prevén generar los suficientes ingresos a las arcas públicas con los que sanear las cuentas y financiar estos ambiciosos proyectos.
Johnson, hábilmente, también fue capaz de usar ese marco impuesto de “la criminalidad” para introducir medidas progresistas como la de crear un parque de vivienda pública y alquiler social. El 12% de los habitantes de Chicago no tiene hogar, por lo tanto la administración pública debe de proveérselo, y así de paso, evitar la llamada “criminalidad” –no olvidemos que los Estados Unidos, el sinhogarismo está tipificado como crimen en muchas ciudades.
Conocido de los movimientos progresistas de la ciudad
Si bien Brandon Johnson era prácticamente desconocido para casi todos los habitantes de la gran ciudad de Chicago, para los movimientos progresistas no lo era tanto. Militó en el sindicato de maestros de la ciudad (CTU) que es el sindicato que lleva una década renovando las estrategias sindicales para que, junto a los sindicalistas neoyorkinos radicales, han alumbrado el Nuevo Sindicalismo estadounidense. Es decir, Johnson no es solo “un sindicalista” es un sindicalista de uno de los sindicatos de base más radicales del país. Ha trabajado estrechamente con el DSA y conoce bien a todos sus cargos electos y, durante las protestas de Black Lives Matter hizo suya sus propuestas y se ha presentado con la más radical de todas ellas: #DefundThePolice.
Estados Unidos
Laboral Nuevo sindicalismo estadounidense, la interseccionalidad en la clase
En cuanto Johnson pasó a la segunda vuelta para enfrentarse a un Vallas hiperfinanciado por grandes fondos de inversión, lo tuvo bastante “fácil” para organizar una campaña comunitaria de gran éxito y atraer a políticos como Bernie Sanders a hacer campaña por él. Rápidamente el sindicato CTU se puso a sus ordenes para pedir dinero, llamar a las puertas de los vecinos y conseguir votantes. Junto al CTU otros sindicatos no tardaron en hacer lo mismo, al igual que movimientos progresistas y socialistas. Lo que queda del movimiento Black Lives Matter y el colectivo LGTBI también se pusieron a sus órdenes, primero por convicción puesto que comparten programa y luego porque se filtraron unos mensajes de Vallas con insultos racistas y contra el colectivo LGTBI.
Ahora Johnson tiene un gran peso sobre sus hombros, es el primer alcalde de este movimiento socialista que tambalea a los Estados Unidos y lo hace en la tercera ciudad más importante del país. Su éxito electoral lo tiene que mezclar con el éxito de sus políticas para prevenir la criminalidad, desfinanciado la policía y creando empleos bien pagados y casas para la clase trabajadora.
En el 2024 hay elecciones y el Partido Demócrata quiere virar otra vez a la derecha, su ejemplo en la alcaldía puede mostrar, como lo hizo Bernie Sanders en su campaña de primarias del 2020 o John Fetterman en las midterms 2022, que el camino a la victoria es por la izquierda, no por el centro, y más cuando tienes a la clase trabajadora empujando desde el Nuevo Sindicalismo.
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Buena noticia. Ahora a ver si le dejan hacer lo que dice.