Energía
Neoliberalismo energético y centrales eólicas en Euskadi

A propósito de las últimas declaraciones del Lehendakari, que presentan los macroproyectos renovables como de “interés general”, los grupos activistas movilizados en Encartaciones contra las distintas empresas extractivas responden que los organismos públicos no están haciendo nada para reducir el consumo de energías fósiles y las emisiones de CO2.
Enerxías renovables_1
24 sep 2023 06:16

Desde hace un año, la comarca de Encartaciones se está movilizando contra los proyectos para varias centrales eólicas que distintas empresas pretenden construir en nuestros cordales montañosos. No es una lucha nueva, en esta misma comarca ya hace veinte años se lograron parar iniciativas similares. Pero el contexto actual es completamente diferente, pues asistimos a una verdadera avalancha para convertirla en una de tantas otras “zonas de sacrificio”. Si bien en poco más de un año se han hecho públicos cuatro megaproyectos que afectan a distintos municipios de la zona, el documento inicial del Plan Territorial Sectorial de Energías Renovables, publicado recientemente por el Gobierno Vasco, prevé hasta trece zonas seleccionadas para instalar estas centrales en Enkarterri, lo cual afectaría a la mayoría de las cumbres y cordales. Algunas de las zonas seleccionadas cuentan con planes de protección por la presencia de especies de avifauna protegidas y algunos Ayuntamientos, presionados por la movilización ciudadana, han firmado mociones y presentado alegaciones y recursos contra estos proyectos. Pero tenemos la sensación de estar ante una apisonadora imparable.

El despliegue de megaproyectos energéticos viene favorecido por una legislación que se está imponiendo a nivel europeo, estatal y de Euskal Herria para acelerar y facilitar la implantación de industrias presentadas como verdes. En este contexto, hace algunos días, en la inauguración del primer aerogenerador flotante del Estado, el Lehendakari afirmó que “no hay vuelta atrás” en los proyectos eólicos en el mar y en los montes. A pesar de las voces contrarias, y de que “no sea agradable”, señalaba, debe primar el “interés general” por encima del particular o local.

Las declaraciones de Urkullu se enmarcan en las transformaciones de la economía neoliberal. Las políticas de implantación de las macrorrenovables se justifican en nombre de una supuesta “transición energética"

Las declaraciones del Lehendakari se enmarcan en las transformaciones de la economía capitalista neoliberal. Las políticas que impulsan la implantación de las macrorrenovables se justifican en nombre de una supuesta “transición energética”, pero lo que hay detrás, como siempre, es el negocio de las grandes empresas. Por una parte, lo que se está gestando no es ninguna transición, sino seguir con el mismo modelo, pues el objetivo no es sustituir los combustibles fósiles, sino simplemente aumentar la producción de energía añadiendo nuevas fuentes, mientras que el consumo no para de crecer. No es de extrañar, pues el crecimiento del PIB es el único gran dogma de nuestra economía. Y para que crezca el PIB tiene que crecer el consumo de energía, aunque la riqueza que se produce cada vez se reparta menos.  Así, antes que debatir sobre estas energías, habría que preguntarle al Lehendakari y a los que impulsan estas políticas qué están haciendo de verdad para reducir el consumo de energías fósiles y las emisiones de CO2. Ese es el problema de fondo, pero no lo quieren ver.

Por otra parte, las energías llamadas “renovables” realmente tienen muy poco de ecológico. Sus infraestructuras requieren de materiales no reciclables que ya escasean a nivel mundial, y su construcción, instalación y mantenimiento depende ampliamente de la energía fósil. Asimismo, las centrales “renovables” tienen un tremendo impacto sobre los ecosistemas en los que se instalan, que muchas veces, como Encartaciones, son territorios rurales y de alto valor ecológico.

Por mucho que los llamen “parques”, se trata de polígonos industriales de enormes dimensiones.

Los “parques eólicos”, como es sabido, amenazan directamente la avifauna, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad, que es uno de los principales problemas de la crisis ambiental actual. Pero también afectan a los acuíferos, los suelos, los bosques y los paisajes. Hay que recordar que estamos hablando de macroinfraestructuras, con molinos de hasta 250 metros de altura, toneladas de cemento, pistas de acceso, líneas de evacuación y subestaciones eléctricas. Por mucho que los llamen “parques”, se trata de polígonos industriales de enormes dimensiones.

Sin que tenga ninguna coherencia desde el punto de vista de la ecología, sin embargo, el despliegue de esta industria se justifica en el discurso público en nombre de un supuesto “bien común”, como afirma el Lehendakari. Creemos que en nombre del “bien general” se está socavando directamente la democracia territorial. Por un lado, para favorecer la industria macrorrenovable se promueven leyes y decretos que quitan a las instituciones locales el poder de decidir sobre sus territorios. Por otro lado, se prevarican leyes y acuerdos existentes para la protección de las especies y de los entornos naturales. Pero hay más.

El “bien general” al que se refiere el Lehendakari es evidentemente un “bien particular”. Ha sido así a lo largo de la historia: lo que supuestamente se imponía para el bien de todos, en realidad resultó siempre ser beneficioso solo para algunas élites políticas, empresariales, militares, eclesiásticas, etc. En este caso, es difícil creer que haya un bien general cuando el primer paso es la privatización de montes públicos en beneficio de grandes empresas, cuando la energía que se produce está destinada a ser comercializada y exportada a través de una megaconexión con Francia, cuando no hay nada en todo este despliegue que promueva la soberanía energética de la población ni la protección de los recursos naturales que son de todos. Una vez más, asistimos al expolio de lo común en favor del beneficio de unos pocos, pero que es publicitado como si fuera “bien general”. 

Ante estas contradicciones evidentes, se difunden discursos negacionistas que, con tal de denunciar la manipulación de la propaganda oficial, acaban negando la existencia misma del cambio climático o de la crisis del petróleo. Este negacionismo  –que se construye a través de noticias falsas o informes autodenominados “científicos” que circulan por las redes sociales– desprestigia los planteamientos ecologistas que postulan algún tipo de regulación a las grandes empresas. Pero lo más grave es que, en el fondo, acaban diciendo que, como no hay ninguna crisis ambiental, no hace falta cambiar nada. Y así se cierra el círculo. Consideramos preocupante el aumento de este tipo de negacionismo fanático y desinformado. Pero aún más preocupante es que, en medio de esta maraña de mentiras, la gran mayoría de la gente quede simplemente en una condición de desconcierto y, ante la imposibilidad de tomar una postura, acaba volviéndose indiferente y pasiva.

Las palabras del Lehendakari evocan fantasmas que asustan bastante y que trascienden con creces el hecho que “no sea agradable” que te instalen unos megamolinos delante de casa. Sin embargo, también se puede destacar algo positivo en ellas. Y es que, quizás sin quererlo, reconocen públicamente la existencia de un rechazo ciudadano y popular a la implantación de esta industria. Como dice un poema del pueblo sami que se leyó en Gasteiz en la manifestación del pasado mayo en defensa de la tierra:

Ser minoría es vivir al lado de un gigante y hasta el gigante más bondadoso puede pisar accidentalmente a personas que no ve. De repente, pone una turbina de viento en un lugar que asusta a los renos. De repente empuja nuestros barcos de pesca. Pisotea nuestras escuelas, excava minas y arroja escoria a nuestros fiordos. Erige sus vallas gigantes en nuestra tierra, se lleva todo lo que tenemos hasta que el único lugar que nos queda es la tumba. Él hace todo esto en la ignorancia, por supuesto. No lo haría así si nos viera. ¿O quizás sí? De todas formas, no se le permitirá fingir que no nos ve. Y no se le permitirá hacerlo sin resistencia.

En eso estamos. Por lo menos, el gigante nos ha visto.


Archivado en: Energía
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Inteligencia artificial
Inteligencia artificial La demanda energética de los centros de datos de IA se cuadruplicará para 2030, según un informe
Un estudio de la Agencia Internacional de la Energía predice que los centros de datos aumentarán la demanda de electricidad en un 20% de aquí a 2030 en el Norte global.
Crisis climática
Inversiones 'marrones' España gastó más de 23.000 millones de dinero público en actividades nocivas para el medio ambiente en 2024
Un estudio analiza el impacto climático de las subvenciones otorgadas por el Gobierno español. Solo el 14% del monto total de las ayudas se destinó a actividades o proyectos que fomentan la transición ecológica.
Guerra en Ucrania
Conflicto bélico Rusia y Ucrania acuerdan un principio de alto el fuego marítimo a instancias de Estados Unidos
La Casa Blanca emite dos comunicados que coinciden en señalar una tregua en el Mar Negro y en prometer trabajo para el final de los ataques energéticos por ambas partes.
Palestina
Genocidio Israel sigue atacando hospitales, la ONU habla del peor momento en los 18 meses de asedio
No hay tregua en Gaza, donde Israel ha recrudecido las matanzas y sigue sin permitir el acceso de alimentos y productos de primera necesidad. La ONU denuncia asimismo el asesinato de más de 70 civiles en Líbano.
Crisis climática
Balance climático El Mediterráneo se consolida como zona especialmente vulnerable al cambio climático
Las víctimas de la dana suponen dos tercios de las muertes por fenómenos extremos en Europa en 2024, según un informe conjunto de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial que hace un balance climático del continente el pasado año.
València
València CGT denuncia graves incumplimientos del plan de inundaciones en la dana de València
Un informe incorporado a la causa judicial señala la falta de seguimiento de los propios protocolos autonómicos en el día de la tragedia y la víspera.
El Salto n.78
El Salto 78 Nueva revista, viejas injusticias: hablemos de Violencia Institucional
En el último número de la revista de El Salto dedicamos la portada y nuestro “Panorama” a una de las violencias que sufren las mujeres solo por el hecho de serlo, la que aún a día de hoy emana de un sistema irracional y patriarcal.

Últimas

Comunidad de Madrid
Educación El Gobierno de Ayuso deberá pagar 1.000 euros a una profesora por el exceso de horas lectivas
Según CCOO, hasta 6.500 profesoras y profesoras se podrán acoger a esta sentencia que supone una penalización a la Comunidad de Madrid por el exceso de horas extras que realiza el profesorado.
Laboral
Laboral El sindicato ELA alerta sobre la salud mental de las trabajadoras en intervención social
“Somos un instrumento de contención porque tratamos con población muy dañada, estamos en mitad del sándwich”, explica la educadora social Vanesa Núñez Moran.
Ayuntamiento de Madrid
Huelga de basuras Huelga indefinida de basuras en Madrid desde el 21 de abril tras romperse las negociaciones
Los representantes sindicales fuerzan el paro para obligar a las empresas subcontratadas por el Ayuntamiento a escuchar sus propuestas. El Ayuntamiento fija servicios mínimos del 50 %.

Recomendadas

Poesía
Culturas Joan Brossa, el mago que jugó con la poesía para reinventar el poder de la palabra
Casi inabarcable, la producción creativa de Joan Brossa se expandió a lo largo —durante medio siglo XX— y a lo ancho —de sonetos a piezas teatrales, pasando por carteles o poemas objeto— para tender puentes entre el arte, la política y el humor.
Andalucía
Memoria histórica La inanición de la memoria andaluza
Las políticas públicas de memoria en Andalucía se encuentran en un estado de paralización que pone en duda la voluntad de la Junta por la reparación efectiva.
Galicia
Galicia La TVG se gasta 839.772 euros en un programa de Miguel Lago y lo saca de parrilla tras hundirse en audiencia
El programa ‘O novo rei da comedia’ apenas llegó a los 36.000 espectadores de media en su estreno y cayó en picado en su hasta ahora última emisión al 3,4% de cuota de pantalla en una cadena que tuvo de cuota media en marzo un 8,1%.
Globalización
Crisis del multilateralismo El terremoto Trump sacude las instituciones del orden mundial y la “globalización feliz”
Muchas de las instituciones que marcaron la vida internacional desde la caída del Muro han entrado en crisis. ¿Todas? No, especialmente aquellas que intentan regular los derechos humanos, de los pueblos y de la naturaleza.